Lake of Souls

El año pasado tuve la suerte de entrevistar a Ann Leckie en el Festival 42 y entre otras cosas, me recordó a esa señora mayor que te da un tupper de croquetas porque te ve desmejorado. Pues bien, siguiendo con este ejemplo os diría que, por desgracia, las croquetas-relatos de esta recopilación están un poco revenidas.

Las obras recopiladas en Lake of Souls se dividen entre bloques: las independientes, las del universo de Radch y las del universo de Raven Tower.

Las del universo de Radch son lo más salvable que tiene la recopilación, pero claro, esto puede ser debido a que conozco el contexto y no a la propia calidad de los relatos. Por desgracias las del universo de Raven Tower, que no he leído, se basan todas en la misma idea de que los dioses no pueden mentir porque todo lo que dicen se tiene que cumplir y quizá no tengan poder para hacer realidad lo que dicen. Además el poder de los dioses se basa en cuántos seguidores tienen, una percepción muy mercantilista pero nada original, ya que sin irnos muy lejos ahí tenemos la Craft Sequence de Max Gladstone o la saga The Tyrant Philosophers de Adrian Tchaikovsky. Lo del uso del lenguaje pues puede tener gracia como recurso en una relato, pero no en todos los del universo, se acaba haciendo muy cansino.

Y ya el remate del melonar son los relatos independientes, que es que no hay por dónde cogerlos. Aunque el que da título a la colección y es el primero que leemos tiene cierto interés, recuerda demasiado a The Long Game, la contribución de la autora a la recopilación Far Reaches. A partir de ahí, cuesta abajo y sin frenos. “Footprints” es tan corto como innecesario, “Hesperia and Glory” recurre a unos trucos muy burdos para justificarse, “The Endangered Camp” tiene un pase porque lo protagonizan dinosaurios y todo es mejor con dinosaurios aunque sea un relato sobre exploración espacial justo cuando cae el meteorito que ya conocemos… para cuando llegamos a “The Sad History of the Tearless Onion” lo que apetece es llorar sin cebollas de por medio.

No puedo recomendar para nada el libro, que para mí ha sido una tremenda decepción.

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