Fourth Wing

Sé que no soy el público objetivo de las novelas juveniles, pero no por ello voy a dejar de leerlas, si ofrecen algo que me interesa. En el caso del audiolibro de Fourth Wing, reconozco que los dragones mezclados la academia militar me llamaba la atención, aunque el resultado ha acabado por debajo de mis expectativas. Y eso que la narradora del audiolibro Rebecca Soler, lo vive tanto que hace que te metas mucho en la historia. Pero no consigue compensar una trama muy exagerada y descompensada, con unos personajes bastante histriónicos que se encuentran inmersos en un cóctel hormonal que entre su juventud y su líbido hacen que estén más calientes que la superficie de Mercurio.

La protagonista es Violet Sorrengail, la hija menor de la militar al cargo de la defensa del reino de Navarre, que esperaba tener una vida tranquila como escriba, pero que se ve forzada a entrar en la prestigiosa academia militar del país, donde se forma a la flor y nata del ejército destinada a cabalgar dragones… si es que sobreviven al curso.

El ambiente en la escuela militar es extremadamente competitivo y peligroso, porque casi en cualquier momento se puede eliminar a otro cadete si crees que no está a la altura de las expectativas… Y el hecho de que la madre de Violet sofocara de manera muy violenta una rebelión interna no hace que ella sea bien recibida entre los descendientes de los ajusticiados. Un caldo de cultivo para “accidentes” e “infortunios” que ella deberá esquivar.

Rebecca Yarros plantea por tanto una historia bastante convencional, que podríamos adscribir al subgénero de la “dark academy” pero con fantasía militarista y personajes de sexualidad desbocada. El secretismo de las operaciones militares ya nos da una idea de que no todo lo que se conoce de la interminable guerra es creíble, con una maquinaria propagandística detrás que haría llorar de felicidad a Goebbels. El caso es que a mí no me ha terminado de convencer, tanto por lo manido del argumento como por lo previsible de los giros conforme vas avanzando en la lectura. Es una novela muy cinemática de la que no extrañaría para nada que tuviera versión audiovisual dentro de poco, con su retahíla de adolescentes y jóvenes hipermusculados y atractivísimos que viven al filo del abismo por defender su patria.

The Blighted Stars

Los libros de ciencia ficción de Megan E. O’Keefe son una apuesta segura en esta casa (los de fantasía todavía están en lista de espera). La autora estadounidense tiene una aproximación al género directa y entretenida, con cierta querencia al género de la space opera, así que es normal que triunfe en estos lares.

En The Blighted Stars la ciencia que toma preponderancia en el libro es la biología (algo más habitual) pero también la geología, lo que resulta bastante sorprendente. No recuerdo haber leído casi nada desde la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson que hiciera tanto hincapié en la composición de los planetas. Y es que O’Keefe hace hablar a las piedras.

Son muchos los temas que la autora ha utilizado en la novela para crear su mundo futuro. La posibilidad de transmitir la conciencia humana entre cuerpos creados ex profeso es sin duda uno de los más importantes, pero también nos encontraremos críticas al colonialismos y a las desigualdades sociales, primer contacto, escenas de terror… una combinación excelente, a mi entender.

No se puede hablar muy en profundidad sobre la premisa en la que se basa el desarrollo de la obra porque por desgracia sería desvelar demasiado, siendo uno de los principales intereses del libro el misterio científico que ha llevado a la humanidad a tener problemas con los mundos que desea colonizar, viéndose empujada poco a poco a una existencia limitada tan solo a las estaciones espaciales.

Me han encantado los personajes. Desde Tarquin, el joven heredero de una poderosa dinastía que prefiera sus estudios de geología a las conspiraciones políticas a Naira, la rebelde conservacionista dispuesta a todo con tal de detener la destrucción de los entornos naturales que cree provocada por la familia de Tarquin. Los demás personajes de la historia tampoco se quedan cortos, no creáis. Aunque The Blighted Stars no anda corta ni de ideas ni de acción, se trata de una novela principalmente de personajes, construida sobre las relaciones entre ellos.

Aunque he disfrutado mucho con la lectura de The Blighted Stars, he de reconocer que me ha costado “creerme” cierta parte fundamental del desarrollo. Espero que conforme los demás vayáis leyendo el libro poder comentarlo con vosotros y con gente con más conocimientos de biología que yo, para ver si es probable o al menos posible lo que la autora especula, que es escalofriante.

Myriad

Tremenda decepción me he llevado con este libro, que pretende utilizar los tropos de los viajes en el tiempo para construir un thriller apasionante, pero que realmente se queda muy corto en su proyección. Y eso que el comienzo del libro es realmente espectacular, con un tiroteo en una escuela y un viaje en el tiempo para evitar un asesinato. Pero después la trama se disuelve y el autor hace y deshace las líneas temporales a su antojo sin una lógica aparente.

Si conocéis el libro de James Gleick, Time Travel: A History o habéis leído un poco sobre el tema, sabréis que hay múltiples interpretaciones sobre cómo podrían funcionar los viajes en el tiempo y según cuál de ellas se escoja la línea temporal será inmutable o cambiante o habrá realidades paralelas u otras muchas opciones. Reconozco que la vertiente psicológica que escoge Joshua David Bellin tiene un punto de originalidad en su concepción, pero luego el desarrollo no me convence en absoluto. El libro que empieza fuerte se va desinflando conforme va habiendo saltos temporales y las inconsistencias se hacen las dueñas de la trama.

Además, Myriad tiene otros problemas, principalmente que los personajes despiertan poca empatía, por no decir directamente que son malas personas de una u otra manera y no se salva casi ninguno. Si la trama no te convence y los personajes no te enamoran, poco le queda a la novela para conseguir resultar atractiva.

Lo que sí veo representado fehacientemente son las adicciones y compulsiones a las que puede llevar una vida truncada desde la infancia por una tragedia. Reconozco que esto está muy bien representado tanto en el personaje principal como en otros secundarios de menos enjundia pero que juegan su papel de forma acertada.

El libro contiene imágenes bastante fuertes, pero son casi más preocupantes las que se insinúan sin llegar a hacerse patentes. Los crímenes de todo tipo desfilan antes nuestros ojos orquestados desde las sombras por un personaje misterioso del que poco a poco iremos descubriendo sus motivaciones.

No puedo recomendar esta obra de Joshua David Bellin porque creo que falla en lo que quiere conseguir, relatar un thriller con viajes en el tiempo. Para eso, mucho mejor The Shining Girls de Lauren Beukes.

36 Streets

36 son las calles que forman el núcleo histórico de la ciudad de Hanoi, el escenario escogido por T.R. Napper para situar esta sórdida y dolorosa trama cyberpunk.

Nos encontramos con un Vietnam ocupado por China, que sigue en guerra de guerrillas tras años de confrontaciones. El autor aprovecha este lugar cargado de historia y de resistencia al invasor para desarrollar un relato de manipulación mental, de problemas de identidad y de lucha constante.

36 Streets es un libro muy deprimente. Se relatan desapasionadamente adicciones, desmembramientos, manipulaciones de los recuerdos… como si fueran una cosa habitual, pero es que en el mundo que Napper ha creado, lo son. La trama gira alrededor de la investigación de la desaparición de los dos programadores principales del juego Fat Victory, una simulación peligrosamente adictiva y manipulativa de la guerra de Vietnam con los EE.UU. Lin Vu es la encargada de la investigación e iremos conociendo sus orígenes y sus problemas para “pertenecer” a Vietnam, pues a pesar de haber nacido allí se crio en Australia.

Es posible que la ambientación os recuerde un poco a La chica mecánica de Paolo Bacigalupi y no andaréis demasiado desencaminados, aunque aquí se hace poco hincapié en el cambio climático pero bastante en las manipulaciones corporales. En el transcurso de la investigación de Lin, también asistiremos a una serie de flashbacks de su pasado, cobrando especial importancia los durísimos combates a los que se vio sometida por orden de su superior en las bandas vietnamitas, Bao Nguyen, que la ve como su sucesora. Es terrible asistir a su tortura tanto física como psicológica, ver cómo las heridas corporales tienen solución gracias a la más avanzada tecnología o a los implantes pero también seremos testigos de cómo las cicatrices mentales que permanecen pueden ser borradas para dar lugar a una personalidad totalmente distinta. Es una lectura desgarrada y desasosegante.

Si estás preparado para una lectura violenta en la que no habrá pasajes fáciles pero que te hará reflexionar sobre los nacionalismos, el colonialismo y la manipulación de las memorias, creo que 36 Streets no te defraudará.

Red Team Blues

La última novela de Cory Doctorow es una historia fácil y algo ingenua que nos da un pequeño barniz sobre temas de seguridad informática y la constante lucha entre el equipo que defiende sus redes e información (el azul) y el que las ataca para conseguir algún beneficio (el rojo).

Me gusta destacar el hecho de que el protagonista sea una persona de 67 años que aunque ya está pensando en el retiro en realidad se da cuenta de que con toda la experiencia que tiene acumulada en su campo les da sopas con hondas a muchísimos jóvenes tiburones. Como último favor a un amigo multimillonario deberá investigar el robo de una claves sobre las que se sustenta una nueva criptomoneda, pero jamás imaginaría todo lo que vendrá detrás.

Como ya he dicho, la mayoría de los personajes que aparecen en el libro ya han superado los 60 años, pero tienen mucho que ofrecer en sus respectivos campos. Diría que el principio tiene un cierto toque “Stephensiano” si me permitís la comparación, debido al carácter de lobo solitario de los personajes, pero es solo una fachada, porque Doctorow no deja pasar la oportunidad de criticar el sistema capitalista que favorece el blanqueo de dinero de las grandes fortunas que fíjate tú por dónde les salen las declaraciones de la renta a devolver.

Doctorow explica muy poco sobre la infraestructura que da soporte a las criptomonedas y menos todavía sobre toda la ingeniería fiscal necesaria para mover el dinero entre sociedades off-shore y paraísos fiscales, pero deja claro que esta es una práctica tan habitual como dañina para la sociedad. Aprovecha la necesidad de ocultarse del resto del mundo del protagonista en un determinado momento de la trama para dar voz a los miles de personas sin hogar que pueblan las ciudades, que no saben ni cuándo conseguirán su próxima comida. Este contraste tan exagerado con el selecto grupo que disponen de su jet personal para los desplazamientos más nimios, que tienen tanto dinero que ni en cien vidas se lo podrían gastar, es quizá el mensaje de mayor calado de la obra.

Red Team Blues es de lectura rapidísima, algo más de 200 páginas que quizá dejen algo fríos a sus seguidores más habituados a especulaciones de mayor envergadura como Walkaway o Radicalized.

When Jackals Storm the Walls

Esta quinta y penúltima entrega de la saga The Song of Shattered Sands denota un poco de desgaste tanto en la historia como en los personajes, supongo que algo lógico después de las muchísimas páginas que ya hemos leído y también en preparación del gran final que supondrá (supongo) A Desert Torn Asunder

No es que el libro esté mal, por supuesto pero sí que baja algo el nivel desde el estupendo Beneath the Twisted Trees. El autor vuelve a ser muy considerado ofreciéndonos un resumen de todos los libros anteriores (incluso las novelas cortas) para situarnos en la historia, pero sigue siendo un poco difícil volver a cogerle el hilo a la multitud de personajes e hilos que trenzan el relato. Sobre todo porque en esta ocasión los que se habían declarado enemistad eterna se ven forzados a aliarse cuando se va descubriendo quiénes son en realidad los que están moviéndolos como marionetas desde las sombras.

Beaulieu le daba mucha importancia en las entregas anteriores a las profecías, pero estas son un arma de doble filo, ya que pueden atraparte y dejarte sin margen de maniobra en el proceso de escritura. El autor sale del paso con una mezcla de saber hacer y un poco de trampa, ya que las visiones del futuro no son demasiado claras y vienen de una persona que tampoco está muy en sus cabales… dejando en el relato la suficiente holgura como para que pueda haber todavía sorpresas inesperadas.

La prosa el autor sigue siendo fascinante, aunque en esta ocasión me ha parecido que estaba algo más comedida. Cobran mucha más importancia los personajes “extranjeros” ajenos a la propia Sharakhai, que la ven como una preciada joya que puede caer en sus manos, y maquinan planes sin escrúpulos para apoderarse de ella.

La magia que ya estaba muy presente en las novelas anteriores cobra incluso más importancia en When Jackals Storm the Walls, bien sea magia de sangre, compulsión o simplemente poder de los dioses desencadenado. Hay numerosas subtramas que se van resolviendo para ir colocando a los personajes en las posiciones decisivas para una batalla final que sin duda tendrá lugar en la última entrega de la serie.

La saga The Song of Shattered Sands completa no es una lectura fácil y requiere mucha implicación por parte del lector, tanto por su longitud como por su complejidad. Me temo que no la veremos en español y el inglés en el que está escrita no es especialmente accesible, así que aunque la recomiendo sé que pocos se atreverán a dar el paso. Espero que a esos valientes el esfuerzo les merezca la pena.

Infinity Gate

Los universos múltiples quizá sean uno de los tropos más utilizados de la ciencia ficción, principalmente porque dan muchísimo juego a la imaginación desbordada de un autor. Cualquier cosa que puedas imaginar está a solo salto de página. M.R. Carey aprovecha esta circunstancia para presentarnos una novela muy entretenida, escrita con mucho oficio que si bien no llega para revolucionar el mundo de la ciencia ficción si que cumple de manera excelente su labor como introducción a una nueva serie, dejándonos con ganas de más.

En Infinity Gate la científica Hadiz Tambuwal descubre casi sin querer la que podría ser solución para la crisis ambiental y de recursos que sufre su planeta, al descubrir nuevas tierras vírgenes que se podrían explotar. Por desgracia, su revelación llega un poco tarde y se verá obligada a hacer uso de su invento para poder seguir viviendo, no para salvar el planeta.

Lo que Hadiz no sabe es que ya hay un régimen establecido en las múltiples tierras que resultan de interés, el Pandominion, que domina con férrea mano la posibilidad de viajar entre mundos, pero un error burocrático la salva de una terrible persecución en primera instancia.

Sin entrar en demasiada profundidad en la trama del libro, para evitar destripes y para que el futuro lector lo descubra todo por sí mismo, bastará con decir que la explicación que Carey se saca de la manga para los multiversos es mezcla de tecnojerga y suspensión de la incredulidad, pero aceptando esta premisa, nos veremos embarcados en una aventura muy atractiva con una marcada crítica al militarismo y la colonización. Carey a veces se enreda demasiado, como cuando explica algo innecesario como la diferencia entre magnitudes escalares y vectoriales, pero por lo general va directo al grano.

También resulta de especial interés la presencia de una inteligencia artificial que se va desarrollando con la ayuda de Hadiz y que colabora estrechamente con ella a lo largo del libro. Como estamos ante la primera entrega de una serie que nos permite conocer el universo y los personajes con los que el autor nos narrará lo que tiene en mente, es fácil suponer que su presencia irá cobrando importancia en las siguientes entregas. El escritor maneja a los tres personajes principales con buena mano y equilibrio para mantener el interés, aunque hay que reconocer que las “actuaciones” de algunos personajes secundarios también resultan memorables.

En resumen, Infinity Gate me ha parecido una estupenda puerta de entrada (guiño, guiño, codazo, codazo) a una nueva serie que espero que dé mucho de sí. Estoy deseando leer la siguiente entrega.

Wings Once Cursed and Bound

En su momento me llamó la atención la cubierta de Wings Once Cursed and Bound y la mención a la mitología tailandesa también le hizo ganar puntos, así que cuando tuve la oportunidad de escuchar el audiolibro de la obra de Piper J. Drake decidí priorizarlo.

Por desgracia, el libro es una acumulación de clichés sobre criaturas sobrenaturales muy occidentales, con la incorporación casual de la kinnaree para darle un poco de exotismo a la historia, que por otra parte es muy convencional.

La protagonista del libro es Peeraphan Rahttana, que en el transcurso de una representación de ballet cae víctima de influjo de unos zapatos mágicos que la harán bailar hasta la muerte, o lo harían, si ella fuera solo humana. Su naturaleza desconocida la protegerá en primer lugar, pero la hará convertirse en el objetivo de varias asociaciones sobrenaturales que buscan hacerse con todos los objetos mágicos del mundo para su protección o para su venta.

La novela gira entorno a la relación romántica que Peeraphan desarrollará con uno de sus perseguidores, casualmente un vampiro atractivo que ha renunciado a alimentarse de la sangre de inocentes. Como digo, el romance, la trama, el desarrollo… son una concatenación de escenas conocidas y bastante simples que no sorprenden para nada. Esperaba algo más de innovación o al menos referencias a algunas criaturas mitológicas más desconocidas, pero el elenco lo componen vampiros, hombres lobos, hadas… nada nuevo bajo el sol.

Los capítulos transcurren en un intervalo bastante corto, pero los personajes principales tienen tiempo de sobra para enamorarse, aunque cualquiera pensaría que un ser inmortal se lo tomaría con un poco más de calma, no sé, algo más de un día para descubrir quién va a ser tu amada por los siglos de los siglos. Eso sí que son capacidades sobrenaturales y lo demás son tonterías.

La labor como narradora de Cindy Kay es muy correcta, pero es que el material de partida tampoco daba para mucho más. Hacedme caso y ahorraros unas horas de vuestra vida no leyendo este libro.

Chain-Gang All-Stars

Nana Kwame Adjei-Brenyah ha escrito una novela ultraviolenta desde las entrañas y solo caben dos opciones: entrar en su juego o huir. No hay lugar para medias tintas en este futuro distópico que critica tan dura como fehaciente al sistema carcelario estadounidense.

Una película que sin duda viene a la memoria al empezar a leer Chain-Gang All-Stars es Perseguido, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, que a su vez se inspira en una obra de Stephen King. La premisa de este libro es la creación de un nuevo deporte, peleas a muerte en las que los convictos se enfrentan para disfrute de la población. Se ha montado todo un negocio-espectáculo alrededor de estos sangrientos enfrentamientos y el autor no nos ahorra ni un escabroso detalle. Pero lo peor no es esto, lo peor son las numerosas notas a pie de página, que sí son verídicas y que dan fe de un sistema roto desde su concepción, con un sesgo tan claro hacia el provecho como negocio en vez de la rehabilitación que se convierte en un círculo vicioso. Nana Kwame Adjei-Brenyah lo exagera hasta llevarlo a límites insospechados, pero la base está ahí para cualquiera que quiera verlo.

La lectura no es para nada agradable. Es incómoda, nos expone a realidades que quizá preferiríamos ignorar y roza el gore en ocasiones. Además, los flashbacks del pasado de los participantes son descorazonadores. Y no hay una luz de esperanza. Las pocas acciones que llevan a cabo grupos aislados para eliminar la competición son recibidos con burlas por los fanáticos de los deportes extremos.

Resulta especialmente llamativo que se pervierta un estudio para el tratamiento del dolor, que busca anularlo, como método de control de los presos, maximizándolo totalmente. Esa lógica capitalista perversa que retuerce todo lo que se ofrece solo en busca de más y más beneficios se ve perfectamente expuesta en esta parte del libro y en general, en todas las demás.

Un libro que nos plantea un interesantísimo dilema moral, pero que para hacerlo utiliza unas herramientas que quizá no sean del gusto de todos los lectores, por la crudeza de las imágenes que se muestran pero sobre todo, por la mezquindad que promueve todas las acciones, algo tan humano que está dentro de todos nosotros.

The Bone Shard War

Tenía mucha curiosidad por saber cómo iba a terminar Andrea Stewart su saga The Drowning Empire, que tuvo un comienzo fulgurante y una continuación algo más reposada. He de decir que la autora consigue salir del envite con oficio, cerrando bastante bien las tramas de todos los personajes, aunque en algunos momentos puntuales la historia parece alargarse un poco.

Suele ser bastante difícil equilibrar el tiempo de “presencia en pantalla” de los personajes en las novelas con distintos puntos de vista y The Bone Shard War no es una excepción. En esta ocasión es Jovis el personaje que parece más perjudicado en el reparto de capítulos, pero en general el relato está cohesionado y no destaca especialmente un protagonista sobre los demás.

¿Se contestan todas las preguntas que se habían ido planteando en las otras novelas? Sí, porque la autora pretende cerrar la historia y lo consigue. Desde el origen de las islas a las razones de su hundimiento pasando por tener un conocimiento más profundo de los Alanga. Pero también hay algunos recursos que parecen un poco sacados de la manga, como la existencia de unas legendarias espadas míticas sobre las que pivotarán gran parte de los eventos del libro. No obstante, me gusta especialmente la lucha contra la programación de la que es víctima uno de los personajes, retorciendo el lenguaje con inteligencia para salir airoso de las órdenes recibidas.

He tenido la suerte de escuchar la versión en audio del libro y reconozco que la interpretación conjunta de Natalie Naudus, Feodor Chin y Emily Woo Zeller dota de mucho ritmo a la novela, una experiencia que no sé si será exactamente igual leyendo la novela, porque algunos pasajes pueden parecer repetitivos.

Por supuesto, uno de los mayores puntos de interés de libro es la relación que los personajes van entablando con sus familiares, y ahí he de decir que Mephi se lleva todos los galardones. Es tierno y comprensivo, un dechado de bondad que se va volcando en los demás.

El final del libro es bastante agridulce, sobre todo por las consecuencias que habrán de afrontar los personajes, pero creo que también que es acorde con el desarrollo de la historia.