The Immesurable Heaven

La sinopsis de The Immesurable Heaven me llamó la atención desde el primer momento en que la vi, prometiendo una space opera con variadísimas especies alienígenas, realidades alternativas que florecen como flores tras una lluvia de mayo y un preciado mapa para saber cómo navegar por estos mundos. Just my cup of tea.

Quizá mis expectativas estaban demasiado altas, pero conforme iba avanzando la lectura me parecía que Caspar Geon había dejado que su imaginación para crear distintas criaturas corriera sin riendas pero que no fue capaz de formar una trama bien conectada que diera soporte a todo el despliegue pirotécnico de razas que interactúan en las páginas de su obra.

La idea de partida, con infinitos mundos entre los que se puede navegar pero solo en una dirección, ocupando cuerpos distintos que permiten investigar las riquezas y misterios de cada lugar es apasionante. Si a esto le añadimos la presencia de una amenaza que parece capaz de revertir las leyes de la física para volver de los mundos mas profundos y una raza de seres tan avanzados que viven en el corazón de las estrellas (los Throlken), sonaba apasionante. Pero, por desgracia, solo sonaba. Los conceptos con los que quiere jugar son fascinantes, pero la ejecución es demasiado plana.

Los personajes, de nombres bastante curiosos, no evolucionan a lo largo del libro. Y la extrañeza que cualquier lector esperaría encontrar en las relaciones entre una miríada de criaturas tan infinitamente distintas ni está ni se la espera, gracias al idioma universal impuesto por los Throlken. Si al menos hubiese una trama que sostuviera la historia, aunque los personajes no fueran muy carismáticos la novela tendría visos de salvación, pero es que tampoco es así, con lo que nos encontramos con un libro que cojea en muchos de los pilares que conforman una buena novela. Es por ello que no puedo recomendarla, a pesar de que me hubiera gustado.

The Martian Contingency

Los libros de la saga Lady Astronaut de Mary Robinette Kowal son un viejo conocido con el que puedes pasar un buen rato pero no te consigue sorprender. La cuarta entrega de la saga sigue esos mismos derroteros, una novela entretenida, pero con una fórmula que ya parece algo agotada.

Kowal decide volver a darle todo el protagonismo a Elma York, que al fin y al cabo es la piedra fundacional de toda la saga, pero la falta de un hilo conductor en la novela hace que su protagonismo sea un poco vano. Mientras en las entregas anteriores Elma se enfrentaba contra viento y marea para conseguir sus objetivos y un poco de igualdad, aquí está un poco a verlas venir. No es menos cierto que algunas de las decisiones que toma son importantes, pero el tono general es bastante laxo.

En el libro se tratan temas de relevancia de los que la autora ya se hizo eco en las entregas anteriores: el racismo, el sexismo… pero que el causante del problema que tendrán que resolver en Marte sea un suceso que aconteció fuera de los focos y del marco temporal del libro, deja en entredicho toda la novela. Y no hay un proceso de investigación claro, solo deslices de los que sí estuvieron presentes, dando lugar a situaciones incómodas. En los epílogos la autora habla de que el elemento que utiliza para cohesionar toda la novela es el calendario, pues la verdad es que la consistencia está bastante desleída.

Como historia alternativa, cada vez que pasa el tiempo en la saga debería divergir más del punto de partida con la caída del meteorito, pero Kowal sigue tomando como referencias su conocimiento de la historia de este periodo determinado. Si eso es congruente o no con los hechos que acontecen, queda a juicio del lector.

Me gusta que se justifique la progresión de la enfermedad del doctor York que acabará en los acontecimientos que dieron lugar al relato fundacional de la saga, aunque solo sea para compensar las constantes referencias a la vida sexual “normal” de la pareja. Hay un límite al número de comparaciones con lanzamientos de cohetes que se pueden utilizar en una novela y la autora hace ya tiempo que la sobrepasó.

Desconozco si The Martian Contingency es la última entrega de la saga, pero creo que el relato ya no da para mucho más.

Cubierta y sinopsis de Nobody’s Baby

Ya tenemos información sobre Nobody’s Baby, la esperada continuación de la saga iniciada con Murder by Memory de Olivia Waite. Tor.com lo publicará el 10 de marzo.

Esta es la sinopsis:

Welcome to the HMS Fairweather, Her Majesty’s most luxurious interstellar passenger liner! Room and board are included, new bodies are graciously provided upon request, and should you desire a rest between lifetimes, your mind shall be most carefully preserved in glass in the Library, shielded from every danger.

A wild baby appears! Dorothy Gentleman, ship detective, is put to the test once again when an infant is mysteriously left on her nephew’s doorstep. Fertility is supposed to be on pause during the Fairweather’s journey across the stars—but humans have a way of breaking any rule you set them. Who produced this child, and why did they then abandon him? And as her nephew and his partner get more and more attached, how can Dorothy prevent her colleague and rival detective, Leloup, a stickler for law and order, from classifying the baby as a stowaway or a piece of luggage?

Mi traducción:

¡Bienvenidos al HMS Fairweather, el crucero de pasajeros de línea interestelar más lujoso de su majestad! Alojamiento y manutención incluidos, cuerpos nuevos bajo petición y si quiere usted descansar entre vidas, su mente será cuidadosamente preservada en vidrio en la Biblioteca, protegida de todo peligro.

¡Un bebé inesperado aparece! Dorothy Gentleman, detective de barco, se verá puesta a prueba de nuevo cuando un infante misterioso aparece en la puerta de su sobrino. La fertilidad está pausada durante el viaje de la Fairweather, pero los humanos siempre encuentran alguna forma de quebrantar las reglas. ¿De quién es el niño y por qué lo han abandonado? Conforme su sobrino y su pareja se enamoran cada vez más del bebé, ¿cómo podrá Dorothy evitar que su colega y rival Leloup, de rígido seguimiento de la ley y el orden clasifique al bebé como un polizón o una maleta?

Esta es la cubierta:

Ganadores de los premios Locus 2025

Aquí tenéis los ganadores de los premios Locus 2025, recientemente anunciados:

Novela de ciencia ficción

  • The Man Who Saw Seconds, Alexander Boldizar (Clash) 

Novela de fantasía

  • A Sorceress Comes to Call, T. Kingfisher (Tor; Titan UK) 

Novela de terror

  • Bury Your Gays, Chuck Tingle (Nightfire; Titan UK) 

Novela juvenil

  • Moonstorm, Yoon Ha Lee (Delacorte; Solaris UK) 

Primera novela

  • Someone You Can Build a Nest In, John Wiswell (DAW; Arcadia UK) 

Novela corta

  • What Feasts at Night, T. Kingfisher (Nightfire) 

Relato largo

  • “By Salt, By Sea, By Light of Stars“, Premee Mohamed (Strange Horizons 9/6/24)

Relato corto

  • “Why Don’t We Just Kill the Kid in the Omelas Hole“, Isabel J. Kim (Clarkesworld 2/24)

Antología

  • The Black Girl Survives in This One, Desiree S. Evans & Saraciea J. Fennell, eds. (Flatiron) 

Colección

Magazine

  • Clarkesworld

Editorial

  • Subterranean Press

Editor

  • Neil Clarke

Artista

  • Charles Vess

No ficción

  • Afro-Centered Futurisms in Our Speculative Fiction, Eugen Bacon, ed. (Bloomsbury Academic) 

Libros ilustrados o de arte

  • The Last Unicorn, Peter S. Beagle, arte de Tom Kidd (Suntup)

Premio Especial 2025

  • Ignyte Awards

¡Enhorabuena a los ganadores!

Cubierta y sinopsis de After the Fall

Edward Ashton está en racha últimamente con publicaciones constantes. La última que se ha anunciado es After the Fall, que St. Martin’s Press publicará el 24 de febrero de 2026. Ojo a la sinopsis:

Humans must be silent. Humans must be obedient. Humans must be good.

All his life, John has tried to live by those rules. Most days, it’s not too difficult. A hundred and twenty years after The Fall, and a hundred years after the grays swept in to pick the last dregs of humanity out of the wreckage of a ruined world, John has found himself bonded to Martok Barden nee Black Hand, one of the “good” grays. Sure, Martok is broke, homeless, and borderline manic, but he’s always treated John like an actual person, and sometimes like a friend. It’s a better deal than most humans get.

But when Martok puts John’s bond up as collateral against an abandoned house in the woods that he hopes to turn into a wilderness retreat for wealthy grays, John learns that there are limits to Martok’s friendship. Soon he finds himself caught between an underworld boss who thinks Martok is something that he very much is not, a girl who was raised by feral humans and has nothing but contempt for pets like John, and Martok himself, whose delusions of grandeur seem to be finally catching up with him.

Also, not for nothing, something in the woods has been killing people.

John has sixty days before Martok’s loan comes due to unravel the mystery of how humans wound up holding the wrong end of the domestication stick and find a way to turn Martok’s half-baked plans into profit enough to buy back his life, all while avoiding getting butchered by feral humans or having his head crushed by an angry gray. Easy peasy, right?

Mi traducción:

Los humanos deben permanecer en silencio. Los humanos deben ser obedientes. Los humanos deben ser buenos.

Toda su vida John ha seguido estas reglas. La mayoría de los días no es difícil. 120 años después de la Caída, y cien años después de que los grises recogieron los últimos restos de la humanidad en un mundo destrozado, John está unido a Martok Barden nee Black Hand, uno de los “grises buenos”. Y eso que Martok está arruinado, sin casa y sufre de trastorno de límite de la personalidad, pero siempre ha tratado a John como a una persona incluso casi como un amigo en ocasiones. Es más de lo que muchos humanos reciben.

Pero cuando Martok pone a John como garantía para la adquisición de una casa abandonada en el bosque con la esperanza de convertirla en un retiro para grises ricos, John comprende que hay límites en su amistad. Pronto se verá atrapado entre un jefe de la mafia que piensa que Martok es algo que no es, una chica criada por humanos salvajes que solo siente lástima por mascotas como John y el propio Martok, cuyos delirios de grandeza son cada vez mayore.

Y, por si faltaba poco, algo está matando gente en los bosques.

John tendrá sesenta día antes de que el préstamo de Martok finalice para desvelar el misterio de cómo los humanos acabaron en la parte mala de la domesticación y convertir los planes de Martok en un negocio exitoso para recuperar su vida, mientras evita morir a manos de humanos salvajes o que le aplaste la cabeza un gris enfadado. Chupado, ¿verdad?

Esta es la cubierta:

The Price of Everything

Tenía muchas ganas de ver cómo podía funcionar una novela de inspiración claramente cyberpunk, pero sin que exista internet en el mundo futuro que nos muestra Jon McGoran. La respuesta simple es “funciona, pero no demasiado bien”, pero para no ser injustos con el autor, mejor si me explayo un poco más en la explicación.

El protagonista de la novela es Armand Pierce, un mensajero del Gremio, que como todos los que llevan a cabo este trabajo, lleva una cadena de titanio fusionada a los huesos de su muñeca. El sistema financiero se tambaleaba tras la caída de internet en las ciberguerras y la vuelta al papel moneda como único medio de intercambio, pero la confianza en los mensajeros nunca ha decaído, ya que se sabe que arriesgarían su propia vida si no llevaran a cabo la entrega. Normalmente lo que se mueve son grandes cantidades de dinero, pero al comienzo de The Price of Everything Pierce descubre que lo que eran fajos y fajos de billetes ahora solo es polvo, y el receptor del paquete decide tomarse la justicia por su mano.

El mundo que nos muestra Jon McGoran parece más una vuelta al pasado donde los gangster campan a sus anchas que una predicción del futuro tras la destrucción de internet, así que funciona más como relato de enfrentamiento entre bandas que como novela especulativa. En ese sentido, sí que se respira ese ambiente noir de peligro constante en cada desplazamiento de Pierce e incluso esa especie de código de honor de la mafia del siglo pasado. No obstante, en la parcela especulativa, la novela se queda bastante corta y los supuestos giros de guion son tremendamente previsibles. La recreación del desastre climático solo aparece cuando le conviene al autor, con zonas inundadas en los momentos adecuados y también como justificación de la cruzada personal del protagonista contra el sistema.

Los personajes carecen de carisma en general y son bastante arquetípicos. Esto tampoco ayuda a la suspensión de la incredulidad para sumergirnos en el relato. Por contra, las escenas de acción sí que están bastante bien narradas y son atractivas. The Price of Everything es una novela normalita que necesita de la ciencia ficción para contarse, pero que opta más por el thriller que por la especulación. Su principal problema es que deja bastante indiferente al lector.

The Memory Collectors

No engaño a nadie si digo que lo primero que pensé cuando vi información sobre The Memory Collectors fue que si Dete Meserve era del mismo pueblo que Yennefer de Vengerberg, porque mi mente es así de simple. Si nos fijamos en la sinopsis, pues la verdad es que parecía escrita para mí, con viajes en el tiempo y vidas entrelazadas.

Lo cierto es que aunque la parte de ciencia ficción es inextricable a la novela, se trata más de un misterio que resolver y una serie de lecciones de vida que una novela especulativa. Esto puede decepcionar a los fans más hardcore del género, pero la lectura merece la pena, está escrita con oficio y puede llegar a emocionar, aunque a veces abuse del sentimentalismo. La ciencia en esta novela de ciencia ficción brilla por su ausencia.

Leeremos cuatro puntos de vista distintos de viajeros en el tiempo, inicialmente desconocidos entre ellos, pero destinados irremediablemente a mezclarse. Algo no va del todo bien cuando todos los viajeros sobrepasan el estricto límite de tiempo que pueden permanecer en el pasado, pero este es una necesidad imprescindible para el desarrollo de la historia que ha planeado Dete Meserve. La autora habla de redención, de superación de los propios límites y de aceptación de los hechos que no podemos cambiar, pero sin pontificar, dejando al lector la interpretación de unos hechos profundamente humanos.

Los cuatro personajes (Elizabeth, Logan, Andy y Brooke) están rotos en el presente por los hechos que acontecieron en el mismo día de 2025. Se supone que no se puede elegir a qué momento del pasado vuelves, pero casualmente todos ellos van al mismo día y a la misma región geográfica, volviéndose a enfrentar a aquello que fracturó sus vidas. Todos han sido informados de que cuando sean extraídos del bucle temporal todo se reseteará y volverán a sus vidas actuales, pero ninguno pierde la esperanza de que esto no sea así.

Meserve guarda muy bien sus cartas mientras va poniendo las piezas sobre el tablero de juego y aunque alguna de las relaciones podamos intuirlas más o menos desde el principio de la novela, el misterio de qué sucedió aquella noche no se desvelará tan fácilmente.

Mención especial merecen los narradores del audiolibro (Andrew Eiden, Erin Bennett, Hillary Huber, Michael Crouch), uno por cada personaje. Me gustan los audiolibros que tienen una representación variada en sus actores, hace que el libro se disfrute de una forma coral.

Es una novela que no me extrañaría que se viera publicada en español, de la mano de una editorial generalista como Anagrama.

Ganadores de los premios Nebula 2024

Se han anunciado los ganadores de los premios Nebula 2024, son los siguientes:

Novela

  • Someone You Can Build a Nest In, John Wiswell (DAW; Arcadia UK)

Novela corta

  • The Dragonfly Gambit, A.D. Sui (Neon Hemlock) 

Relato largo

Relato corto

Premio Andre Norton

  • The Young Necromancer’s Guide to Ghosts, Vanessa Ricci-Thode (autopublicado) 

Premio Ray Bradbury

  • Dune: Part Two

Guion de juego

  • A Death in Hyperspace

¡Enhorabuena a los ganadores!

Bee Speaker

Este es el primer libro de Adrian Tchaikovsky que he leído este año, seguramente no será el último, pero nunca dejará de sorprenderme la extraordinaria capacidad de este autor para publicar de forma constante y con un nivel medio de calidad bastante elevado. Bee Speaker es la tercera parte de la serie Dogs of War, de la que ya comentamos la homónima Dogs of War y Bear Head.

El autor decide volver a poner el foco en la Tierra, ofreciéndonos una mezcla entre Cántico por Leibowitz y Fallout, exponiendo el ocaso de la civilización, donde solo en pequeños reductos se guarda todavía algo de la tecnología de antaño. Es un libro eminentemente pesimista, que juega con distintos puntos de vista y que puede llegar a resultar confuso en ocasiones, pero creo que esto es un efecto buscado por el escritor para exponer de forma cruda el funcionamiento de una inteligencia distribuida en ciernes, un poco como Elly Bangs en Unity.

En un tono más serio que en las entregas anteriores, veremos cómo las bioformas se han de adaptar a un mundo decadente, donde la supervivencia no está para nada garantizada. Me gusta muchísimo cómo habla de los bunkers de los preparacionistas multimillonarios, cuya principal preocupación no era solo sobrevivir, si no conseguir que la subyugación de los guardaespaldas a los que contrataron como protección sea indiscutible, de forma que no quepa el menor atisbo de rebelión. La “solución” que ofrece Adrian es algo previsible, pero no por ello deja de tener consecuencias desastrosas. Recuerda, ligeramente, a la idea de Derek Kunsken y sus homo puppets. Tampoco se queda corto con su crítica al machismo recalcitrante que parece el inevitable destino de la humanidad, controlada por la testosterona.

La nueva bioforma basada en los animales de sangre fría me parece todo un descubrimiento, con su capacidad para regular la temperatura que la hace tan versátil como imprevisible, y sus diálogos interiores tan volubles como variable es su carácter. Es un elemento desequilibrante en la narrativa que aporta los mejores momentos de la novela.

Definitivamente, la serie va mejorando conforme vamos teniendo nuevas entregas. No sé si Tchaikovsky tiene intención de continuarla, pero desde luego que estaré la primera de la fila para leerlo si decide hacerlo.