Jeremy Szal ha desvelado cuál será la cubierta de Wolfskin, la tercera entrega de la saga que comenzó con Stormblood y continuó con Blindspace. Aquí os la traigo:

Lecturas de ciencia ficción y fantasía
Jeremy Szal ha desvelado cuál será la cubierta de Wolfskin, la tercera entrega de la saga que comenzó con Stormblood y continuó con Blindspace. Aquí os la traigo:
Se han anunciado los finalistas de los franceses premios Utopiales de este año, que se conceden a novelas o recopilaciones de relatos cortos publicados originalmente en francés o traducidos a este idioma. Estos son los finalistas:
Le premier jour de paix, Elisa Beiram (L’Atalante)
Paideia, Claire Garand (La Volte)
Rossignol, Audrey Pleynet (Le Bélial)
La trilogie baryonique – Volume 1 : la tragédie de l’Orque, Pierre Raufast (Aux forges de Vulcain)
Eversion, Alastair Reynolds (Le Bélial)
¡Enhorabuena a los finalistas!
Me hubiera gustado más este libro si no me estuviera recordando constantemente a A Memory Called Empire a medio cocer. El mensaje anticolonialista y las muestras de lo que significa la apropiación cultural están muy presentes en todo el relato, pero resuelto de una manera tan inocente como poco creíble.
Durante todo el libro seguiremos los pasos de Enitan, una habitante de Ominirish, la república colonizada por el sagrado imperio Vaalbaran. Su relación con la gobernadora Vaalbaran la convierte en una privilegiada respecto a sus iguales, pero no la ponen a salvo ni a ella ni a su hermane de las maquinaciones imperiales. El secuestro de su hermane la forzará a realizar un viaje de rescate en el que llegará a lugares que nunca pensó que estuvieran a su alcance.
Las intrigas políticas están a la orden del día en esta space opera descafeinada, con espionaje y agentes dobles, plagado de coincidencias que benefician a la protagonista y con ingentes cantidades de te (no he dicho que esto sea necesariamente malo). Sin embargo, creo que se nota demasiado que es la primera novela de Kemi Ashing-Giwa y que le hubiera hecho falta una revisión más completa para eliminar algún que otro deus ex machina que hace avanzar la trama pero que saca al lector completamente de la lectura, ya que la sutileza en los mensajes brilla por su ausencia. El sentido del ritmo tampoco acompaña al disfrute de la lectura, porque la acción está bastante condensada en el libro y el final es especialmente apresurado, como si la autora de repente tuviera que arreglar todos los temas que había ido sembrando en las páginas anteriores y ya no le quedaran más folios para seguir escribiendo.
En definitiva nos encontramos ante una novela fallida, que apunta temas interesantes y que despierta el interés por las próximas obras de la autora, pero que no cumple las expectativas.
Se han anunciado los finalistas de los premios Ignyte 2023, son los siguientes:
for speculative works ranging from 17,500-39,999 words
for works related to the field of speculative fiction
¡Enhorabuena a los nominados!
Ya conocía a Temi Oh, la autora de More Perfect por su novela Do you Dream of Terra Two?, aunque en esta ocasión nos ofrece una novela de futuro muy cercano y sin necesidad de moverse de la Tierra.
La acción está situada en el Reino Unido y gira alrededor de las posibilidades de un implante cerebral capaz de registrar todo lo que pasa por la mente de los implantados a la vez que aumenta sus capacidades. En principio se podría pensar que el invento es una panacea, pero si algo nos ha enseñado la ciencia ficción es que cualquier avance se puede utilizar de forma errónea, más aún si está en manos del gobierno. Y es que More Perfect es, entre otras cosas, una crítica aguda en contra de la vigilancia que tanto el gobierno como las grandes empresas llevan a cabo del ciudadano medio, exponiendo con toda crudeza cómo hemos vendido nuestra intimidad a cambio de migajas.
Temi Oh narra su historia desde dos puntos de vista, el de Moremi y el de Orpheus. Mientras que Moremi es una joven que está planteándose realizarse el implante del Pulse (el equipamiento del que hablábamos antes), Orpheus ha nacido fuera del sistema, criado por un padre que se resiste a la vigilancia constante. El contraste entre ambos puntos de vista es bastante extremo, pero no por ello deja de tener interés ninguno de las dos narraciones.
Sería bastante difícil estar hablando de una novela distópica si no hubiera un detonante para la aceptación masiva del Pulse, que en este caso resulta ser un atentado terrorista de consecuencias dramáticas para toda la población de Londres. Es un recurso muy utilizado porque es muy realista, la rebaja de libertades en busca de una seguridad que no es tal, bajo la protección de papá Estado. Esta amenaza pasada y las posibles amenazas futuras se convierten de este modo en uno de los hilos conductores de la novela.
El otro pilar fundamental de More Perfect es el mundo onírico en el que se pueden sumergir los usuarios de Pulse para enfrentarse a sus traumas e ir minimizando sus consecuencias psicológicas. El tiempo pasa de una manera distinta en este otro universo, pero no por ello deja de tener consecuencias en el mundo real. Me gusta esta dualidad entre lo que se vive en la realidad y lo que se vive en la simulación, porque es bastante creíble el poder de seducción que puede tener un lugar que alisa las aristas de la vida real.
Por lo demás, la novela tiene también su pizca de acción e incluso de romance, dando lugar a una mezcla perfecta de ciencia ficción de futuro cercano muy recomendable.
The Deep Sky es la novela de debut de Yume Kitasei y aunque parte de una premisa bastante interesante, tiene algunos fallos que no sé si son achacables a su inexperiencia en las distancias largas o conforman un problema más de fondo. La acción se sitúa en una nave generacional y la narración se divide entre el presente durante el viaje en la nave y el pasado durante la selección de los miembros de la tripulación.
El principal escollo con el que me encontré durante la lectura del libro es que no me creía la premisa de la que parte. Entiendo que los componentes de la tripulación han de estar en edad reproductiva si se pretende crear una colonia en un nuevo planeta, pero la “brillante” idea de criogenizar a las personas para luego despertarlas y que se queden embarazadas durante el vuelo me parece falta de lógica. Si la criogenización está lo suficientemente avanzada, entiendo que se podrían mantener los cuerpos congelados hasta encontrar el momento óptimo para pensar en expandir la población, no en mitad de un peligroso viaje hacia lo desconocido. Y, si no está lo suficientemente avanzada, ¿para qué arriesgarse? No acabo de entender la idea que toda la tripulación este embarazada prácticamente al mismo tiempo. Pero claro, si esto no fuera así, no podría funcionar uno de los pilares de la novela, que es el sentimiento de culpabilidad y de autoflagelación de la protagonista por no poder quedarse encinta y no “cumplir” con lo que se espera de ella. Esta constante duda sobre su propia validez para el puesto está muy bien representada, con ese menosprecio hacia sí misma que tan bien define a las personas que nunca se consideran lo suficientemente buenas en nada, a pesar de que de cara al exterior puedan parecer brillantes.
Los momentos temporales en los que se divide la narración de la novela tampoco están muy equilibrados en cuanto a interés, siendo muy previsible el “pasado” y bastante genérico el “presente”. El misterio y la investigación sobre las causas del incidente que tiene lugar durante el viaje, que recae sobre la protagonista, parece más un deambular chocando con todos las sospechosas que un ejercicio de deducción al uso.
La relación materno-filial que articula la sección del pasado es bastante creíble, con esos tiras y aflojas, ese miedo a no cumplir las expectativas y esa eterna duda sobre cuál es la mejor decisión para el futuro de tus vástagos, todo aderezado con las consecuencias del cambio climático y las protestas de activistas que buscan perpetuar la presencia de la humanidad en la Tierra, cuando parece que la única salida es el espacio.
En resumen, The Deep Sky es una novela con fallos y con algunas resoluciones demasiado ingenuas. Creo que con tiempo y experiencia Yume Kitasei puede ofrecernos novelas más redondas que esta.
Braking Day es una novela que ha pasado prácticamente desapercibida entre los lectores a los que sigo, no sé si por que su autor Adam Oyebanji es bastante desconocido o porque las historias sobre naves generacionales están pasadas de moda. Y es una lástima, porque tiene su parte de ciencia ficción dura (pero sin atragantarnos), su misterio, sus personajes entrañables y su crítica social. Y todo bien conjuntado para dar lugar a una lectura muy entretenida.
Podríamos decir que para la supervivencia de una nave generacional es bastante normal que la estructura social sea bastante rígida, prácticamente militar, con los oficiales tomando decisiones y los tripulantes siguiendo órdenes sin salirse del plan previamente establecido, so pena de dar al traste con una misión que llevará décadas en el mejor de los casos. Esto lo refleja muy bien Oyebanji y es el principal motor de la historia, ya que el narrador es un joven que aspira a ser ingeniero como ascenso social desde su humilde cuna. Y en ningún momento dejan de recordarle que él no pertenece a la élite.
La acción tiene lugar en la Arquímedes, una nave generacional que en compañía de otras dos dejó atrás la Tierra en manos de las inteligencias artificiales y los pusilánimes humanos que cedieron todas las decisiones a estas IAs. Se acerca el día del frenado, porque el viaje está casi terminando, pero las tensiones entre distintas facciones dentro de la propia flota no dejan de emerger, cada vez más enconadas.
El tropo de las naves generacionales está bastante trillado y es difícil ser original al respecto. Oyebanji soslaya esto mezclando el mensaje político con un poco de bildungsroman aliñado con algunas escenas de acción y una tensión creciente, así que no es que haya venido a revolucionar el género, pero sí a revitalizarlo un poquito.
El uso del lenguaje específico de cada nave es un detalle especialmente inteligente, ya que nos muestra que a pesar de compartir el viaje la deriva y el aislamiento de cada sociedad, aunque no sea estanca, puede provocar estos cambios.
No quisiera entrar más en el detalle del libro, que guarda sorpresas y alegrías para quien le de una oportunidad. Ojalá os haya convencido y podamos hablar de él con más profundidad.
En su newsletter, Apex ha informado sobre sus proyectos actuales, entre los que cabe destacar la publicación de Clorofilia en inglés, pero hay muchas más cosas interesantes.
Antología de relatos de terror cuyo Kickstarter comenzará en Octubre.
El equipo de Apex espera tener perfilada la tabla de contenidos para final de mes. Esta antología estará basada en relatos de ciencia ficción sobre Inteligencia Artificial.
Pronto se sabrá cuál es la cubierta de esta esperadísima recopilación de prosa y poesía, que se prevé se publicará en diciembre.
Publicación prevista para mediados del año que viene, una nueva incursión de Cristina Jurado en la publicación en inglés.
Fantasía oscura y terror en una novela de zombies para el verano del año que viene.
Cherie Priest ha escrito una nóvela gótica sobre una investigación de asesinato en una moribundad ciudad de Tennessee con publicación prevista para abril de 2024.
No nos engañemos, a veces lo que te vende realmente un libro es su cubierta y en este sentido The Book That Wouldn’t Burn gana a otros muchos lanzamientos por goleada. Encima, si la acción está situada en una librería prácticamente infinita donde reposan todos los conocimientos a los que los humanos podemos aspirar, la alerta de bibliofilia alcanza niveles extremos.
Es difícil clasificar esta novela de Mark Lawrence, porque aunque tiene toques definitivamente fantásticos, subyace una vena de ciencia ficción en su estructura, con viajes en el tiempo y posibles universos paralelos que la hacen más atractiva que una novela de mundo secundario al uso, si es que estamos hablando de un mundo secundario, porque también aparecen algunas referencias a mitos fundacionales que podrían hacernos creer que la acción se sitúa en la Tierra. Es interesantísimo ir recogiendo estas pistas y que el propio lector se vaya haciendo su composición de lugar. A este juego también contribuyen las entradillas de cada capítulo, que son extractos de libros que pueden existir o no. He detectado entre ellos un homenaje a Guns’n’Roses, al autor de los libros de Babel y su hija, y al propio Mark Lawrence, pero seguro que hay muchos más.
La estructura de dos puntos de vista es bastante típica. Por un lado seguiremos los pasos de Livira, una joven extraordinariamente inteligente que vive en un lejano poblado y que verá alterada su vida por el ataque de los “salvajes”, que destruyen su aldea. Acabará llegando a la ciudad de la Biblioteca, Crath, donde vive Evar, con un pasado muy interesante que no voy a desvelar aquí porque parte de la gracia es ver la evolución de su relación.
The Book That Wouldn’t Burn recuerda en ciertos aspectos a Piranesi, pero tiene otras muchas influencias que se vuelcan en sus páginas. Es un libro bastante largo, casi 600 páginas, pero os puedo asegurar que no dejan de pasar cosas que lo hacen muy ameno. Un punto en contra, si acaso, es que no es autoconclusivo, con lo cual nos queda bastante terreno por explorar en las dos siguientes entregas.
Ya sabemos quién son los finalistas de los premios Ursula K. LeGuin, de este años, con un premio de 25000 dólares para novelas de ficción especulativa. El jurado está formado por William Alexander, Alexander Chee, Karen Joy Fowler, Tochi Onyebuchi y Shruti Swamy.
Estas son las obras finalistas:
Wolfish de Christiane M. Andrews
Arboreality de Rebecca Campbell
Spear de Nicola Griffith
Ten Planets de Yuri Herrera, traducido por Lisa Dillman
The Spear Cuts Through Water de Simon Jimenez
Brother Alive de Zain Khalid
Meet Us by the Roaring Sea de Akil Kumarasamy
Geometries of Belonging de R.B. Lemberg
¡Enhorabuena a los finalistas!