Orbit ha anunciado que en abril del 2026 publicará The Book of Fallen Leaves la primera novela de A. S. Tamaki.
El libro es un retelling de la casi milenaria saga de samurais The Tale of the Heike, en la que seguiremos los pasos de dos amigos, uno de ellos heredero de un clan guerrero caído en desgracia y el otro un sirviente, que forjan una inesperada amistad durante la guerra civil que siembre el caos en su tierra. La novela perfecta para fans de The Poppy War, She Who Became the Sun, The Cirty of Brass o Shogun.
Personalmente, leer un libro de Peter F. Hamilton es volver a mi zona de confort, a esa ciencia ficción de imaginación desbordada y sentido de la maravilla a paletadas. Si bien es cierto que empecé el libro con cierto recelo por tratarse de una franquicia, una novela de un juego que todavía no se ha estrenado y del que no conocía el lore, he de decir que es una lectura totalmente independiente de la experiencia del videojuego. Es posible que el juego gane enteros una vez leída (algo que me gustaría probar cuando salga) pero como obra literaria en sí misma es perfectamente independiente (salvo de la segunda entrega, claro, porque nos encontramos ante una bilogía).
La premisa ya es espectacular. Hace cuarenta mil años la humanidad escapó de una Tierra moribunda y se estableció, tras siglos de viaje, en una serie de planetas habitables (terraformados por una antigua raza alienígena). Allí han evolucionado, dando lugar a los Celestiales, que ya no se pueden considerar humanos por su desarrollo intelectual y genético. Hay cinco familias de Celestiales que se reparten el poder de forma cíclica, y las Reinas de cada casa, si bien no son inmortales, sí que transfieren parte de su conciencia a sus herederas, dando lugar a una línea dinástica ininterrumpida, que obviamente ofrece muchísima estabilidad.
Mientras tanto, las naves generacionales que fueron saliendo de la Tierra continúan llegando y estos humanos base deberán adaptarse a las condiciones que imponen los Celestiales, que abogan por una especie de servidumbre, llevadera pero irritante en su consideración de los humanos como inferiores.
En esta compleja situación política, llega otra nave generacional con el último hombre que anduvo por la Tierra TM, en un punto álgido del Gran Juego que los Celestiales llevan milenios desplegando, porque hay un planeta que se dirige hacia esta parte del Universo sin que se sepa muy bien quién lo ha puesto en esta trayectoria. Y no voy a hablar más de la trama, porque os aseguro que casi mil páginas de libro dan para mucha trama.
El reparto de Hamilton es muy coral, ya que da voz a diversos Celestiales, a humanos y a otros seres que habitan los distintos mundos. Resulta muy interesante ver cómo la manipulación genética de los Celestiales les lleva a crear muchos tipos de Awakened, que son como animales dotados de inteligencia o constructos biológicos desarrollados para una tarea en particular, siempre con la salvaguarda de que los Celestiales podrán influir en sus mentes. Esto es un comodín muy útil para que el autor se vaya sacando de la manga una serie de razas que nos irá mostrando como una muestra de todo lo que se le va pasando por la cabeza y a su vez, desarrollando toda una cultura específica para cada especie. ¿Le vienen bien unos seres de los que se aprovechan sus fluidos cuales ciervos almizcleros para crear drogas? Ahí los llevas. ¿Ahora necesitas gigantes forzudos pero complacientes para realizar trabajos manuales pesados? Toma unos cuantos.
Uno de los inconvenientes de un libro tan largo y con tantos personajes es que a veces parece que alguno de los hilos se le escapan entre los dedos y pasa mucho tiempo sin que sepamos qué les pasa a estos personajes. A esto también contribuye la dilatación temporal propia de los viajes espaciales, “solucionada” en este caso por unas puertas anteriores a los Celestiales que permiten aceleraciones brutales, siempre que haya un campo protector que envuelva a las naves. Hamilton compensa este distinto reparto de protagonismo intentando dotar del mismo interés cada subtrama, pero hay algunas que son de mecha lenta y hasta que avanza bastante la lectura no se ve claro su utilidad. Para estos momentos en que vuelven a aparecer personajes que hace varios capítulos que no hemos visto, el libro viene con un utilísimo dramatis personae.
Es cierto que el principio del libro, mientras se van recogiendo los elementos necesarios para la consecución de los objetivos, se cae en una especie de correveidile que recuerda mucho a los RPGs en general y supongo que al de Exodus en particular. Entiendo que esto puede aburrir a algunos, pero a mí mientras me sigan hablando de unidades astronómicas, geoanillos y antimateria, me siguen teniendo muy entretenida.
En definitiva, un libro de ciencia ficción al que el calificativo épico realmente hace justicia.
Aliette de Bodard ha anunciado en su newsletter la próxima publicación de un nuevo libro en el universo de Xuya, en constante expansión, definido como una historia gótica en el espacio, porque como siempre digo, todo es mejor en el espacio.
Esta es la sinopsis de In the Shadow of the Ship:
Nightjar, sentient ship and family matriarch, looms large in Khuyên’s past. Disappearances drove teenage Khuyên from it, but death will steer her back.
Now an adult and a magistrate, Khuyên came for her maternal grandmother’s funeral but finds herself unwittingly reliving her past on the decaying Nightjar. Children are still disappearing as her childhood friends once did; and worse, her beloved Cousin Anh vanishes after pleading for her help.
Khuyên sets out to save Anh alongside Thảo, a beautiful and mysterious woman who seems to know more than she should about Khuyên and the ship. But saving Anh requires doing what Khuyên couldn’t do before: face her family, face the ship, face her own hopes and fears for the future—a future that might well include Thảo, but only if Khuyên can stop listening to the critical voice in her head.
A voice that sounds an awful lot like Nightjar’s..
Mi traducción:
Nightjar, una nave sintiente y matriarca familiar, planea sobre el pasado de Khuyên. Las desapariciones hicieron que la adolescente Khuyên abandonara el barco, pero la muerte la hará volver.
Ahora, adulta y magistrada, Khuyên acude al funeral de su abuela materna, pero se encuentra reviviendo sin saberlo su pasado en una Nightjar en descomposición. Los niños siguen desapareciendo, como lo hicieron sus amigos de la infancia; y lo que es peor, su amada prima Anh desaparece después de pedirle ayuda.
Khuyên se propone salvar a Anh junto con Thảo, una mujer hermosa y misteriosa que parece saber más de lo que debería sobre Khuyên y la nave. Pero salvar a Anh requiere hacer lo que Khuyên no pudo hacer antes: enfrentarse a su familia, enfrentarse a la nave, enfrentarse a sus propias esperanzas y temores por el futuro, un futuro que bien podría incluir a Thảo, pero solo si Khuyên puede dejar de escuchar la voz crítica en su cabeza. Una voz que suena muchísimo como la de Nightjar.
Esta es la cubierta de la edición inglesa, con arte de Dirk Berger:
Y esta es la cubierta de la edición estadounidense con arte de Maurizio Manzieri:
Me pasa a veces que aunque hay libros que están catalogados como ciencia ficción o fantasía, me cuesta muchísimo trabajo encontrarles el más mínimo rastro de género. Con The Black Crescent había que hacer un poco de peripecia mental, pero con The Rumor Game hace falta un doble mortal carpado hacia atrás con tirabuzón.
Dejando de lado este hecho, me he encontrado con un libro muy agradable de leer, situado en Boston justo cuando Estados Unidos entró en la segunda guerra mundial, que trata el tema de la desinformación y los rumores que se esparcen para desequilibrar las estructuras de gobierno o para perjudicar a las minorías. Como os podéis dar cuenta, se trata de un tema atemporal, que está tan a la orden del día en 2024 como lo estaba en los 40.
Thomas Mullen divide la narración en dos puntos de vista que se acaban encontrando hacia la mitad del libro. Por un lado tenemos a Anne Lemire, una periodistas que escribe una columna dedicada desmentir los rumores que plagan la ciudad de Boston, bien sean desinformación del Eje o simplemente maledicencias de la gente. Por el otro, tenemos a Devon Mulvey, uno de los pocos católicos del FBI, que investiga los sabotajes industriales y en general, también los actos de los aislacionistas que pretendían que EE.UU. no entrara en la guerra.
Durante el transcurso de sus respectivas investigaciones, ambos se enfrentarán a una trama de corrupción antisemita con muchas más ramificaciones de las esperadas.
El ritmo del libro está muy bien llevado, tenemos entre manos un thriller histórico con un asesinato que resolver que nos llevará en volandas por sus páginas. Me gustaría destacar la representación de la sociedad del momento, con un especial hincapié en los prejuicios sociales que parecerían desterrados en la tierra de la libertad (¡ja!) y en como el poder de unas palabras dichas con malicia pueden desencadenar toda una tormenta.
También es de agradecer la crítica que el autor lleva a cabo con las medidas especiales que se tomaron durante la guerra, pero que parecen destinadas a quedarse con nosotros por “nuestra propia seguridad”. En este caso se habla de tal o cual restricción for the duration entendiendo que será mientras dure la guerra. Pero es muy fácil restringir las libertades y muy difícil restablecerlas.
Los personajes se notan un poco arquetípicos y la resolución final del misterio, aunque correcta, nos deja cierto sabor a moralina agridulce que quizá no era necesaria. Una lectura relajada y entretenida, que no pasará a la historia pero que tampoco lo pretende.
Tam Becket has hated Lord Lyford since they were boys. The fact that he’s also been sleeping with the man for the last ten years is irrelevant.
When they were both nine years old, Lyford smashed Tam’s entry into the village’s vegetable competition. Nearly twenty years later, Tam hasn’t forgiven him. No one understands how deeply he was hurt that day, how it set a pattern of disappointments and small misfortunes that would run through the rest of his life. Now Tam has reconciled himself to the fact that love and affection are for other people, that the gods don’t care and won’t answer any of his prayers (not even the one about afflicting Lyford with a case of flesh-eating spiders to chew off his privates), and that life is inherently mundane, joyless, and drab.
And then, the very last straw: Tam discovers that Lyford (of all people!) bears the divine favor of Angarat, the goddess Tam feels most betrayed and abandoned by. In his hurt and anger, Tam packs up and prepares to leave the village for good.
But the journey doesn’t take him far, and Tam soon finds himself set on a quest for the most difficult of all possible prizes: Self care, forgiveness, a second chance… and somehow the unbelievably precious knowledge that there is at least one person who loves Tam for exactly who he is—and always has.
Mi traducción:
Tam Becket ha odiado a Lord Lyford desde que eran niños. El hecho de que se haya estado acostando con él los últimos diez años es irrelevante.
Cuando tenían 9 años, Lyford destrozó la participación de Tam en la competición de vegetales del pueblo. Casi veinte años después, Tam no le ha perdonado. Nadie puede comprender cuán profundamente dolorido se sintió ese día, cómo se estableció una pauta de desencuentros y desafortunados acontecimientos durante el resto de su vida. Ahora, Tam ha aceptado que el amor y el afecto son para otras personas, que a los dioses no les importa y no responden a sus plegarias (ni siquiera esa en la que ruega que a Lyford le caiga encima una plaga de arañas comecarne para que engullan sus partes íntimas). La vida es inherentemente mundana, aburrida y apagada.
La última gota que colma el vaso aparece cuando Tam descubre de Lyford (precisamente él) cuenta con el favor divino de Angarat, la diosa que Tam siente que más le ha traicionado y abandonado. En su dolor y furia, Tam se prepara para dejar el pueblo atrás para siempre.
Pero el viaje no le lleva muy lejos y Tam pronto se encontrará en una aventura para conseguir el más difícil de los premios: autocuidado, perdón, una segunda oportunidad… y de alguna manera, el precioso conocimiento de que hay una persona que ama a Tam por exactamente lo que es y que siempre lo ha amado.
Orbit ha desvelado cómo será la cubierta de The Burning Queen la segunda entrega de la saga The Ravence Trilogy, secuela de The Phoenix King, de la pluma de Aparna Verma.
Muchas veces aprovecho las vacaciones para retomar libros de una longitud considerable que por la razón que fuera se quedaron un poco atrás en la lista de lectura. Además, si recibes una recomendación de alguien cuyo criterio es semejante al tuyo, como es el caso de Antonio Díaz, no es de extrañar que Saint Death’s Daughter me acompañara en las vacaciones. Ojo, que estamos hablando de casi 700 páginas de ritmo desigual, pero el aluvión de imaginación y humor del que hace gala C.S.E. Cooney compensa estos problemas.
La historia que relata la autora se fija en la vida de Lanie, Miscellaneous Stones, una poderosa nigromante en potencia, pero con un grave problema. Es alérgica a la violencia, con manifestaciones físicas de las heridas que ve o que causa alguien que luego la toca y su familia está plagada de asesinos. Con este percal, es casi un milagro que Lanie haya llegado a los 17 años, pero ahí está aguantando frente a viento y marea (y no muertos, asesinatos, envenenamientos, ataques de alergia…) A todo esto se une la repentina muerte de sus padres, los asesinos reales, que la dejarán a la merced de sus deudores y de una hermana poco cuidadosa con su especial condición.
Con este punto de partida, la autora empieza a mostrarnos todo un panteón mágico tan sorprendente como atípico, unido a un desarrollo de la cultura y la política intrínsecamente relacionado con un sistema mágico epatante. Es admirable cómo va cambiando la historia con giros inesperados y revelaciones que no se ven venir en su mayor parte. Recurriendo sobre todo al uso de unas notas a pie de página realmente hilarantes para conocer el árbol genealógico de los Stones y sus variopintas causas de muerte (casi siempre prematura) Cooney irá desgranando las peripecias a las que se enfrentará Lanie para proteger a sus amigos y desfacer los entuertos (y las maldiciones y las intrigas y los ataques) que se irá encontrando por el camino.
La prosa de la que disfrutaremos no es para nada ramplona, de hecho algunas veces es algo enrevesada, de acuerdo con ese tono mesmerizante que tienen algunas de las escenas, especialmente las que tienen mayor presencia de magia necrótica, pero en general toda la narración requiere de cierto esfuerzo por parte del lector para entrar en el juego que propone la escritora, que nos ofrece un drama romántico y un sainete popular aderezado con una conspiración política sustentada en un sistema mágico apabullante. Puedo entender que a algún lector le parezca un poquito demasiado, pero realmente estamos ante una obra brillante.
El abanico de personajes que pueblan las páginas de Saint Death’s Daughter tampoco le va a la zaga a la construcción de mundo. ¡Madre mía qué cantidad de gente sale en este libro! No quiero ni imaginar el trabajo que habrá llevado a cabo Cooney para ordenar el Dramatis Personae, no solo por la genealogía de los Stones que ya os digo que tiene tela marinera, si no por el resto de familias, miembros de varias cortes, de otros reinos… que acaban interactuando de una manera u otra con Lanie. Además cada uno perfectamente definido y distinguible, y lo que es más, reconocible después de unos cuantos capítulos en los que a lo mejor no se ha hecho referencia para nada a ellos.
No me sorprende para nada que ganara el premio Mundial de Fantasía el año pasado. Os lo recomiendo encarecidamente.
La novela corta es una distancia bastante traicionera para los autores en general, porque no tiene la extensión más larga que favorece la creación de mundo y no tiene la extensión más corta que permite comprimir la historia y buscar un giro final epatante. Sin embargo, P. Djèlí Clark parece abonado a ella, con obras como The Black God’s Drums.
En esta ocasión, el autor nos entrega una obra de fantasía que homenajea a la fantasía más pura, con inicios que parecen bastante típicos pero con unos giros muy atractivos. ¿Que tenemos una sociedad de asesinos como en Grayshade? Pues ahora resulta que sus miembros son no muertos que han olvidado sus vidas pasadas. ¿Que tienen que cumplir una serie de normas a rajatabla? Pues ya me buscaré yo algún agujero legal para escabullirme.
Es un mundo secundario que no tiene referentes claros en el nuestro que el autor puede llenar con su imaginación, creando los monstruos que le apetezca y aderezándolo con magia. O quizá no es que haya pocos referentes es que hay tantos que la mezcolanza da algo totalmente inesperado. La ambientación de Tal Abisi también es intencional, como dice el propio autor: una ciudad imaginada, construida con fragmentos de las ciudades-estado medievales swahili, los templos de Angkor Watt, los canales de la Venecia renacentista e incluso las calles del Londres isabelino, con una mezcla cultural que insinúa influencias que van desde el Carnaval anterior a la Cuaresma hasta el dialecto jamaicano.
La protagonista de la historia es Eveen, a quien su última misión forzará a enfrentarse a un pasado que no recuerda pero que le ha llevado hasta su situación actual. Clark recurre al humor como recurso en bastante ocasiones a lo largo de la lectura y es muy fácil entrar en el juego porque es divertido y ocurrente, un entretenimiento distinto a lo que podríamos esperar de un autor que critica el racismo en Ring Shout o el colonialismo en A Master of Djinn. No deja de lado su prosa evocativa y detallista, pero la aplica de otra manera.
En cuanto a la labor de Lynnette R. Freeman, me parece más que adecuada, pero tengo un problema con los chasquidos y ruiditos que forman parte del texto original y que entiendo que tienen que trasladarse al audiolibro, pero a mí me enervan.
The Dead Cat Tail Assassins es una lectura ligera y entretenida, un tentempié perfecto para el verano y sus rigurosas temperaturas.
La verdad es que el nuevo libro de Devin Madson, Between Dragons and Their Breath me ha parecido entretenidísimo, divertido y con un punto picante que le viene bastante bien, pero adolece de un caso grave de comienzo de saga, por que los tres cliffhangers con los que termina la entrega son más escarpados que los acantilados de Dover.
En primer lugar me gustaría alabar la labor de los tres narradores del audiolibro, uno por cada punto de vista,a ya que se nota que Soneela Nankani, Lauren Fortgang y Ron Butler se han metido en el papel a fondo, en su representación de Tesha, Naili y Ash. La elección de la dirección del audiolibro ha estado muy acertada repartiendo los papeles, además me complace especialmente que haya variedad de voces para representar cada papel, creo que el hecho de que haya más de un narrador implicado lucha contra la monotonía del audio. También este conjunto de narradores ayuda con la extraña idea de la autora de utilizar múltiples puntos de vista, pero todos escritos en primera persona.
Como decía en el párrafo anterior, los protagonistas son tres, Tesha, Naili y Ash. Tesha es una sopladora de vidrio con inquietudes políticas que se acaba ofreciendo voluntaria para espiar al autoproclamado poder supremo de la cuenca en la que viven. Naili es una lavandera en la casa del Alquimista, donde se ve que hace ya tiempo que no pasa un inspector de riesgos laborales, ya que el tratamiento de las distintas sustancias del día a día la dota de “poderes” que serán de gran ayuda en el futuro desarrollo de la serie. Y Ash cabalga dragones defendiendo la cuenca del ataque constante de los monstruos del exterior.
Aunque en principio parecen historias muy separadas, lógicamente van confluyendo como afluentes de un río más caudaloso, la trilogía del Shattered Kingdom. Sin entrar mucho en la propia historia, Madson deja entrever una construcción de mundo bastante interesante, pero plagada de misterios que no verán su resolución en las 17 horas del audiolibro. Ése es mi principal problema con el libro, que no lo veo como una unidad completa e independiente en sí misma, si no como un prólogo alargado de lo que vendrá después.
Los personajes, tanto principales como secundarios, son muy atractivos y está muy bien llevado ese tono salaz de algunos capítulos. Es un placer ir descubriendo todo el trabajo de creación que ha habido detrás de la historia y me encanta el recurso de ir contando las noticias de cada día con los titulares más destacados de los periódicos, que no se imprimen habitualmente si no que se vocean por la calle para que la gran mayoría de la población, analfabeta, pueda tener acceso al contenido.
También me gusta el tono algo reivindicativo, de lucha obrera de clases, que se deja entrever en algunos capítulos. El colonialismo de aprovechar los recursos de los demás, el imperialismo de creerse superior solo por haber nacido en un sitio determinado… la corriente política subyacente a la trama es bastante importante y estoy segura de que estas intrigas seguirán a la orden del día en las siguientes entregas, que espero impaciente.
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