La Talon Duology tuvo un comienzo fulgurante con Talonsister y la verdad es que Titanchild mantiene el nivel, aunque vuelvo a decir que nos encontramos ante un tocho de proporciones épicas, con 24 horas de audio a cargo de Jot Davies.
No cabe duda de que Jen Williams es una amante de la historia y el folklore británicos, ya que toda la saga está repleta de referencias al mito artúrico y colindantes, resultando en una mezcla bastante sorprendente. Aunque los nombres nos pueden sonar, cómo actúan y cómo juega la autora con los personajes no tiene nada que ver con lo que conocemos. Un poco como cuando Lavie Tidhar convirtió a Arturo en traficante de drogas, pero más en consonancia con la historia épica que se desarrolla en las dos novelas.
Temporalmente la novela se sitúa un par de años después de la anterior. Los Othanim han conquistado Brittletain y su líder, Icaraine, tiene siniestros planes para todo ser viviente. Las demás voces del libro anterior siguen aquí presentes, aunque cada uno bastante ofuscado en sus propias búsquedas, sin tener muy en cuenta el conflicto global que afecta a todos de manera dramática. La interacción entre las distintas líneas, por lo tanto, no sucede hasta que el libro está bastante avanzado. Esto no es necesariamente malo, pero es cierto que puede llegar a haber algunos problemas de ritmo con las transiciones entre los distintos puntos de vista.
La labor de Jot Davies narrando el audiolibro vuelve a ser excepcional, si bien algo histriónico en la representación de Icaraine, por ejemplo. Pero es que si no, ¿cómo das voz a semejante villana, que va a alimentar a su progenie con los huesos de sus enemigos para facilitar su metamorfosis? Por cierto, me resulta muy curioso que en el audiolibro, que es en versión digital descargable, se haya mantenido la locución de final del primer CD de audio. Supongo que será un error.
La historia de sororidad a la que hacía referencia en la anterior reseña continúa entre los personajes femeninos, hermanadas más por su pasado común que por lazos de sangre, pero que mantienen una red de apoyo y comprensión mutua envidiable.
Me llama la atención que la desaparición de un personaje pivotal en la historia se comente prácticamente en una nota a pie de página, como queriendo restarle importancia o convertir en un justo castigo la irrelevancia de sus actos en el largo plazo.
En general, Titanchild es un libro muy unido a Talonsister tanto que recomendaría leerlos seguidos en la medida de lo posible. Una saga que ojalá viera la luz en España, pero que con las dimensiones que manejamos quizá no sea posible.