The boolean gate

The_Boolean_GateOtro de mis nominados a los Hugo en ficción corta que no consiguió quedar entre los finalistas es “The boolean gate”. Me gustan los relatos encuadrados en lo que se ha dado en llamar historia secreta, que busca lo desconocido en los hechos históricos y rellena estos huecos con fantasía. Uno de los mayores maestros en esta suerte de collage es Tim Powers, pero he de reconocer que Walter Jon Williams no le ha ido muy a la zaga en este caso.

A través los ojos de Sam Clemens (alter ego de Mark Twain) vemos la ajetreada vida en los Estados Unidos de finales del XIX, donde se cuajaron grandes fortunas que duran hasta nuestros días y donde los progresos de la tecnología se veían como una lucha constante entre dos intelectos privilegiados, Edison y Tesla.

Sam es amigo de Nikola Tesla, y éste le va comentando sus progresos con la electricidad, los controles remotos y la aplicación de la lógica booleana a la mecánica. Pero a Clemens le surge la duda, ¿de dónde vienen los raptos de genio del serbio?

Podría parecer que lo más interesante de la historia es el plantel de personajes famosos que van apareciendo por ella, aunque sea fugazmente, algo que al menos en mi caso hace que tenga que tirar de Wikipedia para captar los detalles que el autor deja caer. Sin embargo, lo que se ganó mi voto dentro de “The boolean gate” es el conflicto interno que sufre Sam entre su personalidad real y la inventada y cómo esto ha tenido repercusiones durante toda su vida. A pesar del amor que profesa a su esposa no puede estar con ella por indicación médica y este dolor se refleja en sus últimos escritos, pero como Mark Twain no puede dejar de ser un jocoso personaje que consigue portadas de periódicos por sus frases irónicas casi sin esforzarse. Se siente culpable por la muerte de su hijo mientras que va vestido de blanco para captar la atención de todo el que pasa a su lado. Esta dualidad podría ser otra interpretación del título, La puerta lógica, solo existe el blanco y el negro, no hay matices intermedios.

Un muy buen relato que puedes leer aquí de forma gratuita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *