Los libros de la saga Lady Astronaut de Mary Robinette Kowal son un viejo conocido con el que puedes pasar un buen rato pero no te consigue sorprender. La cuarta entrega de la saga sigue esos mismos derroteros, una novela entretenida, pero con una fórmula que ya parece algo agotada.
Kowal decide volver a darle todo el protagonismo a Elma York, que al fin y al cabo es la piedra fundacional de toda la saga, pero la falta de un hilo conductor en la novela hace que su protagonismo sea un poco vano. Mientras en las entregas anteriores Elma se enfrentaba contra viento y marea para conseguir sus objetivos y un poco de igualdad, aquí está un poco a verlas venir. No es menos cierto que algunas de las decisiones que toma son importantes, pero el tono general es bastante laxo.
En el libro se tratan temas de relevancia de los que la autora ya se hizo eco en las entregas anteriores: el racismo, el sexismo… pero que el causante del problema que tendrán que resolver en Marte sea un suceso que aconteció fuera de los focos y del marco temporal del libro, deja en entredicho toda la novela. Y no hay un proceso de investigación claro, solo deslices de los que sí estuvieron presentes, dando lugar a situaciones incómodas. En los epílogos la autora habla de que el elemento que utiliza para cohesionar toda la novela es el calendario, pues la verdad es que la consistencia está bastante desleída.
Como historia alternativa, cada vez que pasa el tiempo en la saga debería divergir más del punto de partida con la caída del meteorito, pero Kowal sigue tomando como referencias su conocimiento de la historia de este periodo determinado. Si eso es congruente o no con los hechos que acontecen, queda a juicio del lector.
Me gusta que se justifique la progresión de la enfermedad del doctor York que acabará en los acontecimientos que dieron lugar al relato fundacional de la saga, aunque solo sea para compensar las constantes referencias a la vida sexual “normal” de la pareja. Hay un límite al número de comparaciones con lanzamientos de cohetes que se pueden utilizar en una novela y la autora hace ya tiempo que la sobrepasó.
Desconozco si The Martian Contingency es la última entrega de la saga, pero creo que el relato ya no da para mucho más.