A Marvellous Light

No sé qué tienen los libros situados en el Reino Unido en la época de la regencia o victoriana mezclados con magia, que son capaces de distraerme de una forma impecable. Supongo que será por la influencia anglosajona en el género fantástico o la atracción que esa forma de vida llena de boato y conspiraciones ejerce sobre mí, pero A Marvellous Light ha cumplido con todos los requisitos para que siga interesada en la serie. Por que eso sí, nos encontramos ante el primer libro de una serie y deja mucho, pero que mucho meollo para las siguientes entregas.

Las familias de más rancio abolengo disponen en secreto de capacidades mágicas, pero la mayoría de los demás no tienen, así que hay una diferencia importante de clases. Dentro de las propias familias hay vástagos que disfrutan de grandes poderes mientras otros apenas son capaces de encender una lámpara a distancia, por lo que sirven como objeto de mofa de sus allegados más afortunados. En esta situación se encuentran Edwin, un erudito poco talentoso con la magia que ejerce como enlace entre la sociedad mágica y el servicio civil encargado de velar por los intereses del gobierno en relación con la magia. Pero de repente, el cargo de mayor responsabilidad de esta oficina recae sobre Robin Blyth, un noble que desconoce la existencia del mundo mágico. Ambos se verán envueltos en una historia de magia, maldiciones y conspiraciones mientras descubren su atracción mutua.

Creo que el hecho de haber escuchado la versión en audiolibro de esta novela ha favorecido mucho que le haya puesto una puntuación bastante alta, porque la labor de David Thorpe es simplemente perfecta. Es capaz de imbuir a cada personaje de una personalidad propia (ya presente en el texto) adecuando su voz a cada momento. Me ha hecho especial gracia cómo representa los momentos íntimos de la pareja, su interpretación del consentimiento tan importante en la novela, pero en general es una labor muy buena tanto en la interpretación como en la dicción.

Me ha gustado especialmente el desarrollo a fuego lento de la relación, un poco como en Winter’s Orbit, novela con la que tiene alguna semejanza más, especialmente en la relación homosexual. Y no puedo dejar de señalar que hay escenas de sexo explícitas, pero tratada con respeto, cariño y haciendo especial hincapié en el consentimiento, algo que también vimos en Magic for Liars, de Sarah Gailey.

En relación a la parte mágica de la novela, es cierto que la autora no da mucha información sobre la conspiración y la amenaza que provoca todas las persecuciones e intrigas del libro, guardándose la parte más jugosa para las siguientes entregas. No obstante, sí que habla a las caras de la relegación de la mujer a un puesto secundario cuando queda patente que el poder mágico no depende del género. Aunque también he de decir que carga más las tintas sobre el maltrato intrafamiliar, algo fundamental en el desarrollo de los personajes, que se comportan de cierta forma debido a sus interacciones con sus hermanos o sus padres, dependiendo del caso.

La verdad, me ha dejado con bastantes ganas de ver por dónde lleva la historia en un futuro.

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