ReV

Con la publicación de ReV Madeline Ashby culmina la trilogía sobre las máquinas de Von Neuman que comenzó con vN y prosiguió con ID. Hay que reconocer que la autora ha sido capaz de escribir tres novelas muy diferentes con más o menos los mismos protagonistas, aunque su interés sea variable.

El comienzo de ReV es francamente espectacular. Nos sitúa en una recreación, en un parque interactivo con decorado gótico donde los robots actúan como vampiros, mientras que los visitantes están protegidos por la salvaguarda que impide a los robots dañar a los seres humanos. Y como diría Homer, todo acaba con erótico resultado (uno de los pilares en los que se basa la trilogía). Pero ya sabemos que la salvaguarda no es perfecta por los hechos acaecidos en las entregas anteriores, así que este prólogo sirve para dimensionar la amenaza que se cierne sobre los seres humanos.

Por desgracia, el nivel del resto de la novela no es igual. La protagonista total y absoluta es Portia, que ha evolucionado desde que la conocimos y ahora es una inteligencia distribuida en toda la red. Sus tendencias psicópatas y asesinas no han hecho si no agudizarse, y Ashby no deja pasar la ocasión de ver cómo con solo una parte de su capacidad de procesamiento es capaz de generar desgracias. Quizá tendría más fuerza si este recurso no se explotara tanto, pero es que en casi todas sus interacciones alguien acaba muerto.

El incidente del parque de atracciones provoca que las reservas que los humanos ya tenían hacia los vN se acentúen, por lo que el gobierno recurre a su creador espiritual para buscar una solución de exterminio, si llega a ser necesaria. Por supuesto, Portia no está dispuesta a dejar que este plan llegue a buen puerto, pero por su propia naturaleza es incapaz de investigar documentos que no estén en formato digital, así que tendrá que desarrollar otros planes.

Ashby carga mucho las tintas en algo que ya sabemos de las entregas anteriores. La humanidad ha abusado desde siempre de los robots, sobre todo en el aspecto sexual, ya que ellos por definición aman a los humanos. Y no hay cortapisas en estos abusos, desde la pedofilia al maltrato pasando por todo el espectro que os podáis imaginar. Y claro, los robots son los acompañantes perfectos, siempre están dispuestos a todo con tal de complacer a los humanos. Es una definición horrible de las bajas pasiones humanas.

El plan de Amy, la nieta de Portia e iteración de sí misma para evitar esta situación es muy pero que muy ingenuo y se ignoran todas las dificultades técnicas asociadas de tal modo que bien podría parecer el resultado de un encantamiento. Y es una lástima, porque combinado con algunas de las revelaciones que se había guardado para el final podría dar lugar a un nuevo origen para otros libros, pero para mí la historia ha perdido el interés.

En resume ReV cierra de forma funcional pero algo decepcionante una trilogía que prometía más de lo que ha acabado por ofrecer.

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