Godblind

De nuevo tenemos la suerte de contar con @mertonio en la lectura conjunta de Godblind y, por ende, en esta reseña. Esperamos que os guste.

Godblind es el debut de Anna Stephens y, a la vez, la primera entrega de una nueva trilogía de fantasía grimdark. En la novela, los antiguos y exiliados dioses de la sangre tratan de volver al mundo mientras los diferentes personajes facilitan o impiden este regreso.
Es un perfecto ejemplo de lo que se suele entender como grimdark, porque no escatima ni crudeza ni oscuridad, en esta ocasión tanto por parte de los protagonistas como los secundarios.


La novela hace gala un par de escenas bastante explícitas aunque el desarrollo general no es particularmente truculento en ese sentido. Los diversos puntos de vista de personajes pertenecientes al bando “Dioses de sangre SÍ” dotan de esa oscuridad antes mentada.


La historia no es excesivamente original, ya que hay conspiraciones para hacerse con el poder, invasiones y espionaje, el día a día de cualquier reino de fantasía fronterizo. Sin embargo la idea central del retorno de los dioses tiene más enjundia de la que podría imaginarse en un principio. Los dioses no son entidades sin forma ni figuras de la entelequia si no que tienen una presencia real y sus propias ambiciones e intenciones.
Alejándose un poco de esta manera de la fantasía con un panteón alejado e inalcanzable. Aquí los dioses manipulan a los humanos y se entrometen en sus asuntos. En especial en una de las figuras más destacadas de la narración, el calestar.

Esto se contrapone a la fantasía de los ochenta y noventa, donde las deidades no suelen intervenir directamente en los asuntos de los mortales ni están definidos usando rasgos humanos (codicia, amor, etc). Recordando lecturas recientes, en Fate of the Fallen ocurre algo parecido.


Una de las características más destacables de Godblind son los capítulos cortos, cortísimos, teniendo una o dos páginas de longitud. Esto, unido a la gran cantidad de puntos de vista crean una narración como un tapiz, donde los eventos son contados desde múltiples ángulos. Se crea así un ritmo trepidante de capítulos y cambios que hace que el lector en ningún momento se amodorre, ya que siempre están pasando cosas.


Un punto más flojo en Godblind sería la ambientación, que resulta ser bastante genérica de tipo medieval sin demasiado detalle ni esfuerzo por parte de la autora en crear características únicas o definitorias. Es posible que cambie en el futuro, ya que la acción del libro se concentra en un único país, pero como entran en liza varias identidades nacionales distintas estos añadidos hubieran dotado a la novela de un punto de color y distinción del que carece.

Como contraste, sorprende el exquisito cuidado con el que trata el consentimiento en las relaciones sexuales, una rara avis en la fantasía (solo recuerdo otro ejemplo así en Magic for Liars). Por desgracia, también recurre a la violacion como recurso narrativo, una “solución” demasiado fácil.

A pesar de algunos fallos es quizá una de las mejores lecturas dentro de las primeras novelas de las damas del grimdark (os dejamos como ejercicio para subir nota en los comentarios decir quiénes son las otras escritoras más conocidas del momento). Es bastante probable que sigamos leyendo la historia con el resto de la trilogía.

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