Steelheart de Brandon Sanderson

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El prolífico autor estadounidense ha dejado claro una y otra vez que él no es un escritor convencional y que quiere romper moldes. En su trabajo de final de máster ya creó su manifiesto donde habló del Síndrome de Campbell,  lo hace con sus novelas, donde se respira frescura saliendo de la sombra de la fantasía post-tolkien; lo deja claro con sus personajes que se salen de los tópicos y refritos de la fantasía; y sobre todo, lo menos convencional es su velocidad a la hora de escribir  y publicar. ¿No existe un galardón para el número de obras publicadas en el menor tiempo? Estoy seguro de que Sanderson se lo llevaría año tras año. Pocos escritores existen con esa velocidad de imaginar, crear y proyectar.

Sanderson está actualmente publicando varias sagas simultáneamente, La guerra de las tormentas, Nacidos de la Bruma (aunque es la segunda trilogía de la saga, ya que la primera trilogía está cerrada y concluida), ha finalizado la saga de La rueda del tiempo y actualmente está publicando una trilogía juvenil llamada Reckoners.

Pero, ¿Por qué digo “juvenil”? ¿Qué diferencia hay entre juvenil y no juvenil si se trata del mismo autor y de fantasía? Hace tiempo que doy vueltas a este tema y quiero aprovechar esta reseña para intentar reflexionar brevemente sobre ello y poder ofrecer mi punto de vista.

¿Qué entiendo por literatura juvenil? Esta es fácil, es toda esa literatura que tiene como lectores a un público más joven. Como ejemplo tenemos la saga de Harry Potter. ¿Pero qué está ocurriendo últimamente con el fenómeno juvenil? ¿Por qué se publica tanto bajo la etiqueta de juvenil? Entiendo que ciertas obras han propiciado este boom que ahora llamamos Young Adult, aquí traducido como joven-adulto o juvenil. Este público es muy amplio y suele consumir gran cantidad de libros. Es un buen público ya que sustenta la pata coja de muchas editoriales.

La mayoría de la gente lee por géneros: novela histórica, fantástica, romántica, narrativa…Juvenil. Parece que hay cierto público que solo lee “juvenil” como si ello fuera garantía de algo. Las editoriales lo saben y publican bajo esa etiqueta cualquier cosa. Y cuando digo cualquier cosa me refiero a DE TODO. Desde libros infumables y puras bazofias a verdaderas obras de arte. Y lo peor es que gran parte de este público apenas nota la diferencia.

Este fenómeno es algo que podríamos llamar “moda” aunque el término no me acaba de convencer del todo. Grandes autores publican bajo esta etiqueta y muchos están empezando a hacerlo, es el caso por ejemplo de Joe Abercrombie con Half a King. Brandon Sanderson tiene una saga llamada Alcatraz y dos novelas juveniles, Rithmatist y Steelheart.

¿Es la etiqueta juvenil sinónimo de peor o mejor? No, por supuesto que no. En cambio sí que es cierto que si una novela es sencilla, poco transgresora, floja pueda publicarse bajo la etiqueta juvenil como si fuera sinónimo de “cajón de los desastres” tan solo añadiendo algunos elementos clave (como algunos personajes jóvenes y relaciones sentimentales entre ellos que cobran más importancia que la trama, por poner un ejemplo). Steelheart es una novela que destaca como un oasis en un desierto. El desierto es la etiqueta Young Adult.

La ciudad de Chicago Nova está dirigida por unos personajes con grandes poderes llamados Épicos, su gran líder es Steelheart. Estos Épicos consiguieron sus poderes debido a una explosión que llaman Calamity. Los poderes son de lo más diverso y hay una gran variedad, pero con ciertos patrones de repetición, por ejemplo hay ciertos niveles de poder dentro de los ilusionistas. Algunos tan solo pueden crear ilusiones pequeñas y otros pueden incluso hacerse invisibles y hacer invisibles a otros.

En Chicago Nova hay un grupo clandestino que lucha contra los Épicos y su tiranía llamados Reckoners. Nuestro protagonista, un joven (claro, es novela juvenil) llamado David acabará en este grupo tan cerrado e introvertido para poder vengas a su padre asesinado por Steelheart.

He leído cinco novelas de Brandon Sanderson y dos relatos, por lo que el autor no era nuevo para mí, aun así he disfrutado muchísimo con la historia. Sanderson tiene dones y carencias, pero sus puntos positivos son tan potentes que es complicado apreciar lo negativo. Las escenas de acción son excelentes, el ritmo de la novela estable y muy fluido y los diálogos, eso tan olvidado por tantos escritores son dignos de leer en voz alta. Con Sanderson podemos decir sin tapujos que escribe fantasía épica.

Quizá el punto fuerte de la novela es el sistema de magia que usan los Épicos. Poderes que a pesar de que no sabemos cómo han sido otorgados, cumplen ciertas leyes y tienen puntos débiles. Estos poderes recuerdan claramente a los súper-héroes de cómic pero el giro que les da Sanderson en esta novela los hace la parte más interesante de la misma.

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Hay algo que no es del todo negativo pero que me ha impedido disfrutar en cierta manera de la obra. El argumento, la ambientación y el desarrollo de la acción me han parecido un refrito del primer libro de Nacidos de la Bruma. El héroe joven y solitario, el grupo de amigos que planean un golpe contra la figura totalitaria y que actúan de forma clandestina, la sensación abrumadora de que el enemigo es mucho más poderoso y mucho más inteligente para luego darnos cuenta de que esto es falso, la evolución del protagonista dentro del grupo, las escenas de acción, los cliffhangers y por supuesto el final.

Nacidos de la Bruma me encantó, de lo mejor de Sanderson, pero parece que para escribir Steelheart simplemente haya cogido una buena idea, le haya dado un molde que ya tenía por allí y haya reducido la calidad de la obra para poder llamarla juvenil. Porque ese es un fallo típico de esta etiqueta, creer que los lectores de juvenil quieren cosas de menos calidad, cuando en mi opinión los denominadores comunes son otros muy distintos.

A diferencia de otros lectores he considerado un acierto no traducir los juegos de palabras que usan como nombre los Épicos. Creo que algunos como Steelheart (Corazón de acero) podrían haber funcionado muy bien, pero hay algunos que tienen nombres complicados y podría haber salido una pequeña chapuza de ahí. Aplaudo a la editorial y al traductor por la decisión de dejar los nombres originales. Sí, están en inglés. Y sí, sus nombres tienen que ver con sus poderes, pero no hace falta ser un experto en el idioma para entenderlo.

Steelheart es una muy buena novela con una gran dosis de acción que se puede leer en apenas una tarde pero desciende mucho en calidad respecto a otras obras de Sanderson. Y sobre todo es carente de originalidad, algo por lo que suele destacar Sanderson. No me entendáis mal, la obra ES original, respecto a otras de su género, pero dentro de la bibliografía del autor, no es más que una repetición de una obra que le salió casi perfecta y da la sensación de volver a leer la misma historia una vez más pero en forma de resumen. Esto es algo muy personal y algo que va a pasar desapercibido por casi cualquier lector, ya que es una gran novela que voy a recomendar a todo aquel que quiera empezar a leer a Brandon Sanderson pero no se atreva con sus grandes novelas de casi ochocientas páginas. Steelheart puede ser un inicio para neófitos al autor, una puerta hacia otras obras del mismo o incluso otros autores menos conocidos.

 

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