Outlaw Planet es la nueva aportación del autor M.R. Carey al universo del Pandominium, aunque es de lectura independiente. Se trata de un western de ciencia ficción, algo que no sonará raro a los fans de Firefly o a los lectores de Stark Holborn, por ejemplo, ya que tratar el espacio como un entorno fronterizo se lleva haciendo desde hace tiempo. Quizá el giro que le ha dado Carey al separar dos narrativas una más claramente western y la otra pura ciencia ficción sea lo que hace destacar un poco a la novela.
El universo del Pandominium se basa en la existencia de mundos paralelos a los que se puede acceder mediante cierta maquinaria que permite estos “saltos laterales” y por la presencia de humanos con algunos genes animales, cuyo comportamiento por norma general se ajusta a las características más definitorias de estas especies. Y este es todo el conocimiento del universo que es necesario para la lectura de Outlaw Planet, por eso insisto en lo de que es una novela que se sostiene por sí misma, sin necesidad de otras lecturas.
En el reparto de longitud de capítulos, la parte del león se la lleva la historia de Dog-Bitch Bess, una joven maestra reconvertida en fugitiva que da con un arma inteligente que cambiará su vida. Bess es un personaje carismático, llena de contradicciones, pero con una cierta brújula moral que la hace muy interesante. Asistiremos a su desarrollo como persona y a su “bajada a los infiernos” por circunstancias ajenas a su voluntad, lo que hará que acabe con un variopinto grupo de compañeros con los que desentrañará los misterios de su planeta. El final de los capítulos está destinado a la parte de ciencia ficción más “pura”, por llamarla de alguna manera, que está más relacionada con el Pandominium pero que vemos que acabará por converger con la historia de Bess, explicando el misterio de ese planeta sumido en una guerra constante.
Los dos puntos de vista tienen narradores muy diferentes, con una prosa perfectamente distinguible entre ellos. Carey ha escogido las creencias religiosas de los Santos de los Últimos Días para el entramado de la historia de Bess, una elección curiosa pero perfectamente compatible con el entorno en el que se desarrolla la historia. Mi impresión es que el libro va mejorando conforme vas a avanzando en la lectura, bien sea porque la parte de ciencia ficción se va desvelando y los misterios se van resolviendo, bien sea porque la actuación coral de los personajes creados por Carey va ganando más empaque.
En resumen creo que Outlaw Planet es una buena puerta de entrada al universo Pandominium, que se lee con gran interés y que puede hacer que tengas ganas de continuar con los otros dos libros situados en el mismo universo.


