Fachas del Espacio

VOXDAY

En un país como el nuestro, en el que las mayores polémicas del fandom suelen girar en torno a si alguien le puso pocas estrellas a tu libro en Goodreads, no pueden dejar de llamarnos la atención las auténticas guerras culturales que se desatan al otro lado del charco por las cuestiones más peregrinas. La última es la que está enfrentando al escritor de ciencia ficción, músico, diseñador de videojuegos y bocachancla a tiempo completo Theodore Beale, aka Vox Day, con… bueno, básicamente con todo el mundo.

Las opiniones de Beale, que se define como un “fundamentalista baptista del sur” se sitúan varios metros a la derecha de las de Adolf Hitler en lo que a racismo en general y antisemitismo en particular se refiere, equipaje que complementa con una misoginia de esas que invitan a buscar explicaciones en algún tipo de trauma psicológico. El caso es que no tanto por estas opiniones, sino por su inveterada costumbre de hacerlas públicas cada vez que se le presenta ocasión, Beale mantiene desde 2005 una polémica on line con el venerable John Scalzi, que no es precisamente lo que en Europa llamaríamos un progresista pero lo parece al lado de un tipo como Beale.

No contento con esto, en 2013 decidió presentarse a la presidencia de la Asociación de Escritores de Fantasía y Ciencia Ficción de América (SFWA) contra el propio Scalzi. Ni que decir tiene que la campaña fue sucia, salpicada de ataques ad hominem no sólo hacia otros escritores, sino hacia las mujeres, los negros (Beale ha llamado al presidente Obama “un negro malo”) y, sobre todo, a las mujeres negras escritoras empezando por N.K. Jemisin. Como resultado de todo esto no sólo no salió elegido (obtuvo un diez por ciento de los votos), sino que resultó expulsado de la SFWA.

Hay que señalar que, si bien, la posición de Beale dentro de la SFWA, una asociación en la que hay muchas mujeres y de todos los colores, era precaria, no le faltan apoyos entre los elementos más recalcitrantes de la sociedad americana: es un habitual de los premios de ciencia ficción cristiana y su ensayo The Irrational Atheist: Dissecting the Unholy Trinity of Dawkins, Harris and Dennett, libro en el que también el francés Michelle Onfray lleva lo suyo, al parecer, fue recomendado como regalo de navidad por la conservadora National Review en 2007. Sus libros, de hecho, aparecen con frecuencia en las listas de bestsellers del NY Times. Muy consciente de esto, Beale ha decidido demostrar por qué la democracia es el mejor sistema del mundo orquestando una “campaña” para aglutinar todo el voto ultraconservador de cara a las nominaciones de los Hugo. Es por eso que un escalofrío recorrió a los asistentes en directo y a los que cenábamos frente a nuestros laptops a las 9:30 hora española el pasado sábado (por favor, no nos juzguéis) cuando supimos que tan astuta estrategia le había conseguido una nominación a él (en la categoría de mejor relato, donde tendrá que competir con mujeres como Mary Robinette Kowal y Aliette de Bodard) y otra a su correligionario Larry Correia en la categoría de mejor novela.

Por lo pronto, esta circunstancia le ha permitido a Beale presentarse como víctima de una persecución ideológica en el mismo subtítulo de su blog, donde desde ayer podemos leer “Hugo-nominated, SFWA-purged”.

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Los ideales del cro magnon.

Ya sé que estáis pensando que todo esto no es nada nuevo, que Robert Heinlein, Larry Niven u Orson Scott Card nunca fueron tampoco personas que destacasen por lo ecuánime de sus opiniones y que eso no nos impidió a varias generaciones de lectores de ciencia ficción disfrutar con sus obras haciendo abstracción de sus ideologías personales. El caso de Beale, mucho nos tememos, no da para tanto. A continuación, les hacemos un breve recorrido por el ideario de este adalid de las libertades (básicas).

No lo intenten en casa.

Beale habla de la homosexualidad:

El hecho de que algunos desafortunados nazcan sin brazos y se las arreglen para vivir una vida razonablemente feliz a pesar de su defecto de nacimiento, no hace la falta de brazos ni normal ni deseable, del mismo modo que la idea de que alguien haya nacido con su orientación sexual cambiada no significa que más gente tenga que nacer así en el futuro. No estoy del todo seguro de que los cambios de orientación sean defectos de nacimiento; como la mayoría de las cosas, la homosexualidad es probablemente una combinación de naturaleza y educación. Pero incluso si dejamos a un lado toda la tradición moral y religiosa (cuya sabiduría, en todo caso, es discutible), sigue sin haber duda de que, en la medida en que sea producida por la naturaleza, la homosexualidad es un defecto de nacimiento desde cualquier punto de vista relevante, ya sea secular, material o sociológico.

Beale habla de inmigración:

Si los alemanes necesitaron algo menos de cuatro años para librarse de seis millones de judíos, muchos de los cuales hablaban alemán y estaban totalmente integrados en la sociedad alemana, no se podría tardar más de ocho años en deportar a 12 millones de inmigrantes ilegales, muchos de los cuáles no hablan inglés y no están integrados en la sociedad americana.

Beale habla de las mujeres en la ciencia:

La idea de clases de biología impartidas por profesoras lesbianas que creen que la procreación heterosexual es un mito o curso de cálculo dados por mujeres que no puede hacer una división larga puede parece imposible hoy en día, pero si le preguntamos a cualquier desarrollador de software será capaz de proporcionar muchos ejemplos de ingenieras informáticas, algunas con másters en computación, que no tienen ni idea ni siquiera de cómo empezar a escribir un programa informático.

A las mujeres les encanta la educación, es su aplicación al mundo real lo que no les gusta.

Beale habla sobre las mujeres en general:

No creo que pudiera recomendar esto como una estrategia para la mayoría, pero sí que es educativo saber que violar y matar a una mujer resulta demostrablemente más atractivo que comportarse como un caballero. Mujeres, antes de que comiencen las inevitables exageraciones, tomad nota de que aquí no hay absolutamente nada que discutir. Es un hecho establecido empíricamente.

Y sobre Nielsen Hayden en particular:

Desde luego, Spacebunny y la foca de Nielsen Hayden no parecen pertenecer al mismo filum, no digamos ya a la misma especie, así que tal vez la clave no está en la palabra “mujeres”, sino en “reales” en el sentido de “grotescamente deformes.”

Y, cómo no, sobre N.K. Jemisin:

Al contrario que en el caso de los varones blancos a los que desprecia, no se pueden encontrar pruebas por ningún lado de que una sociedad de NK Jemisinas sea capaz de construir una civilización avanzada, o ni tan siquiera mantener una sin un apoyo significativo por parte de esos varones blancos.

Siendo una medio salvaje, educada pero ignorante, que tiene tan poca idea de lo que se necesita para que “un puñado de viejos americanos barbudos de clase media” construyan una nueva literatura como un igbotu analfabeto de cómo construir el motor de un avión, Jemisin no entiende que su insincera llamada a la “reconciliación” y a una mayor diversidad dentro de la Ciencia Ficción/Fantasía es el equivalente a una reivindicación de su irrelevancia.

Ah, casi olvido que, por si todo esto fuera poco, Beale es creacionista y titular de la patente de un ratón con dieciocho botones, rueda de scroll, joystick incorporado y 512 k de memoria: justo lo que estabais buscando.

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