The lives of Tao

livesoftaoLos extraterrestres están entre nosotros desde el principio de nuestra existencia y han manejado los hilos de nuestro destino. Con esta premisa, digna de Cuarto Milenio o inspirada por von Daniken, Wesley Chu nos presenta una novela de acción y espías, un auténtico pasapáginas que hará las delicias de los seguidores de teorías conspiranoicas.

Tao es uno de estos alienígenas, extraordinariamente longevos, que establecen relaciones simbióticas o parasitarias (depende del punto de vista) con sus envoltorios humanos. A veces el receptor será una persona preparada con tiempo y entrenada por los Quasing para esta tarea, pero en The lives of Tao este “honor” recaerá sobre Roen Tan, un ingeniero informático gordo y aburrido que pasaba por allí. Su vida cambiará tras este encuentro fortuito.

La principal baza del libro son los momentos divertidos del entrenamiento de Roen para convertirse en un agente de campo. Su nostalgia por una buena pizza será comprensible para cualquier persona que haya pasado por una dieta y las agujetas y tirones que sufre mientras se está poniendo en forma tampoco serán ajenos a cualquiera de nosotros.

Los conocimientos del autor sobre artes marciales se hacen patentes en las escenas de acción de libro, aunque a veces resultan un poco confusas. Es difícil caminar por la estrecha línea que separa una pelea creíble de una coreografía y por norma general Chu lo consigue. El resultado es bastante cinematográfico.

Esta inspiración cinematográfica es aún más patente en los escenarios que se plantean, que parecen sacados directamente de las películas de Bond. El submarino, el hotel de lujo, la fortaleza aislada de origen nazi… Topicazo tras topicazo, es innegable, pero aun así es divertido.

En este sentido la obra de Wesley Chu es una visita más al héroe de las mil caras y una no excesivamente original.  Además, le habría hecho falta una revisión de estilo ya que algunas veces tiene repeticiones innecesarias. Se echa en falta una visión más profunda de los distintos huéspedes que han cobijado a Tao a lo largo de su vida, no sé si será idea del autor explorar esta posibilidad en las siguientes entregas.

La parte del ángel

parteangelComo ya dije antes, sigo fascinada por los relatos que componen Cybersiones. Los he leído de un tirón y no he seguido porque todavía no está disponible la cuarta entrega, si no, seguramente también la habría leído.

El autor sigue desarrollando historias sobre lo que parece su obsesión: la manipulación de la percepción de la realidad por diversos medios. En esta ocasión asistimos a una investigación en un mundo onírico. El protagonista es un tetrapléjico, pero solo se hace mención de pasada a su condición. No es importante mientras pueda conectarse a la red, que es donde desarrolla su vida y la práctica totalidad del relato.

Pero esta fantasía virtual guarda un peligro, el Factor. Un sumidero de emociones negativas que aparece en los distintos escenarios y que provoca la muerte real a los desafortunados incautos que se ven atraídos por su oscuridad.

Estos mundos virtuales podrían considerarse una versión corregida y aumentada de los MMORPG pero con una inmersión total, de forma que realidad y ficción pueden llegar a fundirse, siempre que la cuenta corriente lo permita. Gracias a esto el relato puede situarse en un futuro muy cercano y no causar rechazo ni extrañeza, aunque no sea realmente una proyección de lo que sucede en el presente.

Me ha encantado el recurso que utiliza el autor en las primeras páginas del relato para ponernos en situación mediante un examen escolar. Al igual que en “Selected Program Notes from the Retrospective Exhibition of Theresa Rosenberg Latimer” las preguntas dan mucha más información de lo que en un principio se podría suponer. También me gusta mucho la elección del título por parte de García Albás. Esa similitud en la historia con el envejecimiento del whisky en barrica de roble le da un sabor especial a la narración.

Sin embargo, me encuentro con algunas cosas que no me gustan. El autor lleva de la mano al protagonista a lo largo de la investigación, no vemos en ningún momento un destello de genio o de inspiración que sea la chipa que prenda la resolución del caso. Tampoco me gusta el tratamiento del dolor y la pérdida, aunque este es un tema muy personal. Entiendo las distintas opciones que aparecen: la venganza, la negación… pero no me siento identificada.

La parte del ángel me ha gustado algo menos que Delirios de grandeza y El rey lansquenete, ya que me parece que el talento de Santiago se desperdicia un poco en la descripción de los distintos sueños por los que se va desarrollando la trama y se diluye en la parte final. (¡Ay, esos finales!). No quiero decir que no se pueda disfrutar la lectura, solo que el listón estaba tan alto que no se han cumplido mis expectativas. Aun así, espero impaciente Cybersiones 4.

Saga Volumen 2

saga-vol2-cover-copyLa exitosa Saga de Brian K. Vaughan y Fiona Staples continúa arrastrando legiones de seguidores con esta segunda entrega. Este fin de semana, sin ir más lejos, han ganado varios premios.

Una vez conocidos la mayoría de los personajes importantes y con algunas incorporaciones nuevas vemos cómo se va desarrollando esta historia de amor que cada vez se aleja más de Romeo y Julieta para encontrar su propio camino.

Algunas de las fuentes de inspiración del guionista son bastante obvias, quizá la más llamativa sea la nave Yggdrasill de Los cantos de Hyperion, que aquí vemos reproducida en una escala menor. Sin embargo, Vaughan conoce tan bien su oficio que hace que nos parezca totalmente original, e incluso hace que pasemos por alto algunos de los agujeros de la trama, que los hay.

En el primer volumen no tuvimos ninguna referencia al inicio de la relación entre Marko y Alana y ahora nos la cuentan mediante flashbacks correctamente dosificados, pero hay algo poco creíble en esta relación de opuestos, unidos en primer lugar por un libro. Tenemos acceso a algunos extractos de ese libro (dignos de Corín Tellado) y la verdad, no invita a la lectura. Resulta sorprendente que gracias a esa novela cambie la vida de alguien.

El aspecto gráfico es impecable. Una vez que nos acostumbramos al estilo de Staples mezclando distintas técnicas de dibujo, nos encontramos ante un despliegue de imágenes que se quedan grabadas en la retina, en un escenario grandioso como es el universo donde se puede dar rienda suelta a la creatividad.

Lo que no me gusta nada es ese afán de provocación de los creadores, sin un objetivo claro. Esto es especialmente llamativo en las imágenes de la cabeza de IV, con su monitor de televisión que en los momentos más insospechados muestra imágenes de alto contenido sexual. Pero la “excursión” que realizan Marko y su madre buscando a Izabel tampoco se queda atrás.

Hacia la mitad del volumen comienzan a entrelazarse las líneas argumentales de los distintos personajes y se va incrementando la tensión, resuelta con un cliffhanger muy bien alcanzado que hace que deseemos leer la tercera entrega.

Aunque no me ha gustado como el primer volumen, seguiré con la lectura de esta entretenidísima saga a ver qué les pasa a Marko, Alana y sobre todo, a Hazel.

Six Gun Snow White

sixgunEste año voy muy retrasada en mis lecturas para los Hugos, pero es que no me llaman mucho la atención la mayoría de los nominados. En la categoría de novella quería echarle un vistazo a este Six Gun Snow White, pero la lectura me ha dejado indiferente.

La propia Valente utiliza el término mythpunk para describir un subgénero de la ficción mítica que se inicia en el folclore y el mito, y añade elementos modernos. Esta historia cuadra perfectamente con esta definición ya conjuga los elementos más famosos del cuento de Blancanieves con el lejano Oeste y los utiliza para hablar sobre mestizaje, pérdida de identidad y nostalgia sobre los tiempos pasados.

Esta contraposición de elementos hace que Encantador no sea un príncipe si no que sea el caballo de Blancanieves o que los siete enanitos sean siete mujeres forajidas de la justicia que dan cobijo a la protagonista.

La novella está muy bien escrita, Valente es una maestra en el uso del lenguaje y ciertamente es menos recargado que otras obras suyas que he leído, lo cual facilita la comprensión. Es curiosa la estructura escogida, con capítulos muy cortos cuyos títulos parecen contar una historia diferente a la de la narración.

Destaca especialmente la crueldad con la que se maneja la madrastra, aunque quizá la clave sea la concepción de Blancanieves como mestiza, hija de una nativa norteamericana y un acaudalado hombre blanco. Este origen mixto permite a la autora hablar sobre el sentimiento de no pertenecer a ningún lugar, de no ser aceptado por nadie. Quizá éste sea el mensaje final del relato, pero es una interpretación que no acaba de casar con el desenlace.

El problema para mí viene cuando lo que se está contando no resulta interesante ni llamativo. A pesar de no tener mucho que ver con el cuento original, la autora no ha conseguido que me importara lo que le pasaba a Blancanieves y sus allegados, lo que convierte a Six Gun Snow White en una lectura que no deja huella.

Delirios de grandeza

deliriosSigo descubriendo a Santiago García Albás gracias a la edición de Sportula de sus Cybersiones.

De nuevo nos encontramos ante un relato que toma como base la percepción de la realidad. En esta ocasión, todo el mundo tiene instalado un filtro cerebral que; mediante paquetes software, permite camuflar la miseria que hay alrededor para que los usuarios crean vivir en un mundo de ensueño. Existen 18 niveles de sofisticación de estas interfaces, los más bajos hacen la vida apenas soportable mientras que los superiores convierten la existencia en un paraíso sensorial.

Las descripciones que nos encontramos durante la lectura son duras y eficaces. Nos invade una terrible sensación de desasosiego y asco cuando conocemos el Mundo Real TM sin ningún tipo de filtro. Aunque algunas veces parece que se recrea en la inmundicia y los más bajos instintos, consigue su propósito de asquearnos. La idea de las fiestas de mendigos es especialmente inquietante pero no es la única.

También hay cosas que no me gustan. Lo peor es la búsqueda efectista de un final apabullante, creo que el mundo que nos plantea este Delirios de grandeza podría haber dado más de sí. También hay una serie de casualidades necesarias para que avance la trama que desmerecen un poco el conjunto y resulta difícil creer que en el estado en el que se encuentran las cosas la sociedad pueda seguir funcionando, aunque sea a trompicones.

Se habla mucho sobre la distopía y creo que este relato entra dentro de los límites de esta etiqueta, entendiéndola como un supuesto estado del bienestar que en realidad oculta una sociedad corrupta y decadente. Para el que haya leído el relato no habrá mucha discusión sobre su denominación como distopía, aunque quizá no siga los canones del subgénero, en el sentido de que no hay una resistencia que luche contra el sistema. De hecho, lo que todos desean es volver al sistema para no sufrir la realidad.

Creo que el autor utiliza su relato para criticar las técnicas más agresivas e intrusivas de la publicidad, al igual que Ramez Naam hace en “Water”, relato con el que veo puntos de conexión en esta narración. Quizá la más clara de estas conexiones sea la publicidad personalizada, adaptada a cada consumidor, que deviene en manipulación del cerebro. La tecnología usada en cada relato es distinta, pero están basadas en implantes cerebrales que modifican la percepción. Mientras que en “Water” se hace hincapié en las feromonas como forma de manejar las emociones, en Delirios de grandeza no se entra en tanto detalle. También es similar la estratificación de las clases sociales, la comodidad y confort a que tiene acceso cada persona está rígidamente diferenciada por el acceso que posea al software. En la obra del egipcio, los ricos no tienen que sufrir el constante acoso de la publicidad mientras que en la del español los más pudientes perciben la perfección en todo lo que les rodea.

Tengo la tercera entrega de Cybersiones, La parte del ángel, preparada en mi libro electrónico y creo que a no mucho tardar estaremos hablando de ella por aquí.

A stranger in Olondria

olondriaSofia Samatar se ha postulado como una firme candidata a ganar el premio Campbell al mejor escritor novel este año gracias a su A stranger in Olondria. Se han oído muchas alabanzas a esta obra, que como formaba parte del Hugo Voter Packet no tardó en caer en mi libro electrónico.

Si hay algo por lo que destaca esta novela es por su prosa. Es de un lirismo que desborda los sentidos. Que la autora es poeta queda claro en cada frase, escogida con mimo y forjada a base de talento. Los paisajes que se recrean en este viaje de ida y vuelta del protagonista son descritos utilizando todos los sentidos, de forma que la atmósfera de la historia nos envuelve y casi somos capaces de oler la plantación de especias en la que comienza.

Cuando comenzamos la lectura es difícil no sentirse identificado con Jevick, que nos relata cómo conoce la existencia de los libros gracias a su tutor extranjero, un nativo de la desconocida Olondria. Los primeros capítulos del libro son un canto de amor a estos, a las sensaciones extraordinarias que provocan sus lecturas. ¿Cómo describir el descubrimiento de la lectura cuando antes no se conocía? Samatar lo consigue evocando recuerdos y sensaciones muy presentes a lo largo de toda la obra.

A pesar de todo esto, la novela no ha funcionado para mí. Me gusta disfrutar de la prosa, y no se me suele hacer larga aunque sea alambicada, pero en A stranger in Olondria me he encontrado con una casi impenetrable jungla de palabras. Se puede leer como un viaje iniciático, como un rito de madurez o incluso como una historia de fantasmas, pero en todos los casos resulta difícil avanzar y la cadencia de la historia, tan pausada que a veces parece inmóvil, lastra el disfrute de la novela.

Un problema estructural menor, pero que da una pista sobre lo que estoy contando, es la forma de introducir la historia del “ángel” del libro. Después de capítulos y capítulos conviviendo con ella, de repente descubrimos toda su historia, que se inserta sin pausa alguna en el libro, dejando colgada la trama principal durante un tiempo que me parece demasiado largo.

Si sois capaces de afrontar el ritmo demasiado lento de la historia y sumergiros en la prosa de Sofía Samatar, no me cabe duda de que disfrutaréis de A stranger in Olondria. Es una pena que yo no lo haya conseguido.

El rey lansquenete

ReyLansqueneteHacía tiempo que un relato no conseguía mantenerme sentada en la silla pasando las página esperando la resolución final, pero hay que decir que Santiago García Albás lo ha conseguido.

Nos encontramos en un futuro cercano, donde la falta de recursos para mantener las prisiones en funcionamiento ha hecho que los delitos se paguen de otra manera menos onerosa : el control mental. Existen tres niveles de castigo: monitorización, distropía y estupor. Cada uno implica un control mayor que el anterior y los reos se encuentran bajo la supervisión constante de la Entidad, todopoderosa inteligencia artificial que es capaz de cambiar lo que perciben a través de sus sentidos para proteger a los demás ciudadanos.

El estilo de escritura es seco y directo, algo que le viene de maravilla a una novela negra como es este El rey lansquenete, en la que en todo momento nos hallamos en la mente de una persona que está planeando un asesinato.

El uso de la segunda persona nos sumerge aún más en la narración, sentimos en nuestras carnes el dolor por la pérdida que hace que el protagonista planifique meticulosamente su venganza. Cada paso está fríamente calculado para conseguir vencer a las ilusiones de las que nos vemos rodeados en un distropía. La atmósfera llega a ser asfixiante en ocasiones, ya que cualquier despiste puede resultar fatal y hemos de enfrentarnos a la supervisión mediante la repetición de hábitos y la alienación de los actos cotidianos. También merece especial atención el hecho de que el libro es prácticamente un soliloquio, con excepciones de breves diálogos que sirven para liberarnos un poco del sentimiento de opresión al que nos vemos sometidos.

Se ha hablado mucho del final, quizá la parte que falla algo en este relato, pero más bien por la forma en que está contada que por el contenido. No sé cómo se podría haber cambiado, pero; a pesar de este tropezón, es una lectura más que recomendada. Con decir que en cuanto lo he acabado he empezado con siguiente entrega de Cybersiones, creo que dejo claro que este autor me ha conseguido entusiasmar.

The weight of sunrise

kaftanUn relato que ha ganado el premio Nebula y el Sidewise y que ha sido nominado al Sturgeon merecía entrar entre mis apretadas lecturas,  aunque solo fuera para saber qué tiene de particular para haber captado la atención de tantos jurados. O tal vez sea porque en el podcast de los VerdHugos me pillaron en un renuncio y he decidido subsanarlo cuanto antes. Tampoco conocía a Vylar Kaftan, así que era una buena oportunidad para leer algo suyo.

La historia alternativa es un subgénero muy atractivo ya que da muchas posibilidades al escritor. Puede escoger cualquier punto de cambio y a partir de ahí desarrollar su narración. En esta ocasión la acción se sitúa a principios del siglo XIX, en un imperio inca que sobrevivió a los españoles pero que cíclicamente se ve sacudido por la plaga de la viruela. A pesar de haber instaurado los principios de la cuarentena, no se ha avanzado nada en la prevención.

Es por esto que cuando llegan unos “americanos” proclamando llevar la cura contra la enfermedad el mismísimo Sapa Inca (máximo dignatario del imperio) muestra su interés. Pero la comunicación es imposible si no se cuenta con los servicios de alguien que conozca los idiomas inca e inglés. Y es aquí donde nuestro protagonista entra en escena, ya que es descendiente de un inglés que le enseñó el idioma en su infancia.

La autora utiliza este choque cultural para explorar las diferentes concepciones que sobre la libertad tiene cada pueblo, el concepto de progreso aplicado a cada sociedad y el valor de la vida humana. Mientras que a los visitantes se les llena la boca hablando de hermandad y de cómo están subyugados por la corona británica, el hecho de poseer esclavos no les provoca el más mínimo desasosiego. Por el contrario los incas, a los que la esclavitud repugna, no dudan en sacrificar humanos para calmar a sus dioses.

Me ha sucedido algo curioso. Mientras leía, la historia me parecía buena, pero luego, cuando me he puesto a reflexionar para escribir este artículo me he dado cuenta de que hay varios detalles que no cuadran. Por ejemplo, el protagonista (le) está contando una historia a su nieto, pero el estilo de “The weight of sunrise” no es oral. Que pueda ejercer su labor como intérprete tras décadas sin hablar en inglés es rocambolesco, al igual que su forma de pensar, que es muy “moderna” para ser un campesino del siglo XIX al que el azar ha elevado a la nobleza. La resolución final me ha parecido algo apresurada, en especial cómo se descubre cierto complot que luego es mencionado solo de pasada.

Sin embargo, todos estos detalles no entorpecen la lectura de esta obra corta. Me encantaría que lo leyerais para comparar vuestras opiniones con las mías, porque como digo durante la lectura no le he visto problemas al relato, las incongruencias las he detectado luego.

Brothers, a tale of two sons

Brothers-A-Tale-of-Two-Sons-Wallpaper-HDEn ocasiones no hacen falta grandes despliegues para que un juego llegue a tu corazón. En apenas unas horas he acabado y disfrutado Brothers, a tale of two sons, un pequeño juego de Xbox 360 que recomiendo especialmente.

Lo primero que llama la atención del juego es el apartado gráfico, ya que es espectacular el trabajo realizado con los paisajes y con el camino que han de seguir los dos hermanos en su aventura. A pesar de no tener una sola línea de diálogo (al menos diálogo entendible), la expresividad de los personajes y lo bellos que son los decorados nos permiten comprender perfectamente la historia. Realmente merece la pena sentarse en los bancos que hay a lo largo del camino y que nos permiten disfrutar de las vistas de este país de fantasía en el que se desarrolla la historia.

two brothers

El juego nos enfrenta a dificultades que aparecen por lo escarpado del terreno o los obstáculos que nos encontramos en el viaje, pero, salvo un caso puntual, no hay combate. Es de agradecer el desarrollo cooperativo. Cada hermano posee unas características particulares que serán de utilidad a lo largo de su peregrinaje y nosotros tendremos que hacer que trabajen a la vez para seguir avanzando en la historia.

La forma de control es curiosa. El mando se divide en dos partes, con el gatillo y el stick izquierdo controlamos a un hermano y con la parte derecha al otro. He de reconocer que esto me ha ocasionado algunos problemas, no sé si por la disposición del juego o por mi propia coordinación, ya que no estoy acostumbrada a jugar de esta manera. A pesar de estos problemas, los retos a los que se enfrentan los hermanos no suponen un desafío demasiado complicado en cuanto le cogemos el tranquillo.

La música acompaña al juego de forma correcta, pero aun así lo que más destaca son las imágenes idílicas en un principio y más oscuras conforme avanza el juego. También la integración de los objetos con los que hay que interactuar con el entorno está bien pensada y el juego con los tamaños de los habitantes del mundo da pie a los desarrolladores para plantear puzles de sencilla resolución.

brothers-a-tale-of-two-sons-soldados-gigantesA pesar de los pequeños problemas de control y de lo corto que es (aunque ya digo que no hace falta que sea más largo) es un juego que se puede disfrutar y mucho. Dadle una oportunidad y no os defraudará.

Fearsome Journeys

fearsomejourneysPara tenerlo en consideración a la hora de votar al mejor editor en formato corto como parte del Hugo Voter Packet venía este Fearsome Journeys de Jonathan Strahan. Aunque nuestros gustos no siempre coinciden, por lo general sus antologías tienen una gran calidad, así que me decidí a leerlo casi en cuanto descargué el HVP.

La nómina de escritores es espectacular, os invito a leer mi opinión sobre cada relato para ver si se han cumplido mis expectativas que ya os digo que eran altas.

“The Effigy Engine: A Tale of the Red Hats” de Scott Lynch

Las mentiras de Locke Lamora fue un libro que me gustó mucho en su momento, se veía que Scott Lynch era un autor muy prometedor. En esta historia tenemos atisbos de lo que nos ofrecía en su primera novela pero debido a su extensión nos quedamos con ganas de más.

Se podría clasificar como perteneciente a la llamada flintlock fantasy, donde en vez del típico escenario medieval fantástico, la tecnología ha avanzado y existen armas de fuego. La combinación entre pólvora y magia da lugar a resultados… ¡sorpresa!… explosivos, todo ello aliñado con el sentido del humor del autor.

La historia me ha gustado mucho por los toques de humor del cronista y por ser una analogía bastante clara de los cambios en las guerras por la llegada de las divisiones acorazadas. Os la recomiendo.

“Amethyst, Shadow, and Light” de Saladin Ahmed

Este relato se encuadra dentro del universo que Saladin creó para Throne of the Crescent Moon, su exitosa primera novela.

La historia del grupo de reclusos unidos a la fuerza para completar una tarea no es original. Es un poco precipitado en su desarrollo, que parece constreñido por la longitud del relato. Y también es previsible, salvo un giro final que lo saca de la rutina.

Podéis leer online otra versión de este mismo relato aquí.

“Camp Follower” de Trudi Canavan

En todas las batallas y guerras han existido personas que ejercen la profesión más antigua del mundo para solaz de los soldados. En este relato, sin embargo, la puta del capitán Reny demuestra ser mucho más de lo que todos pensaban.

La forma de describir la sinrazón de las guerras, la suciedad y el asco que generan hasta en los más curtidos luchadores es muy acertada. Pero la historia de fondo ya la hemos visto muchas veces.

“The Dragonslayer of Merebarton” de K J Parker

Podéis disfrutar de este relato en español gracias a la excelente traducción de Marcheto en Cuentos para Algernon.

Gracias a mis últimas lecturas, veo que resulta muy difícil escribir relatos de humor sin caer en la típica gracieta insulsa. Sin embargo, el misterioso autor K J Parker consigue mezclar humor y drama sin que sobre ni lo uno ni lo otro. Un caballero venido a menos se lanza a la aventura cuando un dragón (resulta que sí existen) asola las tierras de sus vecinos.

Un relato altamente recomendable.

“Leaf and Branch and Grass and Vine” de Kate Elliott

Esta historia, en contraposición con las anteriores, es fallida. Una viuda cuyo marido murió víctima de una guerra civil encubierta se encuentra en la tesitura de ayudar al general que lo llamó a filas.

El viaje en el que se embarca es solo de tres días, pero se me hizo muy largo. Me ha resultado aburrida.

“Spirits of Salt: A Tale of the Coral Heart” de Jeffrey Ford

Esta historia pretende romper con la mitología creada en torno a Ismet Toler, el mejor espadachín de la historia. Y la forma escogida por Jeffrey Ford, la de un estudioso de la figura de Toler es muy acertada, ya que nos permite ver los hechos desde una perspectiva nada edulcorada.

Sin embargo, la narración pronto se pierde con los cambios de estructura, ya que dedica casi más tiempo a hablar de la mentora de Ismet que sobre el propio guerrero. Esto, unido a un final un tanto abrupto, empaña un relato que podría haber dado más de sí, porque tenía ideas interesantes y la prosa resultaba de lectura muy agradable.

“Forever People” de Robert V S Redick

El problema de esta narración es que la ambientación y la leyenda sobre la que gira están bien creadas, pero luego el desarrollo y el final no cumplen las expectativas. También resulta difícil creer en unas elecciones en las que tenga tanto peso el voto de un pueblo alejado de todos los caminos, pero eso es otra historia.

“Sponda the Suet Girl and the Secret of the French Pearl” de Ellen Klages

Dice el refrán que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Bien podría aplicarse a esta historia, donde se mezclan las investigaciones alquímicas con un ladrón buscando su fortuna.

Es muy divertida, la narración está bien llevada y los personajes se hacen querer en unas pocas páginas. De las mejores de la antología.

“Shaggy Dog Bridge: A Black Company Story” de Glen Cook

Guardo un buen recuerdo de los primeros libros de La Compañía Negra, de Glen Cook, donde por primera vez vi la perspectiva de “los malos” en una historia de fantasía.

Por desgracia, este relato no es fácil de entender si no se tiene ese conocimiento de la intrahistoria de La Compañía Negra y no pasa de ser una pequeña escaramuza narrada con pericia, pero poco más.

“The Ghost Makers” de Elizabeth Bear

Con una prosa muy ornamentada pero agradable Elizabeth Bear nos cuenta una historia entretenida de compañeros inesperados que aúnan sus recursos para perseguir un mal mayor.

La ambientación es agradable y la aventura, aunque previsible, es entretenida.

“One Last, Great Adventure” de Ellen Kushner y Ysabeau S. Wilce

El recurso de no utilizar nombres propios para referirse a la mayoría de los personajes, como the Hero o the Elector sirve para que los lectores veamos con cierta perspectiva este relato sobre la decadencia de un mercenario. Acostumbrado a arrasar con todos los impedimentos que le surgen al paso poco a poco la fatiga va haciendo mella en él. Cada día le cuesta más trabajo mover sus poderosos músculos, el cansancio mental le hace desear un retiro que no parece llegar. Aunque quizá su oportunidad esté en esta última misión que le han encomendado en un reino lejano.

“The High King Dreaming” de Daniel Abraham

Relato onírico claramente deudor de los mitos artúricos en el que asistimos a la sucesión de una dinastía a través de los ojos del rey que ha muerto. La evolución de la heredera, el declive del uso de las armas a favor de otros medios para instaurar la paz y la mezcla cultural y racial sirven al autor para reflejar la sociedad moderna. Un buen colofón para la antología.

En general, la antología me ha parecido notable. Empieza con mucha fuerza con el relato de Scott Lynch y luego va bajando un poco el nivel, aunque me gustan mucho los de Ellen Klages y KJ Parker. No hay ningún relato que sea malo, aunque sí ha habido algunos que no han sido de mi gusto. Si quieres ver algo de la fantasía moderna que se escribe en la actualidad, Fearsome Journeys es una buena puerta de entrada.