Between Dragons and Their Breath

La verdad es que el nuevo libro de Devin Madson, Between Dragons and Their Breath me ha parecido entretenidísimo, divertido y con un punto picante que le viene bastante bien, pero adolece de un caso grave de comienzo de saga, por que los tres cliffhangers con los que termina la entrega son más escarpados que los acantilados de Dover.

En primer lugar me gustaría alabar la labor de los tres narradores del audiolibro, uno por cada punto de vista,a ya que se nota que Soneela Nankani, Lauren Fortgang y Ron Butler se han metido en el papel a fondo, en su representación de Tesha, Naili y Ash. La elección de la dirección del audiolibro ha estado muy acertada repartiendo los papeles, además me complace especialmente que haya variedad de voces para representar cada papel, creo que el hecho de que haya más de un narrador implicado lucha contra la monotonía del audio. También este conjunto de narradores ayuda con la extraña idea de la autora de utilizar múltiples puntos de vista, pero todos escritos en primera persona.

Como decía en el párrafo anterior, los protagonistas son tres, Tesha, Naili y Ash. Tesha es una sopladora de vidrio con inquietudes políticas que se acaba ofreciendo voluntaria para espiar al autoproclamado poder supremo de la cuenca en la que viven. Naili es una lavandera en la casa del Alquimista, donde se ve que hace ya tiempo que no pasa un inspector de riesgos laborales, ya que el tratamiento de las distintas sustancias del día a día la dota de “poderes” que serán de gran ayuda en el futuro desarrollo de la serie. Y Ash cabalga dragones defendiendo la cuenca del ataque constante de los monstruos del exterior.

Aunque en principio parecen historias muy separadas, lógicamente van confluyendo como afluentes de un río más caudaloso, la trilogía del Shattered Kingdom. Sin entrar mucho en la propia historia, Madson deja entrever una construcción de mundo bastante interesante, pero plagada de misterios que no verán su resolución en las 17 horas del audiolibro. Ése es mi principal problema con el libro, que no lo veo como una unidad completa e independiente en sí misma, si no como un prólogo alargado de lo que vendrá después.

Los personajes, tanto principales como secundarios, son muy atractivos y está muy bien llevado ese tono salaz de algunos capítulos. Es un placer ir descubriendo todo el trabajo de creación que ha habido detrás de la historia y me encanta el recurso de ir contando las noticias de cada día con los titulares más destacados de los periódicos, que no se imprimen habitualmente si no que se vocean por la calle para que la gran mayoría de la población, analfabeta, pueda tener acceso al contenido.

También me gusta el tono algo reivindicativo, de lucha obrera de clases, que se deja entrever en algunos capítulos. El colonialismo de aprovechar los recursos de los demás, el imperialismo de creerse superior solo por haber nacido en un sitio determinado… la corriente política subyacente a la trama es bastante importante y estoy segura de que estas intrigas seguirán a la orden del día en las siguientes entregas, que espero impaciente.

Netherford Hall

Hacía ya mucho tiempo que Antonio y yo no compartíamos lecturas, pero cuando al fin conseguimos cuadrar nuestras agendas hubo un título que no creíamos que pudiera fallar, me refiero a Netherford Hall.

Es una novela que incluye varios de nuestros placeres culpables: Inglaterra de la regencia, brujas, algo de romance y muchos bailes y encuentros sociales.

El libro se puede enmarcar perfectamente en la corriente más en boga últimamente en el género, el famoso romantasy. No obstante, no es el único punto destacado de la lectura.

Se cobijan entre los humanos varios tipos criaturas sobrenaturales como vampiros, hombres lobo, brujas y algunos más. Se nos indica que hubo hadas pero que la frontera con su mundo se cerró tiempo atrás. No obstante perduran los resultados del pacto feérico con los humanos, que dotó de magia a ciertas familias.

Los personajes protagonistas son dos mujeres, la gentlewitch Edith que habrá de mudarse al campo tras una tragedia en su familia y Poppy, la hija de la familia que vive en una de sus propiedades. Quizá esto os suene un poco a guion de Peli de Tarde, salvo que la acción transcurre en Kent en lugar de Vermont. Aunque no negaremos que hay cierta semejanza, las circunstancias personales de cada una no invitan a la esperanza en su relación.

No por su género, ya que las relaciones no heteronormativas están normalizadas en este pasado alternativo, sino por el carácter de cada una, sus diferentes posiciones sociales y una actitud casi hostil con la que comienzan su relación. Además, una serie de amenazas, veladas o no, penden sobre ellas. Y no será tarea fácil desvelar el origen de sus problemas ni mucho menos solucionarlo entre baile y baile. Escoger vestimenta para cada ocasión nunca fue tan estresante.

El estilo de Natania Barron es sencillo pero efectivo. Aunque es una novela que transcurre sin una particular urgencia ni cuenta con acción desenfrenada no se hace larga en absoluto. El ritmo se mantiene lo suficiente para que se lea con facilidad. Tiene algún pasaje más onírico o reflexivo pero no tedioso. Quizá se habría beneficiado de un léxico un poco más florido y un mejor manejo del lenguaje de la época, porque lo que es el ambiente sí está bastante conseguido.

Además, el tramo final de la obra, aunque quizá no excesivamente sorprendente, consigue arrastrar al lector en la corriente de los hechos, consiguiendo atraparlo en una espiral de revelaciones y momentos álgidos.

El misterio principal se resuelve satisfactoriamente pero se abren varias vías por las que claramente transcurrirán las siguientes entregas de la saga. Posiblemente con otros protagonistas pero con personajes que volverán sin lugar a dudas.

En resumen, nos encontramos ante un libro que no revolucionará el género, pero de lectura extremadamente satisfactoria. Los detalles como la completa normalidad con la que se acepta cualquier orientación sexual modernizan una trama entretenida y resultona,

Si te gustó Sorcerer to the Crown de Zen Cho o The Midnight Bargain de C.L. Polk realmente no puedes fallar con Netherford Hall de Natania Barron.

Long Live Evil

Con Long Live Evil esperaba encontrarme una lectura subversiva, que pusiera por delante al malvado, que diera otro enfoque a la historia. Sin embargo, me he encontrado una novela sobreactuada, previsible y ciertamente aburrida.

La narración comienza con la joven Rae, enferma de cáncer, que en su lecho de muerte recibe la oportunidad de viajar al mundo de fantasía que le leía su hermana durante su larga convalecencia buscando una salvación mágica que parece imposible. Esta primera parte ya es bastante insufrible, pero ni punto de comparación con lo que llegará después. Se puede tratar esta premisa de una manera muchísimo más elegante como Alix E. Harrow en A Spindle Splintered pero es que Harrow rebosa talento.

La excusa que utiliza Sarah Rees Brennan para que Rae se acuerde de unas cosas del mundo y de otras no es que se dormía mientras su hermana le leía, así que puede hacer de pitonisa de Hacendado con sus pronósticos sobre el futuro. Y aquí ya empieza a caer en barrena, porque nos encontramos con un desfile de arquetipos fantásticos tan previsible como aburrido, con unos elogios a la “maldad” directamente risibles y con la mención constante a la “narrativa” que recuerda a Redshirts, pero en peor. ¿Se pueden escribir libros meta? ¡Pues claro! Pero entiendo que hace falta algo más que referencias poco sutiles al Mundo real TM dentro de tu mundo de fantasía para que tu lector entre en el juego.

Además, el humor es entre poco sutil y basto, con constantes referencias al pecho de las candidatas a reina (se me había olvidado mencionar el detalle del harén del rey en espera de que escoja cónyuge entre las “afortunadas”). Me puedo reír de una broma zafia, de dos… pero una detrás de otra pues me acaba cansando.

La labor de Moira Quirk como narradora del audiolibro es loable, pues consigue dar con el tono de desdén y suficiencia justo, pero no consigue arreglar un material que me parece irritante incluso. No lo recomiendo para nada.

The Godbreaker

La verdad, sigo sin entender cómo esta trilogía de Mike Brooks no ha tenido más renombre. Unos libros de fantasía épica con muy diversos puntos de vista, que juega con el lenguaje desde la perspectiva de género, con unos personajes entrañables… Así que aquí vengo a aportar mi granito de arena para hacerlos un poquito más conocidos.

The Godbreaker es la entrega final de la historia que comenzó con The Black Coast y continuó con The Splinter King, con todos los personajes que nos ha ido presentando Brooks destinados a un enfrentamiento de grandes proporciones. Y sin embargo, el autor nos escamotea esa gran batalla durante la mayor parte del libro. ¿Por qué?, os preguntaréis y creo que la respuesta es que desde el principio ha intentado sorprendernos con el destino de cada uno de los personajes que nos ha acompañado por el camino y en esta tercera entrega no iba a ser menos.

El comienzo de la obra, con un tsunami que descompone el tablero de juego que ya conocíamos, es la forma poco sutil pero efectiva que tiene el escritor para forzar a todos los personajes a entenderse o perecer en el intento. Y consigue otro efecto que creo que es aún más importante, ya que emocionalmente te implica mucho más en la historia, por que semejante desgracia te hace conectar aún más con las penurias de los implicados.

Algo que no me ha gustado tanto es la aparición de personajes de los que no habíamos oído hablar con conocimientos extensos de un pasado que había estado casi siempre en tinieblas. Me parece un recurso un poco tramposo, un deus ex machina bastante injustificado, aunque afortunadamente no tienen un papel excesivamente relevante.

The Godbreaker es un libro muy largo, más de 600 páginas en las que Mike Brooks desplaza a su peones a lo largo y ancho del continente, pero lo que de verdad centra nuestra atención no es tanto el viaje como el destino. Y es que no deja de sorprender que la resolución para un conflicto con varios ejércitos, tres frentes y varios dioses o descendientes de dioses implicados se pueda resolver de forma política. Con esto no quiero decir que no haya batallas y sangre a paletadas, pero todo queda en un discreto segundo plano cuando la voz de la razón y la lógica se aplica al Estado, una vez superados los fanatismos. Y Brooks lo hace de una forma elegante, dejando en mano de los supervivientes el destino del reino, pero sin avasallar y sin tampoco dejar finiquitado cada detalle.

La trilogía queda bien cerrada, sin tramas sueltas, aunque es cierto que en el epílogo algunos personajes planifican un viaje que podría dar pie a que el autor volviera a explorar este mundo. Sin duda, estaré interesada en lo que pueda ofrecer.

Shanghai Immortal

Shanghái Inmortal está publicado en español con traducción de Isabel Murillo Fort.

¿Qué mejor excusa para leer un libro que el hecho de que su autora haya pasado por el Celsius? Aprovechando esto, le eché mano a Shanghai Immortal un libro refrescante que puede ser una buena elección de lectura veraniega.

La protagonista de la novela es Lady Jing, medio vampiresa medio espíritu de zorro, que vive en un Shanghai asimilado al infierno y que recibe la misión de acompañar a un mortal en un peligroso periplo trufado de seres sobrenaturales.

Uno de los principales atractivos de la novela es la propia ciudad de Shanghai en los años 30, conocida como la París del este. Chao refleja muy bien tanto la dualidad de la ciudad en su parte mágica y su parte mundana como el ambiente cosmopolita y sofisticado, en ocasiones decadente.

La autora también nos hace llegar su claro mensaje de diáspora, de dificultad para encontrar tu lugar en el mundo cuando tu herencia es mixta, ya sea cultural o genéticamente, o incluso ambas. Una de las herramientas más interesantes de las que hace uso para transmitir esta idea es la utilización de palabras del acervo mitológico chino, para provocar la extrañeza del lector occidental pero a su vez despertar su curiosidad.

A pesar de estos puntos positivos, la novela no está exenta de algunos defectos. El primer tercio del libro adolece de exceso de exposición y A.Y. Chao se empeña mucho en hacernos creer que la protagonista es insufrible. Comprendo que el tono juvenil de la novela quizá tampoco sea muy de mi agrado, pero creo que hay formas de escribir novela juvenil sin necesidad de partir de la premisa de que al lector le falta un hervor. Tampoco es que la prosa sea especialmente atractiva, con ciertas palabras que parecen traducciones literales de otro idioma que suenan un tanto impostadas.

En resumen, se trata de un libro que crea sentimientos encontrados pero que acaba con una valoración positiva.

One Hundred Shadows

Creo que es todo un acierto abrir nuestros horizontes lectores a obras de culturas distinta a la nuestra, porque es un proceso enriquecedor y sorprendente. Por eso, cuando vi que se publicaría One Hundred Shadows de Hwang Jungeun con traducción de Jung Yewon, pensé que sería una buena oportunidad para leer algo de origen surcoreano. Es una lástima que el resultado no me haya convencido, quizá por que esperaba algo más fantástico cuando se empiezan a hacer referencias sobre sombras que se levantan y me acabé encontrando una obra de denuncia social, un tema candente y necesario, pero no lo que esperaba.

One Hundred Shadows es una novela corta slice of life, que nos va narrando en cada capítulo diferentes momentos de la vida de Eungyo y Mujae, mientras la comunidad en la que viven se ve desmembrada por los intereses capitalistas globales. Se trata de una lectura fragmentada y la pátina de fantasía que podría haber dado cohesión a la historia se queda sólo en eso, en un pequeño barniz sobrenatural que en ningún momento llega ni a explicarse, aunque esto no fuera imprescindible, ni a afectar de manera significativa las vidas de los personajes y eso sí creo que sería importante.

Buscando información sobre la obra, veo que la fuente de inspiración para Hwang Jungeun fueron unos incidentes acontecidos en 2009 en Yongsan, relacionados con la demolición de unos edificios, con cargas policiales y numerosas víctimas. Esto se ve reflejado en la novela, pero creo que es un suceso bastante local como para captar la referencias, aunque sí que es un síntoma global de la gentrificación de los barrios, algo que sucede en todas partes.

La prosa es muy atractiva, pero como el contenido se diluye tanto o yo no he sido capaz de seguir la intención del autor, la verdad es que la lectura me dejó muy fría. La atmósfera de soledad y de inevitabilidad que pende sobre todo el libro está muy conseguida, pero mucho me temo que yo no lo he leído en un momento vital en el que me hubiera podido llenar más.

The Book of Elsewhere

Se ha creado muchísima expectación alrededor de esta obra, porque las dos figuras involucradas en su creación son conocidísimas en sus respectivos ámbitos. No voy a venir aquí a descubrir ni a Keanu Reeves ni a China Miéville así que centrémonos en la novela, que es lo que nos interesa.

Aunque he hablado con otras personas con buen criterio a las que les ha gustado, para mí ha sido una decepción. La idea de la que parte es sencilla, pero podría haber dado mucho más juego de lo que ha acabado ofreciendo. ¿Un guerrero inmortal que campa a sus anchas por la Tierra con todo el conocimiento de miles de años acumulado? Puedes escribir de lo que quieras, escoger el tiempo histórico que más te apetezca, dejar volar tu imaginación… Y sin embargo, la historia está constreñida a la época actual, con algún que otro flashback al pasado que no hace si no dejarnos la miel en los labios con lo que podríamos haber tenido.

En cuanto al estilo de escritura, pues es muy sobrecargado como parece ser el marchamo de Miéville. No pongo en duda su extraordinaria capacidad para epatar con cada frase y sus vastos conocimientos de historia y otras especialidades, pero en serio, no necesito que me lo recuerde en cada párrafo. Circula por ahí una frase que hay que echarle de comer aparte, pero en general el libro no es para nada fácil de leer. Si a esto le añadimos que la historia no consigue ser interesante durante gran parte de su desarrollo, pues nos encontramos ante un panorama bastante desolador.

El último tercio del libro remonta, cuando las revelaciones sobre los misterios tras la figura del inmortal cobran cierto sentido pero creo que es demasiado tarde para que la novela se sostenga. Tal vez la ficción weird no sea lo mío, pero creo sinceramente que esta obra se queda a medio camino de muchos sitios sin llegar a decidirse por ninguno.

Y a todo esto, no he hablado nada de uno de los principales protagonistas de la novela, tanto que es la imagen de la cubierta. Y es que la némesis del protagonista es un cerdo inmortal. No es broma para nada, tenía preparada una serie de frases jocosas al respecto (que si no le llegaba nunca su san Martín, que si los autores siguen a rajatabla lo de que del cerdo se aprovechan hasta los andares…) pero al final solo me parece un ejemplo más del desperdicio de imaginación que ha dado lugar a la novela. ¿Te inventas un animal supuestamente irracional que persigue al protagonista a través del tiempo y la única importancia que recibe es lo mucho que le crecen los cuernos?

No puedo recomendar un libro con el que no he llegado a conectar en ningún momento.

The Last Shield

Volvemos a tener el privilegio de contar con las reseñas de Antonio Díaz, esta vez con la última obra de Cameron Johnston, The Last Shield.

Me encontraba yo por el 2022 con ganas de leer algo gamberro, con malos muy malos, bastante mala leche, un toque de humor y que sangrara grimdark por los cuatro costados y cuando descubrí The Maleficent Seven de Cameron Johnston encontré justo lo que estaba buscando. Lo disfruté sin disimulos y, aunque es una novela sin pretensiones y de puro disfrute, cuando sabes a lo que vas y te dan dos tazas sales satisfecho y con la panza llena.


Así que cuando Leticia Lara me recordó que Johnston publicaba una novela de fantasía autoconclusiva titulada The Last Shield y que la propia sinopsis la resume como ‘La Jungla de cristal con el género cambiado y ambientada en un castillo misterioso’ claramente no la podía dejar pasar.


The Last Shield nos sitúa en un mundo de baja fantasía, con poca magia y armas de bronce donde tres naciones humanas mantienen un delicado equilibrio. Sunweald es la más pequeña de las tres y, a su vez, la mediadora entre las otra dos. La sede del gobierno de Sunweald se encuentra en un palacio excavado en la roca, con un gran entramado de galerías subterráneas donde se mezclan catacumbas, pasadizos secretos, cámaras del tesoro y es el hogar de múltiples misterios (por los que valdría la pena matar).


Briar, la capitana de la guardia del palacio de Sunweald es la protagonista única y absoluta. Es una mujer de una cierta edad, que lleva más de una década en su posición de capitana, que se ha ganado a base de habilidad y de una dedicación absoluta. El trabajo diario de Briar es proteger al Lord Regente, con el que tiene una relación con tanta tensión romántica que podría cortarse con un cuchillo.


La novela tiene un planteamiento rápido y no tarda en pasar de la presentación al turrón. La cosa se complica más y más rápidamente. El autor no pierde el tiempo con demasiadas intrigas diplomáticas y la amenaza que se cierne es más física y violenta que política. The Last Shield es una novela de acción y no dedica más de lo estrictamente imprescindible en subtramas o en desarrollar demasiado a los secundarios. Johnston invierte más tiempo en describir las escenas de combate o acción que en cualquier otra cosa. Sin embargo lo hace con soltura y oficio. Uno de los puntos que más me llamó la atención fue que los “Escudos”, que es el nombre que recibe la guardia del castillo, van armados con una espada de bronce y una pequeña rodela reforzada muy maciza. En combate utilizan tanto su hoja como el propio escudo (que va atado a la muñeca) y golpean y embisten a sus enemigos con él. Esto distingue el estilo de acción de la novela y da lugar a enfrentamientos con movimientos inesperados que resultan refrescantes.


En este estilo tan directo de la novela Briar tiene prácticamente el único punto de vista de
toda la narración (con la excepcional escena donde alguno de los secundarios toma la batuta). Los personajes de la novela se pueden clasificar básicamente en dos categorías: gente con la que Briar tiene que acabar y gente que tiene que proteger. La vida y obra (o el desarrollo) de esta gente solo tiene las pinceladas necesarias para que su muerte (o salvación) tenga el impacto justo para que el lector pueda recordar su nombre antes de que Briar les corte el cuello.


No me da la impresión de que Johnston busque dejar una impresión duradera ni plasmar una reflexión para que el lector la recoja cual guante en el campo de duelo. The Last Shield es una novela que te da exactamente lo que te promete: acción, venganza, sangre y dolor, mucho dolor.

A pesar de toda la violencia que rebosa en sus páginas, el autor no es particularmente desagradable. No hay un gore desaforado e incluso el par de escenas con más casquería son descritas con limpieza y sencillez, sin recrearse en las partes que podrían ofender al lector sensible.


El aspecto del libro que menos me entusiasmó es la subtrama romántica (si se le puede llamar siquiera así). Desde la primera escena queda claro que Briar siente algo en su duro corazón por el Lord Regente (el soltero madurito e interesante de turno). Sentimientos que claramente se ven correspondidos por éste. Sin embargo sus respectivas posiciones como Lord Regente y capitana de la guardia les impiden actuar y deben de mantenerse en el plano estrictamente platónico (como si del Japón feudal se tratara). Aunque este tipo de relación es algo que entiendo que podría darse, Johnston no ha conseguido convencerme. A Briar se la percibe como tontorrona y testaruda con respecto al Lord Regente y a éste como sobreprotector y obsesionado con su deber. No hay una discusión honesta, un disimulo forzado o un avinagramiento de los sentimientos (que es lo que yo creo que pasaría si transcurrieran más de diez años en esta situación).


Al contrario que en The Maleficent Seven, donde Johnston establecía diferentes grados de maldad (no todos los Siete maléficos eran igual de malos ni de la misma manera), en The Last Shield los malos son muy malos (y a veces muy tontos) y los buenos son muy buenos. Incluso algún asomo de gris que puede intuirse al principio en algún personaje queda totalmente aclarado (u oscurecido) sin dejar lugar a dudas o interpretaciones.


De nuevo, lo que normalmente se tratarían como defectos: secundarios planos, ausencia de escalas morales, subtramas inexistentes, son en The Last Shield elementos virtuosos. En menos de 400 páginas Johnston te plantea una película novela con mucha acción, directa, sin complicaciones y completamente disfrutable. Y, lo que sí que merece la pena destacar, completamente autoconclusiva. Si estás de humor para este tipo de lectura, esta novela no te va a fallar.

Saturation Point

Tras disfrutar de la siempre estupenda charla de Adrian Tchaikovsky en el Celsius, de la mano del acertado Borja Bilbao, me di cuenta de que me faltaba por leer uno de sus libros publicados este año. Y digo uno porque es muy difícil estar al día con la cantidad de cosas que publica, así que ya ni os cuento cómo sería recuperar su obra menos reciente.

Saturation Point es una novela corta que habla de muchos temas desde una perspectiva biológica, cada uno más interesante y, por desgracia, pesimista que el anterior. El libro se narra desde el punto de vista de la doctora Jasmine Marks, que dos décadas atrás sobrevivió a un estudio en la Zona, una creciente extensión de terreno en el ecuador con unas condiciones de humedad y calor tan extremas que imposibilitan la vida de cualquier animal de sangre caliente. Tras esta traumática experiencia, vuelven a requerir sus servicios en una misión de rescate en la Zona.

Creo que he disfrutado tanto de la obra ayudada por la narración impecable de Emma Newman, que ya ha colaborado con Tchaikovsky en otros audiolibros como Guns of Dawn y que sin duda se perfila como una de las narradoras más atractivas del mundillo. La elección de la voz y el tono, la emulación de situaciones reales como un ataque de ansiedad y en general, su desempeño en la interpretación, sitúa la producción del audiolibro en un nivel muy alto.

En cuanto a los temas que trata el autor en el libro, quizá el más evidente es el cambio climático y cómo la adaptación al medio puede llegar a resultar insuficiente. Y la evolución, forzada o no, siempre se ha caracterizado por dejar atrás los experimentos fallidos. Es por esto que Saturation Point recuerda a otras obras como To be Taught, if Fortunate aunque con una aproximación muchísimo más pesimista y no sé si sería justo decir realista. También tiene ciertas similitudes con la obra de Derek Künsken, que explora las posibles evoluciones del ser humano con sus homo quantum, homo eridanis

Otra cosa que hace Tchaikovsky tiene mucho mérito también, pues en apenas 5 horas de audiolibro es capaz de explicarnos de una manera amena y educativa el funcionamiento de los sistemas de liberación del calor en los animales y la posible evolución de la creación de proteínas en los incorrectamente nombrados seres de sangre fría, sin por ello sobrecargar el ritmo de la historia.

Aunque la elección del punto de vista y del narrador me parece acertada, es cierto que a veces se nota cierto apresuramiento en el relato, como si de repente el escritor se diera cuenta de que lo que tiene que presentar es una novela corta y no un tocho de 1000 páginas. Esto ocurre solo en momentos puntuales y es fácilmente perdonable. Me cuesta más aceptar la perfecta intercambiabilidad de los personajes secundarios, diseminados al azar por la Zona para dejar patente el nivel de amenaza de la propia naturaleza. Supongo que esto está directamente relacionado con la longitud de la obra. No es un impedimento para el disfrute y ni siquiera llegar a ser una crítica es tan solo un comentario.

En definitiva, creo que el audiolibro Saturation Point es una lectura estupenda, pero también reconozco que quizá leerlo en plena ola de calor no fue la decisión más acertada. A lo mejor en otoño hubiera sido menos asfixiante.

Full Speed to a Crash Landing

Me gustaría creer que estoy más o menos al día del mundillo de la ciencia ficción y fantasía, pero no es cierto. Por eso, cuando cogí para leer Full Speed to a Crash Landing lo hice más por la sinopsis y la longitud, que prometían diversión y poco tiempo de compromiso de lectura más que por el nombre de la autora, Beth Revis, que francamente no me sonaba de nada. Me alegro mucho de la labor desempeñada por la publicista que ha conseguido despertar mi atención, porque es un libro con el que me lo he pasado genial y además he descubierto a una autora muy prolífica que probablemente me acompañe en el futuro. Luego ya decidiremos cuántos latigazos recibo por no conocerla, porque está traducida al español, ha publicado libros de Star Wars… vamos, que shame on me.

Full Speed to a Crash Landing está escrita en una divertidísima primera persona que hace que devores sus páginas. La protagonista es Ada Lamarr (admito que con el nombre Revisa no ha estado sutil, lo que se dice sutil) que comienza la aventura a punto de morir por la despresurización de su nave y que acaba siendo rescatada por una tripulación que tiene una importante misión, de la que no quieren hacerla partícipe. ¿He oído narrador no confiable en el fondo de la sala? Pues os felicito, porque es así.

A lo mejor la sutileza no es la principal característica de esta novela, porque sabemos desde un principio que Ada no pasaba por allí de casualidad. Como gran parte del libro, excepto las últimas páginas, está narrada con su voz, sabemos todo lo que pasa por su cabeza y que hay algo que no cuadra del todo. Pero da igual, porque es muy divertido.

Es el comienzo de una trilogía y es una novela corta, por lo que la construcción del mundo no está todo lo trabajada que quizá nos gustaría, pero entiendo que el escenario se irá poblando en las siguientes entregas. También tiene su parte de romance, pero es más sobre la atracción que sienten los personajes entre ellos que lo que se podría considerar una relación más asentada o incipiente.

Full Speed to a Crash Landing me ha parecido una excelente introducción para un mundo en el que quedan muchas cosas por contar.