Raven Stratagem

Yoon Ha Lee sorprendió a propios y extraños con su primera novela, la fascinante Ninefox Gambit, que ha conseguido nominaciones a muchos premios.

Para empezar, Raven Stratagem es mucho más fácil de leer. Ya estamos familiarizados con todo el sistema de calendarios, conocemos las reglas del juego y solo nos queda dejarnos llevar por la historia. En los primeros capítulos, sin tener que recurrir a resúmenes de lo ocurrido con anterioridad, el autor nos recuerda algo de lo que pasó en el segundo libro. Parece que a Yoon Ha Lee le han debido hablar sobre la curva de aprendizaje tan exagerada que exigía la primera novela y ha decidido suavizarla mucho en esta segunda entrega.

Sin embargo, esta facilidad no se aprovecha del todo. Como space opera se queda un poco a medio camino, la grandiosidad de las batallas espaciales que disfrutamos en Ninefox Gambit aquí se ve reducida a escaramuzas o al menos ese es el recuerdo que queda. Por contra, los personajes son más variados y tienen mucho más interacción. Parece que la narración ha evolucionado a un thriller político-espacial, si tal distinción es posible.

Me gusta mucho la idea de la “compulsión” de los Kel, que les obliga a obedecer las órdenes de los superiores. Me recuerda mucho a la manipulación que sufrían algunos personajes de Ender el Xenocida, pero corregida y aumentada. No estoy segura de que se aproveche en su totalidad, porque queda algún resquicio por el que escabullirse… pero por lo general influye mucho en el desarrollo de los acontencimientos y puede ser tanto una fortaleza como una debilidad.

Por desgracia, la trama es bastante previsible. El enfrentamiento a un enemigo del que se conocen pocos detalles y se desvelan aún menos solo sirve como pantalla para otros enfrentamientos que ocurren entre bambalinas. Me hubiera gustado que se hubiera profundizado más en las diferentes facciones de la “hexarquía” pero el protagonismo lo tienen fundamentalmente los Kel y los Shuos.

Hay algunas pequeñas alusiones humorísticas, algo de lo que el autor ya hizo gala en Extracurricular Activities y alguna que otra escena de sexo, pero parecen añadidos más que algo integrado en la trama.

Valorada como un conjunto, Raven Stratagem me parece una obra menor que Ninefox Gambit. Adolece del síndrome del segundo libro y no estoy segura de que prepare bien el terreno para un tercero. Aún así, es una lectura perfectamente disfrutable.

Iain M. Banks de Paul Kincaid

Me he hecho el firme propósito de leer más ensayo, para poder hablar con más propiedad y algo de conocimiento en mis reseñas. También es muy conocida mi admiración por la obra de Iain M. Banks, de modo que un libro sobre su obra parecía algo hecho ex profeso para mí.

El público objetivo de este ensayo son sin duda las personas que ya hayan leído la obra del autor referenciado. No se trata de una somera introducción, si no de un trabajo de análisis profundo sobre toda su obra.

Evidentemente Paul Kincaid es un fan de Banks, pero el discurso del libro no es para nada sesgado. Cuando tiene que cantar las alabanzas de sus primeras novelas de la Cultura lo hace sin dudar, pero tampoco tiene reparos en señalar las debilidades de sus últimas obras, quizá un tanto infladas.

Me hubiera gustado que el libro estuviera más relacionado con la vida del propio autor escocés, pero sobre estas cosas se pasa casi de puntillas. Del mismo modo que cuando Hergé se separó de su mujer su sufrimiento se ve reflejado en las eternas nieves de Tintín en el Tíbet, es de suponer que la separación de Banks tuviera su contrapartida en alguna novela, pero Kincaid no incide apenas en este y en otros hechos conocidos. Por ejemplo, el momento en que rompió su pasaporte y lo mandó a Blair como señal de protesta podría haber dado lugar a un estudio en profundidad sobre la posición política de Banks. Se tiene en cuenta, pero no se explota lo suficiente.

El recorrido que hace Kincaid por todas las obras es exhaustivo, situando cronológicamente cada publicación y relacionándola con el momento de escritura. En este aspecto el libro es brillante.

También es muy de agradecer, la presencia de un listado de autores positivamente influidos por la Cultura y los demás libros de Banks. Incluso China Mièville aparece en este conjunto, en el que hecho en falta por ejemplo a Aliette de Bodard con sus Mentes de Xuya (clarísimo homenaje al escocés) o a Ian Sales. La lista podría seguir, aunque me encanta la decisión de nombrar “heredero no oficial” a Alastair Reynolds.

Me parece especialmente esclarecedor el hecho de que Banks trabajó solo con un editor hasta que este murió. A partir de este suceso, se nota un punto de inflexión en cuanto a la extensión de las novelas, quizá domeñada por esta figura ya ausente.

La documentación utilizada por Kincaid es ingente, parece que no ha dejado entrevista sin mencionar. Al libro le falta algo, quizá que el autor se posicione con más claridad en vez de reflejar tanto las opiniones de otros o quizá hace falta que pase algo más de tiempo para que la obra del fallecido Iain se asiente como lo que es, un pilar de la ciencia ficción moderna.

Creo que este no es un libro para todo el mundo y aunque tiene partes mejorables, me parece fundamental para conocer la obra de Iain Banks. Espero que no sea el último sobre el escocés, un escritor que nos dejó demasiado pronto.

Children of Time

Llego tarde a la lectura de Children of Time, la novela de Adrian Tchaikovsky premiada con el Arthur C. Clarke. Esto no es algo raro, es imposible leer todas las novedades interesantes que se publican en la actualidad. Pero intento subsanar mis errores cuando las recomendaciones de los gurús son tan unánimes.

El libro está dividido en dos tramas, con protagonistas muy diferentes pero destinados a encontrarse. Por un lado tenemos a los humanos que pretenden terraformar un planeta para habitarlo y que hacen uso de un nanovirus para que los “monos” que ellos mismos llevan al planeta evolucionen y realicen este proceso de adecuación del planeta al ser humano. Una crisis interna hace que este proyecto no salga demasiado bien, y la especie que evoluciona en el planeta son las arañas.

Cada capítulo está dedicado a una de las dos razas que querrán vivir allí. Mientras que en la parte de los humanos la historia se desarrolla como en una nave generacional, con sus pros y sus contras, la parte de las arañas es un relato de evolución apasionante.

Con Spiderlight Adrian ya se desveló como un aracnólogo aficionado, pero en esta ocasión se descubre una verdadera pasión por estos animales. A lo largo de un periodo de tiempo muy vasto explica las modificaciones que van sufriendo las arañas en su evolución, tanto a nivel biológico (cambian su forma de respirar para permitir que su tamaño sea más grande) como a nivel sociológico (dejan un tanto de lado sus instintos depredadores para buscar la colaboración de sus congéneres). Es fascinante como aplica las particularidades de esta sociedad para mostrar un desarrollo necesariamente distinto al humano, pero no por ello menos exitoso. La forma de desarrollar la computación, por ejemplo, es sorprendentemente razonable y creíble.

El autor utiliza también otros recursos muy adecuados para esta parte del libro. El periodo vital de cada araña es inevitablemente corto, pero para que consigamos cierta identificación y continuidad con los personajes utiliza los mismos nombres para distintos individuos con características similares, aunque no sean coetáneos.

Las arañas, que son una sociedad eminentemente matriarcal, le sirven a Tchaikovsky para hacer reivindicaciones sobre igualdad de género, al poner a los débiles machos en una posición de indefensión y sometimiento a los deseos de las hembras. Incluso se permite algún que otro atisbo de humor, como cuando habla de ver “quien tiene las patas más largas” en los momentos competitivos.

Por desgracia, la mitad “humana” de la novela me parece más floja. La mayoría de las escenas las vemos a través de los ojos de un personaje lacónico, al que parece que le falta sangre en las venas y que influye poco en el desarrollo de los acontencimientos. Es más bien un espectador que un actor, aunque realice ciertas acciones necesarias para el avance de la narración.

Debe haber sido difícil cuadrar los tiempos de evolución de cada una de las tramas para conseguir aunarlas en el momento adecuado y creo que Adrian lo consigue de una manera elegante, aunque no perfecta. En ocasiones parece que alguno de los dos hilos está esperando a que suceda algo en el otro. Esto, que puede ser una percepción personal, parece más acusado en la parte humana que en la arácnida.

Children of Time es un libro estupendo, con unas partes brillantes y otras que no desmerecen el conjunto. Será publicado en España por Bibliópolis durante este año. Si sabéis quién lo traduce, actualizaré la información correspondiente.

The Apex Book of World SF II

Sigo poniéndome al día con algunas recopilaciones que se escaparon de mi lectura hace un tiempo. Hoy The Apex Book of World SF, editado por Lavie Tidhar, irregular pero con piezas muy interesantes.

Alternate Girl’s Expatriate Life de Rochita Loenen-Ruiz

Rochita mezcla en este relato los sentimientos de los expatriados con las posibilidades de la inteligencia artificial

Mr Goop de Ivor W. Hartmann

Un relato sobre criaturas de compañía en un futuro donde el cambio climático ha hecho estragos. Demasiado corto para dejar huella.

Trees of Bone de Daliso Chaponda

Una historia muy dura sobre si se puede reparar los errores del pasado. El entorno tribal en un futuro cercano lo sitúa un poco alejado de nosotros, pero los horrores del enfrentamiento entre personas son de los que dejan huella.

The First Peruvian in Space de Daniel Salvo

Muy corto pero rebosante de ironía, un alegato contra el colonialismo.

Eyes in the Vastness of Forever de Gustavo Bondoni

No me convence esta mezcla de supersticiones y ritos sobre la colonización.

The Tomb de Chen Qiufan

Me gusta la premisa de los distintos tipos de ceguera que pueden afectar al cerebro pero no me gusta el desarrollo del cuento.

The Sound of Breaking Glass de Joyce Chng

Onírica visión de la relación con las hadas de un anciano.

A Single Year de Csilla Kleinheincz

Otra aproximación a la predestinación. Un poco típico.

The Secret Origin of Spin-Man de Andrew Drilon

Aunque bebe de la tradición de los tebeos de superhéroes, este relato es solo eso, un homenaje a los cómics que no tienen continuidad.

Borrowed Time de Anabel Enríquez Piñeiro

Bonita historia sobre una relación materno-filial afectada por la dilatación temporal de los viajes espaciales.

Branded de Lauren Beukes

No es de mis favoritos de Lauren Beukes, pero es innegable la fuerza con la que escribe esta autora.

December 8th de Raúl Flores

Tan corto como previsible, otra historia más de viajes en el tiempo para obtener beneficio.

Hungry Man de Will Elliott

Relato de terror tan previsible como olvidable.

Nira and I de Shweta Narayan

Me gusta el ambiente exótico, plagado de nieblas que lo cambian todo y la reivindicación de la propia sexualidad que aparece en este relato.

Nothing Happened in 1999 de Fábio Fernandes

Relato muy corto que ha quedado un poco desfasado con el paso del tiempo.

Shadow de Tade Thompson

El concepto de pérdida de la sombra aunado con la ambientación africana podría haber dado lugar una historia interesante, pero el final un tanto abrupto no me convence.

Shibuya no Love de Hannu Rajaniemi

Muy curioso este relato con ambientación japonesa, quizá una crítica velada a la velocidad con la que vivimos en la actualidad nuestras vidas en general y nuestras relaciones en particular.

Maquech de Silvia Moreno-Garcia

Situado en un futuro cercano con muchas restricciones, esta historia de contrabando de animales exóticos guarda más de lo que parece.

The Glory of the World de Sergey Gerasimov

Un alegato que busca la provocación minimizandos las acciones de un supuesto salvador. Prescindible.

The New Neighbours de Tim Jones

Un punto de vista sobre la inmigración en un sitio tan remoto como Nueva Zelanda. Con una resolución demasiado amigable no deja de ser entretenida.

From the Lost Diary of TreeFrog7 de Nnedi Okorafor

Me encanta el relato. No solo por su parte especulativa, con unos exploradores investigando en la selva obteniendo datos sobre la fauna presente, también por su carga humana.

The Slows de Gail Hareven

Buena historia sobre lo que significa ser humano y como los cambios sociales pueden implicar divisiones demasiado profundas como para poder soslayarlas.

Zombie Lenin de Ekaterina Sedia

No me ha convencido para nada esta historia de Sedia. Juega con la percepción y con saber qué es real o no, pero no remata la faena.

Electric Sonalika de Samit Basu

Escrito de una forma muy atractiva y tomando elementos de distintas tradiciones (incluso la Cenicienta), esta fábula sobre la posesión y el dolor, sobre la esperanza y la dominación resulta chocante por su concepción aunque no termina de brillar.

The Malady de Andrzej Sapkowski

Sapkowski nos cuenta una parte del mito de Tristán e Isolda desde un punto de vista bastante particular. Se puede leer como una loa al amor verdadero o como una destrucción de las figuras míticas y sus relaciones.

A Life Made Possible Behind The Barricades de Jacques Barcia

Aunque los protagonistas se salen de lo habitual, la historia no deja de ser tópica hasta decir basta.

Mightier than the Sword

Espero cada nueva publicación de KJ Parker como agua de mayo, porque mezcla un humor inteligente y unas historias muy interesantes. Además Mightier than the Sword está situada en su mundo del Invincible Sun, un escenario tan vasto como desconocido, al que va añadiendo profundidad con pequeñas pinceladas en forma de novellas.

La historia está narrada desde el punto de vista del sobrino del emperador, al que encargan investigar los asaltos a los monasterios de una remota provincia. Nadie sabe de dónde vienen los agresores ni cuál es el botín que pretenden obtener de estos recintos.

Esta primera persona habilita a Parker para ponernos en la mente de un personaje contradictorio, capaz de encabezar un escaramuza arriesgando su vida como de conocer gran cantidad de citas y libros sin ser un erudito. Además, le permite crear chanzas a costa de su incomprensión de algunas situaciones, mientras sigue esa “ruta turística” en páramos olvidados, pasando de reducto en reducto hasta que casi es incapaz de dsitinguir unos de otros.

Con estos cimientos, se podría haber creado una historia llamativa, pero Parker se queda a medio camino. Aún siendo divertida, resulta tópica en su resolución y poco sorprendente en su desarrollo. Faltan las cuestiones filosóficas que tanto me dieron que pensar en Academic Exercises y al protagonista le falta algo de carisma, sobre todo cuando algunos problemas los arregla a base de talonario. De hecho, me parece mucho más atractiva su tía, que mientras maquina las alianzas imperiales se dedica a hacer calceta, como toda hacendosa mujer de su casa que se precie, aunque tu casa sea el Palacio Imperial. Los demás personajes aparecen muy deslucidos, meros comparsas para el lucimiento del protagonista.

Lo que sí me encanta de Mightier than the Sword  es el AMOR que desprende por los libros. La protección de la sabiduría es el principal objetivo de los monjes y copiar los libros para que se pueda seguir transmitiendo el saber a las generaciones venideras es su labor. El tono casi reverencial con el que se refieren a los incunables, o frases más sencillas pero henchidas de sentido homenajeando los conocimientos de los sabios anteriores han resultado ser una alegría para mis ojos.

Mightier than the Sword no cumple todas las expectativas que tenía puestas en ella, pero sí que es una lectura agradable.

The Obelisk Gate

Cuando leí The Fifth Season, quedé fascinada tanto por la prosa de la autora como por la historia desarrollada. Pero es que con The Obelisk Gate creo que incluso se supera.

Jemisin ha de utilizar forzosamente unos recursos distintos para mantener la intriga en esta segunda entrega, porque el principal “misterio” de los distintos puntos de vista quedaba resuelto. Pero esto no ha supuesto ninguna dificultad para ella, porque enlaza directamente con algunos de los sucesos acontecidos en el pasado dando a esos personajes el protagonismo que requieren. Bravo por esta valiente elección y por este manejo de la trama.

The Obelisk Gate es un libro eminentemente pesimista. La sensación de tristeza y de falta de confianza en el ser humano es patente en cada párrafo. Los personajes parecen incapaces de amar y superar las diferencias, el miedo rige muchas de sus decisiones y las relaciones familiares son tóxicas. ¿Es esto fruto de la situación del mundo o es algo inherente al ser humano? No conozco la respuesta  a esta pregunta, pero lo que sí puedo decir es que el conflicto entre los seres humanos que aparecen en esta novela recuerda y mucho a los conflictos raciales actuales. No en vano la palabra utilizada para los “salvajes” es rogga, con claras connotaciones.

De nuevo, la autora es capaz de sumergirme tanto en su prosa como para tener que dejar de leer algunas escenas especialmente sensibles. ¿Y qué decir del nulo valor de la vida humana? En un momento totalmente pragmático, se asegura que de todas formas habrá que acostumbrarse al sabor de la carne humana, única fuente de proteínas disponible.

La línea que divide la fantasía de la ciencia ficción se va atenuando conforme pasamos páginas. Por cada respuesta que recibimos, surgen nuevas preguntas y misterios que espero que se resuelvan en la última entrega de la trilogía, pero es apasionante ir recopilando las pistas. Aplicando la tercera ley de Clarke, es de esperar una resolución “científica” de la trilogía, pero la escritora continúa manteniendo la intriga de un modo soberbio. El trabajo de preparación de Jemisin en el primer volumen empieza a fructificar en este segundo, con la aparición de una nueva “magia” y el control cada vez más fino de sus poderes de las protagonistas.

Digo protagonistas porque en esta novela también se trata un tema tan importante y a veces tan olvidado como el género. En el mundo de N.K., no hay diferencia por ser hombre o mujer, si no por la casta a la que perteneces y los poderes que puedas tener. Resulta refrescante que no nos importe que tal o cual personaje sea hombre o mujer, porque no tiene relevancia respecto a sus acciones. Creo que esto también es una maniobra estudiada por parte de la autora.

The Obelisk Gate me parece una obra sobresaliente, a la altura de su predecesora, que si bien pierde algo de la frescura del original, compensa esto con una trama apasionante y una prosa muy atractiva.

La Quinta Estación se publica en España este mismo mes con traducción de David Tejera. Esperemos que a no mucho tardar se publique también la continuación.

Every Heart a Doorway

Seanan McGuire es una escritora muy prolífica, que publica tanto bajo su nombre como bajo pseudónimo, pero aparte de algún que otro relato suelto no había leído su obra. Con las muchas recomendaciones que ha tenido Every Heart a Doorway, por gente con criterio reconocido como @odo y @mertonio y con la puntilla final de Tor que lo puso gratis durante un tiempo, ya no había más excusas. Y encima, acaba de ganar un Nébula.

Y tengo que dar las gracias a todas estas circunstancias, porque me he encontrado una obra muy entretenida y con más calado del que podría parecer. No nos encontramos ante una simple historia de fantasía si no ante algo más.

La acción se sitúa en la Eleanor West’s Home for Wayward Children, un asilo para niños “especiales”. La particularidad de los acogidos en esta mansión es que en algún momento viajaron a un mundo mágico, pero ahora han vuelto a la “realidad” y no consiguen adaptarse. No todos los mundos son iguales, se clasifican por unas reglas que no se especifican mucho pero que parecen tener cierto orden y lógica.

¿Qué ocurre cuando una niña (porque casi siempre son niñas) vuelve de su mundo de fantasía? Dependiendo del tiempo transcurrido y de lo vivido, la dificultad para adaptarse de nuevo al mundo será mayor o menor. En la mansión hablarán sobre sus experiencias con otros afectados y quizá, solo quizá, vuelvan a encontrar la puerta que les lleve a su mundo de fantasía.

El entorno, como veis, da mucho juego. La historia en sí deviene en un misterio no muy complicado, pero los coloristas o peligrosos mundos que crea la autora como origen de los acogidos son un derroche de imaginación. Pero lo que es aún más importante, el libro puede ser un vehículo para establecer paralelismos con situaciones reales de las que es necesario recuperarse.

Como bien indica Elías y permitidme que lo cite:

Pero también puede ser vista como una metáfora de muchas, muchas cosas diferentes: enfermedad mental, adicción a las drogas, amor no correspondido, salir del armario, embarazos no deseados, acoso escolar… o, simple y llanamente, la adolescencia con la confusión e inquietud que muchas veces conlleva.

Un seudónimo de la autora es Mira Grant, conocida por sus historias de zombies. Este toque de terror y gore también está presente en esta obra, pero en ningún momento parece excesivo. Además quizá para compensar este aspecto, al final de la historia se incluyen algunos capítulos contando la “intrahistoria” de dos de los personajes. ¡Y no pude dejar de reír mientras lo leía! Indudablemente porque me sentía identificada, pero también porque la vis cómica de la autora corre irrefrenable por estas últimas páginas.

ACTUALIZACIÓN : Me dice el siempre vigilante Elías que estos capítulos de “intrahistoria” son en realidad el comienzo de la siguente entrega, Down Among the Sticks and bones y no forman parte propiamente de Every Heart a Doorway. Lamento la confusión y me dan muchas más ganas de leer el siguiente.

Every Heart a Doorway es un contendiente a los Hugo muy a tener en cuenta en su categoría.

Spoonbenders

ACTUALIZACIÓN : El propio Daryl Gregory nos informa de la publicación en España de Spoonbenders a cargo de Blackie Books.

En la sección de Y mira que me lo recomendaron y no lo leí (pendiente de patente) tenía a Daryl Gregory. Reconozco que me echaba para atrás los tintes lovecraftianos o simplemente de terror de muchas de sus obras, así que nunca acababa por decidirme.

Pero el autor decidió descolgarse con un novela sobre psíquicos que trabajan para el gobierno de los Estados Unidos y ahí vi mi oportunidad.

Spoonbenders es una novela divertida y familiar, si entendemos por familiar que narra las aventuras y desventuras de una familia poco “convencional” (creo que el término actual sería disfuncional). El patriarca de los Telemachus es un antiguo timador que hacía valer sus trucos para engañar a todo el mundo y enirquecerse en timbas de póker. Pero se encontró con la horma de su zapato cuando conoció a la que sería su esposa, una auténtica psíquica, en unos experimentos en la Universidad.

En un ejercicio de prestidigitación literaria bastante apreciable, el autor nos distrae con pequeñas anécdotas mientras la verdadera historia se va desarrollando en un segundo plano. Cualquier técnica es adecuada para conseguir su objetivo, desde flashbacks salteados por toda la narración sin un orden concreto a comedidas escenas de sexo. En un momento puntual la ambientación me recordó a Last Call de Tim Powers, pero esto como digo fue solo en una ocasión.

Los personajes son muy diferentes, todos ellos con sus propios fallos, dentro del terreno de lo creíble (exceptuando los que tiene poderes, pero ¿qué le vamos a hacer?). Quizá un poco maniqueos en su exposición, pero es que Gregory lo que quiere es divertirnos, no aleccionarnos. Y aún así consigue que pensemos en la predestinación o el libre albedrío, en las ventajas e inconvenientes de los viajes astrales… Aunque su interés primario sean las relaciones familiares, las interconexiones entre las distintas generaciones de Telemachus y cómo afrontan sus problemas. Porque, en el fondo, se quieren, ¿no es eso lo bueno de las familias?

Last First Snow

Max Gladstone ha sido nominado al nuevo Hugo a la mejor serie por sus novelas de la Craft Sequence, así que decidí celebrar este hecho leyendo una de las dos novelas que me faltaban de la serie, también para prepararme para la nueva entrega que se va a publicar este año.

Last First Snow es una novela de mecha lenta y tarda mucho en alcanzar su potencial. Esto puede resultar un grave problema durante la lectura, porque hasta la mitad del libro no sucede nada relevante. Se están preparando las bases para un final trepidante, pero es demasiado lento en su desarrollo.

El principal motor de la narración es la dualidad entre el deber hacia la familia y hacia la comunidad. ¿Es más valiente quien deja a atrás a los suyos por defender un ideal o el que renuncia a la gloria para proteger a sus seres queridos?

Me gustan ver a los personajes varios años antes de los hechos que se desarrollan en Two Serpents Rise, pero Gladstone acaba jugando con fuego. Sabemos que los personajes van a sobrevivir porque los hemos visto en historias posteriores, así que se pierde parte de la emoción. No obstante, hay cierto interés también en conocer los orígenes de las relaciones de Temoc, Caleb, The Red King… Pero lo que creo que me gustaría más leer, la propia Guerra de los Dioses, sigue siendo una incógnita.

Los mitos en la que se basa el autor para esta novela no están muy explotados. Se me ocurren autoras como Aliette de Bodard y T.L. Morganfield pero la mitología mesoamericana sigue siendo todavía un terreno inexplorado en el mundo fantástico (si sabéis más ejemplos, me gustará conocerlos).

La curiosa aproximación del autor a la magia, relacionando el poder con los contratos entre los seguidores y los dioses, recibe aquí otra vuelta de tuerca cuando se introducen en la ecuación las compañías de seguros. Desde una perspectiva claramente mercantilista, los consorcios juegan con el alma de las personas (la moneda de uso común) para enriquecerse. No es nada sutil el mensaje que lanza el escritor en contra de las corporaciones, pero es adecuado. También hay ciertas referencias antibelicistas, pero son contadas.

Creo que esta es la novela más floja de las que he leído hasta ahora de Gladstone, pero aún así me sigue interesando el mundo creado por el autor. Leeré Four Cross Roads a no mucho tardar.

United States of Japan

Hace ya tiempo que tenía interés por leer la obra de Peter Tieryas, de la que tantos y tantos cantaban alabanzas. Quizá debido a esto United States of Japan no ha conseguido entusiasmarme como esperaba, lo cual no quiere decir para nada que sea un libro malo.

Una ucronía bien planteada me gusta como al que más y aunque la Segunda Guerra Mundial es el mayor exportador de puntos Jonbar de la historia, no hay tantos libros sobre un Japón triunfante como de un Tercer Reich eterno. Así que por esta parte, punto de originalidad para el autor, con permiso de Philip K. Dick.

La novela se centra en el régimen aplastante impuesto por el emperador y sus acólitos. La vigilancia de las múltiples policías secretas, la posibilidad de cometer un crimen por descuido y pagar las consecuencias y en general, un ambiente malsano y opresivo sirve para ponernos en situación. A todo esto se le añaden elementos nada despreciables de cyberpunk, dando lugar a un futuro estremecedor.

El punto fuerte de la narración son los diálogos, muy ágiles y que dan mucha información sin tener que recurrir a ningún artificio. La pareja protagonista tiene esa química especial que resulta de unir polos opuestos que tan bien funciona en muchas historias y esta no es una excepción.

Si. Hay luchas de mechas y aunque no son fundamentales están narradas de una forma muy cinemática, muy atractiva. Supongo que en las siguientes entregas (se rumorea sobre una segunda parte) estas máquinas cobrarán más importancia.

Sin embargo, la trama tiene algunos huecos que parecen venir de cierta precipitación en la narración. Aunque es totalmente creíble el nivel de adicción a los juegos patente en toda la sociedad, no es consecuente que un estado opresor de rienda suelta a un software malicioso que socava sus pilares. La explicación para la seguridad de las llamadas telefónicas es irrisoria y la utilización de cierta arma como medio de tortura es, simplemente, ridícula. No hay problemas de conectividad en ningún momento, sean cuales sean las circunstancias y la programación es algo tan simple como chasquear los dedos para desencriptar los archivos. Me creería mucho más que es estado tuviera puertas traseras en todas partes y, en consecuencia, hackear los terminales fuera cuestión de coser y cantar.

Demasiadas expectativas para una novela que aunque muy entretenida exige demasiada suspensión de la incredulidad.

Estados Unidos de Japón está publicado en español por Nova con traducción de José Heisenberg.