Paladin’s Grace

No sé si serán un guilty pleasure, pero leer las obras de T. Kingfisher situadas en el universo de Clockwork Boys me llena de tranquilidad y buenos sentimientos. Y eso que en un muy corto espacio de tiempo he leído cuatro historias y se le nota cierto patrón en cada obra, una especie de plantilla en la que la autora va marcando los puntos que caracterizan esta serie: protagonista madura, historia de amor en la que ambos personajes dudan del interés del otro, temas legales, tensión sexual in crescendo… Así que es posible que estas historias no acaben resultando una fiesta de originalidad, pero sí un paseo agradable por un camino conocido que nos reconforta.

La protagonista es Grace, una perfumista que sin comerlo ni beberlo se ve envuelta en una conspiración en contra de un dignatario de visita en la ciudad en la que reside. Me encanta que Paladin’s Grace sea el relato de una persona normal, no un guerrero ni un espía ni nada así, aunque a su alrededor sí que aparezcan estos personajes. Y me parece acertadísima que la mayoría de las descripciones se basen en el sentido del olfato como corresponde a su profesión, algo que no recuerdo haber leído desde El Perfume.

Su contrapartida en el título y en la propia novela es el paladín Stephen, un berserker que desde que murió su dios (hay que ver qué cosas pasan) vive atormentado por la posibilidad de que un desliz de lleve a un ataque de furia que no podrá controlar. En su torturada vida solo vive para servir a los demás, incapaz de comprender que aún habiendo perdido la gracia de su dios todavía quedan otras cosas que hacer durante su existencia. Un encuentro fortuito aunará su destino con el de Grace.

Entiendo perfectamente que todo esto suena a comedia romántica y es que Paladin’s Grace lo es, aunque el entorno sea fantástico. Entre sus mejores cualidades está precisamente el humor del que hace gala la autora, capaz de hacerte sonreír con los equívocos y situaciones absurdas que aparecen en la trama. Pero también hay algo más de trasfondo en la historia, como la trama secundaria en la que aparecen cabezas humanas sin origen claro o el ya mencionado espionaje. Y algunos personajes secundarios son de quitarse el sombrero, como la compañera de piso de Grace o la mandamás de la casa de la Rata, que juegan un papel relevante en la trama.

He podido disfrutar de la narración de la obra a cargo de Joel Richards, con un tono quizá más serio del que se podría presuponer para el contenido, pero que le sienta bastante bien sobre todo a la parte de enredo y malentendidos.

En definitiva nos encontramos ante un libro que no es novedoso, pero que no lo necesita, que nos hace reconciliarnos una vez más con el ser humano.

Inhibitor Phase

Me llevé una gran alegría cuando vi que se iba a publicar una nueva novela en el universo de Espacio Revelación, una de las sagas de ciencia ficción de las que guardo mejor recuerdo por su originalidad y el buen hacer de su autor. Así que he de reconocer que no puedo ser del todo imparcial en esta reseña, porque además Reynolds juega mucho con la nostalgia de unos personajes a los que le hemos acabado cogiendo cariño tras tantas y tantas páginas acompañándoles en sus peripecias.

El comienzo del libro es desolador. Quedan muy pocos humanos repartidos por la galaxia en colonias ocultas que sobreviven como pueden con la amenaza de los inhibidores siempre presente. Estas máquinas adaptativas y auto-replicantes creadas con el único propósito de destruir las civilizaciones avanzadas en todo el universo acechan cualquier señal de inteligencia lo suficientemente destacada para caer sobre ellos y destruirlos. Parece que no hay esperanza y que lo único que el porvenir les reserva es una lenta caída en el olvido, pero nunca hay que olvidar la tenacidad del ser humano para continuar luchando.

La estructura del libro es bastante típica ya que se puede dividir en los pasos típicos para completar una misión: reunir al equipo, hacerse con los medios necesarios para llevar a cabo la misión y finalmente realizarla. Pero claro, esto para Reynolds sería demasiado fácil, así que decide elevar las apuestas para que seamos conscientes de la extrema dificultad de la tarea. Si hay que reunir al equipo, la pieza fundamental tiene que tener una amnesia autoimpuesta que le impida recordar su pasado. Si hay que reunir medios, hará falta una tecnología que nos hará pensar en la tercera Ley de Clarke después de un enfrentamiento digno de la Cúpula del Trueno. Y para realizar la misión ni os digo lo que hay que hacer, sirva como muestra el hecho de que “por el camino” tienen que atravesar una estrella.

Además, aquí están presentes todos esos elementos que caracterizan su obra: una imaginación desbordante, verosimilitud científica y algo de terror, rozando el gore en este caso. Pero es que además ahora cobra mucha importancia el elemento emocional, pues aunque Reynolds haya planeado el libro como un nuevo punto de entrada para este universo, en realidad está plagado de homenajes y menciones más o menos veladas a otros personajes que tuvieron su relevancia en el pasado. Hace mucho tiempo de mis lecturas de Espacio Revelación cuando salió en España, pero no por ello he olvidado a los Demarquistas, los Combinados y los Ultras. Así que el fan de toda la vida de Reynolds no podrá dejar escapar esta oportunidad de volver a reencontrarse con alguno de estos personajes.

Os recomiendo encarecidamente que leáis este libro, como prácticamente todo lo que sale de la pluma de este autor.

The Second Rebel

Cuando leí el verano pasado The First Sister ya me pareció que partía de buenos mimbres y ahora ha llegado la segunda entrega de la saga para confirmarlo.

Aunque se mantienen los puntos de vista de la primera parte y se añade uno más, también es bastante claro que le autore ha decidido reequilibrar el peso de la narración, dando más empaque a unos protagonistas que a otros, lo cual no deja de resultar una decisión arriesgada, aunque creo que ha sido acertada.

Me gusta especialmente la evolución de Luce, que parte desde una reivindicación urbana que parece postureo más que otra cosa a una implicación más que seria en la búsqueda de la igualdad entre las distintas facciones enfrentadas en el Sistema Solar. Que la “recompensa” que recibe por su sacrificio sea tan cruel como esperada sirve para hacernos reflexionar sobre nuestros actos y lo que conllevan.

Los otros puntos de vista siguen siendo interesantes, aunque como digo Astrid pierde gran parte del protagonismo que tuvo en The First Sister, para relatarnos su ascenso y caída de una forma un tanto más impersonal. No obstante, resulta muy interesante ser testigos de las luchas intestinas por el poder y de las corruptelas que están al orden del día en toda institución de cierto tamaño.

Linden A. Lewis aprovecha esta segunda entrega de la trilogía para ampliar un poco el escenario, con la aparición en serio de los Sintéticos, algo que antes solo se atisbaba y su extraordinarias capacidades tecnológicas, capaces de desequilibrar la balanza de poderes en cualquier momento.

Además, de una manera muy inteligente, va dejando caer pistas de lo que luego se desvelará como un maquiavélico plan de actuación que a mí, al menos, me ha pillado totalmente desprevenida. Me gusta cuando los autores dejan plantadas pistas y detalles que luego van adquiriendo vida propia y pueden acabar siendo fundamentales en el devenir del relato. Lewis también se entretiene en hacernos una pequeña recopilación de lo que sucedió en la entrega anterior en los primeros capítulos de libro, mezclado con el propio flujo de la historia, algo que se agradece si no teníamos demasiado fresca en la memoria la lectura del tomo anterior.

La novela tiene algunos problemas de ritmo, sobre todo porque como he mencionado anteriormente el interés y la relevancia de alguna de los puntos de vista es menor comparado con otros, pero me da la impresión de que le autore, previendo este problema, ha sabido dosificar también las escenas de acción que tanto me gustan (los enfrentamientos de los equipos sincronizados mentalmente son dignos de estudio) para compensar en cierta medida los vaivenes del ritmo.

Estamos ante un libro que huye de los problemas típicos de la segunda parte de una trilogía y que consigue dejarnos con mucho interés para la finalización de la historia. Definitivamente recomendable.

The Fallen

The Fallen es la continuación de The Outside, la sorprendente novela de Ada Hoffman que mezclaba horrores lovecraftianos del espacio exterior con personajes neuroatípicos. En esta ocasión, Hoffman deja un poco de lado la space opera para centrar la narración en un solo planeta, que se vio transformado en gran parte por los sucesos acontecidos en la entrega anterior.

The Fallen es una novela de personajes y de sus relaciones. Lo que más me maravilla es el amplio espectro de condiciones neuroatípicas que aparecen durante la lectura, algunas consecuencia de lo que pasa en The Outside pero otras preexistentes. Me parece especialmente encomiable cómo la autora hace hincapié en la adaptación al entorno de estos personajes con características tan particulares y cómo la red de interconexiones creada entre ellos ayuda a cada uno a encontrar su lugar.

La forma escogida para narrar la historia, con relación a los acontecimientos en un pasado reciente y en un pasado remoto me parece también muy acertada, porque así podemos conocer más a fondo a los antagonistas, sus motivaciones y su desarrollo. Lo que quizá era uno de los puntos débiles de The Outside se vuelve uno de los pilares de The Fallen y eso no debe haber sido para nada fácil.

Dentro de mi desconocimiento, me ha dado que pensar el hecho de relacionar los trastornos de personalidad múltiple como precursor de las mentes colmena, algo que tendrá un impacto importante en el desarrollo de la historia.

Una cosa que me resulta difícil de creer es que los dioses permitan una suerte de resistencia pasiva que puede ser el germen que derive en una auténtica revolución, como si les interesara mucho la opinión pública del resto de sectores, mientras que por otro lado sabemos sin lugar a duda que son seres crueles, veleidosos y que conceden una importancia casi nula a los intereses humanos.

The Fallen no es una lectura especialmente fácil, aunque es bastante más asequible que The Outside precisamente porque el mayor esfuerzo de presentación del mundo ya se hizo en la primera novela. No sería justo clasificar este libro como una novela de transición, pero es verdad que deja muchos cabos sueltos destinados (espero) a ser atados en la siguiente entrega.

A Master of Djinn

Sin duda esta novela era uno de los lanzamientos más esperados del año, en parte porque P. Djèlí Clark se está labrando un nombre en el género y en parte porque el universo donde se sitúa la novela no puede ser más atractivo, algo que ya habíamos atisbado con los relatos anteriores situados en el mismo mundo.

Estamos en una ucronía, a principios del siglo pasado en Egipto. Cincuenta años en su pasado se rompió el velo que separaba el mundo mágico y nuestro mundo “normal” y desde entonces la magia, los djinns y otras criaturas pasean por la Tierra. Este hecho ha permitido a Egipto convertirse en una de las potencias mundiales, pero las tensiones y la amenaza de la Gran Guerra siguen presentes.

Para intentar controlar los desbarajustes provocados en la sociedad por la magia, el gobierno egipcio creó un ministerio dedicado a estos menesteres y la protagonista de la novela es  Fatma el-Sha’arawi, la mujer más joven en ocupar un puesto en dicho ministerio. Fatma es un personaje fascinante, que lleva gran parte del peso de la narración sobre sus hombros pero que ni siquiera se inmuta por ello. Tiene una personalidad propia y aunque quizá lo primero que llama la atención es su forma de vestir masculina, esto no es si no un escaparate que enseña al mundo para ocultar su fuerza interior.

El caso que tendrá que investigar Fatma es el asesinato de casi todos los miembros de una sociedad ocultista dedicada a estudiar la figura de al-Jahiz, precisamente el hombre que rompió el velo entre el mundo mágico y el mundo real.

La ambientación, como digo, es de lo mejor. Fantasía de gran calidad en un escenario original y con ciertos toques steampunk que lo hacen aún más atractivo, pero no por ello el autor deja de tratar temas de rabiosa actualidad. El racismo y las consecuencias del colonialismo están presentes en cada una de las páginas, así como el machismo y la discriminación de las relaciones no heteronormativas.

Quizá lo menos importante de la novela es el misterio en sí, aunque la investigación es curiosa y asimilable en cierto modo a la operativa habitual de los detectives (siguiendo pistas, investigando fuentes alternativas y obteniendo datos de fuentes poco fiables) resulta un poco obvio desde el principio quién se encuentra en el punto ciego de las pesquisas.

Lo mejor de todo es que es solo el primer libro de la serie, aunque es perfectamente disfrutable por sí solo. Espero tener la oportunidad de volver a disfrutar pronto de las aventuras de Fatma.

The Library of the Dead

He quedado gratamente sorprendida por The Library of the Dead, de T.L. Huchu, un libro que en principio se sale bastante de mi zona de confort, pero que no me ha dado más que satisfacciones.

Sería un poco difícil clasificar esta novela en una sola categoría, ya que aunque es eminentemente una historia sobre una medium que puede contactar con los muertos, lo cierto es que el entorno sitúa a la novela en un futuro cercano tras el colapso de la ciudad de Edimburgo o quizá en una ucronía (las constantes referencias al Rey y a su reinado son la pista principal). Pero también tiene sus toques de misterio e investigación de secuestros y de formación mágica, con la biblioteca del título que va tomando forma para el lector conforme avanza la lectura, pero dejando mucho para las siguientes entregas.

La protagonista es la joven Ropa, de ascendencia zimbawesa, que tras dejar los estudios para mantener a lo que queda de su familia utiliza su don para comunicarse con los muertos para sobrevivir. Los términos de sus transacciones son claros, los mensajes solo llegarán a su destino si hay una compensación de por medio. Pero, a pesar de sus reticencias iniciales, cuando una fantasma le habla sobre la desaparición de su hijo y posiblemente de otros niños, se ve forzada a buscarlos.

Aunque aparecen espíritus y un nivel de violencia considerable en ciertas acciones, además de una crueldad manifiesta por la gente que se considera de poco valor, The Library of the Dead no es una historia de terror. Es un relato muy bien hilvanado en el que Huchu va añadiendo detalles que pueden parecer accesorios, como un reality show en el que los ganadores consiguen operaciones de estética, pero que acaban siendo fundamentales para el desarrollo de la historia. Está especialmente bien escrito, ya que lo mismo te describe una receta de un postre que su autora se llevó hasta la tumba que te habla de los diferentes podcast que Ropa va oyendo en sus vagabundeos por la ciudad, en una suerte de autoformación para suplir su ausencia del colegio. Y cada uno de estos pasajes consigue transportarte hasta esta Edimburgo fría que sigue adelante con su vida, quizá indiferente al devenir de sus habitantes.

La narración de Tinashe Warikandwa me ha parecido magnífica, dotando de un realismo apabullante a la narración en primera persona de Ropa.

Huchu también pretende dar una explicación a la magia como un aspecto de la física, una especie de aceleración de la entropía que da una pátina académica al estudio de esta disciplina que sin duda se verá reforzada en las siguientes entregas. The Library of the Dead, es un magnífico comienzo para una serie, y desde aquí hago un llamamiento a las editoriales españolas para que le echen un ojo. No creo que salgan decepcionadas.

The Hand of the Sun King

The Hand of the Sun King es la primera novela de J.T. Greathouse y quizá no ha estado acompañada de tantas expectativas como otros debuts de género fantástico de este año, como The Blacktongue Thief o la ganadora por goleada She Who Became the Sun, por ejemplo.

J.T. Greathouse nos presenta el inicio de una serie que escoge narrar como una autobiografía del protagonista, haciendo hincapié en cómo sus actos y decisiones influirán en su futuro. Como está centrada en las primeras décadas de vida, también se puede considerar una novela de rito de madurez. Aunque el mundo en que se desarrolla historia tiene un worldbuilding bastante atractivo, también es cierto que el desarrollo de la historia es en ocasiones moroso y que le hubiera venido bien un poco de recorte en algunas secciones.

Wen Alder es un niño de herencia mixta, su familia paterna pertenece al imperio que ha subyugado la cultura de su familia materna. Aunque su abuela materna pretende educarle en sus tradiciones, lo cierto es que su formación y su crecimiento se ven totalmente influenciados por el imperio Sienese, con claras reminiscencias de la cultura china. (Ahí no es que haya tenido un derroche de imaginación el autor, tampoco lo vamos a negar).

El mensaje contra el imperialismo y la apropiación cultural es claro a lo largo de todas las páginas, aunque el autor lo disfrace mediante el uso de magia. Merece la pena detenerse a observar cómo cada tipo de magia que pertenece a un pueblo ha moldeado tanto las creencias de ese pueblo como la propia civilización, y cómo la pérdida de esto implica la pérdida de su propia identidad, barrida entre otras cosas por la uniformidad del imperio.

Quizá el principal problema que me he encontrado a la hora de leer la obra es que me costaba empatizar con el protagonista y como todo, absolutamente todo el peso de la narración lo lleva él, pues a veces no tenía ganas de seguir leyendo. Y eso es una pena en un libro en el que se ve el esfuerzo por salirse del camino habitual, con una ambientación asiática, un desarrollo de al menos 10 sistemas de magia y confrontaciones morales atractivas. Incluso tiene sus momentos de acción y batallas que quizá no sean el punto fuerte pero están también ahí.

Como se trata de la primera entrega de una serie, ya me esperaba que no se cerrara la historia, pero también es cierto que nos encontramos ante una novela completa, aunque deje con ganas de saber cuáles serán los próximos paso de Wen Alder, porque ahí hay mucho terreno por explorar.

Axiom’s End

Al parecer la autora de este libro es una famosa youtuber, pero no engaño a nadie si digo que no la conocía para nada de antes. Esto implica que he juzgado el libro solo por sí mismo, no por la fama que pudiera tener Ellis con anterioridad.

Axiom’s End es una historia de primer contacto muy de andar por casa, centrada más en la parte de thriller, de conflicto institucional o teorías conspiranoicas que en el propio contacto. La prosa tampoco es que destaque mucho, da la impresión de que es un producto poco pulido.

La protagonista de la novela es Cora, la hija de uno de los mayores defensores online de los insistentes rumores sobre la presencia de alienígenas en la Tierra. Su padre huyó a un país sin acuerdo de extradición o algo así para protegerse de la CIA, la NSA, el FBI o cualquier otra ristra de siglas que esté de moda en este momento en el gobierno USA. Esta ruptura de relaciones con su padre sin embargo no la librará del seguimiento de la agencia correspondiente y la casualidad hará que acaba convertida en la intérprete oficial de uno de estos primeros contactos.

A partir de aquí la novela sigue unos derroteros bastante obvios pero no por ello más creíbles. Me gustaría pensar que se hace hincapié en el aspecto lingüístico sobre esta primera interacción con una especie ajena a la Tierra, pero no nos engañemos, los comentarios que pretenden dar una pátina de credibilidad al estudio del lenguaje alienígena son como mucho una pequeña capa de barniz que no logra cubrir la renqueante estructura sobre la que debería apoyarse todo el resto de la historia. La utilización de los tópicos más manidos sobre abducciones tampoco es que ayuden a que el libro sea más novedoso o llamativo.

La labor de la narradora del audiolibro, Abigail Thorn , es correcta, aunque gran parte de la comunicación con el alienígena parece más un sampler de Loquendo que otra cosa, un efecto buscado para recalcar la artificialidad de estas conversaciones.

Mi recomendación es no perder el tiempo con esta novela.

Notes from the Burning Age

Claire North es una escritora muy irregular, capaz de lo mejor y lo peor, así que nunca sabes qué te puedes encontrar cuando abres un libro suyo. Es cierto que mi última experiencia fue muy buena, lo que quizá debería haberme preparado para llevarme una decepción con Notes from the Burning Age, pero lo que no me esperaba era aburrirme con una historia de espías, uno de los temas que más me entretiene.

Notes from the Burning Age está situada en un futuro donde la humanidad ha sobrevivido a duras penas a los desastres del cambio climático, volviendo a basar su existencia en un trato más respetuoso con el medio ambiente, buscando el equilibrio entre lo que se consume y lo que se devuelve a la naturaleza. En parte este forma de vida se sustenta en el miedo a los kakuy, unas “criaturas míticas” que fueron las que destruyeron la civilización, como representaciones físicas de los espíritus de la naturaleza y su ira contra quienes la sobreutilizaron.

Es innegable la influencia de Cántico por Leibowitz tanto en la visión postapocalíptica como el tratamiento del saber antiguo, que se busca y se guarda para evitar que la herejía se vuelva a propagar. No obstante, se nota la diferencia que años de acumulación de material sin sentido en internet provoca en estos almacenes de conocimiento, siendo necesaria una labor de purga ingente para separar la paja del grano en los discos duros que todavía sobreviven.

Toda la novela está narrada desde el punto de vista de Ven, a quien acompañaremos en su labor como espía infiltrado en la Hermandad, una sociedad que busca volver a las antiguas costumbres para incrementar el bienestar de las personas, aún a costa de la supervivencia de los demás. Y es que se ve que la especie humana no consigue aprender de sus propios errores.

La forma de escribir de North en esta ocasión es muy alegórica, dejando al lector la interpretación de la mayoría de los hechos que acontecen a lo largo de las páginas. Por desgracia, esta labor no da el fruto deseado, sobre todo porque la historia de espionaje resulta repetitiva y aburrida. Es cierto que en la vida real la labor de un “topo” dista mucho de la imagen adulterada que las películas nos han hecho asociar a los espías, con James Bond a la cabeza, pero no es menos cierto que en esta novela la trama no es que avance lentamente, es que repta sobre un limo escurridizo que parece echar hacia atrás los acontecimientos en vez de conseguir que avancen.

Hay momentos de tensión cuando parece que se está a punto de descubrir a alguno de los agentes encubiertos, pero es que ni siquiera en las escenas de persecución se puede decir que haya mucha tensión en la narración, quedando en la mente del lector una sensación de incompletitud, de oportunidad perdida. Una pena, porque es una historia que podría haber funcionado de haber escogido la autora otros derroteros para su devenir.

Priest of Gallows

Sigo con cierto interés la serie de Peter McLean War for the Rose Throne, que, ilusa de mí, pensaba que era una trilogía. Pero tras leer la tercera entrega me ha quedado claro que no es así y ya veremos si la historia acaba con el siguiente libro.

El narrador sigue siendo el mismo Tomas Piety al que conocimos cuando volvía de la guerra, pero que ahora ha ido escalando socialmente hasta llegar a un puesto inimaginable con sus humildes orígenes. Sin embargo, estos cambios no han sido necesariamente para mejor, ya que como se verá a lo largo del libro el poder y la corrupción van siempre de la mano y eso es algo que no se puede evitar.

De nuevo cambiamos de escenario, esta vez casi todo el libro ocurre en la capital del reino, donde se acumula todo el poder y también prácticamente la mayoría de las conspiraciones. El detonador de la historia será la muerte de la reina, que aunque se está manteniendo en secreto pronto se tendrá que hacer pública, por lo que todos los miembros de los Hombres de la Reina, una policía secreta a la que Tomas pertenece, deberán recibir instrucciones en la propia ciudad.

La presencia de la magia es casi testimonial en la novela, aunque tiene su importancia sobre todo en el clímax final, siendo esta más una historia de purgas y luchas por el poder que de fantasía clásica. Desde el principio el autor se encarga de quitarnos el velo de glamour que las labores de espionaje pudieran tener para nosotros, deviniendo en una constante de violencia y terror, de imponer el plan de ruta marcado por la Eminencia Gris de la organización para “mantener el status quo” mientras en realidad no hace si no consolidar su propio poder. En ningún momento podemos engañarnos y pensar que Tomas es buena persona, pero sí que tenía cierta brújula moral con la que afrontaba las situaciones que ahora parece totalmente inexistente.

El tono de la novela y el vocabulario usado se ajusta perfectamente a como nos imaginaríamos que hablara una persona sin estudios que ha aprendido en la “Universidad de la vida”, aunque no se puede negar que la astucia del protagonista y su experiencia le permiten salir de ciertas situaciones que podrían haberse convertido en trampas mortales. Se trata de un libro oscuro y pesimista, que se podría incluso considerar de transición ya que no se habla nada de la guerra en ciernes que parecía inminente en la conclusión de Priest of Bones, pero que resulta satisfactorio tanto en su desarrollo como en su ejecución.

Esperemos que Priest of Crowns, previsto para el año que viene, consiga mantener el nivel.