Age of Assasins

Sentía curiosidad por la obra de R J Barker, desde hacía algún tiempo así que cuando vi Age of Assasins de oferta por menos de un euro no dudé en comprarlo.

La novela nos narra una historia muy pero que muy convencional. Asistimos al paso de la adolescencia a la madurez de un aprendiz de asesino, que aunque ya había dejado su inocencia atrás no había acabado de abrir los ojos ante las intrigas políticas y las injusticias sociales. Esta historia la hemos leído muchas veces y es difícil que nos sorprenda (Robin Hobb, sin ir más lejos, tiene su trilogía del Vatídico).

Sin embargo, Barker escribe con mucho oficio y consigue hacer entretenida una historia conocida.   El sistema de castas que se utiliza no difiere mucho de la jerarquía medieval que conocemos, pero las intrigas palaciegas pretenden ser tan enrevesadas como divertidas de desenmarañar. Algunos detalles como las distintas enseñanzas que aplican los asesinos a su trabajo llaman la atención y me gustaría que hubieran sido explicados más en profundidad. La cofradía de asesinos que presenta una amenaza funesta  no acaba de aparecer, pero sigue siendo un poder en la sombra que influye en las acciones de los personajes.

El libro está narrado en primera persona y quizá por eso el autor consigue que empaticemos más con el protagonista, ya que vemos todos los acontecimientos a través de su óptica. Las humillaciones a las que se ve sometido nos duelen un poco más de lo habitual, y sus pequeñas victorias también nos alegran mucho. Hay que concederle a Barker haber conseguido una primera novela cohesionada y con ritmo, a pesar de haber tenido que recurrir a caminos demasiado conocidos. Quizá en las siguientes entregas veamos algo más de originalidad, algo que necesita y mucho esta novela.

Portada del nuevo libro de Guy Gavriel Kay

Se ha dado a conocer cuál será la portada del nuevo libro de Guy Gavriel Kay, A Brightness Long Ago. El libro estará a la venta el 14 de mayo del año que viene.

Esta es la sinopsis:

In a chamber overlooking the nighttime waterways of a maritime city, a man looks back on his youth and the people who shaped his life. Danio Cerra’s intelligence won him entry to a renowned school even though he was only the son of a tailor. He took service at the court of a ruling count—and soon learned why that man was known as the Beast.

Danio’s fate changed the moment he saw and recognized Adria Ripoli as she entered the count’s chambers one autumn night—intending to kill. Born to power, Adria had chosen, instead of a life of comfort, one of danger—and freedom. Which is how she encounters Danio in a perilous time and place.

Y aquí mi traducción:

En una habitación desde la que se ven los canales nocturnos de una ciudad marítima, un hombre examina su juventud y la gente que dio forma a su vida. La inteligencia de Danio Cerra le permitió acceder a una prestigiosa escuela a pesar de ser solo el hijo de un sastre. Entró al servicio de la corte y pronto supo por qué a su superior lo llamaban La Bestia.

El destino de Danio cambió en el momento en que vio y reconoció a Adria Ripoli cuando entraba en la corte una noche de otoño, con intenciones asesinas. Nacida en el poder, Adria había escogido en lugar de una vida de placeres, una de peligros y libertad. Así es como encuentra a Danio en un lugar y tiempo peligroso.

 

Salvation’s Fire

Tenía bastante interés por leer la continuación de la estupenda Redemption’s Blade, aunque el cambio de autor me provocaba recelo, más por desconocimiento de la obra de Justina Robson que  por otras razones. Por desgracia, este recelo iba creciendo conforme leía el libro, las páginas iban pasando y tenía la sensación de no enterarme de nada.

En estos casos suelo achacar esta incomprensión a mi falta de dominio del inglés, pero pude comprobar con otros lectores que ese no era el problema, o al menos no era el principal escollo.

La prosa de Robson es innecesariamente morosa pero además la trama de libro “avanza” (es un decir) con zigzagueo cansino y sin rumbo.

Los personajes que conocimos en la primera novela siguen presentes, pero se han transformado por arte de birlibirloque en figuras de cartón piedra que se dejan llevar por el viento, según la dirección en la que sople. La inclusión de un nuevo personaje extraordinariamente poderoso pero bisoño en todos los demás aspectos no consigue despertar nuestro interés.

Y, ¿qué decir de la trama “romántica”? Además de poco creíble e impostada, no aporta nada al libro. Está ahí porque rellena un hueco como el que calza una mesa.

Es una pena que una serie prometedora tenga este bajón tan pronunciado de calidad. No sé si se seguirá la historia con otro autor, porque el mundo sigue siendo interesante, pero me temo que no será así.

Ravencry

Estar al día de la nueva corriente de autores de fantasía es algo prácticamente imposible. Se publica mucho, sobre todo dentro de la corriente grimdark, y habría que especializarse solo en esta parcela para poder leerlo todo (aún así, dudo que se pudiera). Mi estrategia, por el contrario, consiste en picotear un poco de aquí y allí para ver qué autores me gustan y seguir con ellos cuando puedo. También seguir el consejo de algunos “prescriptores” en cuyo criterio confío.

El caso es que Ravencry es la segunda parte de una trilogía que empezó con Blackwing, una obra que a pesar de sus defectos me entretuvo. Me temo que Ravencry se sitúa un escalón por debajo de esta primer libro.

La acción se sitúa cuatro años después de los hechos acontecidos en la primera entrega, pero se puede considerar una continuación directa, por que los personajes no han avanzado mucho a pesar del tiempo transcurrido, aunque haya algunas incorporaciones nuevas al plantel de los Blackwing.

El libro tiene un marcado tono místico, derivado de la aparición de una poderosa secta de la luz alentada por las apariciones de una misteriosa dama brillante en la ciudad. Esta influencia me temo que no le sienta bien a la narración, que pierde parte de la acción que impregnaba las páginas de Blackwing a favor de una “travesía por el desierto”. Aunque este peregrinaje no dura cuarenta días y cuarenta noches, esta claro cuál es el referente de Ed McDonald al escribir estas páginas.

También se añoran los diálogos chispeantes que tanto dinamizaban el primer libro. Creo que el mayor número de diálogos tienen lugar entre el protagonista y un cuervo, un ser sin inteligencia propia, por lo que las conversaciones no dejan de ser cíclicas.

También hay puntos positivos en el libro. La trama de corrupción está muy bien planteada, sucediendo antes los propios ojos de los vigilantes sin que estos se percaten de nada. En ocasiones el autor se adentra en el terreno más gore, algo que hará las delicias de los lectores que gusten más de este aspecto de la fantasía oscura. Se nota que estas páginas ya estaban pensadas cuando estaba escribiendo la primera novela, por lo que vemos referencias a capítulos anteriores que ahora encuentran explicación. Aunque la principal motivación del archienemigo sea la ambición por el poder absoluto, el amor juega un papel principal en la historia de Galharrow

A pesar de no haber quedado completamente satisfecha con Ravencry, creo que volveré a darle una oportunidad al autor en una siguiente entrega.

Anunciada la reedición de In the Stacks

Scott Lynch ha anunciado a través de su cuenta de twitter la publicación de In the Stacks, una novelette que escribió en 2009. Pero esta no será la única entrega, ya que se ha puesto manos a la obra reescribiendo gran parte de su ficción corta para ponerla disponible en formato electrónico.

Tras esta publicación, seguirán otras obras como “The Effigy Engine,” “A Year and a Day in Old Theradane,” y “The Smoke of Gold is Glory,” hasta el lanzamiento de la antología Book of Magic en octubre.

Witchmark

Hay algunos libros que cumplen unas determinadas características de ambientación que sería injusto llamar clónicos, pero que sí que recuerdan unos a otros. Es difícil innovar en una historia fantástica situada en la época de la Regencia o en la Victoriana, porque es una escenario sobreutilizado, aún sin llegar a los niveles de la fantasía pseudomedieval.

Y sin embargo, C.L. Polk consigue mostrarnos una narración cautivadora, aunque no sorprendente. Los elementos que se utilizan son conocidos por todos: una sociedad clasista que se perpetúa en el poder utilizando la magia, conflictos familiares irresolubles en los que chocan la búsqueda de libertad y el cumplimiento del deber, seres de inmenso poder que pueden afectar el curso de la historia… Pero todos estos elementos, bien utilizados, dan lugar a un relato coherente y agradable de leer.

En Witchmark se pueden encontrar reminiscencias de muchos autores, desde Susanna Clarke a Zen Cho, pasando por NK Jemisin. Podría ser interesante seguir todas estas referencias, como el uso del éter que recuerda Las edades de la luz de Ian R. MacLeod (salvando las distancias) y si alguno de vosotros leéis esta obra seguro que tendremos una conversación interesante al respecto.

Entonces, ¿qué es lo que hace que Witchmark se diferencia de las otras obras? Para mí, todo gira alrededor de la relación fraternal entre Miles y su hermana Grace, que está tratada con mucho cariño pero también con mucha verosimilitud. Dos hermanos que se quieren, pero que son capaces de hacerse daño mutuamente por sus ideales, que pueden caer en contradicciones pero que se apoyan el uno al otro… Me ha parecido una representación estupenda. Los personajes son muy atractivos, pero creo que esta relación es la más importante del libro, sin desmerecer la que desarrolla Miles con Tristan, que no parece impostada, pero que me interesa menos.

También me gustaría destacar la carga de crítica social que trae el libro, aunque no se cargan las tintas en exceso. No solo se habla de los desastres de la guerra, también de las desigualdades sociales y la explotación de las clases deprimidas a favor de la vida de lujo de los aristócratas. No lo considero el principal objetivo del libro, pero me alegra que aparezca en la historia.

En resumen, Witchmark utiliza piezas muy conocidas para dar lugar a un collage atractivo unido por una prosa musical y agradable cimentada por unos personajes fuertes con relaciones creíbles. Y hay persecuciones en bici. Todo es mejor con persecuciones en bici.

Ganadores de los premios David Gemmell

Ya conocemos a los ganadores de los premios David Gemmell de este año.

Son los siguientes:

Premio Legend (mejor novela)

  • Robin Hobb: Assassin’s Fate, Libro 3 de Fitz and The Fool (HarperVoyager)

Premio Morningstar (mejor primera novela)

  • Nicholas Eames: Kings of the Wyld, Libro 1 de The Band (Orbit)

Premio Ravenheart (mejor portada)

  • Richard Anderson por Kings of the Wyld de Nicholas Eames (Orbit): Diseño de Lisa Marie Pompilio.

¡Enhorabuena a los ganadores!

Wrath of Empire

Creo que ya ha quedado sobradamente demostrado que Brian McClellan es un escritor que me gusta mucho, con un toque especial a la hora de escribir fantasía. No cabía duda de que más pronto que tarde acabaría leyendo Wrath of Empire, la última entrega de su saga.

Nos encontramos ante un libro extenso, donde se manejan distintos puntos de vista de forma coherente e inteligente. Siempre suele haber favoritos de los lectores entre los distintos puntos de vista, pero en esta ocasión creo que el autor ha conseguido equilibrar las tramas, aunque haya una que destaque en particular.

McClellan sabe lo que le gusta a su público, así que no duda en comenzar el libro con dos batallas épicas muy bien narradas, de forma clara y contundente, sin ahorrar detalles escabrosos pero sin regodearse tampoco en ellos. La guerra es así, descarnada, así que es comprensible que se hable de despojar a los cadáveres de las posesiones valiosas que puedan tener, por ejemplo. Desde el desconocimiento, me gusta cómo trata maniobras de flanqueo y otros movimientos típicos de la caballería y la infantería de la época napoleónica. También le sienta bien a la novela el cambio de escenarios, con partes narradas en recintos claustrofóbicos mientras que otras tienen lugar a cielo abierto en mitad del campo.

Los tres protagonistas que nos narrarán la historia son Vlora Flint, Ben Styke y Michel Bravis, todos viejos conocidos de los seguidores del autor (en particular Vlora está con nosotros desde Promise of Blood).  Comentaba con anterioridad que están equilibradas, pero personalmente me ha parecido más atractiva la de Michel porque las otras dos se asemejan en sus objetivos y desarrollo, son personajes militares que tienen una misión que cumplir. No digo que sean calcos la una de la otra, pero sí se parecen. Michel, sin embargo, tiene una apasionante historia de espionaje y traición, de agentes dobles y de supervivencia en una ciudad tomada que lo convierte en un escenario realmente atractivo.

A lo largo del libro tienen lugar revelaciones que harán temblar los cimientos de lo que creíamos conocer sobre los personajes y el mundo de los Powder Mage. Si McClellan lo tenía pensado desde un principio, como parece, hay que quitarse el sombrero ante su previsión y ante todo, a su sutileza al ocultarnos la información durante tanto tiempo. También es muy hábil al introducir un nuevo enemigo que lleva años preparándose para la invasión y que conoce los puntos débiles que debe atacar.

No todo en la novela es tan bueno. Una parte de la trama de venganza de Styke es demasiado orquestada, demasiadas casualidades juntas en el camino para que resulte creíble. Entiendo que el autor necesita este camino de redención para conseguir que el personaje evolucione pero pienso que podría haberlo hecho de alguna forma más elegante, menos prefabricada.

En ocasiones, los desplazamientos se hacen pesados, porque para llegar de A a B el camino tampoco es que sea emocionante. McClellan lo ha trufado de anécdotas y charlas y alguna que otra emboscada, pero no sé si se debería haber hecho uso de alguna elipsis bien colocada (¡qué difícil es ser escritor!).

La magia, cuando aparece, es tremendamente poderosa y desequilibra el juego de poder del que somos testigos. Esto es marca de la casa del autor y no debería sorprendernos, pero en algunas ocasiones parece extraño que haya tantos ejércitos tan bien preparados cuando un destacamento de magos sería totalmente destructivo y bastante menos costoso.

McClellan deja todas las líneas en vilo, para que tengamos que esperar pacientemente la siguiente entrega. Espero que no se demore mucho, porque realmente quisiera saber en qué va a desembocar toda esta historia. De nuevo me vuelvo a preguntar por qué no se publica a este autor en España. Sería todo un acierto.

Summerland

Aunque conozco la faceta de Hannu Rajaniemi como escritor de fantasía y algo de terror por su colección Hannu Rajaniemi: Collected Fiction  realmente lo que más me gusta de su obra es su vertiente de ciencia ficción. Hace ya un tiempo lo entrevisté y ya hablaba de Summerland, así que el proyecto lleva mucho tiempo preparándose.

Summerland se desarrolla temporalmente durante la Guerra Civil Española y es una crónica de la guerra secreta que enfrentaba a las grandes potencias europeas y a sus servicios de espionaje. Pero es muy distinta de la realidad que conocemos porque se ha descubierto el Más Allá y nos podemos comunicar con ellos. La muerte ya no significa el fin, la comunicación con los espíritus está al orden del día y estas almas también pueden tomar posesión de mediums autorizados para campar a sus anchas por la Tierra. Esta “Tierra del verano” puede parecer el paraíso, pero es escenario de luchas de poder exactamente igual que nuestra querido hogar.

Que los descubridores de la tecnología que permite comunicarse con los espíritus fueran Marconi y sus coétaneos pretende dar una pátina de credibilidad a la historia, pero las explicaciones resultan demasiado etéreas para mi gusto. Nos hallamos ante una novela de fantasía con un pequeña pátina de ciencia y como tal debemos aceptarla.

Un punto a favor en mi lectura de la novela fue la presencia de figuras reconocibles dentro del espionaje británico de la época. Vemos a Guy Burgess, a Kim Philby y a alguno más, así que Rajaniemi ha hecho los deberes (no vemos a Anthony Blunt, pero tampoco nos vamos a poner exquisitos) pero desperdicia a estos personajes en apenas una escena cuando podrían haber dado muchísimo más juego.

Summerland es una crítica acerada a la sociedad de privilegio, al hecho de que por pertenecer a un club desde tu nacimiento ya tengas más oportunidades que los demás, a una oligarquía desfasada y decadente, que acabó devorada por sí misma. También se critica sin pudor las diferencias sociales entre hombres y mujeres, achacando a la “debilidad femenina” las inexistentes oportunidades de ascenso de personas más valiosas que otras. Sobre todo, me gusta la crítica al férreo control que aún después de muertos siguen ejerciendo los poderosos, evitando la regeneración y el cambio.

Algunas de las ideas que plantea el autor finlandés tienen su contraposición en el mundo real. La forma “segura” de viajar al Más Allá es mediante la obtención de un ticket, que permite al alma “fijarse” en el nuevo mundo y no desaparecer. Por supuesto, este ticket solo lo consiguen las clases adineradas o los soldados del ejército, en una metáfora poco sutil pero muy efectiva de las desigualdades sociales presentes en cualquier civilización. También hay otra idea que es muy similar a lo que propone Leena Likitalo en The Five Daughters of the Moon (no sé si el origen finlandés de ambos tendrá algo que ver) una entidad superior, un Dios creado por el hombre que atrae y repele por igual a según qué personajes. La conversación sobre si esta mente es el mal o el bien absoluto es de lo más interesante del libro.

Por desgracia, la historia en sí no me ha convencido. Se utilizan recursos de espionaje como buzones de entrega, códigos secretos y aparecen agentes dobles, pero relmente la trama en este sentido es bastante floja. Lo que parece ser la amenaza más compleja a la que se pueden enfrentar solo queda esbozada y la posibilidad que tienen los espíritus de “leer la mente” (aunque en realidad solo sean los sentimientos más fuertes en ese momento) está francamente infravalorada. Me hubiera gustado que el autor hubiera conseguido que esta parte central del libro fuera más interesante, pero no ha sido así.

Dudo si recomendar o no la lectura de Summerland  a según qué público. Las sesiones espiritistas tecnificadas no son lo mío, pero es posible que a otro lector si le atraigan.

Aquí os traigo el ticket por si sentís curiosidad.

The Descent of Monsters

Hay ejemplos muy buenos del estilo epistolar, esas novelas escritas como páginas de diario o extractos de noticias y cartas. Sin tener que hacer mucha memoria, me acuerdo de El imperio de Yegorov, por ejemplo o de Snakewood aunque reconozco que este último no es tan bueno.

Pero no era lo que me esperaba de la nueva entrega del Tensorate de JY Yang y me costó entrar en el juego. No digo que no esté bien escrito, si no que mis expectativas eran otras. Afortunadamente el desarollo de la historia es lo suficientemente intrigante y atractivo como para que me pudiera sobreponer a esta pequeña e injusta decepción. Además, hay que reconocer la habilidad de el/la autor/a para manejar distintos registros según a quién esté dirigida la carta o el diario, desde la sumisión más abyecta al poder al caracter furioso del diario destinado a plasmar los hechos que ocurren.

The Descent of Monsters gira en torno a la investigación de un suceso luctuoso acaecido en una remota instalación de investigación. El gobierno intenta tapar tanto las muertes como el trabajo que se estaba llevando a cabo en la facilidad, así que el encargado de investigar se ve atado de pies y manos, con informes censurados, datos desaparecidos y en general, sin ninguna colaboración.

Me gusta la nueva dirección que toma JY Yang, ampliando nuestros conocimientos sobre el Tensorate y añadiendo algunos elementos más de la historia, pero sin llegar a avanzar realmente en el meollo de los dos primeros libros. Es como si se hubiera detenido para coger carrerilla para las siguientes entregas y mientras nos hubiera ofrecido un espectáculo colateral, en espera de la traca final.

El mundo mágico sigue sin estar perfectamente definido, con lo que rompe con el estilo actual de explicarlo todo con reglas (muy Sandersoniano). Aparecen los personajes que ya conocimos en The Red Threads of Fortune y The Black Tides of Heaven, pero no son los protagonistas. Una decisión a mi entender acertada, ya que hace que el lector no se encuentre perdido en la historia, pero tampoco dependa por completo de las lecturas anteriores para disfrutarla.

Estoy deseando saber con qué nos sorprenderá la próxima vez JY Yang.