All That We See or Seem

Tenía las expectativas muy altas con la nueva novela de Ken Liu, inicio de una trilogía de ciencia ficción de futuro cercano tras la mastodóntica The Dandelion Dinasty. Y, si bien All That We See or Seem me parece un thriller muy emocionante, no es menos cierto que esperaba más del autor.

Y es que después de leer los relatos de Liu, cualquier cosa que no te explote la cabeza sabe a poco y la primera entrega de la saga de Julia Z parece un poco descafeinada. Principalmente porque refleja un futuro tan cercano y tan verosímil que se pierde un poco el sentido de la maravilla, cayendo en lo mundano. No es menos cierto que la peculiar estructura de la novela, que alcanza su clímax aproximadamente en el 70% de la lectura tampoco ayuda. Con esto no quiero decir que sea una mala novela, no creo que el autor afincado en Boston sea capaz de escribir cosas malas, si no que no alcanza su, por otra parte excelso, nivel habitual.

Julia, como personaje, me parece todo un acierto. Una joven prodigio, con un pasado que se irá desgranando a lo largo de la novela, pero que sabemos que la expuso desde muy joven a la presión de las redes sociales con toda su crudeza, dejándola con una desconfianza tal hacia su entorno que apenas tiene huella digital. La verdad es que Julia se ve envuelta un poco a su pesar en un supuesto secuestro y tendrá que hacer uso de todo su arsenal informático para hacer frente al problema.

El mundo que imagina Liu es plausible, de hecho es una especulación bastante cercana a la realidad actual, sobre todo con el auge de la IA. No creo que sea un mundo en el que nos gustar vivir, pero sí creo que puede tocarnos en suerte en los próximos años. Es todo tan convincente que resulta poco emocionante en ocasiones, aunque como todo buen thriller que se precie, tiene sus persecuciones y sus momentos de acción trepidante y estos también están muy bien narrados.

Sin ser una experta en ciberseguridad, pero con algo de barniz sobre el tema, todo lo que aparece en el libro de Liu tiene base tecnológica y científica, si bien extrapolado a unas capacidades de computación muy superiores a las actuales y con unos modelos tremendamente optimizados. No es menos cierto que algunas de las situaciones se resuelven más bien por pura chiripa que por las innegables cualidades de Julia, lo que hace que la suspensión de la incredulidad del lector se vea un poco tensionada.

Sigo interesada en todo lo que escribe Ken Liu y en la continuación de la serie, pero espero que el autor suba un poco el nivel especulativo de la saga, que al menos para mí queda un poco por debajo de lo que esperaba.

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