Fearsome magics

fearsomeCon el buen sabor de boca que me había dejado Reach for infinity, decidí seguir dejándome guiar por Jonathan Strahan y sus recopilaciones, aunque esta vez en el terreno de la fantasía.

“The Dun Letter” de Christopher Rowe

Típica historia de hadas que vienen a reclamar sus derechos. Un comienzo de antología un tanto trillado.

“Home is the Haunter” de Garth Nix

Entretenido aunque no muy original, este relato mágico sobre un pequeño episodio dentro de una misión mayor, cumple su función pero no deja ninguna impresión duradera.

“Grigori’s Solution” de Isobelle Carmody

Aunque la premisa es interesante (una ecuación cuya resolución puede traer el fin del mundo) el desarrollo es melancólico a la vez que poco sentimental. Un poco traído por los pelos en una antología sobre magia.

“Dream London Hospital” de Tony Ballantyne

Extraño e inquietante relato, que la única sensación que me ha provocado es desagrado. No tenía mucho interés en leer Dream London, pero ahora no tengo ninguno.

“Safe House” de K J Parker

Gran relato con un planteamiento original y un desenlace muy adecuado. Las digresiones del discípulo protagonista aderezan la narración y le dan un ritmo envidiable. Merece la pena leerlo.

“Hey, Presto!” de Ellen Klage

Entrañable historia de una relación paterno filial en la que la magia y el ilusionismo empiezan a jugar un papel importante.

“The Changeling” de James Bradley

Inquietante relato que no versa sobre la magia, si no sobre la soledad y las distintas formas de enfrentarse a ella. Demasiado cruel para mi gusto.

“Migration” de Karin Tidbeck

A pesar de haber asistido a una charla sobre el proceso de creación de este relato, sigo sin entender la historia. Demasiado weird para mí.

“On Skybolt Mountain” de Justina Robson

Me temo que a esta historia le falta un contexto, parece hecha de retazos de otras historias.

“Where Our Edges Lie” de Nina Kiriki Hoffman

Curiosa historia sobre hermanas gemelas que se distancian. Me ha parecido emotivo, y el final es desgarrador.

“Devil’s Bridge” de Frances Hardinge

Estupendo relato. Aunque es muy corto, aprovecha cada palabra para presentar un mundo muy interesante en el que la protagonista puede crear puentes a cualquier lugar… por un precio.

“The Nursery Corner” de Kaaron Warren

Este cuento se podría enmarcar más dentro del terror que de la fantasía, tanto por la localización (una residencia de ancianos) como por los personajes y la trama. No ha sido de mi agrado.

“Aberration” de Genevieve Valentine

Otro relato extraño, que nos muestra a la protagonista con capacidades de viajar en el tiempo merced a una extraña roca. Pero lo que busca no es otra cosa que tranquilidad. Demasiado weird para mí.

“Ice in the Bedroom” de Robert Shearman

Último relato de una antología que definitivamente no es para mí. La mezcla de terror e infierno helado puede parecer interesante a priori, pero no le veo sentido.

Aunque algunos relatos se salvan, no puedo recomendar esta antología que sin duda hará las delicias de otro público con gustos distintos a los míos.

The disappeared

The-Disappeared-ebook-cover-web-200x300El comienzo de este libro fue tan parecido a un telefilme de los de Antena 3 en la sobremesa de los fines de semana que a punto estuve de dejarlo de lado. La ausencia de otra cosa que leer en ese momento hizo que siguiera con The disappeared, de la premiada  escritora Kristine Kathryn Rusch.

La premisa de The disappeared es muy curiosa. En un mundo futuro, las relaciones con otras razas alienígenas están a la orden del día, y existe una ley interestelar para dirimir los problemas que puedan surgir. Aunque para nosotros sea inconcebible, otros seres consideran un castigo justo para un acto criminal quitar la custodia del primogénito del culpable. Como quien hace la ley hace la trampa, también existen unos servicios especiales que permiten a los culpables “desaparecer”, en plan protección de testigos pero a mayor escala.

Sin embargo este escenario, que podría parecer prometedor, se desdibuja mucho cuando seguimos con el hilo de la historia. Una pareja de policías se encuentra de repente con tres casos aparentemente inconexos pero que parecen implicar a personas que han utilizado estos servicios. Las tres razas alienígenes presentadas tratan de distinta forma a los que quebrantan sus leyes, pero aparte de esto y de otros datos accesorios como su tratamiento de lo que es  la verdad, están poco desarrolladas. Casi parecen intercambiables.

Hay poca ciencia ficción en esta historia, solo el escenario (colonias en la Luna) y la necesaria presencia de los extraterrestres. Se trata más bien de un procedimental entre lo policial y la abogacía, y como tal, tampoco sobresale. Indudablemente está escrita con oficio y le valió a su autora un premio Endeavour, pero no tengo gran interés en seguir con la serie Retrieval Artist, que ya va por su décima entrega.

Truth and Fear

Higgins-Truth&Fear_thumb[2]Con lo que me gustó Wolfhound century y teniéndolo en mi casa desde agosto, no tiene perdón que haya tardado tanto en leer Truth and fear, el segundo libro de Peter Higgins situado en una Rusia que no es tal.

La acción continúa inmediatamente después del final del primer libro, que la verdad fue algo abrupto. Lom y Maroussia vuelven a Mirgorod para buscar el Pollandore y volver a enfrentarse a Chazia y Kantor.

El tono de la narración es incluso más oscuro que el anterior. Tiene algunas escenas realmente impactantes, aún más terribles por la verosimilitud con que están narradas.

El claro paralelismo entre los asedios a Mirgorod y a Stalingrado permite Higgins mostrar un compendio de los horrores de la guerra. La escena en la que una madre vuelve a casa para encontrar los restos calcinados de su vida es simplemente desgarradora, pero hay más. Muchas más. La política de pelear por cada palmo de terreno, empapándolo de la sangre de los civiles es llevada aquí a su máxima expresión. Imaginad cómo debía ser cavar trincheras CON LAS MANOS en pleno invierno.

Aún así, esta lucha es solo uno de los hilos que forman el tapiz de la historia. Las investigaciones secretas en una recóndita isla del Vlast se tornarán decisivas para el desarrollo de la guerra con el Archipelago, a semejanza de las llevadas a cabo en Los Álamos pero con un claro elemento diferenciador: el uso de los restos de ángeles caídos.

La intriga política subyacente en la narración se va desvelando poco a poco, cada personaje va luchando por su propia agenda secreta y solo nosotros, espectadores privilegiados, podemos ver hacia dónde dirigen sus pasos los protagonistas.

También aparece un nuevo personaje cuya presentación en las primeras páginas del libro ya da idea de cuán importante va a ser en el desarrollo de la historia. Antoninu Florian observa la ciudad que ha visto crecer en sus siglos de vida.

La prosa de Peter Higgins es hermosa, con palabras duras cuando son necesarias y suaves para describir los momentos de menor tensión. Utiliza bastantes adjetivos, algo que en vez de ralentizar el ritmo de lectura lo dota de una cadencia casi musical. Estoy francamente impresionada por el lenguaje y las estructuras utilizadas.

El fallo que le veo a la novela es, de nuevo, un final brusco (aunque no tanto como Wolfhound Century), inmisericorde con el lector, que ve cómo se agotan las páginas y no tiene claro que se vayan a resolver todas las tramas (algo que no sucede) y que deja con muchas, pero que muchas ganas de leer Radiant State, algo para lo que solo falta un mes.

The Fade Out Volumen 1

thefadeoutEd Brubaker. El nombre de este guionista por sí solo es capaz de llamar la atención mi atención sobre un tebeo, después de leer las excelentes entregas de Criminal. Así que cuando tuve la oportunidad de echar un vistazo a The fade out, no la dejé escapar.

El título en cuestión se trata de una colaboración muy ambiciosa entre el guionista y el dibujante Sean Phillips, el mismo equipo creativo de Fatale, por ejemplo. Este tándem se conoce tan bien que el dibujo y la historia se complementan perfectamente.

La narración se sitúa en Hollywood en el año 1948. La segunda guerra mundial ha terminado, pero indudablemente ha dejado huella en todos aquellos que se vieron envueltos en el mayor conflicto bélico de la historia. El glamour de las grandes producciones de la época no es si no una pantalla de humo, que esconde las miserias de una industria que juega con los sueños de las personas.

El protagonista es Charlie Parish, guionista de películas que amanece un día con el cadáver de una actriz a su lado. En lugar de denunciar el hecho y exponerse a la investigación criminal subsecuente, elimina todo rastro suyo en la escena del crimen y sale huyendo. Cuál no será su sorpresa al descubrir que la prensa habla de suicidio. Charlie no ha sido el único en destruir pruebas. Sus actos sirven a Brubaker como excusa para mostrar la vida en la posguerra en la meca del cine.

En el aspecto gráfico, Phillips utiliza los más variados recursos para ambientar la historia. Desde la reproducción increíblemente realista de personajes de la época como Clark Gable al uso de alegóricas figuras sin rostros para escenificar la amnesia, sin olvidar las volutas de humo que aparecen en prácticamente todas las escenas y que crean una atmósfera asfixiante, acorde a la trama.

Por ambientación y desarrollo The Fade Out se circunscribe inevitablemente en el género noir. Y explota inmisericorde los clichés propios de este estilo, con intención de revitalizarlos. Pero me temo que se queda a medio camino, porque la historia recuerda demasiado a otras, como el videojuego L.A. Noire o la película L.A. Confidential.

Los tres frutos

lostresfrutosHace poco descubrí al guionista Zidrou, y como me entusiasmó su labor, decidí darle otra oportunidad con la adquisición de Los tres frutos.

Lo primero que he de decir es que se trata de una obra tan diferente de la anterior que había leído que casi se podría creer que es de un autor distinto. Lo cual dice mucho de la versatilidad del belga, que volviendo a los orígenes del cuento fantástico más descarnado y cruel (nada que ver con las edulcoradas versiones de Disney) nos brinda esta espectacular fábula con componentes quizá típicos pero bien utilizados.

El temor a la muerte es quizá lo único que todos los humanos compartimos y en este relato vemos como hay personas dispuestas a cualquier sacrificio, por horrible que parezca, para dar esquinazo a la que nos espera a todos.

El contexto medieval de la historia, el enfrentamiento de los herederos por conseguir el favor del padre, la presencia malévola de que orquesta todo entre bambalinas… son temas muy utilizados en toda historia fantástica. Quizá esta historia adolece de escasa originalidad en sus bases, pero merece la pena leer estan nueva aproximación a la tradición cuentista europea.

Uno de los detalles que más me ha gustado es la influencia femenina en la obra, concediendo un papel de vital importancia a dos mujeres que en otro momento podrían pasar como  atrezzo de la historia, pero que aquí cobran una mayor dimensión de la destinada habitualmente a los personajes femeninos.

En el aspecto gráfico, la obra de Oriol Hernández se complementa perfectamente con el guión. Los juegos con el color y el aspecto deliberadamente difuso de la mayoría de las expresiones faciales e incluso de los fondos provee de una mayor trascendencia al relato. No me extraña que ganara en Barcelona el premio a autor revelación por La piel del oso, de hecho creo que seguirá consiguiendo más premios en su carrera.

Espero seguir pronto con mi exploración de la obra de Zidrou. Afortundamente, hay bastantes obras suyas esperando en la estantería.

The mechanical

mechanicalHe tenido el placer de leer este libro de forma conjunta con mi amigo Elías, de Sense of Wonder. Aquí podéis leer su reseña, mucho más completa que la mía y en cierta forma, complementaria.

Aunque estamos en plena época de nominaciones a los Hugo y me hubiera venido bien tener tiempo para unas lecturas de última hora, he sido incapaz de dejar de lado este The mechanical, con el que Ian Tregillis se confirma como un autor que ha superado su vitola  de joven promesa para convertirse en una apuesta segur.

La novela es una ucronía en la que los holandeses han conquistado prácticamente todo el mundo. La razón de esta supremacía de los tulipanes es clara: la creación de autómatas basados en los trabajos de Huygens. Gracias a estos sirvientes robóticos infinitamente leales a sus dueños, los negocios prosperan. No hay que tener mucho imaginación para comprender la evidente ventaja militar que unos ejércitos leales e incansables conllevan.

La única resistencia la ofrecen los franceses, que se encuentran en el exilio en el Nuevo Mundo y que han conseguido firmar un tratado de paz que es solo temporal, mientras ambos reinos se preparan para el asalto final.

Esta historia alternativa sirve como trasfondo al autor norteamericano para una exposiciones filosóficas y ontológicas sobre la naturaleza del alma y del libre albedrío que resultan realmente interesantes. ¿Acaso el objetivo de la ciencia ficción no es hacernos pensar? Pues Tregillis lo consigue.

La prosa utilizada durante el desarrollo de la narración es muy acorde con la época en la que está situada y en más de una ocasión he tenido que recurrir al diccionario para entender el significado de algunas palabras. Esto ha dificultado en algunos momentos la lectura, pero ha sido debido a mis carencias como lectora, no a las del autor.

Otro problema con el que me he encontrado, y que también es algo personal, es la tendencia al gore de la que hace gala Tregillis. En ocasiones me parecía que se regodeaba en el sufrimiento humano y mecánico. En particular, las descripciones del sufrimiento extremo al que se ven sometidos los autómatas para obligarlos a realizar los mandatos de sus amos alcanzaban niveles de crueldad insospechados. Y sin embargo, palidecían en comparación con las descripciones de las torturas  de las que somos testigos o la carnicería en que se convierte una incursión. Esta parte me ha resultado dura.

El uso de diversos puntos de vista durante la exposición de la trama nos permite conocer el mundo desde muy diversas perspectivas, añadiendo profundidad a la historia. Conoceremos el funcionamiento de uno de los Clakkers, las máquinas que lo cambiaron todo. Seremos testigos de los juegos de espionaje de una célula francesa infiltrada en el corazón del poder holandés y también de los juegos cortesanos en Nueva Francia. La habilidad del escritor es tal que llegamos a ponernos en la piel de cada uno de los protagonistas y, extrañamente, el que más empatía nos despierta es el autómata Jax. Quizá esto sea una lección que tengamos que tener en cuenta en el futuro. Solo le veo un defecto a este reparto en distintos personajes y es que en la parte final uno de los protagonistas prácticamente desaparece, dejando algo coja la narración.

Aunque la acción se sitúa en 1926 y pudiera parecer que un mundo donde los robots se conocen desde hace siglos debería ser bastante avanzado, en realidad no lo es. La comodidad del trabajo esclavo de los autómatas no necesariamente deviene en grandes avances científicos, por lo que la evolución del mundo no es equiparable a nuestro principio del siglo veinte. Lo cual da pie a otra interesante reflexión, ¿es la necesidad la que hace avanzar la ciencia?

The mechanical es solo la primera parte de una trilogía, por lo tanto no es de extrañar que acabe con una situación en la que el tablero está dispuesto para la siguiente partida en ese juego de poder que es la política internacional. Por mi parte, estoy deseando leer la siguiente entrega.

La república pneumática

república-pneumática-250x380Había mucha expectación con la publicación de La república pneumática. Tanta, que decidimos hacer unas reseñas coordinadas entre varios blogs. Aquí tenéis los enlaces: Más ficción que ciencia, Voracilector y Biblioteca de Ilium.

¿Una realidad alternativa en la que los romanos utilizaban masivamente la máquina de vapor? Parece el escenario ideal para una ucronía. Y, en cierto modo, lo es.

Pero antes de adentrarnos en la lectura de esta obra, un aviso. El tono es marcadamente juvenil. Este hecho en sí no es malo, pero creo que hay que ponerlo de manifiesto para que la lectura quede dentro de contexto.

La historia de Marcus Novus, el joven protagonista de la narración, sigue el modelo del monomito campbelliano. Su viaje iniciático le lleva de Caesar Augusta a Barcino Magna geográficamente, pero es mucho más importante su viaje interior hacia la madurez, que va alcanzado gracias a decepciones y duros golpes.

El libro tiene muchos, muchísimos paralelismos que cualquier lector con cierto bagaje podrá identificar fácilmente. Desde las historias de pillos dickensianos hasta un trasunto del malvado Robotnik, pero la que no podemos dejar pasar por alto es la similitud con Karate Kid. Y es que en ocasiones el protagonista podría cambiar su nombre por Aikido Kid y le vendría como anillo al dedo.

En este sentido, la trama no es excesivamente original pero está resuelta con soltura y se lee de forma agradable. Según lo entiendo yo, el punto más flojo del libro son los diálogos, que no acaban de cuadrar ni con los personajes ni con la idea del mundo antiguo, aunque sea un mundo antiguo distinto al que conocemos.

Me hubiera encantado tener un mapa de la ciudad de Barcino Magna y recrearme en sus vicinae. Creo que la propia ciudad está tan presente en la historia que casi podría ser uno de los personajes más cuidados por el autor. Es indudable que su formación arquitectónica aflora en cada edificación, en cada descripción de las callejuelas o de la ordenación urbanística de la ciudad.  Es por esto que me parece una lectura que podrán disfrutar especialmente los conocedores de Barcelona, algo que Miquel Codony nos podrá confirmar.

También me parece destacable la crítica social que aparece en la novela. Desde las desigualdades sociales patentes en una sociedad de esclavos, a las luchas encarnizadas por el poder, pasando por el desprecio a lo extranjero, a lo extraño. Leyéndolo desde este prisma, parece que estamos condenados a repetir nuestros errores como sociedad sin solución de continuidad, los mismos problemas que afloran en tiempos de crisis existían hace siglos. Algo que me gusta es que esto se expone de forma no excesivamente paternalista, si no como algo que simplemente ocurre y que es injusto.

En resumen, una curiosa propuesta situada en un mundo apasionante del que me gustaría saber más. La trama flojea un poco pero esperamos que la siguiente entrega dé un paso hacia la madurez.

The trees

treesTenía un poco abandonada la lectura de tebeos entre otras razones porque apenas puedo dedicarles tiempo, pero una sugerencia de @odo en twitter me hizo darle una oportunidad a The trees. Como tantas otras veces, tengo que estarle agradecida.

The trees es una historia de ciencia ficción. Un día empiezan a aterrizar en distintos lugares de la Tierra unas estructuras alienígenas semejantes a árboles. Con su llegada y con su presencia, alteran la vida de la humanidad. Y eso que no parecen relacionarse con el exterior, permaneciendo impasibles ante cualquier intento de comunicación o contacto con los humanos.

Por tanto, aunque se trata de una historia CON extraterrestres, no es una historia DE extraterrestres. Los distintos puntos de vista que nos ofrecen los autores en realidad son reacciones de los humanos que entran en contacto con estas superestructuras. Y son muy variadas, tanto que a veces no sabemos muy bien por qué se incluyen, aunque pienso que sirven para definir el nuevo mundo tras la ¿invasión? ¿colonización? de los alienígenas.

Multicultural y multiracial, Ellis despliega ante nosotros un interesantísimo collage de situaciones y reacciones que definen a los humanos. Desde el oportunista que ve a los árboles como su medio para enriquecerse al científico obsesionado por su presencia, pasando por el artista atraído por su belleza.

La obra está apoyada por una apartado gráfico sobresaliente, con un dibujo que resuelve de manera solvente todos los retos que se le presentan: diferentes escenarios por todo el mundo, la alienante presencia de los alienígenas representada por unos monolitos que me recuerdan a los cronolitos de Robert Charles Wilson… Pero destaca en el tratamiento de las expresiones humanas, tan importantes en esta obra.

Estoy deseando leer la siguiente entrega de The trees.

The buried life

TheBuriedLife-144dpiLa premisa de esta novela es muy atractiva. El hombre ha decidido, por voluntad propia, habitar bajo tierra. La superficie no es radiactiva ni inhabitable, pero, por causas que no quedan muy claras a lo largo de la narración, los humanos prefieren desarrollar su vida en ciudades subterráneas.

La novela se ha publicitado como steampunk, pero creo que no le hacen ningún favor encasillándola en este subgénero, al que claramente no pertenece. Quizá tenga algún toque, pero el grueso de la novela es policíaco, ya que hay que resolver un asesinato que se produce entre los más privilegiados de la sociedad.

El que podría ser el punto fuerte de la novela, que es esa interesante ciudad subterránea, parece un poco difuso, incluso desaprovechado. No hay agorafobia como en las Bóvedas de Acero de Asimov, algo que podría ser explotado por la autora. Los protagonistas, aunque han desarrollado prácticamente toda su vida bajo tierra no sienten ninguna incomodidad si tienen que salir a la superficie. La ciudad es espaciosa y en ningún momento se nota diferencia alguna con una ciudad en superficie. No se hace mención a la climatología y no hay problemas de iluminación, ya que convenientemente existen unas rocas que retienen la luz.

Los personajes principales de la obra son dos mujeres, una policía (Liesl) y una lavandera (Jane), que se ven envueltas en la conspiración política que puede salir a la luz a tenor del asesinato que ha de investigar la primera y que descubre accidentalmente la segunda. Los personajes son bastante arquetípicos, y he de decir que mi preferido es el detective novato asignado al caso, que me recuerda poderosamente al Drury Lane de Ellery Queen. Me hubiera gustado algo más de desarrollo en los personajes, pero quizá veamos esto en Cities and Thrones.

La novela acabó de fallar para mí en lo que yo denomino su momento Fallout, o cuando se hace un descubrimiento ante el que todos debemos asombrarnos y que cambia el devenir de la historia. Desgraciadamente, a mí no me ha resultado sorprendente y tampoco parece tan definitivo como para significar el punto de inflexión en la narración.

No todo son puntos negativos. Para ser una primera novela, me parece bien concebida y creo que con un poco más de trabajo en el desarrollo podría haber mejorado bastante. La prosa es fluida y la última parte de la novela va remontando el vuelo. Me ha dejado con curiosidad por leer la siguiente entrega, para saber si Patel ha pulido estas aristas y nos deja ver la joya que puede haber en su interior.

Reach for infinity

reachCompré este libro en la Loncon, pero por unas causas y otras nunca encontraba el momento de sentarme a leerlo, así de agitada es la vida. Y vaya pedazo de antología me estaba perdiendo. Seguro que alguno de estos relatos va a mi votaciones para los premios Hugo, aún me queda decidir cuál.

“Break My Fall” de Greg Egan
Esta historia deja una sensación de relato inacabado, perfectamente explicado en el aspecto formal y matemático pero frío como el hielo en cuanto a los personajes. El uso de asteroides para ir cogiendo velocidad rumbo a Marte es muy curioso y factible, pero solo queda ese poso.

“The Dust Queen” de Aliette de Bodard
Precioso relato que conjuga de forma admirable la nostalgia por el pasado en la Tierra con la esperanza por la vida en otros planetas. La idea de reescribir la memoria propia o ajena para ajustarla a las necesidades de cada momento no es nueva, pero me gusta el acercamiento que habla de lo que se puede perder utilizando este método y el precio que se está dispuesto a pagar. La imagen de los espectáculos de arena en la superficie de Marte para disfrute de los que trabajan desde el espacio para su terraformación es simplemente espectacular.

“The Fifth Dragon” de Ian McDonald

Esta historia de amistad que tiene como fondo la colonización de la Luna y detalla de forma magnífica la terrible decisión que deben tomar los desplazados al satélite. Existe una fecha límite a partir de la cual la pérdida de materia ósea de sus cuerpos impedirá el regreso a la Tierra. La economía lunar también forma parte de la estructura de la historia, que en su parte final cambia nuestra forma de entender a la protagonista.

“Kheldyu” de Karl Schroeder

La idea de absorber el dióxido de carbono contaminante presente en la atmósfera mediante la construcción de una enorme torre me parece sencillamente espectacular. Aunque lo que más me ha gustado es la parte científica del relato, he de decir que la parte de “acción” también estaba bastante biene llevada.

“Report Concerning The Presence of Seahorses On Mars” de Pat Cadigan

Me encanta esta historia de desobediencia civil en las colonias marcianas. La vida en Marte es dura, y las diferencias con la Tierra son cada vez mayores, lo cual es normal cuando las distancias son tan grandes. Además, no se me ocurre una causa mejor para rebelarse contra la autoridad que la que se propone en este relato. Pat Cadigan, en un escenario similar al premiado “The girl-thing who went out for sushi”

“Hiraeth: a tragedy in four acts” de Karen Lord

Interesante relato que mezcla la colonización del sistema solar con un sentimiento de dificil explicación pero que podría equivaler a la morriña. Cuando los humanos se alejan de su planeta madre, al cabo del tiempo la angustia les supera. La única forma de superar este problema parece ser convertir a los humanos poco a poco en cyborgs.

Aunque la idea es muy interesante y el tratamiento psicológico de los personajes parece interesante, el final es muy precipitado.

“Amicae Aeternum” de Ellen Klages

Sentimental historia con un punto de vista muy original: los últimos momentos antes del despegue de una nave generacional.

“Trademark Bugs: A Legal History” de Adam Roberts

Roberts utiliza una compleja estructura imitando un documento legal para presentar un aterrador futuro en el que las grandes empresas farmacéuticas desarrollan virus ad hoc para luego vender la cura. ¡Y resulta que legalmente tienen razón!

“Attitude” de Linda Nagata

El deporte en la ciencia ficción es un campo que no ha sido muy explorado por los escritores. Hay que pensar bastante para recordar algún relato en el que sea importante, pero Linda Nagata lo toma como base para construir esta historia. La pasión por un deporte en gravedad cero proporciona los réditos necesarios para seguir con las construcción de una estación espacial en la órbita terráquea. Pero cuando se mueve tanto dinero, siempre aparecen problemas.

“Invisible Planets” de Hannu Rajaniemi

Bellísimo relato del autor finlandés que es capaz de utilizar su desbordante imaginación para presentarnos distintos mundos con apenas unos párrafos y entrelazar estas ideas con una inspiración final.

“Wilder Still, the Stars” de Kathleen Ann Goonan

Aunque trata de temas muy interesantes como qué distingue a los seres humanos de las inteligencias artificiales, la prolongación de la vida y la carrera espacial, me parece que carga demasiado el aspecto sentimental sin dejar claro los aspectos negativos. Aún así, es una lectura agradable.

“The Entire Immense Superstructure’: An Installation” de Ken Macleod

Extraño relato que mezcla lo que se considera una forma artística con la ciencia y los experimentos habitacionales. No sé dónde pretende llegar el autor y se queda en un entretenimiento ligero.

“In Babelsberg” de Alastair Reynolds

Creo que no había leído nada de Alastair Reynolds en formato corto y no sabía si su estilo, perfecto para historias muy largas se adaptaría a esta longitud. La verdad es que la historia tiene la longitud perfecta, un desarrollo agradable y un final previsible pero que se puede disfrutar perfectametne.

“Hotshot” de Peter Watts

Compleja historia sobre la libertad de elección que no estoy segura de haber entendido bien, como que pasa con otras obras de Peter Watts. ¿Cuál sería la principal razón para que la humanidad se volcara en salir del planeta Tierra?

La recopilación realiada por Jonathan Strahan me parece espectacular. Todos los relatos tienen buen nivel y hay algunos excepcionales. Una compra obligatoria para cualquier amante de la ciencia ficción.