Sorcery and Small Magics

Reconozco que empecé Sorcery and Small Magics con las expectativas bajas, porque no conocía a la autora y porque quizá la sinopsis no era de esas de rompe y rasga. Pero mira, me alegro de haberme equivocado, me he encontrado un libro majo que tiene una lectura muy agradable, un romantasy de mecha larga y la tensión va subiendo poco a poco y que deja un agradable sabor de boca, aún descubriendo que es el primero de una trilogía (se ve que en fantasía está prohibido escribir libros auto conclusivos).

También merece mención especial la labor de Ciaran Saward como narrador del audiolibro. Un libro escrito en primera persona requiere un trabajo adicional para que la personalización de la voz fluya durante todo el recorrido, sin la ayuda de diversos puntos de vista que creen cambios de ritmo y de entonación que ayuden a mantener la atención del oyente.

Una de las ventajas del libro es que es antiépico, si me permitís la invención de la palabra. Se basa en un problema que afecta a dos personas, hay pocos personajes, no se decidirá el destino de imperios en estas páginas… pero no hace falta. La empatía que desprenden los personajes encandilará al lector con su propio minimalismo, con la intrahistoria de su pasado y con su relación para el futuro.

El sistema mágico es bastante curioso. Por un lado tenemos los escribas de los conjuros y por otro lado los magos propiamente dichos, que hacen uso de estos hechizos. Leovander Loveage, la voz del libro, es uno de los primeros, pero algo pasa con su magia que le obliga a centrarse en hechizos de poca valía y complejidad, ya que cada vez que intenta hacer algo de mayores proporciones, todo acaba fatal. La verdad es que Leo tiene la autoestima por el subsuelo y esto Maiga Doocy lo consigue representar de una forma tan natural como reconocible. El otro personaje importante es Sebastian Grimm, que comparte academia de magia con Leo y es de los que sí lanza hechizos. Los orígenes plebeyo de Sebastian también coartan su forma de ser y de expresarse, ya que ansía la tranquilidad que le supondría conseguir un puesto en el ejército gracias a sus capacidades. Dos personas con caracteres opuestos, a los que una maldición obligará a trabajar mano a mano.

Sin entrar en más detalles de la historia, aunque os podéis imaginar un poco por dónde irán los derroteros, Sorcery and Small Magics es un libro liviano y de lectura rápida, que te hará sonreír en ocasiones y que sin duda, te calentará el corazoncito. Estoy deseando leer el siguiente.

The Dragons of Deepwood Fen

Liz Gorinsky, conocida entre otras cosas por fundar Erewhon Books y haber sido editora en Tor, tiene como handler en Twitter @2muchexposition, haciéndose eco de una de los problemas más habituales de la literatura en general y me temo que de los géneros fantásticos en particular. Pues si Liz se hubiera leído The Dragons of Deepwood Fen se tendría que cambiar el nombre a @waytoomuchexposition, porque me temo que Bradley P. Beaulieu se ha pasado no varios pueblos si no varias regiones de exposición.

Partiendo de la base de que The Dragons of Deepwood Fen es un libro bastante largo, quizá esta inmersión en la creación del mundo podría haber estado un poco más dosificada, pero a Beaulieu no le tiembla el pulso en comenzar el libro con el estudio alquímico y una explicación pormenorizada de cómo algunas personas son capaces de utilizar los portales para viajar, presentarnos las diversas facciones que pelearán a lo largo de la novela y su jerarquía y la tipología de dragones a los que irá haciendo referencia. Todo esto, solo en el prólogo. La verdad con un comienzo así debería haberme ido preparando, pero esperaba mucho más de la nueva obra del creado de la saga The Song of Shattered Sands. Porque además el mundo que crea en esta nueva serie es tremendamente arquetípico, tomando el Imperio Romano y la Iglesia Católica como inspiraciones pero sin aportar mucho más, me temo.

Al libro le sobran páginas como a un esquimal le sobrarían capas de ropa en Écija en agosto, pero es que por desgracia también el ritmo es exasperantemente lento y los personajes tienen poquísima profundidad. El sistema mágico parece interesante, con esa confrontación entre la oscuridad y la luz, con dragones de cada uno de los bandos, pero cuando empieza a sacarse poderes de la manga, convenientemente extraídos de un pasado poderoso y oculto, me pierde completamente. La relación con los dragones, que se ve que se han vuelto a poner de moda, sí que me parece muy atractiva, ya que por un lado hay quienes se enlazan con ellos a un nivel espiritual y psíquico y quienes simplemente utilizan otros métodos coercitivos para domeñarlos. Ahí estaba el germen de un sistema muy atractivo, pero se pierde en el maremágnum de párrafos y más párrafos banales.

Además me he percatado de que hay escenas calcadas unas de otras. Cuando uno de los protagonistas canta a los dragones, siempre hace los mismos gestos, pues no hace falta que todas las veces me pongas todos los gestos, me vale con que digas que llevó a cabo su ritual habitual o algo así. Lo mismo pasa cuando utilizan unas ciertas drogas que inhalan y luego se frotan por las encías. Pues con que me lo digas una vez me vale, no hace falta que en cada ocasión me vuelvas a decir que se frotan las encías, ni que esto fuera un anuncio de colutorio.

La verdad, no puedo recomendar una novela que no ha llegado a entretenerme. Una tremenda decepción.

The Escher Man

Aunque muchos dieron por finiquitado el cyberpunk con la publicación de Snowcrash, sigue renaciendo de sus cenizas especialmente en medios audiovisuales, pero también a través de la palabra escrita. The Escher Man es un buen ejemplo de ello, reuniendo todo lo sórdido del desesperanzador futuro que nos espera con un montón de acción aderezado por la dura crítica social inherente al propio subgénero.

The Escher Man está situado en el mismo mundo que 36 Streets y Ghost of the Neon God aunque son de lectura independiente. El protagonista de esta es Endel “Endgame” Ebbinghaus, un australiano afincado en Macao que trabaja como jefe de seguridad para uno de los mayores clanes mafiosos de la ciudad. Dentro de su contrato y para “proteger” a su familia se incluyen numerosos borrados de memoria a manos de sus empleadores. Pero tanto jugar con algo que es lo que nos hace inherentemente humanos le sumergirá en una situación laberíntica (de ahí el título) de la que será casi imposible salir.

Aunque The Escher Man tiene un ritmo bastante acompasado, salpicado de esas peleas que hacen las delicias de los seguidores del cine de artes marciales, el principal problema que le veo es que hay ocasiones en que no sabes muy bien hacia dónde va la historia y se diluye el interés por continuar la lectura. Endel emprenderá un viaje sin saber muy bien cuál es su destino cuando descubre la manipulación de sus recuerdos, pero la propia naturaleza del experimento que ha sufrido impide que tenga claro qué aspira a conseguir. La aparición de algunos entes capaces también de introducir programas en su cerebro hace que en ocasiones no sea más que un pelele a la merced de quien tenga más interés en manejarlo en cada momento. Salvando este obstáculo, la novela tiene un tono muy reivindicativo contra las desigualdades sociales y la manipulación a la que nos vemos sometidos día a día, bien sea por la presión de las redes sociales que está muy bien reflejada en todo el libro, bien sea por otros manejos que todavía pertenecen al campo de la ciencia ficción pero que resultan pavorosamente verosímiles.

También me gusta cómo Endel va recogiendo los pocos trozos del collage que es su vida para intentar entender su pasado y encaminar su futuro, pero está claro que sin ayuda externa no tendría nada que hacer. No es que se llegue a utilizar el recurso del deus ex machina, pero casi.

En cuanto a la narración del audiolibro, la labor de Nick Atkinson es bastante buena, pero tengo un problema con una persona que es incapaz de tatarear Back in Black sin que sea automáticamente reconocible.

Quizá lo más aterrador del libro es descubrir que lo que le pasa a Endel es solo el campo de pruebas para un movimiento a escala global, la deshumanización de las personas por la virtualización de una utopía fallida y la resignación con la que se acaban aceptando todas las tropelías.

The Glass Box

Aunque conocía la labor como guionista tanto de cómics como televisivo de J. Michael Straczynski, lo cierto es que el primer libro que leí suyo fue Becoming Superman, su autobiografía, que me dejó totalmente noqueada con la crudeza de su relato. Así que si bien es cierto que The Glass Box no es lo primero que leo de él, si es la primera obra de ficción que le leo.

The Glass Box es más bien un thriller que una novela de género propiamente dicho, aunque no sería descabellado enmarcarla en el ámbito de la especulación de futuro cercano. Se trata de una novela que se desarrolla casi en su totalidad en un manicomio, pero partiendo de la premisa de que “ni están todos los que son, ni son todos los que están” que tanto gustaba a mi abuelo cuando hablaba de Los Prados (el hospital psiquiátrico de Jaén).

En un taimado movimiento que busca réditos políticos y sobre todo, sujetos aborregados, el gobierno de Estados Unidos pone en marcha un programa para “reorientar” a los sujetos más destacados en las protestas ciudadanas, tratándolos como enfermos mentales cuya rabia mal encaminada les ha conducido a cometer actos violentos contra el gobierno y las fuerzas del orden. Straczynski nos mostrará el germen del proyecto, centrándose en las vivencias de Riley Diaz como una de las primeras internadas en estos centros reacondicionados, donde todavía conviven los enfermos mentales propiamente dichos y los sujetos que se adhieren (o que los adhieren) a esta política.

El resto, os lo podréis imaginar a poco que hayáis visto o leído alguna obra sobre internamiento en este tipo de centros. Privaciones, drogas, maltrato… todo bajo el edicto del bien superior y de la búsqueda de la panacea que cure a los recalcitrantes. The Glass Box es un libro muy incómodo de leer, en parte por la verosimilitud de lo que expone y en parte porque sabemos que el descenso a los infiernos de la locura no está tan alejado de nosotros como nos gustaría pensar.

Sin embargo, Straczynski no carga demasiado las tintas en el horror del tratamiento, si no más bien en la pasividad de los “funcionarios” encargados de llevarlo a cabo, que prefieren ceñirse a los protocolos vigentes antes que denunciar las injusticias y, sobre todo, en la maldad intrínseca que ejerce el que tiene poder sobre el débil. El elemento distópico de la novela, que existe, se minimiza muchísimo cuando te das cuenta de la plausibilidad de los hechos que narra el escritor.

Un futuro, que no sabemos si es posible, pero que es realmente inquietante.

Paladin’s Faith

No lo puedo evitar, la serie de los paladines de T. Kingfisher es uno de mis puntos débiles, lo podéis llamar como queráis “guilty pleasure” o zona de confort, pero es que disfruto tanto de cada lectura de esta serie que por mí, puede seguir el tiempo que estime oportuno la autora. Eso, sin quitarle la razón a quienes puedan decir que se basa en la repetición de un patrón, pero es que si ese patrón nos da novelas tan divertidas y tan entrañables como esta, viva la repetición.

En Paladin’s Faith retomaremos las andanzas de un personaje secundario de la primera entrega de la serie, Paladin’s Grace, la espía Marguerite. Marguerite se encuentra metida en un buen lío en el ejercicio de su profesión, ya que sus antiguos empleadores buscan eliminarla por un “quítame ahí esos beneficios fraudulentos”. Ella, astuta y taimada, cuando entra en posesión de una información que puede alterar sustancialmente la economía de su mundo, se juega el todo por el todo y contacta con el templo de la Rata Blanca para que le proporcionen unos guardaespaldas, que casualmente serán dos paladines del Santo del Acero, Shane y Ren.

La primera parte del libro, con la intriga cortesana quizá sea un poquito menos entretenida de lo que nos tiene acostumbrados la autora, pero sirve para sentar las bases de la aventura desesperada en la que se verán embarcados en los dos últimos tercios del libro, aproximadamente. ¡Qué dos últimos tercios!

Lo primero que me gustaría destacar es el humor. La saga Saint of Steel siempre ha estado marcada por situaciones graciosas y juegos de palabras, pero creo que en esta entrega Kingfisher se ha superado. Ha habido tramos en los que no podía seguir leyendo porque me estaba riendo a carcajadas, especialmente la parte en la que transitan por una ruta que denominan, “camino de cabras, pero de cabras con instintos suicidas”. Por supuesto, no pueden faltar los momentos de gran tensión sexual, también escritos con retranca, pero es que en general la dinámica en la que se ven inmersos los cuatro personajes principales, con sus pullas, sus dobles sentidos y la elevación de la temperatura corporal de sus partes erógenas llega a ser hilarante por momentos.

Para que el libro no quede solo en una serie de divertidísimas escenas pero quizá algo vacías, con la excusa de la investigación de Marguerite llegaremos a un lugar muy alejado de la civilización donde aguarda una amenaza mucho más preocupante de lo que se podía esperar en un libro que hasta el momento tenía un tono más bien relajado. Es por esto que insisto que aunque al principio parece un libro más flojo, luego recupera e incluso supera nuestras expectativas.

También me gustaría destacar la estupenda representación que hace la escritora de los diálogos interiores de las personas con baja autoestima, sencillamente magistral.

Absolutamente recomendable.

Jewel Box

Uno de mis planes para este año era concederle algo más de tiempo de lectura a los relatos cortos y tenía claro que Jewel Box de E. Lily Yu iba a estar entre mis lecturas de este tipo. La escritora norteamericana se desenvuelve con igual agilidad en la fantasía como en la ciencia ficción y el nivel medio de los relatos contenidos en el libro es bastante alto, aunque, como es normal tengo algunos preferidos sobre otros.

The pilgrim and the angel

Para abrir boca, Yu nos ofrece un cuento sobre un anciano creyente del Islam al que un ángel decide llevar en peregrinación antes de su última hora. Pero quizá lo que realmente necesitaba esta persona es la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.

The Lamp at the Turning

Una historia de amor inverosímil en la que la autora es capaz de dotar de sentimientos de una manera muy creíble a una lámpara de la calle.

The Cartographer Wasps and the Anarchist Bees

Uno de los primeros platos fuertes de la recopilación y quizá su obra más conocida, finalista del premio Hugo y Nebula. Maravilloso relato sobre la opresión y cómo enfrentarse a ella, adornado con una prosa que lleva la metáfora a un nivel exquisito. Se tratan tantos temas en esta historia, de una manera tan tangencial que deja en manos del lector la responsabilidad de la comprensión del relato.

The Lion God and the Two Gates

Una pequeña fábula sobre los peligros de la equidistancia, sobre todo en los estamentos que deben juzgar los actos de los demás.

Music for the Underworld

No sé si es mi relato favorito de la recopilación, porque me cuesta decidirme, pero este es una de las joyas más brillantes del estuche. Enmarcado definitivamente en la ciencia ficción de futuro cercano, donde los servicios de suscripción nos pueden hacer esclavos de lo que nunca hemos necesitado pero que anhelamos para que nos vuelva a hacer sentir como antes. Una historia de amor con un final desgarrador.

Green Glass: A Love Story

Relato ecologista, también de futuro relativamente cercano, sobre los caprichos y veleidades que los ricos todavía se pueden permitir mientras el resto del mundo languidece a su alrededor. Me gusta su tono reivindicativo e irónico, pero quizá le falta algo de sutileza.

Ilse, Who Saw Clearly

Volviendo a la fantasía más pura como en los cuentos más clásicos del género, la escritora nos cuenta la historia de Ilse, la única de su pueblo que no cambia sus ojos cuando un mago ofrece a todos mejorar su visión y sus características gracias a su magia, aunque nadie imaginaba el precio que deberían pagar. Me encanta cómo es capaz de hacer destacar al que es diferente, algo que puede ser una condena o una bendición.

The Doing and Undoing of Jacob Mwangi

Tras ir leyendo esta recopilación, tengo claro que el subgénero de la ciencia ficción en el que E. Lily Yu se encuentra más cómoda es el del futuro cercano, donde la especulación le sirve para dar luz a los problemas actuales del ser humano. En esta ocasión, no es que se critique el subsidio universal, si no que se pone en contexto cuando su obtención implica no necesitar esforzarse para nada nunca más, dando lugar a dos clases de ser humanos, los que hacen cosas y los que no.

The Wretched and the Beatiful

Un cuento sobre primer contacto que, aunque acertado, me parece poco original en su planteamiento y desarrollo. Capto referencias a la inmigración como en On Fragile Waves, pero creo que no hay suficiente espacio como para contar la historia de forma completa.

The Urashima Effect

Otro relato van magnífico y van… No tengo duda de que los efectos de la relatividad del tiempo cuando se viaja a velocidades cercanas a la luz es uno de los tropos más utilizados en la ciencia ficción, pero es que este relato es capaz de golpearte el corazón conforme vas avanzando en los recuerdos que un colono espacial ha ido recopilando para hacer menos duro su viaje, mientras espera la llegada de su amada.

Braid of Days and Wake of Nights

Una historia sobre cómo hacer frente al dolor de la pérdida justo cuando está sucediendo, aunque sea de forma irracional en búsqueda de unicornios salvadores.

Local Stop on the Floating Rain

Entiendo el mensaje antirracista que nos quiere hacer llegar la ganadora del premio Astounding en 2012, pero en esta ocasión peca de brusquedad.

The Witch of Orion Waste and the Boy Knight

Crítica al machismo que es incapaz de aceptar que una mujer pueda hacer algo mejor que un hombre y las relaciones amorosas que se basan en esta desigualdad.

The Eve of the Planet of Ys

Interesante cuento sobre el apocalipsis de un mundo que no es el nuestro, pero que se parece sospechosamente a la Tierra. ¿Sería posible seguir luchando por conservar la vida, si no la civilización? Según Yu, la única manera sería gracias a la solidaridad entre personas. Me temo que si esto es así, poco futuro habría. Debo ser más pesimista que los protagonistas de la historia.

Courtship Displays of the American Birder

A pesar de no tener apenas elemento fantástico, he disfrutado enormemente de esta pequeña historia de amor entre apasionados de los avistamientos de pájaros.

The No-One Girl and the Flower of the Farther Shore

Una reivindicación sobre la necesidad de aceptación de las personas que no pertenecen por defecto a una comunidad, pero que pueden aportar algo muy valioso como es la diversidad, en un tono onírico y pesimista.

The Time Invariance of Snow

Con una estructura más experimental que el resto de los relatos, aquí Yu nos ofrece una mezcla de mecánica cuántica y fantasía que no acaba de cuajar con la exposición del diablo y sus triquiñuelas para ganar adeptos.

Three Variations on a Theme of Imperial Attire

Una nueva vuelta de tuerca al relato del traje nuevo del emperador, pero con diversas iteraciones y con rotura de la cuarta pared. Es curioso aunque no me ha acabado de convencer.

The Cat’s Tale

Aunque está narrado en primera persona por un humano, el verdadero protagonista de este enrevesado cuento es el gato.

The Valley of Wounded Deer

En esta fantasía con un toque de cinismo nada disimulado, se habla sobre la crueldad de los regentes y el peso de las profecías.

The View from the Top of the Stair

Cada uno puede tener sus propias obsesiones, pero me ha parecido encantador aunque sin un propósito claro este coqueto relato sobre escaleras y arquitectura.

Small Monsters

Tal vez demasiado alegórico para mi gusto personal, en esta ocasión la autora utiliza este recurso para hablar del impulso creativo y de viejas heridas que no terminan de cerrar.

Jewel Box es una excelente recopilación de relatos en la que hay que dejarse llevar por la prosa y el tono reivindicativo y cínico de la autora en ocasiones. En ese caso, sin duda se disfrutará muchísimo de la lectura.

In Universes

De verdad que esperaba algo más de In Universes, quizá porque la premisa de los mundos paralelos es probablemente uno de mis tropos favoritos de la ciencia ficción y, si bien es cierto que Emet North hace gala de una imaginación desbordante con cada nueva iteración y capítulo, quizá los mundos que plantea se adentran demasiado en el weird como para ser plato de mi gusto.

La prosa del autore es muy bella y emotiva, pero por alguna razón no he conseguido conectar con esta historia de amor y búsqueda de la otra persona que nos completa a través de mundos con similitudes pero con diferencias extremas también. No he pasado por alto el tono profundamente reivindicativo de algunos de las realidades alternativas, como esa en la que las mujeres se fracturan en animales cuando dan a luz, en una novela caleidoscópica que creo que te obliga a posicionarte cuando la lees, porque es imposible que te deje indiferente.

Es bastante probable que haya jugado también un rol negativo en mi valoración el aroma eminentemente melancólico que emanaba de cada historia, sin llegar a atisbar un rayo de esperanza en el camino. Especialmente duros y tristes son los capítulos apocalípticos, que los hay, en los que la inevitabilidad de los hechos que han ocurrido alrededor de los personajes los empujan a un final descorazonador.

Una novela que no es para todos los públicos, especialmente no para mí pero que es un libro sobre la búsqueda de la propia identidad y de qué nos define como la persona que somos con el que desgraciadamente no he conseguido conectar.

Mirrored Heavens

Tenía mis reservas sobre el final de la trilogía Between Earth and Sky, de Rebecca Roanhorse, ya que si bien la primera entrega me encantó en la segunda parte mi entusiasmo se enfrío un tanto. Afortunadamente, con Mirrored Heavens Roanhorse retoma el pulso épico de una historia polifacética y apabullante.

De nuevo asistiremos a una narración con tantos puntos de vista que podría llegar a ser confusa en alguna ocasión, pero la autora es capaz de dotar de una voz propia y perfectamente distinguible a cada personaje, lo cual favorece muchísimo la lectura de una obra de casi 600 páginas.

Serapio, el avatar ciego, había conseguido mandar sobre la ciudad de Tova, pero para nada significa que la paz haya llegado para aposentarse en la controvertida urbe. Sus enemigos conspiran para arrebatarle el poder de la forma más cruenta posible y los pocos aliados que pudiera tener están desperdigados. Y no quiero entrar mucho más en la trama porque es muy difícil no caer en el resbaloso terreno del exceso de información en un tercer libro de una saga.

Creo que el punto fuerte de la autora en esta serie son los personajes, que están trazados con mano firme y que tienen una exquisita complejidad en sus motivaciones e impulsos. No son maniqueos ni planos, algo que se agradece mucho cuando por desgracia nos enfrentamos a veces a libros con seres de luz y malos malísimos sin cortapisas. Aquí, no hay nada de eso.

La construcción de mundo y el panteón que la autora ha venido presentándonos desde el primer capítulo alcanzan esta entrega su punto culminante, con sacrificios de sangre que riegan del precioso elemento hectáreas de terreno. Por fin asistiremos a la magia Teek en todo su esplendor, con una Xiala desatada que no dudará en desempeñar un papel fundamental en la historia.

Nos encontramos ante una fantasía precolombina maravillosa con un final estupendo que desafortunadamente no cierra todos los hilos que habíamos venido siguiendo, en algunos momentos se queda un poco corta en cuanto a información e incluso un poco inocente en el destino de algunos de los implicados. Esperaba algo más de épica en el final, pero quizá ese fue mi error. No obstante, creo que la trilogía merece la pena.

Exodus: The Archimedes Engine

Personalmente, leer un libro de Peter F. Hamilton es volver a mi zona de confort, a esa ciencia ficción de imaginación desbordada y sentido de la maravilla a paletadas. Si bien es cierto que empecé el libro con cierto recelo por tratarse de una franquicia, una novela de un juego que todavía no se ha estrenado y del que no conocía el lore, he de decir que es una lectura totalmente independiente de la experiencia del videojuego. Es posible que el juego gane enteros una vez leída (algo que me gustaría probar cuando salga) pero como obra literaria en sí misma es perfectamente independiente (salvo de la segunda entrega, claro, porque nos encontramos ante una bilogía).

La premisa ya es espectacular. Hace cuarenta mil años la humanidad escapó de una Tierra moribunda y se estableció, tras siglos de viaje, en una serie de planetas habitables (terraformados por una antigua raza alienígena). Allí han evolucionado, dando lugar a los Celestiales, que ya no se pueden considerar humanos por su desarrollo intelectual y genético. Hay cinco familias de Celestiales que se reparten el poder de forma cíclica, y las Reinas de cada casa, si bien no son inmortales, sí que transfieren parte de su conciencia a sus herederas, dando lugar a una línea dinástica ininterrumpida, que obviamente ofrece muchísima estabilidad.

Mientras tanto, las naves generacionales que fueron saliendo de la Tierra continúan llegando y estos humanos base deberán adaptarse a las condiciones que imponen los Celestiales, que abogan por una especie de servidumbre, llevadera pero irritante en su consideración de los humanos como inferiores.

En esta compleja situación política, llega otra nave generacional con el último hombre que anduvo por la Tierra TM, en un punto álgido del Gran Juego que los Celestiales llevan milenios desplegando, porque hay un planeta que se dirige hacia esta parte del Universo sin que se sepa muy bien quién lo ha puesto en esta trayectoria. Y no voy a hablar más de la trama, porque os aseguro que casi mil páginas de libro dan para mucha trama.

El reparto de Hamilton es muy coral, ya que da voz a diversos Celestiales, a humanos y a otros seres que habitan los distintos mundos. Resulta muy interesante ver cómo la manipulación genética de los Celestiales les lleva a crear muchos tipos de Awakened, que son como animales dotados de inteligencia o constructos biológicos desarrollados para una tarea en particular, siempre con la salvaguarda de que los Celestiales podrán influir en sus mentes. Esto es un comodín muy útil para que el autor se vaya sacando de la manga una serie de razas que nos irá mostrando como una muestra de todo lo que se le va pasando por la cabeza y a su vez, desarrollando toda una cultura específica para cada especie. ¿Le vienen bien unos seres de los que se aprovechan sus fluidos cuales ciervos almizcleros para crear drogas? Ahí los llevas. ¿Ahora necesitas gigantes forzudos pero complacientes para realizar trabajos manuales pesados? Toma unos cuantos.

Uno de los inconvenientes de un libro tan largo y con tantos personajes es que a veces parece que alguno de los hilos se le escapan entre los dedos y pasa mucho tiempo sin que sepamos qué les pasa a estos personajes. A esto también contribuye la dilatación temporal propia de los viajes espaciales, “solucionada” en este caso por unas puertas anteriores a los Celestiales que permiten aceleraciones brutales, siempre que haya un campo protector que envuelva a las naves. Hamilton compensa este distinto reparto de protagonismo intentando dotar del mismo interés cada subtrama, pero hay algunas que son de mecha lenta y hasta que avanza bastante la lectura no se ve claro su utilidad. Para estos momentos en que vuelven a aparecer personajes que hace varios capítulos que no hemos visto, el libro viene con un utilísimo dramatis personae.

Es cierto que el principio del libro, mientras se van recogiendo los elementos necesarios para la consecución de los objetivos, se cae en una especie de correveidile que recuerda mucho a los RPGs en general y supongo que al de Exodus en particular. Entiendo que esto puede aburrir a algunos, pero a mí mientras me sigan hablando de unidades astronómicas, geoanillos y antimateria, me siguen teniendo muy entretenida.

En definitiva, un libro de ciencia ficción al que el calificativo épico realmente hace justicia.

The Rumor Game

Me pasa a veces que aunque hay libros que están catalogados como ciencia ficción o fantasía, me cuesta muchísimo trabajo encontrarles el más mínimo rastro de género. Con The Black Crescent había que hacer un poco de peripecia mental, pero con The Rumor Game hace falta un doble mortal carpado hacia atrás con tirabuzón.

Dejando de lado este hecho, me he encontrado con un libro muy agradable de leer, situado en Boston justo cuando Estados Unidos entró en la segunda guerra mundial, que trata el tema de la desinformación y los rumores que se esparcen para desequilibrar las estructuras de gobierno o para perjudicar a las minorías. Como os podéis dar cuenta, se trata de un tema atemporal, que está tan a la orden del día en 2024 como lo estaba en los 40.

Thomas Mullen divide la narración en dos puntos de vista que se acaban encontrando hacia la mitad del libro. Por un lado tenemos a Anne Lemire, una periodistas que escribe una columna dedicada desmentir los rumores que plagan la ciudad de Boston, bien sean desinformación del Eje o simplemente maledicencias de la gente. Por el otro, tenemos a Devon Mulvey, uno de los pocos católicos del FBI, que investiga los sabotajes industriales y en general, también los actos de los aislacionistas que pretendían que EE.UU. no entrara en la guerra.

Durante el transcurso de sus respectivas investigaciones, ambos se enfrentarán a una trama de corrupción antisemita con muchas más ramificaciones de las esperadas.

El ritmo del libro está muy bien llevado, tenemos entre manos un thriller histórico con un asesinato que resolver que nos llevará en volandas por sus páginas. Me gustaría destacar la representación de la sociedad del momento, con un especial hincapié en los prejuicios sociales que parecerían desterrados en la tierra de la libertad (¡ja!) y en como el poder de unas palabras dichas con malicia pueden desencadenar toda una tormenta.

También es de agradecer la crítica que el autor lleva a cabo con las medidas especiales que se tomaron durante la guerra, pero que parecen destinadas a quedarse con nosotros por “nuestra propia seguridad”. En este caso se habla de tal o cual restricción for the duration entendiendo que será mientras dure la guerra. Pero es muy fácil restringir las libertades y muy difícil restablecerlas.

Los personajes se notan un poco arquetípicos y la resolución final del misterio, aunque correcta, nos deja cierto sabor a moralina agridulce que quizá no era necesaria. Una lectura relajada y entretenida, que no pasará a la historia pero que tampoco lo pretende.