Purgatory Mount

No tenía pensado leer este Purgatory Mount tan pronto, pero si Alexander Paez te recomienda algo, es mejor que te pongas rápido con ese libro.

Las obras que he leído hasta ahora de Adam Roberts han sido bastante satisfactorias y esta no es una excepción. Es cierto que tiene una estructura un tanto extraña porque las dos tramas que la forman se conectan de una forma muy laxa. La primera y la última parte, que son cortas en comparación con la parte central, tienen un alto componente especulativo, con la exploración de un artefacto en un planeta lejano por parte de unos “humanos” tan evolucionados que son capaces de controlar el tiempo. Mientras tanto, la parte del león en cuanto a longitud de la novela se la lleva la parte central, con una relato de futuro muy cercano terriblemente verosímil.

Si hay algo que destaca en la obra de Adam Roberts es la cantidad de ideas que lanza al lector, a veces con una retranca inglesa que hay que aceptar y disfrutar. En este libro, por ejemplo, es capaz de hablar de Alzheimer usado como arma de destrucción masiva y a la vez del tratamiento de la enfermedad con un simple teléfono móvil. Roberts es capaz de estar narrando los estallidos de bombas tremendamente destructivas mientras parafrasea hits musicales de los últimos años. Su extenso conocimiento de la cultura clásica le permite hacer similitudes entre los personajes y los mitos griegos, pero en las últimas páginas de la obra nos hace ver que hubiera preferido con mucho utilizar los nombres de los magos del Señor de los Anillos, si no fuera por unos problemillas de copyright.

Aunque me han gustado las dos partes de la novela, personalmente hubiera preferido que se hubiera dedicado más a la parte más futurista de la novela, que me llamaba mucho más la atención que el grueso de libro. No obstante, he de reconocer que a pesar del desequilibro entre ambas tramas la lectura es más que interesante, y que yo hubiera preferido más hincapié en la otra parte es solo una preferencia personal. Resulta aterrador por lo verosímil cómo Adam Roberts narra la desintegración de los Estados Unidos, en una narración que podríamos describir como “Doctorowzada”, si me permitís la expresión, basándose en los medios de control de masas y con protagonistas jóvenes atrapados por el sistema, como en Little Brother , Homeland y otras obras de Cory Doctorow.

El mensaje de redención y expiación de los pecados que lanza Roberts es también digno de estudio. El hecho de que el cielo y el infierno sean atemporales mientras que el purgatorio requiera por definición el paso del tiempo da lugar a una especulación filosófica bastante interesante. Como has podido ver, hay muchas razones por las que recomendar Purgatory Mount, espero que alguna de ellas te haya convencido.

Mordew

Mordew era un libro que me intrigaba desde que tuve conocimiento de su existencia. Ese aire a fantasía clásica, acompañado de cierto espíritu macabro y retorcido se sale de lo que suelo leer habitualmente, así que cuando tuve la oportunidad escucharlo en audiolibro no la dejé pasar.

Lo primero que me gustaría destacar es la espectacular labor del narrador. Increíble la gama de voces que es capaz de desplegar Kobna Holdbrook-Smith, una para cada actor perfectamente distinguible y asociada a la personalidad definida por el escritor. Es capaz de utilizar hasta las pausas para respirar y la propia respiración para definir cada párrafo. Me he quedado maravillada por su labor y esta valoración de la obra está muy influida por ella.

Mordew comienza de una forma muy dickensiana, con la vida diaria en los suburbios de la propia Mordew. Nos centraremos en el protagonista, Nathan Treeves, que a duras penas logra sobrevivir entre la miseria de los arrabales con un padre enfermo y una madre resignada a vender su cuerpo para mantener a la familia. Las estampas de hambre y desesperación son el impactante comienzo de la novela, pero pronto se empezarán a desvelar detalles sobre el trasfondo mágico de la novela. El barro que cubre el barrio está insuflado de vida y es capaz de crear criaturas mágicas de corta existencia. Además Nathan es capaz de utilizar magia y esta es una de las características por la que su vida se ve entrelazada con la del señor de la ciudad.

El libro está plagado de detalles muy curiosos, como las historias de origen de algunos de los compañeros de la banda a la que acabará uniéndose Nathan en busca de fondos para conseguir la medicina que podría curar a su padre. También es cierto que el tono macabro no dejará en ningún momento la narración, así como cierta crueldad respecto a los estratos más bajos de la sociedad. Hay magia de sangre, sacrificios, y una atmósfera en general lúgubre y desalentadora. La novela se puede considerar como el rito de madurez del propio Nathan, que vemos evolucionar conforme van pasando los capítulos, pero con muchas historias secundarias que dan más empaque a la propia novela.

El ritmo en ocasiones es bastante parsimonioso, parece un efecto buscado por el autor, por ejemplo en alguna de las peroratas que suelta Anaximandres (un personaje de lo más peculiar que no describiré en detalle pero que es uno de los mayores aciertos del libro) se puede ver como Alex Pheby se recrea en el uso del lenguaje para ralentizar la acción.

En algunas de las reseñas que he leído sobre el libro se hace hincapié en la especial importancia del glosario que acompaña el libro, pero en la versión que yo he escuchado esta parte no está incluida, por lo que no puedo juzgar si realmente complementaría de forma adecuada la lectura. El audiolibro se sostiene por sí mismo aunque me queda la curiosidad sobre qué nueva información podría aportar esta inclusión.

Al tratarse de la primera entrega de una trilogía resulta muy difícil evitar la sobreexposición al mundo que el escritor ha construido y parece que Pheby no intenta mitigar los efectos de este infodumping. Espero que en las continuaciones, con un mundo y unas reglas ya establecidas, el autor pueda centrarse más en la historia en sí y menos en el escenario.

Triggernometry y Advanced Triggernometry

Tras el anuncio por parte de la editorial El Transbordador de la publicación de Triggernometry en nuestro país y viendo que estaba muy próxima la publicación de la continuación, llamada Advanced Triggernometry decidí no esperar más para leer estas obras que con sus buenas referencias tanto llamaban mi atención.

Se trata de dos historias muy cortas y alocadas con una premisa de esas que rompe la baraja desde el principio. Las matemáticas están prohibidas y los que ejercieron su enseñanza o demuestran tener conocimientos en el campo son forajidos. En un escenario típico de western, Holborn aprovecha para introducir a todos los matemáticos de la historia que se le ocurren para recrear las escenas más típicas del Far West que harían las delicias de cualquier aficionado al género. Desde el asalto al tren del dinero o la defensa de un pequeño pueblo del ataque de despiadados representantes de la ley, la autora pasa por su tamiz matemático las escenas de acción más disparatadas, ayudada por un transportador de ángulos y un pie de rey, herramientas imprescindibles para acompañar a un buen rifle en estos tiroteos.

El ritmo es frenético y a esto le viene de perillas la escasa duración de ambas entregas, que se pueden leer prácticamente de una sentada. Es cierto que yo tardé algo más en mi afán por conocer los detalles de la vida real de los matemáticos que aparecen en los libros, ya que salvando los más conocidos, he de reconocer que muchos nombre ni siquiera me sonaban. En cuanto a los personajes históricos representados, me encanta la plétora de matemáticos y matemáticas que nos muestra la autora. Y, si atendemos a lo que dice la Wikipedia sobre ellos, están escogidos de forma que los papeles que representan se ajustan un poco a lo que se conoce sobre ellos.

También es de destacar la crítica al fundamentalismo que transpira el conjunto, dando a entender que cuando menos formado esté el pueblo más fácil resulta manipularlo. De hecho, los que ostentan el poder son en ambas narraciones los detonadores de los problemas, ya que al llevar la avaricia por bandera acaban por asfixiar a la gallina de los huevos de oro.

También es cierto que ambos relatos son tan cortos que pueden considerarse anecdóticos dentro de un mundo que quizá convendría explorar más. Ignoro los planes de Stark Holborn respecto a la continuidad de la serie, pero también os digo que tengo gran interés en saber qué nos deparará su novela, Ten Low.

Fireheart Tiger

No suelo empezar mis reseñas diciendo algo malo sobre la obra en cuestión, pero en esta ocasión he de reconocer que Fireheart Tiger me ha sabido a poco, me la he acabado casi del tirón.

Resulta asombrosa la capacidad de Aliette para crear en muy pocas páginas un mundo totalmente creíble, una suerte de world-building minimalista que sin embargo sirve perfectamente como escenario para la historia. Unas negociaciones territoriales entre dos poderes muy desiguales enmarcan una historia de amor, en la que de Bodard aprovecha para abrirnos los ojos ante las relaciones tóxicas y sus consecuencias.

De nuevo, como hace poco leí en Winter’s Orbit, se hace hincapié en el sentimiento de culpabilidad que la víctima siente por no ser adecuada para la pareja, por no cumplir sus estándares y provocar conflicto, en una ceguera causada por el abuso de poder del “compañero”. Esto, añadido a la presión familiar a la que también se ve sometida la protagonista, que desmerece todos sus logros y solo alaba a sus hermanas mayores, da lugar a una personalidad castigada y propensa a la minusvaloración.

El hecho de que el romance de la historia sea lésbico no influye para nada en todas estas reflexiones que propone Aliette, da igual el tipo de pareja si los juegos de poder están presentes de esta manera.

También me gusta la presencia del elemento mágico, algo exótico para contrastar las mundanas negociaciones por unos derechos territoriales o la posibilidad de construir empalizadas o no. El contraste le sienta muy bien a la historia y la presencia de esta magia sin duda influye definitivamente en la decisión de la protagonista.

Entiendo que también se pueden observar paralelismos entre esta historia y el colonialismo sufrido por muchas tierras, que lucharon por conservar su identidad y apenas lo consiguieron. No obstante, me parece que ofrece mucha más fuerza la relación amorosa que esta otra interpretación, perfectamente válida por otra parte.

Esperemos que la autora se prodigue un poco más en este mundo que ha resultado muy atractivo, aunque me temo que sus obras van a ir por otros derroteros.

The Unbroken

Había mucha expectación con la publicación de esta novela, con una portada de rompe y rasga, que trata temas como el colonialismo y el abuso de poder. He de decir que el mensaje que la novela pretende hacer llegar está ahí, pero que pierde un poco la fuerza que sería necesaria para dejar marca debido a la forma en que está escrita.

La protagonista de la novela es Touraine, una militar que fue secuestrada en su infancia de una de las colonias del imperio de cuyo ejército forma parte. En un ejemplo clarísimo de intento de asimilación, el imperio ha creado unos destacamentos formados exclusivamente por extranjeros criados desde la más tierna infancia en la cultura imperante. Sin embargo, no se los considera ciudadanos y sufren ese sentimiento de no pertenecer realmente a ningún lugar. Esto está muy bien representado en la novela y creo que es uno de sus puntos fuertes, el tremendo choque cultural provocado por el regreso al lugar de nacimiento pero como fuerza invasora y “apaciguadora”. Es bastante clara también la inspiración francesa en la creación del mundo, pero no me atrevería a asemejar estos regimientos con la Legión Extranjera, ya que tengo entendido que después de unos años de servicio se consigue la nacionalidad francesa y esto es algo que aquí ni se plantea.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos es bastante fortuito y demasiado basado en la casualidad. Justo cuando llegan al puerto Touraine salva la vida de la princesa heredera del trono destinada a calmar la rebelión sea por los medios que sea. Y uno de los atacantes la reconoce por su increíble parecido con su madre, miembro de la resistencia.

A partir de aquí comienzan una serie de peripecias y traiciones, de vaivenes de la narración que no le hacen ningún favor al mensaje que se pretende transmitir. La existencia de una magia curativa cuya consecución es uno de los objetivos principales de la expedición y que era un secreto bien guardado, queda expuesto de la manera más tonta. Y sinceramente la relación de atracción entre Luca y Touraine me parece poco sana, basada en principio en el agradecimiento pero también en la propia subyugación.

Las intrigas políticas son bastante de manual, aunque he de reconocer que en el terreno militar, las escaramuzas que dirimirán el resultado del conflicto se basan más en la inteligencia que la fuerza bruta.

Me gustaría también destacar la representación de personajes variados en el espectro LGBTIQ+. Esto es algo totalmente normalizado en la sociedad, tanto en la cultura imperante como en la subyugada. Indudablemente hay otros problemas, pero este tema en particular está completamente superado.

The Unbroken es un libro del que esperaba más, quizá cegada por la campaña de marketing a su alrededor. No digo que no merezca la pena leerlo y quizá le de una oportunidad a la siguiente parte, pero tampoco puedo recomendarlo fervorosamente.

A History of What Comes Next

Hay que reconocerle al Sylvain Neuvel que se le da bien escribir novelas con grandes teorías conspiratorias de fondo y A History of What Comes Next es una de ellas. Me encanta la manera en que va enlazando realidad y ficción, de forma totalmente verosímil, para contarnos la historia de la carrera especial desde sus orígenes a finales de la segunda guerra mundial cuando todo el mundo pretendía hacerse con los servicios de Von Braun para copiar sus V-2.

En esta novela conoceremos la historia de las Kibsu, una estirpe de mujeres dedicadas en cuerpo y alma a conseguir que la humanidad pueda salir del planeta Tierra, con unas normas estrictas para la supervivencia y ciertas características peculiares que hacen posible la perpetuación de su tarea. Este elemento de ciencia ficción le permite al autor hacernos todo un recorrido por la historia de la ingeniería de cohetes y el espionaje de la época que hará las delicias de cualquier aficionado a esta convulsa época. Lo más curioso de todo es que todo es cierto, salvo algunos pequeños detalles.

Creo que gran parte del éxito que ha tenido para mí esta lectura es el plantel de voces escogidas para el audiolibro. Estamos casi casi ante una versión teatral, porque para cada personaje con diálogo hay un actor diferente, algo a lo que no estoy acostumbrada a la hora de escuchar libros y que hace muy dinámica una obra que ya de por sí está pensada para funcionar como un thriller y ser por definición, rápida. Es un libro basado fuertemente en estos diálogos, y es posible que la versión escrita tenga más problemas que ésta en audio, un formato al que se ajusta como anillo al dedo.

Sylvain Neuvel aprovecha algunos interludios en la novela para dar un poco más de trasfondo a la historia de las Kibsu, retrotrayéndose a otros momentos históricos de interés marginal pero que influyen en el relato de esta sociedad matriarcal. Y de paso, nos da un somero repaso al estudio sobre el cambio climático a través del tiempo, que si bien no es más que un pasatiempo para las protagonistas, sí que nos hace llegar un mensaje bastante poco tranquilizador.

Las referencias personajes históricos son innumerables, no solo los propios Von Braun o Korolev, si no todo un plantel de figuras sobre las que se puede (de hecho, el autor invita a ello) investigar.

Es cierto que hay algunos puntos de la narración donde las casualidades o las extraordinarias capacidades de las protagonistas son forzadas en exceso, y esta es la principal pega que le pongo al libro. Esto y el final que lo deja todo a merced del siguiente volumen de la saga. Pero me temo que esto ya es algo a lo que debería estar acostumbrada.

The Space Between Worlds

Aprovechando que este libro estaba en oferta me hice con él, ya había hablado sobre su portada por aquí y las historias de realidades paralelas me chiflan, así que no pasó mucho tiempo hasta que me lo acabé.

Me he encontrado con una sólida novela de viajes entre realidades, pero sobre todo una aguda crítica contra el clasismo y el racismo, apoyada en una historia muy atractiva con un trasfondo distópico.

Los viajes entre realidades muy cercanas son posibles para los humanos, pero con una premisa: tu contraparte en el otro universo ha de estar muerta. Esto hace que haya que recurrir a los desgraciados, a los que menos oportunidades han tenido en esta vida y por ende en las demás, para estos viajes. Pero necesitar a estas personas no significa aceptarlas en la sociedad, ya que vienen de fuera de la ciudad, viven en una cultura de supervivencia supeditados a los caprichos del Emperador de la zona.

La protagonista de la historia es capaz de viajar a más mundos que ningún otro, lo que la convierte en un valioso recurso para su empresa. Aún así, todavía vive en la incertidumbre de no ser ciudadana y conforme vaya avanzando la trama y se van descubriendo detalles sobre su vida, sorprende mucho que haya conseguido sobrevivir, lo que explica la fuerza con la que se aferra a la vida.

Creo que lo mejor para disfrutar de este libro es no saber demasiado sobre el desarrollo de la historia, ya que tiene varias vueltas de tuerca muy interesantes facilitadas por las infinitas posibilidades de las realidades alternativas. No todo es constante en todos los mundos pero las similitudes son tantas que a veces hay que pensar cuidadosamente dónde estamos para poder hacernos una idea precisa del lugar en que se encuentra la historia. Y sin embargo, Micaiah Johnson consigue que nada de esto sea confuso, lo cual es prueba de lo bien que escribe. Su prosa es dura cuando tiene que serlo, cuando describe las torturas a las que se ven sometidos algunos de los personajes o cuando habla de las condiciones de la vida en condiciones a lo Mad Max de algunas zonas. Y sin embargo, también es capaz de desarrollar una historia de amor de forma delicada y sugerente, una relación fraternal capaz de superar fronteras o el sacrificio de una persona por el bien de otra. Todo este cóctel emocional está presente en un libro muy completo, al que se le pueden encontrar pocos fallos. No puedo hacer más que recomendarla.

Doors of Sleep

En esta ocasión disfrutaremos de la reseña de la última obra de Tim Pratt de la mano de un auténtico experto en el tema, Antonio Díaz. Muchas gracias a Antonio por hacernos un hueco en su agenda para comentar este libro. Espero que disfrutéis de sus comentarios.

Nadie que me conozca quedará sorprendido si digo que soy un gran fan de Tim Pratt, tanto en su obra corta (tan prolífica como variada y excelente), como en su obra larga. Cuando anunció que publicaría una novela basada en un personaje que había protagonizado varios de sus mejores relatos del 2019 me subí inmediatamente al tren del hype.


La sinopsis de Doors of Sleep no puede ser más atrayente: Zax es un humano normal y corriente que, cada vez que duerme, cambia de universo. No sabe dónde va y no parece que pueda controlar su destino. El potencial narrativo es, por su propia definición, infinito. Genera una incertidumbre, no sólo en el propio Zax, sino también en el lector, no saber cuál será ese próximo destino. Incluso aunque el cruce entre universos se dé en unas circunstancias controladas, al girar la página podemos encontrarnos en lugares muy dispares, fruto de una imaginación muy viva. Al menos esto es lo que me digo para justificar que me ventilé la novela en tan sólo dos días (acabando uno de ellos a una hora indecente).


Cuando Pratt decidió escribir Doors of Sleep, no desperdició ni una palabra y canibalizó los relatos que ya había escrito para tejerlos dentro del nuevo texto. En mi opinión es todo un acierto ya que su calidad es innegable. También decidió explorar los límites del poder del personaje para sentar unas reglas claras: cambia de universo cuando pierde la consciencia, no sólo cuando duerme; cuando llega a un nuevo destino siempre es a un lugar donde no se encuentre en un peligro inmediato y define las condiciones que se tienen que cumplir para que una persona puede decidir acompañarle en su viaje astral.


La novela está escrita como si fuera el diario personal de Zax, con la salvedad de que no siempre se encuentra escrito por él. Es un recurso curioso que permite a Pratt una cierta flexibilidad para jugar con el punto de vista manteniendo un estilo cercano a Zax. A pesar de llevar un tiempo viviendo de una forma tan extrema, sin establecerse en ningún lugar, dificultando todas sus relaciones personales, sin elegir a donde va, sin poder repetir universo, viviendo de lo que puede forrajear en los lugares más benignos (un destino sin peligro inmediato no te asegura que haya algo comestible); Zax es un idealista. En su mundo original era un trabajador social que resolvía los conflictos entre las personas mediante la empatía y la diplomacia y eso lo convierte en un adalid del buen rollo.


Éste carácter generalmente bondadoso e indudablemente honesto e idealista provoca que esta novela se parezca más a Heirs of Grace que a la saga de Marla Mason (que es más cruda y definitivamente más bruta). Esta decisión choca hasta cierto punto con el germen de la novela: saltar de universo en universo sin tener ningún control llevaría a cualquiera a la desesperación más absoluta. Eso no quiere decir que no pasen cosas malas (ni mucho menos), pero Doors of Sleep puede encuadrarse sin dudar en el movimiento hopepunk. Puede que haya momentos de miseria pero siempre se encaran con un cariz positivo. En cualquier caso es una novela ‘100% Pratt’ y rebosa su estilo por los cuatro costados.


Debido al constante salto entre universos y las dificultades para transportar gente con él (gente que jamás podría volver a su universo original) el plantel de personajes secundarios no es especialmente grande. Eso permite a Pratt dedicar más tiempo en escena para estar bien perfilados y logra que nos encariñemos de ellos o los odiemos respectivamente.

Mi principal crítica iría dirigida a un último acto algo desigual, con una recta final cerrando el nudo principal del libro de forma algo apresurada y con un último capítulo que abre claramente la puerta a una continuación (o continuaciones). Hubiera preferido, sino una obra autoconclusiva, sí que Pratt hubiera dedicado alguna página más a perfilar el desenlace para que llenase algo más al lector. Las prisas por desencadenar una tensión creciente le han jugado una mala pasada.


Sin embargo, después de la decepción que me supuso The Wrong Stars, la primera novela de su trilogía de ciencia ficción Axiom, y a pesar de las buenas sensaciones de los relatos seminales, me enfrenté a esta novela con una cierta cautela. He de decir que he quedado muy satisfecho con Doors of Sleep que, sin dejar de ser una novela ligera y más orientada como divertimento, he disfrutado sin ambages.

The Wolf’s Call

Al parecer la novela de debut de Anthony Ryan tuvo mucha repercusión en su tiempo, pero he de reconocer que yo no tengo recuerdo de haberla visto ni tan siquiera publicitada. Por curiosidad, me acerqué a The Wolf’s Call como un nuevo punto de entrada en ese universo, para ver si me interesaba la historia o la forma de escribir del autor, mas lo cierto es que se trata de una novela de fantasía correcta pero para nada innovadora. Reconozco que como no he leído las obras anteriores, es posible que muchas referencias se me hayan pasado por alto, pero también puedo afirmar sin temor a duda que es una novela que se sostiene por sí misma.

El ascenso al poder y casi a la deidad del malvado de turno resulta atractivo por el simple hecho de que es el carisma del personaje el que obtiene la fidelidad de sus súbditos. El protagonista, Vaelin, es un héroe que se ha retirado a vivir con tranquilidad y a pesar de que sería el más adecuado para enfrentarse a este nuevo poder, no se convence de hacerlo hasta que las noticias de un antiguo amor suyo en manos del malvado llegan a sus oídos.

Las escenas épicas están narradas con cierta economía de medios, pero eso no les quita atractivo. El sistema mágico es un poco aleatorio, cada uno desarrollará el poder que sea sin tener necesariamente una relación causa efecto. El ritmo de la narración está bastante bien conseguido, sin llegar a decaer a lo largo de las páginas, algo de agradecer en una novela de esta dimensión. El viaje que emprende Vaelin permite que Ryan explore las distintas sociedades que componen el Reino Unificado, algo que añade complejidad y sobre todo, da consistencia al escenario en el que desplegará a los personajes.

The Wolf’s Call me parece una novela de fantasía correcta con sus toques grimdark y cierto realismo sucio, que aunque no me ha terminado de convencer para dedicarme a la lectura de las entregas anteriores, si ha conseguido atraerme lo suficiente como para seguir con esta saga actual.

Machinehood

No conocía la obra de S.B. Divya pero me parecía muy atractiva la premisa sobre la que se basa su novela Machinehood, tratando temas tan actuales como los distintos caminos para la mejora del ser humano, ya sea mediante modificaciones cibernéticas o medicación. El hecho de que no existan apenas trabajos estables y que la economía se base en pequeños encargos es una realidad patente hoy en día, con la precariedad instalada en muchos hogares. Divya va un paso más adelante habiendo implantado el trabajo robótico en muchas áreas, con la consiguiente reducción del empleo del personal menos cualificado. En una carrera sin visos de terminar, los humanos han de utilizar todo tipo de suplementos y drogas para conseguir alcanzar el nivel de las inteligencias artificiales “débiles”, que van mejorando progresivamente.

En este contexto seguiremos los pasos de Welga Ramírez, una guardaespaldas con pasado en las fuerzas armadas, que se encuentra involucrada en una de las primeras actuaciones de la autodenominada Machinehood, una oscura organización que promulga la desaparición de las pastillas y la igualdad de derechos de las inteligencias artificiales.

A pesar de que las ideas del libro me han parecido muy interesantes, lo cierto es que la trama y la ejecución no están a la altura de lo que esperaba. Me interesaba el diálogo entre hombre y máquina, pero me he encontrado con una filosofía neobudista un tanto superficial. Además, el principal “enemigo” con el que se quiere relacionar Machinehood desde el principio, el califa que está unificando el Magreb, parece un villano de opereta, colocado en un pedestal para atraer la atención. Su lema de no agresión provoca mi incredulidad, cuando no ataca a nadie pero es que capaz de ir estrechando el cerco de los refugiados en el límite de sus fronteras, atacando centros neurálgicos necesarios para la vida.

También son necesarias varias casualidades para que Welga se encuentre metida de lleno en una operación para desmantelar la Machinehood. No solo que esté presente en el ataque mencionado anteriormente, a esto hay que unir una grabación que justo llega a sus manos con información relevante, su pasado como operativo contra el califa… En fin, todo muy preparado, demasiado.

Machinehood es un ejercicio de especulación que parte de una buena base pero que va perdiendo fuelle por el camino. Se lee con rapidez, pero apenas deja poso. Un poco como su portada que podría ser atractiva pero es demasiado fría.