Witchmark

Hay algunos libros que cumplen unas determinadas características de ambientación que sería injusto llamar clónicos, pero que sí que recuerdan unos a otros. Es difícil innovar en una historia fantástica situada en la época de la Regencia o en la Victoriana, porque es una escenario sobreutilizado, aún sin llegar a los niveles de la fantasía pseudomedieval.

Y sin embargo, C.L. Polk consigue mostrarnos una narración cautivadora, aunque no sorprendente. Los elementos que se utilizan son conocidos por todos: una sociedad clasista que se perpetúa en el poder utilizando la magia, conflictos familiares irresolubles en los que chocan la búsqueda de libertad y el cumplimiento del deber, seres de inmenso poder que pueden afectar el curso de la historia… Pero todos estos elementos, bien utilizados, dan lugar a un relato coherente y agradable de leer.

En Witchmark se pueden encontrar reminiscencias de muchos autores, desde Susanna Clarke a Zen Cho, pasando por NK Jemisin. Podría ser interesante seguir todas estas referencias, como el uso del éter que recuerda Las edades de la luz de Ian R. MacLeod (salvando las distancias) y si alguno de vosotros leéis esta obra seguro que tendremos una conversación interesante al respecto.

Entonces, ¿qué es lo que hace que Witchmark se diferencia de las otras obras? Para mí, todo gira alrededor de la relación fraternal entre Miles y su hermana Grace, que está tratada con mucho cariño pero también con mucha verosimilitud. Dos hermanos que se quieren, pero que son capaces de hacerse daño mutuamente por sus ideales, que pueden caer en contradicciones pero que se apoyan el uno al otro… Me ha parecido una representación estupenda. Los personajes son muy atractivos, pero creo que esta relación es la más importante del libro, sin desmerecer la que desarrolla Miles con Tristan, que no parece impostada, pero que me interesa menos.

También me gustaría destacar la carga de crítica social que trae el libro, aunque no se cargan las tintas en exceso. No solo se habla de los desastres de la guerra, también de las desigualdades sociales y la explotación de las clases deprimidas a favor de la vida de lujo de los aristócratas. No lo considero el principal objetivo del libro, pero me alegra que aparezca en la historia.

En resumen, Witchmark utiliza piezas muy conocidas para dar lugar a un collage atractivo unido por una prosa musical y agradable cimentada por unos personajes fuertes con relaciones creíbles. Y hay persecuciones en bici. Todo es mejor con persecuciones en bici.

Record of a Spaceborn Few

Seguramente resulte difícil de creer, pero Becky Chambers ha conseguido escribir una historia de naves generacionales y especies alienígenas con marcados tintes autobiográficos.

Record of a Spaceborn Few no es una novela al uso, ya que los distintos puntos de vista que van narrando su historia son como teselas separadas de un mosaico que no vemos por completo, ni siquiera al final de la lectura. No me atrevería tampoco a definirla como una colección de relatos ni como un fix-up por que la intención del libro es ser un todo cohesionado. Quizá esta falta de definición sea un problema del propio libro, que no sabe a qué carta quedarse. Ello no es óbice para disfrutar de la lectura, pero sabiendo a qué atenerse.

La idea de una flota de éxodo de un planeta moribundo no es nueva, sin ir más lejos podemos acordarnos de la serie Mass Effect y sus quarianos. Pero la autora establece diferencias desde el principio: la Flota del Éxodo ya ha estabilizado su situación orbitando alrededor de una estrella y no está cerrada al intercambio de bienes y personas. De hecho, también se puede interpretar como un relato sobre flujos migratorios y cómo las diferencias culturales de los que vienen y los que se van hacen evolucionar a las distintas especies. De nuevo, algo que la autora ha vivido en su propia piel.

La Flota comenzó como un sistema cerrado que debía ser autosuficiente por su propia naturaleza y nada se desaprovecha. Este es otro de los mensajes principales del libro, un alegato a favor del ecologismo y la reutilización y aprovechamiento de todos los elementos posibles. Este hito fundacional se recoge incluso en las costumbres funerarias, pero choca frontalmente con las sociedades mercantilistas con las que se relaciona la flota. No estamos hablando de un mundo postescasez, hablamos de un comunismo efectivo por la propia necesidad de sus habitantes. Nadie pasará hambre ni sed, mas  tendrá que trabajar para contribuir al bienestar general. No existe la moneda y la economía de intercambio se basa en el trueque, pero cuando se trata de adquirir tecnología del exterior, la flota tiene poco que ofrecer. En ocasiones, se trata más bien de aceptar la caridad ajena.

Chambers es una autora de personajes y en Record of a Spaceborn Few nos presenta una panoplia de humanos y un solo personaje alienígena importante. ¿Por qué es esto? Es una decisión técnica que me parece interesante aunque algo arriesgada, dado que una de las principales características por las que destaca la primera entrega de la serie Wayfarers son sus personajes no humanos. Las perspectivas de los dos recién llegados a la Flota (humano y estudioso alienígena) le sirven para presentar datos esquivando a duras penas el infodump. Pero este contraste entre la interpretación de la información que reciben y, por qué no decirlo, la acogida que les dan, también le sirve a la autora para establecer diferencias entre inmigrantes “de primera” y “de segunda”. Explora el sentimiento de pertenencia como algo connatural al ser humano, provenga de donde provenga.

Respecto a la prosa, sigue siendo funcional y adaptada perfectamente al tono de la obra, aunque en el prólogo aparece una imagen de pequeños restos de hielo formándose entre los cabellos de las víctimas de un accidente que me ha parecido maravillosa. Me encantaría que Chambers explorara ese aspecto más elaborado de su estilo en sus futuros trabajos. La distinción entre las distintas voces de los personajes funciona a las mil maravillas, ya que son de distintas edades, orientaciones y profesiones y se nota en cada uno de ellos. Quizás los personajes son demasiado inocentes y pueden caer en las trampas más evidentes, pero mi impresión es que esto es algo íntimamente relacionado con el optimismo de la ciencia ficción de la autora. Si todos los encallecidos personajes estuvieran de vuelta de todo, solo quedaría espacio para la desesperanza.

Hay otros temas en el libro de los que también se podría hablar, como la transformación del sexo en un servicio a la comunidad o la utilización de insectos como principales fuentes de proteínas en la alimentación, pero no son tan fundamentales en la novela como los anteriormente mencionados.

Creo que Record of a Spaceborn Few está un peldaño por debajo de sus anteriores trabajos, lo que no quiere decir que no sea una lectura recomendable. Ahora que se ha anunciado la publicación de otras historias situadas en otro universo, podremos ver a Chambers trabajando otro registro. Por mi parte, estoy deseando leerla.

Wrath of Empire

Creo que ya ha quedado sobradamente demostrado que Brian McClellan es un escritor que me gusta mucho, con un toque especial a la hora de escribir fantasía. No cabía duda de que más pronto que tarde acabaría leyendo Wrath of Empire, la última entrega de su saga.

Nos encontramos ante un libro extenso, donde se manejan distintos puntos de vista de forma coherente e inteligente. Siempre suele haber favoritos de los lectores entre los distintos puntos de vista, pero en esta ocasión creo que el autor ha conseguido equilibrar las tramas, aunque haya una que destaque en particular.

McClellan sabe lo que le gusta a su público, así que no duda en comenzar el libro con dos batallas épicas muy bien narradas, de forma clara y contundente, sin ahorrar detalles escabrosos pero sin regodearse tampoco en ellos. La guerra es así, descarnada, así que es comprensible que se hable de despojar a los cadáveres de las posesiones valiosas que puedan tener, por ejemplo. Desde el desconocimiento, me gusta cómo trata maniobras de flanqueo y otros movimientos típicos de la caballería y la infantería de la época napoleónica. También le sienta bien a la novela el cambio de escenarios, con partes narradas en recintos claustrofóbicos mientras que otras tienen lugar a cielo abierto en mitad del campo.

Los tres protagonistas que nos narrarán la historia son Vlora Flint, Ben Styke y Michel Bravis, todos viejos conocidos de los seguidores del autor (en particular Vlora está con nosotros desde Promise of Blood).  Comentaba con anterioridad que están equilibradas, pero personalmente me ha parecido más atractiva la de Michel porque las otras dos se asemejan en sus objetivos y desarrollo, son personajes militares que tienen una misión que cumplir. No digo que sean calcos la una de la otra, pero sí se parecen. Michel, sin embargo, tiene una apasionante historia de espionaje y traición, de agentes dobles y de supervivencia en una ciudad tomada que lo convierte en un escenario realmente atractivo.

A lo largo del libro tienen lugar revelaciones que harán temblar los cimientos de lo que creíamos conocer sobre los personajes y el mundo de los Powder Mage. Si McClellan lo tenía pensado desde un principio, como parece, hay que quitarse el sombrero ante su previsión y ante todo, a su sutileza al ocultarnos la información durante tanto tiempo. También es muy hábil al introducir un nuevo enemigo que lleva años preparándose para la invasión y que conoce los puntos débiles que debe atacar.

No todo en la novela es tan bueno. Una parte de la trama de venganza de Styke es demasiado orquestada, demasiadas casualidades juntas en el camino para que resulte creíble. Entiendo que el autor necesita este camino de redención para conseguir que el personaje evolucione pero pienso que podría haberlo hecho de alguna forma más elegante, menos prefabricada.

En ocasiones, los desplazamientos se hacen pesados, porque para llegar de A a B el camino tampoco es que sea emocionante. McClellan lo ha trufado de anécdotas y charlas y alguna que otra emboscada, pero no sé si se debería haber hecho uso de alguna elipsis bien colocada (¡qué difícil es ser escritor!).

La magia, cuando aparece, es tremendamente poderosa y desequilibra el juego de poder del que somos testigos. Esto es marca de la casa del autor y no debería sorprendernos, pero en algunas ocasiones parece extraño que haya tantos ejércitos tan bien preparados cuando un destacamento de magos sería totalmente destructivo y bastante menos costoso.

McClellan deja todas las líneas en vilo, para que tengamos que esperar pacientemente la siguiente entrega. Espero que no se demore mucho, porque realmente quisiera saber en qué va a desembocar toda esta historia. De nuevo me vuelvo a preguntar por qué no se publica a este autor en España. Sería todo un acierto.

Libro gratis: Rocket Fuel

Para celebrar su décimo aniversario, la gente de Tor.com ha creado un libro con los artículos más interesantes publicados en su blog y lo ha dejado disponible para su descarga gratuita. El título del libro es Rocket Fuel, con la portada que anexo y los contenidos que podéis ver a continuación:

Prefacio – Bridget McGovernUnder the Covers with a Flashlight: Our Lives as Readers – Emily Asher-Perrin
Sometimes, Horror is the Only Fiction That Understands You – Leah Schnelbach
The Bodies of the Girls Who Made Me: Fanfic and the Modern World – Seanan McGuire
Writing Women Characters as Human Beings – Kate Elliott
Meet My Alien Family: Writing Across Cultures in Science Fiction – Becky Chambers
So How Does a Centaur Eat, Anyway? – Judith Tarr
Fantasy, Reading, and Escapism – Jo Walton
The Eye of the World by Robert Jordan (and Why You Should Read It) – Leigh Butler
Robert Jordan: The American Tolkien – Michael Livingston
The Trial of Galadriel – Jeff LaSala
Good Idols: Terry Pratchett & the Appropriate Hug – Lish McBride
Orwell and the Librarian, a Love Story – Alex Brown
Beloved: The Best Horror Novel the Horror Genre Has Never Claimed – Grady Hendrix
The Peril of Being Disbelieved: Horror and the Intuition of Women – Emily Asher-Perrin
What Rape Apologists Need to Learn From Jessica Jones – Natalie Zutter
In Defense of Villainesses – Sarah Gailey
Queering SFF: Writing Queer—Languages of Power – Brit Mandelo
Sleeps With Monsters: There’s A Counter In My Head – Liz Bourke
Apologize to No One: V for Vendetta is More Important Today Than it Ever Was – Emily Asher-Perrin
Five Books about Loving Everybody – Nisi Shawl
Safe as Life: A Four-Part Essay on Maggie Stiefvater’s Raven Cycle – Brit Mandelo
The Complete American Gods Mix Tape – Bridget McGovern
Rewatching Star Trek: Deep Space Nine: “Far Beyond the Stars” – Keith R.A. DeCandido
The POC Guide to Writing Dialect In Fiction – Kai Ashante Wilson
Homecoming: How Afrofuturism Bridges the Past and the Present – Tochi Onyebuchi
Nobody Gets Mad About Hamlet Remakes: Why Superheroes Are the New Cultural Mythology – Ryan Britt
Sowing History: A Gardener’s Tale – Ursula Vernon
Not Saving the World? How Does That Even Work? – Jo Walton
Ursula Le Guin’s “The Ones Who Walk Away from Omelas” Defies Genre – Gabrielle Bellot
Soon I Won’t Know What the Future Looks Like – Chris Lough
Bouncy Prose and Distant Threats: An Appreciation of Harry Potter and the Philosopher’s (or Sorcerer’s) Stone – Mari Ness
Joy, Sorrow, Regret, and Reassurance: The Singular Beauty of The Last Unicorn – Bridget McGovern
One Day You Wake Up and You Are Grown: Fairyland and the Secrets of Growing Up – Molly Templeton
Preparing Myself for Death with Joe Versus the Volcano – Leah Schnelbach

Libro gratis : Tomorrow and Tomorrow

La oferta de este mes de Phoenix Book es Tomorrow and Tomorrow de Charles Sheffield que se puede descargar en la modalidad paga-lo-que-quieras.

Aquí la sinopsis:

A LOVE STORY TO THE EDGE OF TIME

“Ambitious, elegiac, and ultimately satisfying.”—San Francisco Chronicle

“Truly a love story of the ages.”The Orlando Sentinel

“Will keep you on the edge of your seat.”David Brin

Ana is the love of Drake Merlin’s life. The woman he wants to grow old with, share every experience. But there is a hitch that is preventing them from obtaining their happily ever after….

Ana might be perfect for him, but she is dying.

Diagnosed with a rare disease, there is no cure for what ails her. At least, not in the 21st century. The only thing Drake can do—the one gamble that might, eventually, bring her back—is have Ana frozen and join her in cryogenic sleep until, one day, technology will have advanced enough be able to cure her.

Eons pass, and Drake is revived again and again, to see if humanity has evolved enough to be able to provide a solution. They try everything to help him bring her back or to encourage him to move on from his frozen soulmate—even creating a clone of his beloved. But it is not his Ana, his love. Nothing but her full revival will satisfy his obsession.

Millions of years pass before Drake learns that there is finally some hope for her restoration. At the Omega Point, the universe is collapsing, merging past and present; connecting the knowhow of now to the Ana of so long ago….

But first he must help the rest of humanity. Drake is revived one more time to fight an alien race who is hell bent on destroying the Solar System. For only a throwback from a past, where dissidence, material greed and violence were a part of human existence, will have enough fighting spirit to save a race that’s now too enlightened to understand war.

Y la portada:

Summerland

Aunque conozco la faceta de Hannu Rajaniemi como escritor de fantasía y algo de terror por su colección Hannu Rajaniemi: Collected Fiction  realmente lo que más me gusta de su obra es su vertiente de ciencia ficción. Hace ya un tiempo lo entrevisté y ya hablaba de Summerland, así que el proyecto lleva mucho tiempo preparándose.

Summerland se desarrolla temporalmente durante la Guerra Civil Española y es una crónica de la guerra secreta que enfrentaba a las grandes potencias europeas y a sus servicios de espionaje. Pero es muy distinta de la realidad que conocemos porque se ha descubierto el Más Allá y nos podemos comunicar con ellos. La muerte ya no significa el fin, la comunicación con los espíritus está al orden del día y estas almas también pueden tomar posesión de mediums autorizados para campar a sus anchas por la Tierra. Esta “Tierra del verano” puede parecer el paraíso, pero es escenario de luchas de poder exactamente igual que nuestra querido hogar.

Que los descubridores de la tecnología que permite comunicarse con los espíritus fueran Marconi y sus coétaneos pretende dar una pátina de credibilidad a la historia, pero las explicaciones resultan demasiado etéreas para mi gusto. Nos hallamos ante una novela de fantasía con un pequeña pátina de ciencia y como tal debemos aceptarla.

Un punto a favor en mi lectura de la novela fue la presencia de figuras reconocibles dentro del espionaje británico de la época. Vemos a Guy Burgess, a Kim Philby y a alguno más, así que Rajaniemi ha hecho los deberes (no vemos a Anthony Blunt, pero tampoco nos vamos a poner exquisitos) pero desperdicia a estos personajes en apenas una escena cuando podrían haber dado muchísimo más juego.

Summerland es una crítica acerada a la sociedad de privilegio, al hecho de que por pertenecer a un club desde tu nacimiento ya tengas más oportunidades que los demás, a una oligarquía desfasada y decadente, que acabó devorada por sí misma. También se critica sin pudor las diferencias sociales entre hombres y mujeres, achacando a la “debilidad femenina” las inexistentes oportunidades de ascenso de personas más valiosas que otras. Sobre todo, me gusta la crítica al férreo control que aún después de muertos siguen ejerciendo los poderosos, evitando la regeneración y el cambio.

Algunas de las ideas que plantea el autor finlandés tienen su contraposición en el mundo real. La forma “segura” de viajar al Más Allá es mediante la obtención de un ticket, que permite al alma “fijarse” en el nuevo mundo y no desaparecer. Por supuesto, este ticket solo lo consiguen las clases adineradas o los soldados del ejército, en una metáfora poco sutil pero muy efectiva de las desigualdades sociales presentes en cualquier civilización. También hay otra idea que es muy similar a lo que propone Leena Likitalo en The Five Daughters of the Moon (no sé si el origen finlandés de ambos tendrá algo que ver) una entidad superior, un Dios creado por el hombre que atrae y repele por igual a según qué personajes. La conversación sobre si esta mente es el mal o el bien absoluto es de lo más interesante del libro.

Por desgracia, la historia en sí no me ha convencido. Se utilizan recursos de espionaje como buzones de entrega, códigos secretos y aparecen agentes dobles, pero relmente la trama en este sentido es bastante floja. Lo que parece ser la amenaza más compleja a la que se pueden enfrentar solo queda esbozada y la posibilidad que tienen los espíritus de “leer la mente” (aunque en realidad solo sean los sentimientos más fuertes en ese momento) está francamente infravalorada. Me hubiera gustado que el autor hubiera conseguido que esta parte central del libro fuera más interesante, pero no ha sido así.

Dudo si recomendar o no la lectura de Summerland  a según qué público. Las sesiones espiritistas tecnificadas no son lo mío, pero es posible que a otro lector si le atraigan.

Aquí os traigo el ticket por si sentís curiosidad.

Drop by Drop

A veces hay que arriesgar al escoger una lectura, salirse del camino conocido y experimentar con nuevos autores. Es un ejercicio sano, aunque de lugar a decepciones tan tremendas como este Drop by Drop.

La premisa de la que parte el libro es que por alguna razón desconocida, los plásticos empiezan a derretirse. El plástico está presente en casi todos los elementos que utilizamos en nuestro día a día así que me esperaba un mundo en proceso de descomposición y abocado a la destrucción.

Y sin embargo, el proceso por el que los compuestos químicos se deterioran es tan azaroso como conveniente para la autora. Hay cosas que sí se estropean, como los bolígrafos, pero hay coches relativamente modernos que siguen funcionando, porque claro, los manguitos de esos motores deben estar hechos de tungsteno o algo recio, como buen coche americano que se precie. Nada más comenzar la lectura esta aleatoriedad en la destrucción me mosqueaba. Pero ese no era el principal problema.

El ámbito al que se circunscribe la narración es demasiado local, dejando fuera las tensiones propias de las grandes ciudades. En el pueblo en el que se desarrolla la acción, hay bastantes personajes, pero están todos cortados por la misma tijera del estereotipo puro y duro, y acartonados como si les hubieran duchado el almidón. Resultan insufribles en su petulancia y en su previsibilidad.

Al principio del libro viene el que podría considerarse protagonista, a pesar de ser una obra coral, una especie de McGuiver aventurero que viene al pueblo cual vaciacorrales a pasar una temporada con su tía, la del banco. Esa tía del pueblo no es otra que la loca de los gatos que hay en toda población que se precie, pero oye, trabaja en el banco, así que cuando deja de funcionar la informática y tiene que hacerse todo con papel y lápiz, se pone a conceder créditos a diestro y siniestro con el aval de la confianza en la gente del pueblo y cobrando en flores si hace falta. (No me estoy inventando nada, esto es tal cual). Se ve que esta mujer no ha oido hablar de la crisis de los tulipanes.

En el mismo pueblo hay una empresa química avanzadísima, que se dedica a vender “componentes” que pueden tener “otros usos” en el mercado armamentístico. Pero esa misma empresa tiene una seguridad tan irrisoria que se pueden colar cinco niños que son de la piel de Barrabás y provocar un accidente mortal. A ver, si dejas las probetas y los elementos químicos ahí a mano, ¿quién se puede resistir?

Como digo, en el pueblo hay de todo. También hay un anciano que al quedarse viudo debe haberse pasado muchas hojas jugando al Fallout, porque no se le ocurre otra cosa que montarse un refugio nuclear él solico en su casa. Un poco de pico y pala y ya tenemos el “vault” montado para cuando haga falta. Menos mal que hay gente así de previsora en el mundo, si no, nos quedábamos sin libro (sin humanidad también, pero esto es un tema secundario).

Como buen trasunto de Corín Tellado que se precie, hay hijas y nietas secretas que se desvelan en el momento más inesperado para cobrar la parte de la herencia correspondiente. Hay películas de Antena 3 al mediodía con menos carga dramática que un capitulo de este libro.

Os recomiendo encarecidamente mantener una distancia de al menos cincuenta metros alrededor de este libro. No tocarlo ni con un palo, vamos. Y menos si el palo es de plástico.

Rogue Protocol

Me temo que al personaje de Murderbot empiezan a vérsele las costuras o quizá el problema sea mío por haber leído esta tercera entrega demasiado pronto tras Artificial Condition.

Martha Wells sigue utilizando los mismos métodos para que avance la trama y para que conozcamos más al personaje. Si antes nos encontramos con un personaje como ART, en esta ocasión el robot con el que contrastamos es Miki, prácticamente un miembro de la familia de los trabajadores de la colonia a la que Murderbot va a continuar con su investigación.

El problema es que los recursos que en un principio podían parecer interesantes, cuando se repiten tanto acaban cansando. Se me han hecho insufribles los constantes paréntesis con los que se van apuntillando las frases de la protagonista, ya conocemos su tono irónico así que no creo que sea imprescindible seguir ahondando en la herida. Por otra parte, esta tercera entrega cae en un sentimentalismo demasiado evidente, forzando la mano del lector hasta casi provocar la reacción contraria a la buscada.

Como contrapunto, las escenas de combate están muy bien narradas, con un punto de tensión que favorece mucho la lectura, y con algunas intrigas que aunque no son muy complejas sí que le dan vidilla al libro.

No puedo decir que espere con ansia  la siguiente y última entrega de los diarios de Murderbot, porque necesito descansar de esta historia. Pero tampoco negaré que me gustaría ver a qué conclusión llega la autora con las pistas que ha ido sembrando entre todos los libros. Espero que el final de la serie vuelva a alcanzar un nivel aceptable para dejarme buen sabor de boca.

The Descent of Monsters

Hay ejemplos muy buenos del estilo epistolar, esas novelas escritas como páginas de diario o extractos de noticias y cartas. Sin tener que hacer mucha memoria, me acuerdo de El imperio de Yegorov, por ejemplo o de Snakewood aunque reconozco que este último no es tan bueno.

Pero no era lo que me esperaba de la nueva entrega del Tensorate de JY Yang y me costó entrar en el juego. No digo que no esté bien escrito, si no que mis expectativas eran otras. Afortunadamente el desarollo de la historia es lo suficientemente intrigante y atractivo como para que me pudiera sobreponer a esta pequeña e injusta decepción. Además, hay que reconocer la habilidad de el/la autor/a para manejar distintos registros según a quién esté dirigida la carta o el diario, desde la sumisión más abyecta al poder al caracter furioso del diario destinado a plasmar los hechos que ocurren.

The Descent of Monsters gira en torno a la investigación de un suceso luctuoso acaecido en una remota instalación de investigación. El gobierno intenta tapar tanto las muertes como el trabajo que se estaba llevando a cabo en la facilidad, así que el encargado de investigar se ve atado de pies y manos, con informes censurados, datos desaparecidos y en general, sin ninguna colaboración.

Me gusta la nueva dirección que toma JY Yang, ampliando nuestros conocimientos sobre el Tensorate y añadiendo algunos elementos más de la historia, pero sin llegar a avanzar realmente en el meollo de los dos primeros libros. Es como si se hubiera detenido para coger carrerilla para las siguientes entregas y mientras nos hubiera ofrecido un espectáculo colateral, en espera de la traca final.

El mundo mágico sigue sin estar perfectamente definido, con lo que rompe con el estilo actual de explicarlo todo con reglas (muy Sandersoniano). Aparecen los personajes que ya conocimos en The Red Threads of Fortune y The Black Tides of Heaven, pero no son los protagonistas. Una decisión a mi entender acertada, ya que hace que el lector no se encuentre perdido en la historia, pero tampoco dependa por completo de las lecturas anteriores para disfrutarla.

Estoy deseando saber con qué nos sorprenderá la próxima vez JY Yang.