Prosper’s Demon

Creo que ya ha quedado claro que en esta casa nos gusta mucho KJ Parker así que cada publicación suya es un pequeño acontecimiento y más si viene seleccionada por Jonathan Strahan.

Prosper’s Demon es una novela corta que trata sobre los temas habituales en la obra del autor, tales como la redención y la culpa con su carga moral con algunas gotas de ingeniería que es lo que se ve que le apasiona. Existen referencias a sus sospechosos habituales como Saloninus y el Sol Invencible, pero se puede leer perfectamente de forma independiente, como gran parte de su obra.

Usando la figura del narrador no confiable en primera persona, Parker nos muestra un mundo donde las posesiones demoníacas están a la orden del día, pero como cada acción tiene su reacción, también hay humanos que se especializan en expulsar a estos demonios, que tendrán que buscar un nuevo inquilino. Con un humor bastante negro y sin dejar de lado los detalles más suculentos, el autor nos va contando cómo el narrador conoció su don, cómo lo utiliza y a qué problemas se ve expuesto. El comienzo es demoledor, y aunque pierde algo de fuelle hacia la mitad de la lectura, se recupera con un gran final.

El demonio al que hace referencia el título es el que ha poseído a Prosper de Schanz genio polifacético que ha decidido dedicarse a la crianza del heredero del reino desde su concepción, para conseguir el regente perfecto. ¿Permitirá nuestro protagonista esta labor o impedirá de alguna forma los planes de los demonios? Pero si lo hace, ¿no estará arruinando el futuro del reino?

Se puede leer tan rápido que puede que nos perdamos detalles de la excelencia en la técnica de escritura de Parker, que no hace si no volver a demostrarnos cómo controla las distancias cortas , a mi entender más que las novelas propiamente dichas, en las que se pierde un poco de la fuerza de su prosa y sus ideas.

Blood of Empire

Las dos trilogías de los Powder Mage son de los libros de fantasía que más he disfrutado en los últimos años, por muchas razones, así que reseñar la última entrega me provoca sentimientos encontrados. Me gusta que la historia haya encontrado un final y que no se alargue artificialmente, pero también me apena no volver a saber de unos personajes con los que he acabado creando un vínculo emocional.

McClellan ha movido sus piezas con maestría y previsión, de forma que la tensión está en niveles máximos desde el principio del libro. El malvado Ka-Sedial tiene en su poder casi la totalidad de los artefactos que necesita para llevar a cabo su plan, y aunque Vlora, Ka-Poel, Ben Styke y Michel Bravis (entre otros) están intentando jugar sus cartas, la situación se presenta muy adversa.

El autor maneja el tempo de la lectura con gran maestría, con los habituales cambios de vista con cada nuevo capítulo, pero dejando un punto ciego con el desarrollo de los planes de Ka-Sedial que añade el necesario elemento de incertidumbre para el desarrollo de la trama. Las acciones de los personajes y su maduración alcanza las más altas cotas de sacrificio dentro de la epicidad de la propia historia. No se le podría pedir mucho más a la novela en este aspecto.

También tenemos batallas de grandes dimensiones y duelos personales, masas enfurecidas y levantamientos populares, y en general, acción a raudales.

Por desgracia, hay algunos momentos en que la inocencia de algunas acciones roza el absurdo. Estos actos son necesarios para alcanzar el gran final que desea el escritor, pero lo cierto es exigir demasiado al lector que se trague ese anzuelo. Ojalá se hubiera desenvuelto de alguna otra manera para no tener que dar ese triple salto de credulidad, porque hubiera sigo una obra redonda.

No obstante, estos detalles se acaban perdonando por la empatía que me han despertado los personajes y porque la historia en sí merece la pena. Un colofón muy adecuado para una historia que no entiendo cómo todavía no está en español.

Destroy All Monsters

No soy una experta en literatura juvenil, por eso cuando leo algún libro calificado como tal, me surgen dudas sobre si lo estaré comentando correctamente. Lo que me pueda parecer original quizá no lo sea tanto en este contexto, donde me faltan lecturas para poder juzgar el entorno. Pero a pesar de estos inconvenientes, he de decir que me lo he pasado muy bien con Destroy All Monsters, que viene a confirmar las buenísimas impresiones que me llevé ya de Sam J. Miller con Blackfish City.

Destroy All Monsters va compaginando dos puntos de vista alternando en cada capítulo. Este recurso está muy bien utilizado, porque le da aún más agilidad a una lectura bastante corta, de forma que el libro se acaba en un suspiro. Además, cada capítulo está engarzado con el anterior a través de la frase final, o de una figura retórica o de un sonido al que se hace referencia en el primer párrafo del siguiente capítulo. Un recurso que parece simple pero que no debe ser fácil de aplicar cuando estamos cambiando de mundo y situación con cada salto.

En el libro se nos cuenta la historia de una amistad, la de Ash y Solomon. Ash sufrió un accidente en el que perdió la memoria y desde entonces Solomon se ha ido volcando en un mundo imaginario propio donde los dinosaurios son animales de compañía y en el que la magia y los conflictos sociales campan a sus anchas. El mundo de Ash, no obstante, es muy normal, con su equipo de fútbol del instituto sobre el que giran la vida de muchos estudiantes. Es muy interesante la forma en que ambos personajes son fuertes en su propio “mundo” mientras que apenas son funcionales en el mundo de su amigo. Creo que no es exagerado decir que la huida hacia un mundo de fantasía es un recurso bastante utilizado como escapismo ante un trauma del pasado, pero Miller consigue que este escenario siga en conexión con la realidad.

Además, me gustaría destacar que Destroy All Monsters es un declaración de amor al mundo de la fotografía, donde el autor nos explica qué hace especial a una foto, no solo captar la imagen perfecta, si no todo lo que conlleva detrás. Me encantan estas explicaciones y el objetivo de la cámara juega un papel muy importante en cada una de las tramas, así que no es algo que le apetecía contar si no que tiene cierta relevancia.

En resumen, Destroy All Monsters es una lectura rápida y agradable, con un enfoque reparador frente a las adversidades que manda un mensaje de optimismo al lector.

Steel Crow Saga

La fantasía de inspiración asiática parece estar en boga últimamente y Steel Crow Saga es la última lectura de este tipo que ha caído en mis manos, pero probablemente no sea la última.

Para distinguirse de otros libros Paul Krueger ha construido su mundo basándose en aspectos típicos de ciertas culturas asiáticas (Japón, China…) pero lo ha mezclado con unos sistemas de magia distintos para cada cultura. A esta mezcla se le añade un conflicto armado que ha finalizado hace relativamente poco con la liberación de territorios invadidos por la “cultura dominante” y ya tenemos el caldo de cultivo para una novela atractiva en un principio que luego resulta ser demasiado larga.

El sistema de magia más explorado en las páginas de Steel Crow Saga es la unión espiritual de un humano con un animal, en una relación unívoca que ineludiblemente recuerda a los Pokemon, pero en vez de hacerte con todos solo puedes escoger uno. Hay algunos combates bastante interesantes, y la elección de este “familiar” puede dar mucha información sobre la personalidad de cada humano, pero me hubiera gustado que se hubieran respetado algo más las propias reglas que el autor nos va contando al principio del libro, más que nada por consistencia con la historia.

He de reconocer que los personajes están bien trazados y la mayoría son capaces de desperta nuestra empatía, aún perteneciendo a facciones adversarias. Sin embargo, el desarrollo de algunas de las relaciones de los protagonistas resulta chocante y esta sensación de extrañeza es uno de los problemas del libro. Que sí, que queremos que todo el mundo acabe feliz y emparejado, pero retorcer tanto la narrativa no me convence.

No obstante, el mayor problema del libro es su longitud, porque la historia no aguanta semejante cantidad de páginas. Si se hubiera contenido en su extensión, Krueger nos hubiera ofrecido una novela de fantasía atractiva y agradable y con la ventaja de ser autoconclusiva pero en este producto final se notan demasiado las costuras.

The Two of Swords Vol. 2

Sigo con el PP (Proyecto Parker) y he de decir que he devorado en muy poco tiempo The Two of Swords volumen 2, con un autor desbocado y con una trama que va complicándose poco a poco para llegar (espero) a un gran final.

La estructura del libro es la misma que la primera entrega, ya que esta publicación recopila una serie de novelas cortas que se van entrelazando unas con otras. Los cambios de punto de vista y de personajes son más acusados en este caso, con algunas gloriosas incorporaciones y la presencia de personajes que habían caído en el olvido desde las primeras páginas del primer libro (y algún cambio de nombre que debería haberse corregido en esta edición). Como cada capítulo tiene un ritmo, un protagonista y un tono distinto, hay algunos que gustan más y otros que gustan menos. Las aventuras de Poverty para conseguir unas llaves pasando a través de las laberínticas estructuras que conforman el palacio de Blemya consigue ser a la vez claustrofóbico y divertido, algo que no creo que le hubiera resultado sencillo a ningún otro autor. Sin embargo, la narración de la enésima batalla a través de los ojos de un superviviente puede resultar pesada porque ya lo hemos visto más veces y no aporta mucho cambio.

La prosa raya en el nivel al que nos tiene acostumbrados Parker, sin caer en la economía de palabras pero tampoco con excesivas florituras que pudieran lastrar el ritmo del libro. De nuevo encontramos algunos aspectos técnicos explicados de una forma cercana y clarificadora, y algunas discusiones sobre moralidad que nos dan que pensar.

Aunque creo que la mejor manera para adentrarse en la obra de KJ Parker es sumergirse en su obra corta, es cierto que estos tres libros reúnen quizá algunas de sus mejores virtudes, ya que son narraciones cortas de por sí que se van uniendo para dar lugar a una historia más grande, quedándose con lo mejor de dos mundos. No creo que pase mucho tiempo hasta que acabae con la tercera entrega, ya que estoy francamente intrigada por ver qué nos van a deparar todos estos hilos que el escritor ha estado tejiendo a nuestro alrededor con la paciencia de un cazador.

The Rage of Dragons

Hay que dar oportunidades a nuevos autores y cuando vi que The Rage of Dragons estaba en oferta y leí la sinopsis, decidí que Evan Winter iba a pasar conmigo algunos días.

La novela es una fantasía épica con un mundo secundario muy llamativo de inspiración africana, aunque restringido geográficamente a una penísula no muy grande, por lo que no se trata de una novela de grandes viajes y espacios abiertos.

El reclamo principal, esos dragones de los que habla el propio título, tienen escasa importancia en el desarrollo de la historia, que resulta bastante típica. Una guerra que se perpetúa en el tiempo, una cultura volcada en la guerra que parece destinada a permanecer en un status quo permanente, un protagonista cuya única fijación es la venganza… todo muy trillado. En este sentido The Rage of Dragons no resulta para nada sorprendente.

Y es una pena porque tanto la mitología como las características de la magia son atractivas y podrían haber servido como escenario para una historia mucho más interesante. El autor tenía todos los elementos a su disposición para asombrarnos con un mundo distinto, pero el ámbito de la historia resulta ser tan restrigndio que a pesar del giro final para engrandecer la trama, no consigue compensar el resto del libro que se hace excesivamente largo.

Las escenas de formación en la academia llegan a resultar cargantes, de tanto repetir los entrenamientos y cómo la implicación constante y el entrenamiento puede llevarte a mejorar, cuando estamos hablando de un mundo mágico donde la sangre establece las diferencias entre clases. Cultura del esfuerzo, lo llaman. Aunque hay algo de crítica social contra el clasismo y a favor de la igualdad de oportunidades, las diferencias sociales son tan marcadas que resultan maniqueas en su concepción.

No puedo recomendar este libro, al que le he encontrado más fallos que virtudes.

A Veil of Spears

Sigo con mucho interés la carrera de Brad Beaulieu desde hace tiempo y creo que su obra de fantasía sobre Shattered Sands es tremendamente ambiciosa y atractiva, con un emplazamiento que aunque nos pueda sonar conocido, no es el manido mundo medieval clónico que aparece en muchas novelas de fantasía.

No obstante, la propia ambición de la saga juega en su contra en algunas ocasiones, concretamente en algunas de sus entregas que no consiguen deshacerse de la etiqueta de libros de transición. A Veil of Spears que es el tercer libro de los seis previstos en la saga, aunque tiene momentos muy tensos y revelaciones que son trascendentales, en ocasiones queda falto de ritmo porque el autor tampoco puede desvelar todas sus cartas en este momento de la historia y se alargan algunas escenas de manera innecesaria.

La complejidad de las tramas y los muchos personajes asociados en intrigas palaciegas hacen que sea algo difícil entrar en el libro, quizá por que hace bastante tiempo que leí la segunda entrega y no tenía frescos en la memoria todos los detalles que hace falta recordar para situarnos en el libro. El escritor hace un esfuerzo consciente para volver a presentarnos tanto a los personajes como sus relaciones, pero no lo consigue en todas las ocasiones.

La prosa trabajada y exquisita sigue presente en esta como en todas las obras del autor. Se agradece una historia de fantasía en la que podemos recrearnos con la descripción de un paisaje igual que podemos hacerlo con una cuidada escena de lucha. En este sentido Beaulieu es uno de los autores más cuidadosos con el lenguaje que he leído últimamente.

Lentamente, la omnipresencia de Çeda va cediendo protagonismo a los personajes secundarios que conforman el trasfondo de la historia, transformándose en una novela coral con párrafos y capítulos dedicados a añadir profundidad a una historia ya de por sí extensa.

Estamos hablando de un libro que puede ser cautivador, pero que también es muy exigente con el lector. No sé si una relectura de los episodios anteriores hubiera beneficiado a la propia lectura de este libro y entiendo que una novela, a pesar de ser parte de una historia más larga, debe sostenerse por sí misma. Beaulieu lo consigue con A Veil of Spears, pero rozando una fina línea que no sé si será capaz de esquivar en la siguiente entrega.

The Two of Swords Volumen 1

Tengo el firme propósito de conocer más a fondo la obra de KJ Parker, porque tanto su producción corta como las novelas que he leído me han gustado mucho. Sin embargo, es un autor con una carrera bastante considerable, por lo que es posible que tarde bastante en ponerme al día, si acaso lo consigo.

Para empezar, escogí la trilogía The Two of Swords por una razón simple pero efectiva: mi amigo @mertonio se la iba a leer y siempre disfruto mucho con nuestras lecturas conjuntas, así que la decisión fue fácil.

The Two of Swords es una obra que se publicó originalmente por entregas y eso se nota en la propia estructura de la novela, con capítulos que van cambiando de narrador y por lo tanto de punto de vista, pero que siguen un hilo espacio temporal que poco a poco nos va desvelando la historia que Parker desea contarnos. Quizá por esto los primeros compases del libro pueden resultar confusos, pero superado este pequeño bache inicial, la lectura fluye de una forma muy agradable. Todo parece girar alrededor de una especie de baraja de Tarot que tiene mucha influencia sobre las decisiones de los poderosos en el mundo de la novela.

Cabe también destacar que el mundo donde se sitúa el libro es el mismo que otros relatos del propio autor, ya que los primeros personajes a los que conoceremos, por ejemplo, son nativos de Merebarton.

Parker se puede definir como un escritor muy técnico, en dos aspectos diferenciados, tanto en las herramientas que utiliza para su narración, en este caso con cambios de protagonista pero interrelacionando a los personajes a través de los ojos de los otros como también se puede hablar sobre su parte técncia de una forma más prosaica, con sus descripciones de batallas, equipos de asedio y demás parafernalia militar que hará las delicias de muchos lectores como yo que gusten de estos detalles.

The Two of Swords abunda mucho en la inutilidad de la guerra en general, con un empate técnico casi infinito entre los dos hermanos que dirigen las fuerzas de los imperios que se oponen. A pesar del genio militar de ambos, no son capaces de llegar a sorprender a su familiar, de forma que todas las batallas acaban resultando en una ganancia o pérdida de territorio insignificante, alargando una guerra ya de por si costosa para las arcas de cada uno de los bandos enemigos.

También es importante destacar el humor que impregna las páginas de esta historia y de la obra de Parker en general. Es un humor sutil y que busca más el guiño y la sonrisa del lector que la carcajada estruendosa, pero aún así consigue que temas escabrosos como la mutilación o el secuestro tengan otro cariz.

A pesar de la longitud del libro, en realidad solo estamos empezando a atisbar cuál será el derrotero que seguirán las piezas que se van moviendo por el tablero de juego. Esas cartas que poseen características especiales, como una asombrosa capacidad para el tiro con arco o para el espionaje. Muchos de los detalles que se van sembrando en las primeras páginas sin duda cobrarán importancia en los capítulos posteriores que leeré con gran interés, porque si algo consigue este autor es mantenerme intrigada durante toda la trama.

Between Two Thorns

Aunque conocía la faceta de Emma Newman como escritora de ciencia ficción con su estupenda serie Planetfall, no es menos cierto que la mitad de su producción en novela pertenece a la saga Split Worlds y esa no la había ni empezado.

Between Two Thorns cumple casi religiosamente con los cánones de un libro relacionado con el mundo mágico de las hadas. Tiene sus intrigas cortesanas, sus amores imposibles, trampas y maldiciones de los que no se puede escapar con facilidad y ese ambiente victoriano que se suele asociar a las hadas. En ese sentido, el libro no se puede considerar muy original.

Pero es posible crear un libro con elementos muy conocidos y que aún así el resultado sea satisfactorio, aunque no sorprendente. Newman lo consigue con su elegante prosa y mezclando un misterio de fondo que consigue mantener nuestro interés entre los comentarios sarcásticos y las amenzas veladas de los bailes de la temporada. También me gusta la relación entre el mundo mágico y el “real”, y resulta especialmente llamativo la manera de describir la cruelad intrínseca de unos seres que tratan a los humanos como meros pasatiempos, como muñecas de trapo que en cuanto pierden su atractivo se desechan.

Mención especial merece un personaje que para el desarrollo de su labor ha sido despojado de toda emoción y cómo la autora consigue que esta falta de empatía y de humanidad sea patente en cada una de sus líneas de diálogo.

La novela es la primera entrega de los cinco libros que conforman la serie, así que aunque alcanza una conclusión más o menos satisfactoria, es cierto que quedan pendientes muchos hilos que nos harán continuar con los siguientes volúmenes (al menos yo tengo intención de hacerlo).