The Company of the Wolf

La primera entrega de Tales of the Plains, The Hunters me pareció entretenidísima, con un elenco de personajes variopinto y equilibrado. David Wragg decide, con buen criterio, mantener el esquema pero solo dos personajes de la primera novela. Podría parecer una decisión arriesgada, pero creo que coger a los personajes más carismáticos de la otra novela y colocarlos en otra situación totalmente distinta es una forma estupenda de continuar una serie que puede seguir teniendo más libros si mantiene este nivel.

Ree y Javani buscan una vida más tranquila pero sus pasos las llevan a una pequeña colonia bajo la extorsión de una compañía de mercenarios. Y aunque el consejo que dirige la colonia prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer, el status quo pronto estallará en pedazos, tanto por su llegada como por otros factores ajenos a su control.

Wragg tiene mucho humor en su prosa, sobre todo con la relación entre una madre y una hija pasando por su adolescencia, pero también con los otros personajes que se añaden a un grupo que da muchísimo juego, porque en este pueblo aparentemente pacífico todos tienen un pasado del que pretendieron renegar. Algunas disquisiciones sobre cómo se puede mantener la paz sin tener que recurrir a la violencia dan material para la reflexión y, aunque creo que los puntos fuertes del libro también están sustentados en las escenas de acción, lo que más me ha gustado son los diálogos entre los personajes, sean aliados o enemigos… o alguna situación intermedia difícil de explicar.

Me ha recordado un poquito a la situación de Kalyna the Soothsayer, ya que las sociedades idílicas que se pretenden alcanzar en ambos volúmenes están sustentadas en cimientos demasiado frágiles. Aunque las aproximaciones de Elija Kinch Spector y David Wragg difieran mucho, sí que parten de la misma base, lo cual no hace si no constatar la validez del género fantástico como herramienta de crítica social sin dejar de lado el divertimento.

Como el escenario en el que se desarrolla la historia es bastante más restringido, la tensión de la novela se tiene que centrar en los roces y en las pequeñas intrigas, más que en las grandes batallas épicas que aquí no tienen lugar, literal y figuradamente.

En definitiva, The Company of the Wolf es una novela muy recomendable y esperamos con ganas la siguiente entrega de la saga.

The Raven Scholar

No sé qué me hizo empezar The Raven Scholar, el nombre de Antonia Hodgson me era desconocido y aunque la sinopsis era atractiva, hace ya tiempo que aprendí a desconfiar del marketing encapsulado en cuatro frases. Pero tendré que darle las gracias a ese instinto, porque me he encontrado un libro que merece las cinco estrellas con las que lo he valorado.

The Raven Scholar mezcla la investigación de un asesinato con un mundo de fantasía apasionante, como The Tainted Cup de Robert Jackson Bennett. Y he de decir que esta mezcla de géneros, que no sé si hay un término que describa adecuadamente, al menos a mí me tiene encandilada. No es menos cierto que disfrutar de la lectura de un libro tan extenso gracias a la labor de narración Daphne Kouma lo convierte en una tarea exquisitamente agradable. Además, los valores de producción que incorpora el libro, con ecos y cambios en la grabación en determinados momentos clave de intervención de los personajes no hace si no añadirle valor a esta versión en audio.

La construcción de mundo sobre la que se sustenta The Raven Scholar es excelsa. Tanto el sistema de elección del emperador basado en pruebas que enfrentan a los mejores representantes de las ocho casas de saber, como el hecho de que los dioses sean más temidos que venerados le da muchísimo juego a Hodgson. El torneo que se desarrolla durante las 700 páginas del libro recuerda un poco al de los tres magos en Hogwarts pero vitaminado y supermineralizado. Y aún con todas las bondades que muestra, no tiene por qué ser lo más destacado del volumen, porque el elenco de personajes, su profundidad, su historia pasada y sus relaciones también son un pilar en el que basar el éxito del libro. No me extrañaría verlo enmarcado como dark academy, aunque creo que el volumen ofrece mucho más. También he visto que lo llamaban fantasía épica y tampoco es desacertado, pero sigo pensando que hace falta una definición distinta para algunos libros.

Hodgson también aprovecha para meter ciertas dosis de humor que alivian la tensión in crescendo a lo largo de la lectura. El humor en la fantasía es un tema delicado, no es fácil que salga fluido pero la británica sale bastante airosa de este envite, de mí al menos ha conseguido alguna carcajada y, por lo general, la lectura ha sido con una sonrisa en los labios. Es un recurso muy bueno para contrarrestar los momentos más duros del libro, que también los tiene. Y es que, como la vida misma, The Raven Scholar puede provocar sonrisas y lágrimas al más pintado. La trama es aparentemente enrevesada y algo exigente con el lector, en parte por la gran cantidad de personajes que tienen un papel más o menos relevante en la historia y sobre todo por los vericuetos que los conspiradores y los investigadores deberán recorrer para revelar la verdad, pero, sinceramente, creo que el esfuerzo merece la pena.

Lo más frustrante para mí es ver que se trata solo de la primera entrega de una trilogía y que queda mucho por descubrir, a pesar de la gran longitud de la obra. Pero no me cabe duda de que en cuanto que esté disponible la siguiente entrega me haré con ella, para seguir disfrutando de lo que escribe Antonia Hodgson.

Red Sonja: Consumed

No tengo recuerdo de haber leído ningún tebeo de Red Sonja, aunque me suena el personaje. Pensaba que era una versión femenina de Conan, pero hablando con gente que sí lo conoce me han sacado de mi error. Así que, cuando empecé a leer Red Sonja: Consumed esperaba leer un libro de espada y brujería, y aunque tiene algunos detalles que se suelen asociar con este subgénero, no es menos cierto que también se puede etiquetar como fantasía épica. Este libro no tiene el carácter episódico de la obras de Robert E. Howard, pero sí que se centra más en las pequeñas luchas que en el eterno combate entre el bien y el mal. También tiene pequeñas dosis de erotismo, monstruos que escapan a la comprensión del cerebro humano y combates muy bien narrados.

No me cabe duda de que Gail Simone es una guionista de cómic muy reconocida, sin embargo, el paso a escribir novelas sin tener el apoyo visual que tanta importancia tiene en el cómic podría ser arriesgado. La autora se desenvuelve sin ningún problema en este otro formato, por lo que Red Sonja: Consumed, a pesar de ser la primera entrega de una serie, se sostiene perfectamente por sí mismo.

La estructura que Simone ha escogido para la novela se adapta muy bien a lo que quiere contar, ya que con la información previa de cada capítulo va tejiendo una construcción de mundo que servirá a los novatos para situarse y sonará familiar a los lectores más versados en este universo. El equilibrio era difícil de conseguir, pero creo que en este aspecto la autora ha tenido éxito.

Hay algunos elementos que sí que chocan en la narración de la aventura de Sonja, principalmente la facilidad con la que cae presa de enemigos aparentemente inferiores, pero quizá lo que más me ha llamado la atención es que llamen Sonjita a una persona capaz de ir rebanando pescuezos antes de desayunar como el que se toma una pastilla reconstituyente. Por otra parte, me encanta la relación que tiene con su caballo, educado perfectamente para la batalla y fiel hasta la extenuación.

Red Sonja: Consumed es una novela de fantasía que da lo que promete, acción y una protagonista carismática y sensual. Una actualización al lector moderno de un personaje que merece seguir en el imaginario colectivo.

We Who Hunt Alexanders, la nueva novela de Jason Sanford

Apex ha anunciado la publicación de We Who Hunt Alexanders, la nueva novela corta de Jason Sanford que ya nos sorprendió con Plague Birds.

Esta es la sinopsis:

Amelia is a ripper, a monster who feeds on violent people who have so thoroughly forsaken love that they’ve burned away their souls. Unseen and unnoticed by most of society and living as both hunter and hunted, the only emotion rippers feel is anger. But Amelia is different from her fellow rippers and also feels happiness and sadness, fear and love. To her mother, Danjay, that makes Amelia the strangest of all monsters.

Driven from their home by religious zealots, Amelia and Danjay must learn to survive in the city of Medea, where violent men rule and kill anyone who opposes them. Worse, Amelia has never hunted on her own, and her mother is ill and growing weaker by the day. Only a chance encounter with a human who can see Amelia gives her any hope that she might be able to save her mother.

To succeed, Amelia must learn to hunt in an increasingly dangerous city brought to the brink of war by the corrupt, rich and powerful. Amelia will also have to discover if her differences from her fellow rippers make her weak, as her mother believes, or if she can instead be a new kind of monster that the world has never seen before.

Mi traducción:

Amelia es una destripadora, un monstruo que se alimenta de gente tan violenta que han abandonado el amor y han quemado sus almas. Invisible e imperceptible por la mayor parte de la sociedad y viviendo como cazador y presa, la única emoción que sienten las destripadoras es rabia. Pero Amelia es diferente a sus compañeras, ya que también siente alegría y tristeza, miedo y amor. Para su madre, Danjay, esto la convierte en la más extraña de los monstruos.

Desalojados de su hogar por exaltados religiosos, Amelia y Danjay deberán aprender a sobrevivir en la ciudad de Medea, donde los violentos mandan y matan a cualquiera que se les oponga. Aún peor, Amelia nunca ha cazado sola y su madre está enferma y más débil cada día. Solo un encuentro casual con un humano que puede verla le da algo de esperanza para poder salvar a su madre.

Para conseguirlo, Amelia deberá aprender a cazar en una ciudad cada vez más peligrosa al borde de la guerra por las acciones de los corruptos, los ricos y los poderosos. Amelia también deberá descubrir si sus diferencias con otras destripadoras la hacen débil, como cree su madre, o si puede ser un nuevo tipo de monstruo nunca antes visto.

Esta es la inquietante cubierta:

A Drop of Corruption

Uno de los mejores libros del año pasado fue The Tainted Cup, de Robert Jackson Bennett, así que tenía poquísimas dudas sobre si iba a leer la continuación. Lo único que no sabía era cuándo, pero la respuesta ha sido fácil: conforme ha caído en mis manos.

En esta ocasión su labor como investigadores del Imperio lleva a Ana Dolabra y Dinios Kol a Yarrowdale, una zona feudal que no pertenece al Imperio propiamente dicho, ya que el reino está pendiente de su incorporación tras la firma de unos tratados hace décadas. Allí ha tenido lugar un asesinato aparentemente irresoluble pero que todos sabemos que Dolabra diseccionará concienzudamente.

El libro sigue el esquema del anterior, con Kol destinado como avanzadilla para allanar el camino de Dolabra, realizando una valioso trabajo previo sobre el terreno. Pero, en esta ocasión, quizá por el hecho de conocer la dinámica o por que es más difícil sorprender con una segunda parte, he de reconocer que tanto la investigación como la resolución del misterio ha sido menos sorprendente y satisfactoria. Esperaba que la llegada del Moriarty de turno avivara la intriga y no negaré que la figura de los augures (humanos aumentados para prever el desarrollo de los acontecimientos con muy pocos datos de los que extrapolar la tendencia) resulta fascinante, pero creo que el autor en esta ocasión ha dejado demasiadas pistas para que el lector pueda dilucidar por dónde van a ir los tiros (o los flechazos).

No sé si lo que más me gusta es la construcción de mundo que ha llevado a cabo el escritor o el elenco de personajes que nos muestra, lo cual es una clarísima muestra de lo trabajada que está la novela. El sistema mágico-científico sobre el que se basa el relato es consistente y a la vez apela al sentido de maravilla que tanto gusta al lector de género. Todo el entramado gubernamental de apoyo a la investigación del enemigo a las puertas para aprovechar sus recursos mágicos resulta sencillamente fascinante. Pero este trabajo de zapa no sería igual de disfrutable si la historia y los personajes que lo utilizan no fueran igualmente arrebatadores, incluso los nuevos secundarios que Jackson Bennett presenta en esta entrega y que no cabe duda tendrán su importancia en un futuro. Un delicado equilibrio, una apuesta de la que el autor residente en Texas sale ganador.

No es menos cierto que A Drop of Corruption tiene una vena de crítica social contra las autocracias y los regímenes autoritarios que ya pudimos atisbar en otra obra del mismo autor, Vigilance, aunque un poquito más sutil. También resulta inquietante la dosis de body horror que nos cuela así como quien no quiere la cosa en el transcurso de la investigación.

No negaré que el epílogo aumenta las ya de por sí elevadas ganas que tenía de leer los siguientes episodios de la saga, que seguro que nos proporcionarán horas y horas de entretenimiento. Ojalá nos llegue esta saga en español en algún momento.

White Cat, Black Dog

Siempre he pensado que Kelly Link escribe muy bien, pero sus historias se van un poco demasiado al camino weird para que me acaben de convencer. White Cat, Black Dog está compuesto de siete relatos que reinventan cuentos clásicos, pero con ese toque de surrealismo que es una de sus características principales aunque estén situados en el mundo moderno. Están escritos de una manera exquisita y tanto si conoces como si no conoces los originales en los que están basados, creo que merece la pena leerlos. Además, cuenta con la ventaja de que la longitud de la obra completa no llega a las trescientas páginas y ya se sabe que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Recopila historias publicadas originalmente en otros lugares, lo que hace que no tengan un hilo conductor entre ellas, más allá del propio retelling.

Como en toda antología de relatos, los hay que gustarán más y menos al lector, pero creo que en esta ocasión la autora ha sabido mantener un nivel bastante alto en todos ellos. Se notan ciertas pautas en las adaptaciones, principalmente el uso de sustancias alucinógenas y en especial, ese aura de irrealidad que convierte lo mundano en extraordinario cuando se le da un toque fantástico. Los escenarios también están trabajados de una forma que atrapa al lector, como esa compañía ambulante en un mundo postapocalíptico que ejerce las funciones de correo a la vez que entretiene a los supervivientes o esa mansión alejada de todo y de todos que recibe extraños visitantes. Cada relato es una pequeña perla que se engarza en el imaginario del lector.

No voy a desgranar cada relato porque, sinceramente, creo que es mejor adentrarse en la lectura sin saber muy bien qué te vas a encontrar.

Bringer of Dust

Mira que la primera entrega de la trilogía The Talents ya me pareció oscura y macabra, pero creo que J.M. Miró se ha ido guardando escenas aún más terroríficas para Bringer of Dust, la lectura se ha convertido en todo un reto, por lo torturadas que están las almas de los protagonistas y sus adláteres.

El leit motiv la novela es el rescate de Marlowe de la situación en que quedó al final de la primera novela pero también se descubrirá un cadáver cubierto del polvo corrupto que tantas desgracias ha causado, pero cuyo poder todos ansían. El foco pasará del Reino Unido a París, Sicilia y algo de España, en una suerte de ampliación de escenario que creo que le viene muy bien a la trilogía.

Mención aparte merece la aparición de Mojácar en el libro, un municipio costero almeriense que la verdad era lo último que me esperaba encontrar en una novela de este tipo.

Con algunos personajes nuevos de pasado más que reprobable, el autor nos lanza sin contemplaciones a una novela coral y algo enrevesada, pero que sigue manteniendo el interés que ya despertó con la primera obra. Aunque la impresión que puede quedar es que deja abierta la puerta a la entrega final de una manera algo tramposa, lo cierto es que el interés por conocer el devenir de todos no deja de aumentar a lo largo de la lectura. Quizá porque Miró los hace más creíbles o porque después de dos novelas comenzamos a desarrollar cierta empatía por ellos, pero en Bringer of Dust parece que están mejor construidos, más “densos”. Esto, acompañado por una atmósfera agobiante y perfectamente conseguida, introduce al lector tanto en este simulacro de época victoriana que resulta difícil salir del libro indemne.

No es menos cierto que se trata de una obra bastante larga y algunos capítulos no llegan a ser de relleno, pero sí que despiertan menos interés. Es innegable el toque dickensiano, sobre todo en la aparición de los hermanos huérfanos cuya crueldad no conoce límites, como no tuvo límites la que sufrieron desde su más tierna infancia.

Mi impresión es que, si bien Ordinary Monsters ya tenía sus momentos de terror, en Bringer of Dust ya se desata totalmente. No digo que esté mal, solo que hay que estar preparado para lo que se va leer. Espero con interés la tercera parte de la trilogía.