The Rush’s Edge

La portada de The Rush’s Edge me llamó la atención desde un principio y la sinopsis disponible también me pareció atractiva, así que decidí darle una oportunidad a esta autora con su primera novela. Lo cierto es que esta publicación de Angry Robot no es muy novedosa en su planteamiento, pero está escrita con gracia y aunque camine por rutas ya transitadas, resulta agradable leerla.

En el universo que ha creado Ginger Smith, hay humanos de primera y de segunda categoría, porque algunos son creados ex profeso como carne de cañón, con una esperanza de vida bastante limitada y condicionamiento genético para la búsqueda de un chute de adrenalina. Si esto os trae a la cabeza la palabra “replicante” no iréis muy desencaminados.

Esta injusticia subyacente al modelo de vida humano es la fuerza motor que impulsa hacia delante toda la narración. Cuando estos soldados terminan su periodo obligatorio de servicio en la guerra, han de luchar contra sus propios instintos, en un tratamiento muy similar al que hemos visto en otras ocasiones con el estrés post traumático de los veteranos militares, pero corregido y aumentado por las necesidades inherentes a su morfología.

Lo que me convenció definitivamente con The Rush’s Edge fueron los personajes, ya que aún siendo un poco maniqueos exhalan empatía por los cuatro costados y resulta muy fácil encariñarse con ellos. Es que son buenas personas y esto no es tan fácil de encontrar en la ciencia ficción habitualmente. También es de agradecer el giro un tanto inesperado que provoca la aparición de un nuevo factor en la nave en la que transcurre la mayoría de la acción, para añadir algo de sabor a una novela correcta aunque un tanto plana.

Las escenas de acción están bastante bien narradas, tanto los enfrentamientos cuerpo a cuerpo como las escaramuzas espaciales. Y también es muy de agradecer que se trate de una obra auto conclusiva, aunque la autora ha dejado varias tramas que pueden ser continuadas si así se requiriera. Nos encontramos por tanto ante una novela que no cambiará la literatura, pero que tampoco lo pretendía.

Nueva publicación de Stark Holborn, Ten Low

El 1 de junio verá la luz de la mano de Titan Books, Ten Low, una nueva novela corta de Stark Holborn, una autora al que Borja Bilbao recomienda seguir la pista.

Esta es la sinopsis:

Ten Low is an ex-army medic, one of many convicts eking out a living at the universe’s edge. She’s desperate to escape her memories of the interstellar war, and the crimes she committed, but trouble seems to follow wherever she goes. One night, attempting to atone for her sins, she pulls a teenage girl – the sole survivor – from the wreck of a spaceship. But Gabriella Ortiz is no ordinary girl. The result of a military genetics programme, she is a decorated Army General, from the opposing side of the war to Ten. Worse, Ten realises the crash was an assassination attempt, and that someone wants the Ortiz dead… The pair bury their hatreds and strike an uneasy deal to smuggle the General off-world. Their road won’t be easy: they must cross the moon’s lawless wastes, facing military hit squads, bandits and the one-eyed leader of an all-female road gang, in a frantic race to get the General to safety. But something else waits in the darkness at the universe’s edge. Something that threatens to reveal Ten’s worst nightmare: the truth of who she really is and what she is running from.

Mi traducción:

Ten Low es una médica licenciada del ejército, unos de los muchos convictos que se buscan la vida en los confines del universo . Está desesperada por escapar de sus memorias de la guerra interestelar y de los crímenes que cometió, pero los problemas la siguen donde quiera que va. Una noche, intentando expiar sus pecados, rescata a una joven, la única superviviente de un nave espacial varada. Pero Gabriella Ortiz no es una chica normal. Es el resultado de un programa militar de modificación genética, es una general condecorada de sus enemigos en la guerra. Aún peor, Ten se da cuenta de que el accidente de la nave espacial fue provocad y que alguien quiere que Ortiz muera. La pareja entierra sus desavenencias y llegan a un acuerdo para sacar a la general del planeta. El camino no será fácil: deberán cruzar los desiertos sin ley de la luna, enfrentándose a bandas militares, bandidos y a la líder tuerta de una banda de forajidas, en una carrera frenética por llevar a la general a un lugar seguro. Pero algo más espera en la oscuridad en el confín del universo. Algo que amenaza con revelar la peor pesadilla de Ten: quién es y de qué huye.

Aquí os dejo la portada:

Down Among the Dead

Hay novelas que sufren un clarísimo síndrome de segundo libro, pero me temo que Down Among the Dead tiene algún problema añadido, además de este que estamos mencionando.

La historia continúa donde la dejó la autora con la anterior entrega, pero con la protagonista Hail Bristol en una posición muy complicada, sintiéndose culpable de la muerte de muchos de sus colaboradores más allegados y en manos de quiénes podrían ser culpables de esta masacre. Cierto es que la posición mental en la que se encuentra es muy delicada, pero K.B. Wagers insiste muy machaconamente en hacérnoslo saber sin rastro de duda. La aparición de fantasmas con los que charla amigablemente nos hace pensar que su equilibrio mental es un tanto inestable. El primer tercio del libro resulta especialmente pesado e incluso ofensivo, porque la preparación que recibe Hail consiste en morir en combate de forma persistente para ser resucitada en un círculo vicioso que aporta muy poco a la lectura, salvo hartazgo. Y además esta circunstancia se ve agravada por un síndrome de Estocolmo como una catedral de grande.

El libro remonta algo en la segunda parte, pero no sé si lo suficiente como para compensar el bagaje que llevaba de las páginas anteriores. Y eso que asistiremos a unos planes un poco alocados para que la guerra a la que hace referencia el título de la serie pueda detenerse de forma definitiva, pero las resoluciones son un poco más fruto del azar que de la propia planificación. Y también resulta muy chocante el culto a la persona de Hail en el planeta “materno” de los aliens, cuando ella supuestamente es una simple humana. ¡Es que hasta en las clases es obligatorio aprender su idioma por si se la encuentran!

Realmente, no me he quedado con muchas ganas de leer la última entrega, aunque reconozco que el último giro sí que resulta intrigante.

Anunciada la creación de los premios SFF Rosetta

Esta es una muy buena noticia, ya que la creación de unos premios dedicados a la ciencia ficción y fantasía traducida debería servir para dar a conocer nuevas obras que quizá no hubieran estado disponibles para el gran público de otra manera.

A lo largo de los primeros meses de 2021 se publicará una lista con los posibles candidatos para las categorías de los premios, que el jurado leerá para escoger quiénes serán los ganadores. Hay tres categorías:

  • Formato largo, más de 40000 palabras en inglés.
  • Formato corto, menos e 40000 palabras en inglés.
  • Premios especial, para un autor, editor, traductor, activista o editorial que realice una gran labor para promover la ciencia ficción traducida.

The Galaxy, and the Ground Within

Cuando tu estado de ánimo no está muy boyante a veces es necesario volver a los lugares que sabes que te harán sentir cómoda y contribuirán a tu bienestar. Uno de esos lugares para mí son los libros de Becky Chambers, son como tomar un chocolate caliente arrebujada en una mantita.

Con esta cuarta entrega de la saga Wayfarers, la autora vuelve a un escenario muy pequeño y restringido, como ya hizo en A Closed and Common Orbit. Toda la novela tratará de la interacción durante un corto espacio de tiempo de tan solo cinco personajes y de estos cinco solo habremos conocido a uno con anterioridad, aunque fuera fugazmente. La estructura de la historia es por tanto minimalista, pero aún así Chambers logra tratar temas bastante universales con ese toque tierno que caracteriza su prosa. Y tampoco descuida la parte biológica a la que nos tiene acostumbrados con las definiciones de la morfología de cada especie representada en la novela, y cómo sus peculiaridades físicas influyen en su comprensión del exterior y, por ende, del resto de especies. Aunque se trata también de un constructo sociológico para que la escritora pueda dar voz a sus inquietudes, representando en las especies alienígenas distintos puntos de vista sobre la sociedad, la familia, las relaciones, la crianza… toda una serie de temas muy importantes y tratados con mucho respeto y cariño, de una forma muy “humana”, aunque la presencia humana real en la novela es prácticamente testimonial.

Quizá sea importante destacar la presencia de un joven de una de estas especies alienígenas y el hecho de que se refieran a su persona con pronombres neutros, dando a indicar que cuando alcance la madurez será cuando pueda escoger libremente cuál será su sexo, sea macho, hembra o cualquier otra opción intermedia. Me gusta cómo está tratado este tema con total naturalidad, pero también con cierta intención didáctica cuando en el transcurso de una conversación se habla sobre algunos seres que tratan de influir sobre esta decisión y cómo esto puede resultar confuso para el afectado. Una forma maravillosa de promulgar la libertad de decisión ante las presiones del mundo exterior.

No he contado mucho de la trama porque la verdad, no hay mucha. Hay algunos puntos de inflexión pero realmente sirven para dar un nuevo giro de tuerca y dar a la autora más herramientas para seguir exponiendo las interacciones entre los personajes esta vez con un poco más de presión y urgencia, debido a las circunstancias. Y es que básicamente, los personajes de Chambers son buenas personas, aunque tengan puntos de fricción y por supuesto algún que otro encontronazo, aunque por lo general, todo es muy civilizado.

Aunque he leído por ahí que está era la última entrega de la serie, no descarto que Becky Chambers vuelva a explorar algún aspecto del universo Wayfarers, ya que le quedan cosas por contar.

Firewalkers

Es bastante complicado mantenerse al día de los lanzamientos de un escritor tan prolífico como Adrian Tchaikovsky, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo. En este caso la escasa longitud de Firewalkers facilitaba la tarea.

Se trata de una obra sobre el cambio climático y sus consecuencias, aunque quizá más sobre el hecho de que ya sea irreversible y cómo se podría vivir después de la catástrofe. Hablamos de una ciencia ficción de futuro cercano y he de decir que bastante pesimista, con una crítica nada velada a las desigualdades sociales donde las clases altas siguen viviendo rodeadas de privilegios a salvo de las inclemencias meteorológicas y la inmensa mayoría de la humanidad ni siquiera tiene segura su próxima comida.

En este contexto seguiremos la actuación de los firewalkers del título, jóvenes que se arriesgan a enfrentarse al desierto y sus peligros para recuperar el funcionamiento de las instalaciones fotovoltaicas que todavía alimentan los resorts de los ricos. La ironía es sublime.

El problema que le encuentro a esta historia en particular es que está bastante deslavazada, con una sucesión de anécdotas que no parecen tener conexión entre sí. Aunque en los momentos finales si que vuelve a recuperar la tensión, la verdad es que la historia y los personajes no acaban de cohesionar en un todo atractivo. Me gusta el tono reivindicativo, pero realmente las soluciones que se dan son un tanto rocambolescas, movidas quizá más por una búsqueda de un final feliz que de una consecución lógica de acontecimientos. En la primera parte de la narración el autor también cae en una serie de repeticiones que entiendo son innecesarias y lastran el ritmo de la historia, que como ya he dicho es bastante corta y quizá por eso no se note en demasía esta reiteración.

Considero que hay libros del mismo autor bastante más recomendables que este Firewalkers, que a mí no me ha convencido.

Skyward Inn

Sabía cuando empecé a leer Skyward Inn de Aliya Whiteley que me adentraba en un tipo distinto de ciencia ficción del que estaba leyendo últimamente, más intimista y pausado. Creía que era lo que necesitaba en ese momento para cambiar de tercio y dejar un poco de lado las novelas repletas de acción que pocas veces invitan a la reflexión.

Es cierto que Skyward Inn está escrito de una forma bella y tranquila y que expone temas muy importantes como la necesidad de pertenencia a una comunidad y la identidad propia, pero lo hace mediante una metáfora un tanto forzada para mi gusto, con una aproximación poco sutil e incluso algo basta en el aspecto físico.

El libro está narrado en primera persona a través de los ojos de Jem, una humana que tras alistarse en el ejército y cumplir su servicio en las estrellas, vuelve a su lugar de nacimiento en Devon, en un protectorado que intenta reproducir una idílica vida pretecnológica, sin implantes y basada en el trueque. El elemento disruptivo con el que vuelve es Isley, uno de los aliens a los que se iba a enfrentar la Tierra, con el que mantiene una relación amorosa platónica por estricta petición del propio Isley. Una vez de vuelta en la Tierra, inaugura una taberna donde se sirve un tipo especial de bebida fermentada por Isley, que parece tener capacidades alucinatorias en los humanos.

Mediante flashbacks provocados por la ingesta de esta bebida y diálogos interiores vamos conociendo la historia de Jem y de la comunidad en la que se ha aposentado, así como la de Fosse, su hijo al que dejó atrás al cuidado de su hermano. Esta parte de la historia transcurre de una forma demasiado lenta, aunque permite anticiparnos en cierta medida a lo que está por venir.

La autora utiliza la figura alienígena para hacernos reflexionar sobre el miedo, justificado o no, a lo extraño. Y mediante las relaciones interpersonales nos hace comprender el delicado equilibrio que existe entre la necesidad de pertenencia al grupo y la individualidad, tanto en el aspecto de relaciones amorosas como en otro tipo de relaciones. Pero hacia el final de libro, las tornas van cambiando y lo que antes se dejaba vislumbrar de una forma más sutil y delicada ahora se muestra en todo su esplendor y casi casi horror. Me temo que no he llegado a terminar de conectar con la obra y estoy segura de que a otro tipo de lector podrá llegar a encantarle la novela, pero en esta ocasión la ciencia ficción más social no era para mí.

Anyone

Charles Soule vuelve a utilizar elementos de ciencia ficción para escribir unas novelas especulativas sobre la sociología y cómo cambiarían las relaciones interpersonales y la sociedad en general si cambiaran las reglas. Mientras que en The Oracle Year la premisa era el conocimiento de ciertos sucesos que iban a suceder en el futuro, en Anyone es la tecnología para cambiar mentes entre cuerpos la que dará lugar a toda la trama. Esta premisa, bastante utilizada en la ciencia ficción como en Carbono Alterado sin irnos muy lejos, viene aquí constreñida por ciertas limitaciones que Soule se impone para explorar las consecuencias de la aplicación de una tecnología desconocida hasta ahora.

La narración está dividida en dos momentos temporales, el momento en el futuro muy cercano cuando tiene lugar el descubrimiento casual de la tecnología y el otro unos 20 años después con una sociedad totalmente transformada por los cambios.

Anyone tiene muchos elementos de thriller, pero me interesa más el aspecto especulativo que deriva de la tecnología. La capacidad de cambiar de cuerpos podría acabar con el racismo y el sexismo, ya que nunca se sabría cómo es en realidad la persona con la que se está hablando. Se hace referencia de pasada al ahorro energético que supondría la posibilidad de evitar los viajes “en persona” a otros lugares del mundo cuando se podría hacer ocupando el cuerpo de otro ser. Pero al final, se queda un poco corto en este sentido y no se mete en la profundidad que a mí me hubiera gustado en este aspecto.

Afortunadamente, ambas tramas están bastante equilibradas y el autor mantiene cierto nivel de intriga sobre quién es quién en cada momento utilizando perfectamente el propio recurso que es el eje central de la novela, el intercambio de mentes. Aunque a partir de cierto momento la personalidad de la protagonista de la segunda parte de la trama resulta bastante obvia, el autor todavía se reserva un as en la manga para dar ese último giro, es vuelta de tuerca que acaba por cerrar la novela de un modo más que correcto.

Anunciada la publicación de Alias Space and Other Stories de Kelly Robson

Subterranean Press publicará en marzo Alias Space and Other Stories, una recopilación de los mejores relatos de Kelly Robson. Estas son las historias incluidas:

Two-Year Man
A Study in Oils
Intervention
La Vitesse
So You Want to be a Honeypot
Two Watersheds
The Desperate Flesh
Alias Space
Skin City
Waters of Versailles
What Gentle Women Dare
The Three Resurrections of Jessica Churchill
We Who Live in The Heart
A Human Stain

Esta será la portada:

Demon in White

Creo sinceramente que la saga Sun Eater, de la que este Demon in White es la última entrega por el momento, está pasando injustamente desapercibida entre los amantes de la space opera y la fantasía épica y no sé la razón. Entiendo que son unos libros de un volumen realmente considerable, pero si estás muy entretenido mientras los lees, ¿qué más da?

En esta tercera entrega, Christopher Ruocchio es capaz de establecer cuatro partes bastante bien diferencias en el libro de las que seguramente otro autor habría sacado otras tantas novelas, pero él las condensa en una sola. Y aún así, es capaz también de llevar a cabo una de las elipsis más traicioneras que recuerdo haber leído, robándonos una operación de infiltración increíblemente arriesgada y atractiva con un comentario tipo: “Si todo ha salido bien, ¿para qué quieres que te cuente cómo lo he hecho?” Si lo hubiera tenido a mano en ese momento, no puedo asegurar que hubiera salido bien librado.

Hadrian Marlowe, el protagonista supremo de toda la saga y narrador de sus hazañas, sigue acrecentando su leyenda venciendo en una batalla tras otra a los Cielcin (también nos las escamotea Ruocchio, pero esto se lo perdono porque en este libro hay batallas y enfrentamientos para dar y repartir). Se va creando a su alrededor un culto casi mesiánico, algo que se veía venir desde el principio, pero que puede suponer una amenaza contra el Emperador de la Humanidad. Aplicando la máxima de tener a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca, Hadrian es llamado a la corte, donde tendrá que navegar entre un mar de intrigas y adulaciones que puede poner en peligro su verdadera misión, su búsqueda de los secretos de los Quiet.

No es fácil comentar el libro sin hacer ninguna revelación sobre su contenido y tampoco sobre las dos anteriores entregas, pero sí que puedo decir que una buena parte de la novela transcurre en unos archivos, en un biblioteca tan magna que guarda secretos en sí misma y que habrá revelaciones que nos harán dudar de lo que sabíamos hasta el momento. Me gusta mucho como el autor enhebra referencias a la cultura “antigua” de la humanidad con la situación en la que se encuentra Hadrian, como una historia continuada.

En esta ocasión también tiene gran importancia el aspecto de ciencia ficción más especulativa con la relación con otras razas alienígenas y la comprensión de que el tiempo no transcurre de igual forma para todos. Esta parte resulta especialmente atractiva enlazándola con uno de los momentos cumbre de la segunda novela, explicando de forma muy reveladora el cambio al que se vio sometido su cuerpo a manos de la avanzadísima tecnología extraterrestre.

He comentado anteriormente que las batallas y los enfrentamientos también tienen una gran relevancia en esta tercera entrega, ya que podemos disfrutar de batallas espaciales, de luchas muy desiguales contra enemigos gargantuescos y tecnologías prohibidas. Estas escenas son muy atractivas e incluso cinematográficas, pero siguen siendo mis preferidas las revelaciones sobre la historia que se desconocía hasta ahora, la rebelión de las máquinas y su influencia en el devenir del Imperio. Todas estas referencias puede que os suenen a Dune ya que realmente no se puede negar que la influencia de esta obra se pude percibir en muchos de los pasajes del libro.

Si con estas alabanzas no os he convencido, ya no se me ocurre qué más hacer para que le deis una oportunidad a esta saga. Supongo que ayudaría que alguna editorial española se interesara por la obra, así que lo mismo hay que empezar una campaña de marketing…