The Philosopher’s War

La primera entrega de esta serie me sorprendió muy gratamente así que estaba bastante claro que no pasaría mucho tiempo hasta que me pusiera a leer este The Philosopher’s War de Tom Miller.

En esta novela el autor cambia totalmente de registro. Lo que nos ofrece son los diarios de guerra del joven Robert Weeks, alistado como Robert Canderelli en el cuerpo de Rescate y Evacuación, el único que deja actuar a los filósofos tras una convención humanitaria que los retiró de la guerra. En este sentido, el libro tiene poco que ver con el anterior, y en ocasiones llega a resultar un poco cansino, con la repetición de misiones y esa representación realista del tiempo de guerra, con largas jornadas de aburrimiento seguidas de intensos momentos de peligro y acción.

Miller también pierde la baza de worldbuilding, porque ya conocemos las premisas básicas del “mundo filosófico” y The Philosopher’s War parece más una obra de transición que un libro que se valga por sí mismo. No digo que no sea completo y lo cierto es que una vez que comienza la trama de conspiración dentro del cuerpo de Rescate y Evacuación para evitar catástrofes la trama gana interés, llegando a un cuarto final del libro realmente trepidante, pero quizá le hubiera faltado algo más de este ritmo al inicio.

Me gusta mucho que el escenario elegido para esta novela bélica sea la primera guerra mundial y no la segunda, ya que es un posicionamiento menos conocido y que se adapta perfectamente a las ideas que el autor aplica a la guerra. En aquel conflicto en el mundo real hubo muchas novedades que cambiaron el curso de los enfrentamientos bélicos desde entonces y Miller utiliza también sus “novedades filosóficas” para conseguir un final de la guerra mucho menos violento que el que hubiera tenido lugar por los métodos “tradicionales”.

También es interesante la forma de representar la hermandad que se crea entre los compañeros de armas. Y en este caso, como la inmensa mayoría de los miembros del grupo son mujeres, es un perfecto ejemplo de sororidad. Gran parte de los problemas que afronta el cuerpo es por esa “necesidad imperiosa” militar masculina de dominar todos los aspectos de la guerra, incluso aquellos para los que no tienen preparación alguna.

Que cada capítulo comience con un pequeño extracto de libros publicados con posterioridad a los hechos relatados nos sirve como un no muy velado adelanto de lo que va a suceder en próximas entregas de la serie. Recordemos que Robert solo tiene 19 años, así que aún le queda cuerda para rato. Yo al menos seguiré con interés sus aventuras, aunque espero que las siguientes entregas se centren un poco más en el desarrollo del mundo y las nuevas aplicaciones de la filosofía natural, algo que parece un campo sembrado para contar grandes historias.

The Book of Dragons

Tenía mucho interés en esta antología, como en casi todo lo que selecciona Jonathan Strahan. La verdad, lo que no me esperaba es la parte de poesía, que no sé si estoy preparada para juzgar ya que es algo que no acostumbro a leer, mucho menos en inglés y ya en audiolibro ni os cuento. También es cierto que al haber escuchado el audiolibro, me he perdido las ilustraciones interiores que creo que merecen la pena.

What Heroism Tells Us de Jane Yolen

No sabía que esta recopilación iba a contener poesía así que, como se suele decir, la primera en la frente. Las dos contribuciones de Jane Yolen son tan cortas como enigmáticas.

Matriculation de Elle Katharine White

Aunque tiene un final un tanto abrupto, me ha gustado mucho el desarrollo de la historia que pide a gritos algo más de longitud para seguir conociendo este mundo mágico donde los vampiros tienen tiendas de empeño en las que cobran en mililitros de sangre.

Hikayat Sri Bujang, or, The Tale of the Naga Sage de Zen Cho

Desde nuestro punto de vista occidental no estamos muy acostumbrados a los dragones de otro tipo que existen en otras culturas, como la asiática. Mi primer encuentro con los naga creo que fue en las novelas cortas de JY Yang y esta siguiente aproximación de Zen Cho me ha entretenido mucho también, tocando temas como la dedicación a la mejoría personal en contraposición con los deberes tradicionales de la familia. Es una historia modernizada y atractiva.

Yuli de Daniel Abraham

Me temo que en este caso, el tema de los dragones está un poco forzado en una de las dos líneas de narración que sigue el cuento, sin llegar a convencerme ninguna.

A Whisper of Blue de Ken Liu

Ken Liu vuelve a sorprendernos con otro relato maravilloso, aunque quizá ya deberíamos estar acostumbrados. Un mundo alternativo en el que los medios de producción están alimentados por dragones que cambian de localización y por lo tanto llevan la abundancia a donde anidan. El giro final es sorprendente y un magnífico colofón a un cuento muy original.

Nidhog de Jo Walton

Este es uno de los poemas que no soy capaz de juzgar debido a mi escaso conocimiento.

Where the River turns to Concrete de Brooke Bolander

Muy curioso este relato de un amnésico que entra al servicio de un mafioso pero a la vez empieza una relación con la madre de un niño al que salva la vida. Me gusta la doble línea temporal en la que relata la historia y creo que el final da para una continuación.

Habitat de K. J. Parker

Después de dedicarle un especial al autor, está claro que me gusta cómo escribe. En esta ocasión el relato es sobre un encargo de capturar vivo a un dragón. El “agraciado” con esta misión utilizará todo su ingenio y su conocimiento para poder llevarlo a cabo, pero resulta más atractiva la intrahistoria y sus contactos que el desarrollo. Y el final es puro K.J. Parker.

Pox de Ellen Klages

Resulta casi más interesante el carnaval culinario al que asistimos en estas páginas que la historia en sí, que es bastante convencional.

The Nine Curves River de R. F. Kuang

No es fácil escribir un relato en segunda persona del singular y tampoco relatar las rivalidades entre hermanas, pero Kuang lo consigue de una forma intensa.

Lucky’s Dragon de Kelly Barnhill

Un curioso relato que mezcla investigadores alienígenas con experimentos realizados con humanos. Promete más de lo que da.

I Make Myself a Dragon de Beth Cato

Otro poema más comprensible sobre la transformación de una persona para ayudar a los demás.

The Exile de JY Neon Yang

Un relato sobre el colonialismo humano de otros lugares sin que nos importen los habitantes previos. Bastante melancólico.

Except on Saturdays de Peter S. Beagle

Una historia de ¿amor? con la última representante de los dragones en Canadá, que no deja poso.

La Vitesse de Kelly Robson

La versión en autobús de Pesadilla a 20000 pies con persecución draconiana.

A Final Knight to her Love and Foe de Amal El-Mohtar

Quizá por recordarme un poco a Rachel Swirsky y su “If you were a dinosaur, my love” este poema de Amal El-Mohtar me ha llenado más que los anteriores.

The Long Walk de Kate Elliott

Me ha encantado este cuento sobre las viudas de la sociedad, que al morir sus maridos deben emprender una larga marcha hacia el olvido ya que no tienen valor para la sociedad, a menos que sus familiares paguen una desorbitada cuota a los monjes. Tras una vida supeditada a los caprichos y veleidades de sus parejas, no hay esperanza para quienes se encuentran en esta situación. ¿O tal vez sí?

Cut Me Another Quill, Mister Fitz de Garth Nix

Con un tono divertido y desenfadado, este relato de corte más tradicional que las mayoría de los reunidos en esta antología habla sobre los planes para conseguir atrapar a un dragón y hacerse con su tesoro. Que uno de los principales protagonistas sea una marioneta encantada le añade el punto justo de picardía.

Hoard de Seanan McGuire

Maravilloso el relato de McGuire, apostando por una de las características más conocidas de los dragones occidentales pero dándole un toque de modernidad con crítica sobre el sistema de casas de acogida. Estupendo.

The Wyrm of Lirr de C. S. E. Cooney

Otro poema para pedir la libertad de los dragones que no estoy segura de haber comprendido totalmente.

The Last Hunt de Aliette de Bodard

En esta precuela de In the Vanisher’s Palace, de Bodard aprovecha para abordar el pasado de uno de los protagonistas de la novela corta. Me gusta la idea de que la experimentación “eleve” a las criaturas implicadas, pero entiendo que el relato se disfrutará más conociendo la historia posterior.

We Continue de Ann Leckie y Rachel Swirsky

La idea de la renovación de un nido de dragones que funciona de una forma similar a un enjambre sirve a las autoras para hacer un paralelismo con la necesidad de cambio en las vidas. La intervención humana sirve como comparación pero tampoco es fundamental.

Small Bird’s Plea de Todd McCaffrey

Es uno de los cuentos más alocados de la recopilación, con humanos supervivientes en zonas nucleares y avatares de astronautas tornados en animales. Demasiado inconexa para mi gusto.

The Dragons de Theodora Goss

Precioso relato sobre acoger con cariño a pequeños perdidos y ajustar tu vida a sus necesidades, no a las tuyas.

Dragon Slayer de Michael Swanwick

Aunque en un principio parecía que se trataba de una historia fantástica de corte clásico, la aparición de viajes en el tiempo hace que se transforme en algo muy divertido y ocurrente.

Camouflage de Patricia A. McKillip

No me convence este relato de una examen final en la escuela de magia con viajes en el tiempo de por medio.

We Don’t Talk About the Dragon de Sarah Gailey

Gailey utiliza la metáfora del dragón en el granero para contar una durísima historia de maltrato infantil, como método de denuncia y superación.

Maybe Just Go Up There and Talk to It de Scott Lynch

Crítica muy ácida sobre la situación política de los Estados Unidos y su abandono de las pequeñas poblaciones a favor de las grandes. Scott Lynch da todo un repaso a la cultura de la violencia y el enfrentamiento, aunque en esta ocasión los enemigos sean dragones.

A Nice Cuppa de Jane Yolen

Un corto final para una antología que he de decir me ha sorprendido.

Como me pasa con casi todas las antologías hay relatos que me han gustado más y relatos que menos, la calidad en general es buena, pero he de admitir que los poemas se me han atragantado un poco.

The Unspoken Name

Soy capaz de perdonarle bastantes cosas a un libro si las compensa con otras, pero me costará mucho aburrirme con otro libro tanto como me ha aburrido The Unspoken Name.

El ritmo de la novela empieza bastante parsimonioso y lento, lo que yo pensaba que podía ser una introducción cautelosa en exceso resultó ser el tono de toda la narración. Vemos como Csorwe es la elegida para un sacrificio ritual al Unspoken One y lleva una tranquila vida novicia hasta que llegue su hora. Es algo tan aceptado que no le supone ningún problema, es su destino manifiesto. Sin embargo, cuando un poderoso mago llega la monasterio y la “rescata” de la muerte, tampoco es que abrace la vida con la que se ha encontrado con fruición, se dedica a ser la chica de los recados del mago.

Hete aquí que el mago, llamado Belthandros Sethennai, lleva buscando un objeto mágico durante mucho tiempo. Y Csorwe es la encargada de ir por distintos mundos en busca del relicario, porque claro, ¿para qué se va a entretener el mago súperpoderoso en buscar un instrumento de increíble antigüedad pudiendo mandar a una adolescente a la que has acogido? ¿Y si le ponemos como compañero a otro adoptado al que desprecia? Un plan sin fisuras.

A todo esto, no sé si os he dicho que Csorwe es una orca. Porque tampoco es que la autora haya hecho mucho hincapié en eso, es algo que he deducido por que la protagonista tiene colmillos inferiores que le sobresalen de la boca, pero aparte de eso, es irrelevante. A otros reseñadores les ha pasado que se han enterado “después” de leer el libro, así que imaginad lo importante que puede resultar para la trama.

No podía faltar la presencia de otra maga poderosa con otro destino manifiesto bastante chungo a la que Csorwe acaba rescatando, completando el circulo de salvada a salvadora. La presencia de algunos muertos vivientes que se enfrentan a ellas para darle “vidilla” al libro no deja de ser anecdótica y bastante rocambolesca.

Podría haber habido alguna reflexión sobre la posibilidad de huir del destino al que nos vemos abocados por las presiones familiares, por la tradición o simplemente por estar ahí en el momento adecuado, pero no es el caso, la autora pasa un poco de puntillas por este tema y decide centrarse más en una trama amorosa que se ve venir desde Sebastopol, aunque ninguna de las afectadas es capaz de percatarse hasta que el tema les da directamente en la frente. Esto puede tener algo de excusa por la inexperiencia de las involucradas, pero tampoco es que Larkwood lo maneje con demasiada soltura.

En definitiva, un libro con el que os recomiendo que mantengáis la distancia de seguridad, sobre todo si le tenéis aprecio a vuestro tiempo y vuestras neuronas.

Mongrels

Hace tiempo que mi amigo Elías Combarro me había recomendado Mongrels de Stephen Graham Jones pero mi reticencia habitual hacia la lectura de terror en general me hacía tener reservas. Lo cierto es que nos encontramos ante una novela de hombres lobo a la que no le falta su toque de truculencia y sangre, pero ese no es el objetivo de la historia.

El autor narra la historia de un muchacho en el borde de la adolescencia con una vida difícil, ya que es un huérfano cuidado por sus tíos y su abuelo. Su principal obsesión es saber si va a ser capaz de “cambiar”, ya que su familia son hombres lobo pero él aún no ha manifestado esa capacidad. Sin embargo, como bien señala Elías, el libro es una metáfora de la marginalidad y de cómo crecer en un ambiente de estas características condiciona la vida futura. Resulta muy interesante ver cómo las distintas personas que ejercen influencia en su vida, pertenezcan o no a su familia, anteponen las cualidades que se asocian a los hombre lobos a otras que podrían darle más estabilidad. Los constantes cambios de domicilio, los robos y la caza furtiva, son elementos que modificarán profundamente su personalidad y la cambiarán hasta la persona en la que se acaba convirtiendo.

El libro alterna capítulos en primera persona y en tercera persona, pero siempre tomando como referencia las vivencias del protagonista. Que el conocimiento se transmita a base de historias y relatos es algo común en una vida nómada como la que se ve obligada a llevar la familia, pero hacia el final del libro vemos que de esta forma hay muchas partes que se van perdiendo, creando lagunas de conocimiento que en ocasiones podrían significar la diferencia entre la vida y la muerte. Es una road movie supeditadaa los estados del sur de Estados Unidos.

Al principio del libro cobra mucha importancia la figura del abuelo de la familia, que es el patriarca y quien rige los destinos de los demás miembros del clan. No obstante, cuando esta mano férrea pierde su poder, vemos como las interconexiones familiares también se van diluyendo, en parte por la pérdida de la referencia y en parte por la propia dinámica de esas relaciones interpersonales. Esta desintegración está muy bien descrita por el autor en algunos de los capítulos en los que algunos de los miembros desaparece temporalmente.

Se trata de un libro duro, pero que nos da pie para reflexionar a través de la dualidad monstruo-hombre.

Mongrels está publicada en español como Mestizos con traducción de Manuel de los Reyes.

Godblind

De nuevo tenemos la suerte de contar con @mertonio en la lectura conjunta de Godblind y, por ende, en esta reseña. Esperamos que os guste.

Godblind es el debut de Anna Stephens y, a la vez, la primera entrega de una nueva trilogía de fantasía grimdark. En la novela, los antiguos y exiliados dioses de la sangre tratan de volver al mundo mientras los diferentes personajes facilitan o impiden este regreso.
Es un perfecto ejemplo de lo que se suele entender como grimdark, porque no escatima ni crudeza ni oscuridad, en esta ocasión tanto por parte de los protagonistas como los secundarios.


La novela hace gala un par de escenas bastante explícitas aunque el desarrollo general no es particularmente truculento en ese sentido. Los diversos puntos de vista de personajes pertenecientes al bando “Dioses de sangre SÍ” dotan de esa oscuridad antes mentada.


La historia no es excesivamente original, ya que hay conspiraciones para hacerse con el poder, invasiones y espionaje, el día a día de cualquier reino de fantasía fronterizo. Sin embargo la idea central del retorno de los dioses tiene más enjundia de la que podría imaginarse en un principio. Los dioses no son entidades sin forma ni figuras de la entelequia si no que tienen una presencia real y sus propias ambiciones e intenciones.
Alejándose un poco de esta manera de la fantasía con un panteón alejado e inalcanzable. Aquí los dioses manipulan a los humanos y se entrometen en sus asuntos. En especial en una de las figuras más destacadas de la narración, el calestar.

Esto se contrapone a la fantasía de los ochenta y noventa, donde las deidades no suelen intervenir directamente en los asuntos de los mortales ni están definidos usando rasgos humanos (codicia, amor, etc). Recordando lecturas recientes, en Fate of the Fallen ocurre algo parecido.


Una de las características más destacables de Godblind son los capítulos cortos, cortísimos, teniendo una o dos páginas de longitud. Esto, unido a la gran cantidad de puntos de vista crean una narración como un tapiz, donde los eventos son contados desde múltiples ángulos. Se crea así un ritmo trepidante de capítulos y cambios que hace que el lector en ningún momento se amodorre, ya que siempre están pasando cosas.


Un punto más flojo en Godblind sería la ambientación, que resulta ser bastante genérica de tipo medieval sin demasiado detalle ni esfuerzo por parte de la autora en crear características únicas o definitorias. Es posible que cambie en el futuro, ya que la acción del libro se concentra en un único país, pero como entran en liza varias identidades nacionales distintas estos añadidos hubieran dotado a la novela de un punto de color y distinción del que carece.

Como contraste, sorprende el exquisito cuidado con el que trata el consentimiento en las relaciones sexuales, una rara avis en la fantasía (solo recuerdo otro ejemplo así en Magic for Liars). Por desgracia, también recurre a la violacion como recurso narrativo, una “solución” demasiado fácil.

A pesar de algunos fallos es quizá una de las mejores lecturas dentro de las primeras novelas de las damas del grimdark (os dejamos como ejercicio para subir nota en los comentarios decir quiénes son las otras escritoras más conocidas del momento). Es bastante probable que sigamos leyendo la historia con el resto de la trilogía.

The Pursuit of William Abbey

Una de las mayores alegrías lectoras que me he llevado este año es ver que Claire North vuelve a las andadas, ya que tras la decepcionante The End of the Day y 84K (que reconozco no haber leído por las críticas recibidas) la autora se marca una novela con toques de terror que consigue atraer al lector desde el primer momento.

No se puede negar que The Pursuit of William Abbey sigue punto por punto las características habituales de la obra de North, como los constantes viajes por el mundo o las repeticiones y listas que usan los personajes. En este caso llama especialmente la atención cómo usa una maldición que al principio consideraremos única pero que luego evolucionará para hacer una crítica demoledora del imperialismo británico, en auge en el tiempo en que está situado el libro, finales del siglo XIX y principios del XX.

¿Es una novela de terror? Sin ser ninguna experta en la materia, diría que sí, que los elementos presentes en la maldición Abbey y el tratamiento de la “persecución” de la que es víctima así como ciertos episodios bastante truculentos de experimentación encajan perfectamente en el género. Pero mi bagaje como lectora en este sentido es demasiado pobre como para hacer una afirmación categórica.

También sería importante resaltar la labor de documentación que sin duda ha llevado a cabo la escritora, ya que refleja muchos lugares del mundo de forma bastante acertada. Me encanta también como mezcla “el Gran Juego”, el espionaje entre grandes potencias, con otros elementos de lucha de clases. Este elemento me resulta especialmente atractivo, ya que sin alcanzar los niveles de Declara, es cierto que le viene como anillo al dedo a la historia para proveer a Abbey de los medios que necesita en su infinita huida hacia delante. Pero también será víctima de este juego cuando se disputen sus servicios, no siempre ofertados de manera voluntaria.

Algunos puntos negativos de la novela son la falta de empatía que despierta el protagonista y, sobre todo, un final bastante precipitado que no me acaba de convencer.

También es delicioso el párrafo en que se dedica a desgranar uno por uno los elementos diferenciadores de cada una de sus novelas anteriores (gente que no es capaz de que la recuerden, gente que vuelve a vivir su vida una y otra vez…) en un juego metaliterario para fans, siempre intentando dar una explicación científica para hechos aparentemente irresolubles.

Podemos afirmar sin temor a dudas que con The Pursuit of William Abbey Claire North vuelve a altas cotas. A ver con qué nos sorprende la próxima vez.

Roses and Rot

Roses and Rot es un título que en su momento pasó bastante desapercibido, pero del que en alguna ocasión había hablado con mi amigo Elías, que me animó a leerlo. Se trata de una historia ambientada en la actualidad, pero que mezcla el mundo real con el mundo mágico de las hadas, entendidas como esos seres que poseen glamour y que pueden conceder deseos a quienes consideren sus elegidos.

Lo que llama especialmente la atención en esta novela no es esta aparición de las hadas y del acuerdo que tienen con los humanos becados en una famosa escuela de arte, si no cómo la autora utiliza este entorno para hablarnos de una relación entre hermanas que trasciende el arte. Las constantes injerencias de su madre, que actúa de una forma tan malvada y torticera que consigue separar a ambas durante años, están estupendamente reflejadas por la autora, sobre todo utilizando un medio poco habitual. Como la protagonista es escritora y su proyecto en la escuela de arte trata sobre los cuentos de hadas, va introduciendo pequeños relatos del estilo donde se van desgranando estos episodios vitales. Como si se tratara de una muñeca rusa, se van descubriendo nuevas y nuevas capas en estos relatos imaginarios pero referentes a la realidad.

Roses and Rot es también una estupenda muestra sobre la relación entre los artistas y sus musas o su inspiración. Lo hace con todo tipo de disciplinas artísticas, desde la poesía a la danza, pasando por la escultura o la música. El objetivo último de la escuela de arte es conseguir que las obras de los allí formados transciendan el tiempo, que sean recordadas para la posteridad. El precio a pagar ya lo descubriréis si leéis la novela, pero se da por descontado que cualquier artista que se precie está dispuesto a pagarlo. No sé si es por pura vanidad o por la necesidad inherente de sentirse valorado por sus creaciones, pero pocos de los personajes que aparecen en la novela son capaces de evitar este influjo.

La prosa de Kat Howard se adapta de una manera precisa y elocuente a un relato con influencia mágica, tanto a la hora de describir la relación con las hadas como en los momentos más “mundanos” de la narración, aunque en algún momento puede llegar a resultar excesivamente metaliteraria. Las relaciones interpersonales, tanto las de las dos hermanas como las del resto del personajes que aparecen en la novela son tratadas con mucho respeto y cariño, incluso cuando los actos que se llevan a cabo parecen ser causados por un egoísmo y una falta de humanidad que se podrían achacar a las hadas, pero que son llevados a cabo por personas. Si te gusta el mundo de las hadas y la relación de los humanos con ellas, este libro no se te puede escapar.

Of Dragons, Feasts and Murders

Que Aliette de Bodard es una escritora muy admirada en este blog creo que no sorprenderá a nadie, así que tampoco os sorprenderá saber que me leí Of Dragons, Feasts and Murders prácticamente en un solo día.

La obra es una relato concentrado con todo lo bueno de la saga Dominion of the Fallen envolviendo un misterioso asesinato que habrá que investigar para ayudar a la estabilidad del reino dragón bajo el Sena. Con esta apuesta, la autora vuelve en cierto modo a sus inicios con Servant of the Underworld y demás instancias de la saga Obsidian and Blood.

La autora quería que la obra se sostuviera por sí misma de forma individual, sin necesidad de haber leído las novelas anteriores. Al comienzo de la lectura presenta a los personajes y sus relaciones de una manera tan resumida como brillante, algo que permite poder disfrutar de la lectura sin todo el conocimiento de lo anterior. No obstante, no se hace lo mismo con el mundo o al menos no consigue condensar todas las explicaciones sobre la magia de los ángeles caídos, el París devastado… en estas pocas páginas. Creo que hay otras obras que servirían mejor al propósito de iniciarnos en la saga, así que aunque la lectura de Of Dragons, Feasts and Murders no requiere las obras anteriores, sí que la agradece.

Una parte muy importante de la narración son las intrigas políticas, algo a lo que Aliette ya nos tiene acostumbrados en casi todas sus publicaciones, desde el ciclo de Xuya a la anteriormente mencionada Obsidian and Blood.

Me ha gustado especialmente la resolución “científica” del misterio, aunando de una forma muy atractiva las tradiciones con la modernidad. Pero sin duda lo más llamativo es la relación entre Asmodeus y Thuan, un matrimonio bien avenido a pesar de las muchas diferencias entre ellos. Y es que a la autora se le nota el cariño especial que siente por Asmodeus, a pesar de la complejidad del personaje consigue enfocarlo con una visión positiva.

No sé a qué esperáis para leer Of Dragons, Feasts and Murders y en general, todo lo que escribe Aliette de Bodard.

The Angel of the Crows

En su momento leí The Goblin Emperor y me pareció una fantasía muy sólida y disfrutable, así que cuando vi que Katherine Addison iba a sacar un nuevo libro y que encima era una reinterpretación de Sherlock Holmes, me faltó tiempo para ponerme a leerlo.

Lo de reinterpretación es una forma de definir lo que ha hecho la autora que no me acaba de convencer. Cuando la propia Katherine lo describe como un wingfic (un fanfic donde alguno de los personajes tiene alas), ¿quiénes somos nosotros para intentar llamarlo de otra manera?

Addison cambia los nombres de Watson y de Holmes y transforma al famoso detective consultor en un ángel de la ciudad de Londres, mientras que las heridas de guerra de Afganistán del trasunto de Watson (llamado Doyle) tendrán más consecuencias de las esperadas. La ciudad donde transcurren las aventuras de ambos es un Londres mucho más oscuro que el que conocemos, poblado de criaturas mágicas, con vampiros, licántropos, ángeles… Es una ambientación tremendamente inmersiva, ya que no sabes lo que te puedes encontrar a la vuelta de la esquina y aún así, coherente en sus reglas internas.

El problema que surge desde el principio de la lectura es que la autora ha seguido demasiado fielmente las historias de Arthur Conan Doyle y no debe haber mucha gente que no sepa el final de Estudio en escarlata o El signo de los cuatro. En esta narración por supuesto hay cambios, sobre todo cuando se va alcanzando el final del libro cuando la historia diverge definitivamente de lo que conocemos, pero quizá este cambio llega demasiado tarde. Me resulta difícil entender por qué la escritora ha decidido ser tan extremadamente fiel al canon en unas cosas y tan original en otras, dando lugar a un mezcla heterogénea que no acaba de funcionar. La inclusión de los asesinatos de Jack el Destripador como hilo conductor de las desventuras de los dos residentes de Baker Street 221b tampoco resulta tan atractivo como podría parecer en un principio, pues es algo que ya se ha hecho en multitud de medios, escritos y audiovisuales, y no es que aporte demasiado al libro.

Me gustaría también comentar que la identidad de género también está presente en la novela, con algunas revelaciones inesperadas que reconozco me sorprendieron en su momento.

The Angel of the Crows resulta más interesante por el mundo que ha desarrollado la autora para arropar la historia que por la propia historia en sí, por lo que ha acabado por resultar un poco decepcionante.

Sharps

Es todo un placer tener de nuevo por estos lares a Antonio Díaz, que como experto conocedor de la obra de Parker no podía faltar en esta semana dedicada al autor. En esta ocasión reseña una obra menos conocida de Parker, pero no por ello menos interesante.

K. J. Parker nos presenta una novela de fantasía autoconclusiva en Sharps, en la que dos naciones que han firmado una endeble tregua después de años de guerra se encuentran de nuevo al borde del enfretamiento. Un esfuerzo diplomático se materializa tomando como punto clave el pasatiempo común de ambos países: la esgrima.

Desde uno de los países se recluta a un equipo “olímpico” de esgrimistas para hacer un tour por el país vecino, enfrentándose en una especie de campeonato amistoso en un intento de rebajar tensiones y aunar ambos pueblos.

Uno no puede leer Sharps sin sentir que toda la novela hay una comparación entre la esgrima y el fútbol en nuestro mundo. La pasión con la que hablan los personajes que pueblan sus páginas es real. Parker hace gala de un conocimiento enciclopédico entre los diferentes estilos de lucha, tipos de espadas, ataques, fintas, etc. Se repiten discusiones sobre grandes combates del pasado, se trata a los espadachines como auténticas estrellas de rock (o jugadores de fútbol), hay coleccionistas que gastan fortunas en merchandising y los aficionados no dudan en agolparse para ver un buen combate y, si no están satisfechos, organizar una revuelta si es necesario.

La novela se desarrolla intercalando los puntos de vista de los miembros del equipo de espadachines visitante. Es una aproximación interesante que destaca las diferentes motivaciones que les han llevado a unirse al equipo y permite narrar los combates desde diversas perspectivas. Llama la atención que Parker no escriba en ningún momento desde un punto de vista de la nación visitada, entiendo que obra así para sorprender por las diferencias culturales de la nación.

El ritmo de Sharps es dinámico por el tema que trata y el ágil cambio de punto de vista. Esto unido a que no es una novela excesivamente larga (449 páginas en la edición de bolsillo de Orbit que yo tengo) hace que se lea con rapidez.

Está la novela ambientada en Parkerland, como la mayoría de sus obras, esa suerte de alternativa histórica y difusa que le permite citar pintores, religiones, filósofos, naciones vecinas e imperios del pasado todos ficticios. Ya en la primera página tenemos una mención a Saloninus, un filósofo y un truhán y uno de sus personajes más divertidos.

Sharps es una gran muestra de la capacidad de Parker de moverse en el formato largo, desarrollar ideas más complejas y profundizar en sus personajes a la vez que realiza comparaciones entre la novela y el mundo real (no sólo la evidente crítica a los deportes mayoritarios) si no también un alegato contra la guerra y un suspiro resignado ante la naturaleza humana (y su tendencia a la belicosidad).

Mañana daremos por finalizado esta serie de artículos dedicados al autor K. J. Parker con una sorpresa que solo reconocerán los lectores de Supersonic. Ahí lo dejo para que penséis un poco.