Anunciados los nominados a los premios Sidewise

Ya conocemos los nominados a los premios Sidewise de historia alternativa. Son los siguientes:

Formato corto

Formato largo

  • 1920: America’s Great War de Robert Conroy
  • The Secret of Abdu el Yezdi de Mark Hodder
  • The Windsor Faction  de D. J. Taylor
  • Surrounded by Enemies : What If Kennedy Survived Dallas? de Bryce Zabel

Los ganadores se darán a conocer en la Loncon este verano.

Contenidos de Reach for Infinity

ReachForInfinity-195x300Jonathan Strahan ha hecho pública la tabla de contenidos de su nueva recopilacion “Reach for infinity”. Si habéis leído los interesantísimos post de Sense of Wonder sobre autores de relatos, parece que Strahan y Odo tienen un gusto similar, lo que es marchamo de calidad.

Aquí os pongo los relatos y los autores:

  • “Report Concerning The Presence of Seahorses On Mars”, Pat Cadigan
  • “The Dust Queen”, Aliette de Bodard
  • “Break My Fall”, Greg Egan
  • “Wilder Still, the Stars”, Kathleen Ann Goonan
  • “Amicae Aeternum”, Ellen Klages
  • “Hiraeth: a tragedy in four acts”, Karen Lord
  • “The Entire Immense Superstructure’: An Installation”, Ken Macleod
  • “The Fifth Dragon”, Ian McDonald
  • “Attitude”, Linda Nagata
  • “Invisible Planets”, Hannu Rajaniemi
  • “In Babelsberg”, Alastair Reynolds
  • “Trademark Bugs: A Legal History”, Adam Roberts
  • “Kheldyu”, Karl Schroeder
  • “Hotshot”, Peter Watts

La verdad, tiene una pinta estupenda. ¿Cuánto falta para junio?

Knocking on Hugo’s door

Una de las cosas interesantes que nos deja la ceremonia de los Hugo y que quizá pasan desapercibidas para el gran público son las estadísticas del premio. En concreto me llaman mucho la atención los textos que se quedaron a las puertas de ser finalistas en los Hugo y que, por muy pocos votos a veces, no son seleccionados.

En la categoría de novela, por ejemplo, por 17 votos se quedó fuera “Monster Hunter Legion” desconocida para mí, pero que parece tener toda una legión de seguidores. Más atrás quedaron “Existence”, “The hydrogen sonata”… obras que al menos a mí me llaman más la atención que las que finalmente lo consiguieron. Me parece una sonada ausencia “Jack Glass” ganadora del BSFA este año y que no aparece ni entre las 15 primeras.

En novella, “On a red station, drifting” consiguió entrar por 7 votos de diferencia con la siguiente y el premio final lo ha conseguido Brandon Sanderson con su “The emperor’s soul” de forma muy reñida con Mira Grant. Atrás quedaron “The boolean gate”, “Legion” (desestimada por el propio autor) y “All the flavors” de Ken Liu, todas recomendables aunque este año la categoría de novella ha estado muy bien representada.

En novelette es curioso como por un solo voto entró “Rat-Catcher” mientras que “The waves” de Liu quedó fuera. Ken ha estado se ha quedado a punto de entrar en muchas categorías, pero la que más suya se puede considerar, el relato corto, no se le escapa. Me hubiera gustado que hubiera entrado “Astrophilia” a solo dos votos del último puesto.

En short story al final nos quedamos solo con tres representantes debido a la extraordinaria dispersión del voto, algo que quizá debería tenerse en cuenta para futuras ediciones, pues no parece muy justo que por 4 votos entre una obra y otra se desestime.

Por último, me gustaría comentar un hecho curioso. El sistema de votación de los Hugo hace que aunque una persona u obra sea muy nominada no significa que luego sea muy votada. Por ejemplo, “Fade to white” de Valente fue la más nominada en su categoría pero luego quedó tercera.

¿Alguna otra curiosidad que veais en las estadísticas?

Un menú espacial

comida espacialEste post de Aliette de Bodard me ha hecho pensar en las distintas formas de resolver las necesidades alimenticias que se han dado en la ciencia ficción. Según las teorías malthusianas, hace ya tiempo que deberíamos haber acabado con los recursos y sin embargo aquí estamos todavía. Extrapolando esta tendencia al futuro, en algún momento se deberían gastar los recursos de los que nos alimentamos y los autores de ciencia ficción se han puesto manos a la obra para ofrecer ideas al respecto.

Quizá la más famosa sea “Hagan sitio, hagan sitio”, de Harry Harrison, más por su adaptación cinematográfica Soylent Green que por el propio libro.

En “Mercaderes del espacio”, de Frederik Phol y C.M. Kornbluth crían las llamadas “Gallinas”, gigantescos tumores de pollo que crecen sin control y que hay que cortar con herramientas para obtener carne. Aún así, la falta de proteínas en la Tierra es preocupante.

En el comienzo de “El día de los trífidos” se intenta rentabilizar el cultivo de unas extrañas plantas (los propios trífidos) cuyo origen es desconocido. Una forma de no tener que depender de estas plantas sería que los humanos fueran capaces de hacer la fotosíntesis, como ocurre en “By light alone” de Adam Roberts y “The green leopard plague” de Walter Jon Williams.

En un tono casi casi apocalíptico, tenemos dos claros ejemplos de manipulación genética de las semillas para producir alimentos mejorados, pero si esto se va de las manos nos podemos encontrar con “La chica mecánica” de Paolo Bacigalupi o “Seed” de Rob Ziegler.

Una obra menor de sir Arthur C. Clarke que sin embargo establece las bases para un mayor aprovechamiento de los océanos es “En las profundidades”, en la que el autor inglés vuelca su pasión por el submarinismo. De otro Gran Maestro de la Ciencia Ficción como Isaac Asimov surge la idea de Marte como granero para alimentar a la Tierra en el primer libro de Lucky Starr, aunque hay que tener en cuenta que esta historia era hija de su tiempo y no tendría sentido ahora.

En “Los viajes de Tuf” de George R.R. Martin, el protagonista se convierte en un ingeniero ecológico que con su nave viaja a través del espacio solucionando las controversias que los humanos hemos ido creando. Algunas veces los conflictos están relacionados con la superpoblación y el hambre que esta conlleva, y Tuf, él mismo vegetariano, plantea soluciones aportando nuevas especies vegetales con alto contenido calórico. Pero esto es solo un parche para el problema de fondo.

Los cultivos hidropónicos son muy socorridos en las estaciones espaciales y en generalen cualquier asentamiento humano en gravedad cero. Aparecieron por primera vez en el espacio exterior en la novela de John Brunner “El rebaño ciego”.

La propia Aliette escribe muchas veces en torno a la alimentación en el espacio como se ve por ejemplo en su estupenda On a red station, drifting, donde la principal fuente de ingresos de la estación espacial es su exportación de salsa de pescado o en Immersion, donde la historia transcurre en un restaurante y que según palabras de la propia autora:

the dish of lemongrass chicken symbolises the culture one of the characters has tried to cut herself off from; and ultimately the impossibility of ever surrendering her childhood memories

¿Se os ocurren más historias de ciencia ficción donde la comida tenga un papel relevante o haya alguna forma ingeniosa de combatir la hambruna? Si no, siempre nos podremos ver en El restaurante del fin del mundo.

Ganadores anunciados en la Conferencia Campbell

En la Conferencia Campbell, que ha tenido lugar el pasado fin de semana se han anunciado los ganadores de los siguientes premios:

Theodore Sturgeon Memorial Award para Molly Gloss por su historia corta “The Grinnell Method”

John W. Campbell Memorial Award para Adam Roberts por “Jack Glass”, que ya reseñé aquí.

Lifeboat to the Stars Award para Kevin J. Anderson y Steven Savile por su novella “Tau Ceti”. Cabe reseñar que Domingo Santos estaba nominado a este premio.

Enhorabuena a los ganadores.

Jack Glass

jackglassEs una pena que ya haya acabado el plazo de nominaciones para los premios Hugo, porque creo que esta novela de Adam Roberts se hubiera merecido entrar entre mis elegidos.

El autor plantea el libro como tres homenajes a la Edad de oro de las novelas de misterio y de ciencia ficción. De este modo, cada una de las tres partes que constituyen el libro se desarrollan como un caso típico de los libros de detectives: el asesinato en un habitación cerrada, el crimen que nadie pudo cometer en la casa de campo y el asesinato con un arma inexistente.

En todos los casos sabemos, o creemos saber quién es el asesino, el famoso Jack Glass, buscado en todo el sistema solar por sus crímenes contra la familia gobernante, los Ulanova.

El contexto en el que se desarrolla el libro es importante, la humanidad se ha expandido por el sistema solar, utilizando burbujas que sostienen la vida (recuerdan a La saga de las Burbujas de Vinge). Las diferencias sociales son extremas, entre la casta superior, liderada por la familia Ulanova y sus cinco familias auxiliares y los pobres que proliferan en las burbujas de más baja calidad, expuestos a la radiación y a todos los peligros de la vida en el espacio.

En la primera parte del libro, adecuadamente llamada In the box, siete convictos son encerrados en un asteroide con los dispositivos mínimos para sobrevivir a su condena de 11 años, el procedimiento estándar. Su tarea consiste en convertir en habitable el trozo de roca en el que están atrapados, encontrando hielo para beber y transformar en aire. De esta forma los comerciantes que los han llevado así consiguen beneficios de los trabajos forzados de los presos, si es que sobreviven. La convivencia es extremadamente dura y Roberts no se corta ni un pelo en explicar todos los pormenores de las relaciones que se desarrollan en el vacío.

Un preso que se hace llamar Jac ha sido atrapado en esta cárcel por error, pero sabe que cuando las autoridades se den cuenta de quién es volverán a por él, así que debe escapar de una prisión de la que es imposible huir.

Esta primera parte de la lectura me costó mucho trabajo, no porque no fuera interesante, si no por el nivel de crudeza y casquería que exhibe el autor. Demasiado para mi estómago. Aún así, seguí leyendo fascinada por el desarrollo de la historia.

La segunda historia, titulada The FTL Murders, se desarrolla en la Tierra. Las dos herederas (Eva y Diana) de una poderosa familia solo un escalón por debajo de los Ulanov pasan una temporada en la Tierra, adaptándose al pozo gravitacional que convierte todo movimiento en una tortura para alguien acostumbrado a la ingravidez. Las dos son extremadamente inteligentes, de hecho fueron creadas para orientarse a la resolución de problemas. Mientras Eva está realizando su séptima tesis doctoral sobre el fenómeno conocido como Champagne Supernova, Diana disfruta resolviendo los misteriosos asesinatos de un mundo virtual.

En los primeros días de adaptación, se comete un homicidio en la residencia de las hermanas. Uno de los sirvientes aparece muerto con el cráneo resquebrajado, y el arma del crimen es un pesado martillo que ninguno de los sirvientes (los únicos sospechosos, porque nadie más ha entrado o salido de la finca) podría manejar en esta gravedad. Diana se encarga de investigar lo sucedido, que por alguna extraña razón parece estar relacionado con la investigación de su hermana.

El desarrollo de esta segunda parte es todavía más interesante que la anterior, ya que aunque a priori puede parecer poco importante sienta las bases para el desarrollo de todo el libro.

La tercera historia, The impossible gun, se desarrolla en el espacio. Y no se puede contar mucho porque destriparía el fina del relato anterior, pero se puede decir que se narra una huida y hay una muerte provocada por un arma que no puede existir. Y también me gustaría mencionar que tiene un capítulo con un gran título-homenaje: “The murder of Roger RACdroid”.

La tercera parte, aunque también muy bien escrita y de una lectura difícil de dejar de lado es la que menos me ha gustado, porque me parece que tiene un final tramposo y que deja hilos sueltos que no sabemos si se finalizarán algún día. Este es el único impedimento que hace que no piense en el libro como excelente si no como muy bueno.

Como colofón, se incluyen dos historias adicionales en el mismo escenarios, escritas en verso por Roberts. Merecen mucho la pena y creo que voy a buscar algún libro más de él.