Along the Saltwise Sea

Continúan las aventuras de Avery y Zib, que tendrán lugar esta vez en un barco pirata pero como en Over the Woodward Wall lo importante no es solo el escenario, si no la capacidad de maravillarnos de Seanan McGuire con su imaginación desbordada.

De nuevo nos encontramos ante un obra más infantil, con claras referencias a los cuentos clásicos como los zapatos de hierro, pero en un formato bastante corto y asequible, de forma que se puede leer y disfrutar en un pispás.

Aunque la idea de ambos protagonistas es volver a casa, su ruta por la carretera improbable cada vez les lleva por derroteros nuevos que no parecen acercarles a su objetivo. McGuire es una maestra en esto de estirar las tramas y parece que la serie The Up-and-Under va a seguir los mismos pasos que otras de la autora. Es de agradecer que al principio de la obra se haga un pequeño resumen dentro de la propia trama del libro para volver a colocarnos en situación.

Por avatares de la vida, los personajes se ven obligados a trabajar durante una semana en el barco pirata en pago de una deuda que no sabían que estaban contrayendo. Los trabajos parecen ser bastante livianos, pero algunos chocan frontalmente con la propia naturaleza de los niños, así que les resultará extremadamente difícil llevarlos a cabo. Se pueden extraer ciertas lecciones de las vicisitudes de los niños que parecen ser el objetivo último de la narración, pero está bien mezclado con la propia aventura, de forma que no parece un discurso prefabricado.

Seguiremos conociendo la pobladísima fauna y flora de este mundo fantástico y además la autora está preparando un encuentro que puede decidir el futuro de Avery y Zib, pero nos queda la duda de si los niños están preparados para esto. Se les ve madurar conforme pasan las páginas y también cómo se va consolidando su amistad, pero es innegable que todavía les falta muchísima información para tomar decisiones en las que está en juego su propia vida.

La nueva entrega de esta serie estará disponible a finales de año, así que pienso seguir disfrutando de las andanzas de estos pequeños.

Paladin’s Strength

Desde aquí hago un llamamiento público para la publicación de T. Kingfisher en España. El universo en el que tienen lugar tanto las series Clocktaur War y The Saint of Steel, así como las novelas autoconclusivas Swordheart o A Wizard’s Guide to Defensive Baking, es uno de los más atractivos e interesantes de la fantasía actual, con especial hincapié en el humor pero sin dejar de lado la crítica social y colocando en muchas ocasiones en el centro de la acción a personajes femeninos maduros que parece que no tienen lugar en un mundo fantástico, cuando en realidad pueden tener una posición preponderante.

Paladin’s Strength es la segunda entrega de la saga The Saint of Steel, en la que conoceremos las andanzas de Istvhan, uno de los paladines supervivientes a la muerte de su Dios al que conocimos brevemente en Paladin’s Grace. En el transcurso de una misión conocerá a Clara, una madura novicia de la orden de Santa Úrsula con la que compartirá una serie de aventuras y desventuras que prefiero dejar que descubráis vosotros mismos.

Es posible que se critique la fórmula que se utiliza en esta novela porque es similar a la anterior en el sentido de que vemos cómo se desarrolla el romance entre dos protagonistas maduros con mucha vida a sus espaldas, con la típica serie de malentendidos y ofuscaciones que forman la base de muchas comedias románticas, pero es que la fórmula FUNCIONA. Y si funciona, no lo toques.

Me encanta el carisma de ambos protagonistas, la repetición de frases que hacen que sueltes carcajadas cada vez que aparecen (Traducción libre por mi parte:”¡que no soy monja, que soy novicia!”, “tengo que hacer penitencia, penitencia de rodillas”), las referencias sexuales no tan veladas… es que el audiolibro dura casi 16 horas y prácticamente no te das cuenta de que ha pasado el tiempo. Por supuesto la interpretación de Joel Richards influye muchísimo en la valoración del libro, consiguiendo darle el punto justo de seriedad y retranca que le viene como anillo al dedo a la prosa de Kingfisher.

También los personajes secundarios, especialmente Doc Manson (por favor, que salga en las siguientes entregas), están delineados con trazo firme y contribuyen a la historia. Paladin’s Strength es un ejercicio de escritura y lectura maravilloso, una novela que te levanta el ánimo y te hace afrontar el día a día con mayor optimismo. No porque sea débil o sensiblera, también tiene su parte de maldad y sufrimiento, si no porque los personajes consiguen seguir adelante gracias su complicidad, a su apoyo mutuo, incluso a la sororidad de otros secundarios que representan su papel en la obra. Es una obra optimista, divertida, maravillosa… me faltan epítetos para describirla.

Portada de Into the Windwracked Wilds

Es muy curioso ver el ejercicio de creación de universo que está realizando la prolífica Seanan McGuire, con su serie Wayward Children que a su vez se relaciona con Middlegame que dio lugar como spin-off a los libros de A. Deborah Baker. Hoy sabemos cuál será la portada de la tercera entrega de esta serie, titulada Into the Windwracked Wilds. Tor.com la publicará el 25 de octubre.

Esta es la sinopsis:

Avery and Zib have somehow become friends, despite one being chalk and the other cheese (though in light of the miracles they have already seen, and those they are yet to experience, it is important to clarify that this is idiomatic).

An unfortunate encounter with the Page of Ceaseless Storms thrusts the duo, along with their friends Niamh and the Crow Girl, into the clutches of the Queen of Swords.

They’ll soon discover that an audience with royalty is never easily escaped…

Mi traducción:

Avery y Zib han acabado haciéndose amigos, a pesar de sus tremendas diferencias, uno de cal y otro de arena (aunque teniendo en cuenta los milagros que han visto y de los que serán testigos, sería importante dejar claro que esto es una frase hecha).

Un desafortunado encuentro con El Paje de las Incesantes Tormentas lanzará a la pareja, junto con sus amigas Niamh y la Chica Cuervo, a las garras de la Reina de Espadas.

Pronto descubrirán que no es fácil huir de una audiencia con la reina…

Esta es la portada de David Curtis:

Beyond the Hallowed Sky

Empecé la lectura de la nueva obra de Ken MacLeod con mucho interés, porque me apasiona la idea de recibir mensajes de tu yo futuro como base de una novela. Esto implica muchas cosas, como que el viaje en el tiempo sea posible y claro, mientras no hayas mandado esa información tienes la inmortalidad “asegurada” (ya sé que estas afirmaciones son totalmente discutibles, pero son una consecuencia “lógica” del escenario que plantea el autor). Uno de los personajes que conforman el nutrido elenco de Beyond the Hallowed Sky, recibe este mensaje con una demostración de que el viaje más rápido que la luz es posible, con todo lo que ello implica.

MacLeod no se conforma con este comienzo, si no que también nos plantea un futuro con tres grandes potencias que se reparten el poder en la Tierra, robots indistinguibles de los seres humanos (ni ellos mismos saben que lo son), inteligencias artificiales, aliens de tecnología indescifrable… Vamos, unas premisas de gran novela. Pero, por desgracia, el desarrollo de los acontecimientos y del libro en sí no alcanzan las expectativas que yo misma me había creado.

Las tres potencias de las que hablaba antes juegan en un tablero claramente desigual, ya que dos de ellas cuentan con una ventaja tan claramente desequilibrante que es casi una broma pensar que la otra pueda hacerles frente. Estamos más bien ante un teatrillo para que puedan seguir con su “agenda oculta”. La trama de espionaje es bastante floja o al menos así me lo parece, porque el principal operativo que realiza las misiones “secretas” es menos discreto que James Bond mezclado con la vieja del visillo, algo imperdonable.

Quizá es más interesante la trama de primer contacto, pero es precisamente la menos desarrollada de toda la novela, dejando mucho para la segunda entrega de la serie. El autor escocés prefiere presentar una inteligencia alienígena cognoscible, aunque tan eminentemente superior que la humanidad es menos amenazante que un bebé que alza sus manos hacia las estrellas.

Espero que el siguiente libro, con los personajes ya establecidos y el escenario ya presentado consiga atraparme un poco más, porque con esta primera entrega MacLeod no ha conseguido engancharme.

Portada de Some By Virtue Fall

Aquí os traigo la portada de Some By Virtue Fall, la nueva novela corta de Alexandra Rowland. Se trata del primer libro de su nueva saga The Seven Gods y se publicará el 25 de enero.

Esta es la sinopsis:

By the King’s Edict, men have been banned from performing on stage.

Everyone else is still out for blood.

Sabajan Hollant, director and co-founder of the celebrated Lord Chancellor’s Players, has one resolution: This time they’re going to do it right. If they want to keep their noble patron—hell, if they want to stay in the theater business at all—they’re going to have to keep their hands clean. No accidents, no rising to other troupes’ provocations and taunts, and certainly no more duelling in the streets.

But their arch-rivals have different plans, and soon enough, Saba and her troupe are caught up once again in an escalating drama of revenge, betrayal, and outright sabotage.

The men may have started this war. . . but Saba and her remaining players are going to end it.

Mi traducción:

Por el edicto del rey, ningún hombre puede actuar sobre los escenarios.

Todos los demás siguen buscando sangre.

Sabajan Hollant, directora y cofundadora de las famosas Actrices del Lord Canciller, tiene una idea fija: esta vez lo van a conseguir. Si quieren mantener a su mecenas noble, diablos, si quieren seguir en el negocio, tendrán que mantener sus manos limpias. Sin accidentes, sin respuesta a las provocaciones de otros grupos y sin más duelos en las calles.

Pero sus archirivales tienen otros planes, y pronto, Saba y sus compañeras se verán atrapadas en un drama de venganza, traición y puro sabotaje.

Los hombres comenzaron esta guerra, pero Saba y sus actrices tendrán que terminarla.

La portada es obra de Miles Äijälä:

La mala mujer

Tengo bastante claro que una de mis muchas lagunas en la literatura de género, quizá la mayor, es el terror. La verdad, me cuesta mucho trabajo leer estas cosas pero también es cierto que se está escribiendo mucho y bien en España, así que después de probar con Los ángeles me miran y salir “encantada” (es una forma de hablar) con la experiencia, he vuelto a darle una oportunidad a Marc Pastor y hay que reconocer que no decepciona.

Este libro también está situado en el Corvoverso, como todos los suyos, pero a principios del siglo XX, lo que le da la oportunidad al autor de tener un ambientación fabulosa, con los principios incipientes de la criminología, pero con las investigaciones policiales más científicas todavía en pañales. De hecho, gran parte de los avances de la investigación se acaban basando en casualidades, cosa que no es de extrañar porque al final los humanos somos propensos al fallo e incluso aquellos monstruos cotidianos también son capaces de cometer errores.

Aunque no es eso lo más destacable del libro, que a mi entender es ese personalísimo narrador omnisciente que nos acompaña por la ciudad de Barcelona, un microcosmos propio que Pastor retrata de manera magistral.

Lo he pasado fatal leyendo el libro, sobre todo porque trata de la depravación y la crueldad contra las víctimas más débiles, los niños. A veces tuve que dejar de lado sus páginas porque tanta maldad reconcentrada me hacía daño, sobre todo pensando que no es solo producto de la imaginación del escritor, si no reflejo fiel de algunas perversiones de las que es capaz la psique humana. Y pensar cómo se pueden permitir esas cosas porque al fin y al cabo desde el poder se cobijan entre ellos es simplemente repugnante.

Entiendo perfectamente el atractivo que la narrativa de terror es capaz de proyectar sobre los lectores, para obligarles a enfrentarse a sus miedos. Por mi parte, intentaré seguir entrando en esto pero en sesiones pequeñas y espaciadas, porque algunas historias me afectan profundamente.