Nina Allan. Spin (por Yolanda Espiñeira)

Aracne by Malcom Brown

El desembarco español de Nina Allan tuvo lugar –físicamente- en el Celsius 232 de 2013, donde tuvimos ocasión de conocerla, y desde entonces, se ha anunciado la traducción de dos de sus obras al español. Ésta de la que hablamos hoy, Spin, en la editorial Fata Libelli en octubre y The Silver Wind, conjunto de relatos relacionados entre sí ha salido a la venta este mes con el título de Máquinas del tiempo en Newsky Prospects. Aunque en España no era conocida, en Inglaterra había conseguido el el Aeon Award in 2007, con su relato “Angelus” y sus historias han sido nominadas para premios y recopiladas en los especiales de Ellen Datlow.


La obra de Nina Allan, además de Spin está compuesta por las recopilaciones de cuentos A Thread of Truth, MicrocosmosThe Silver Wind, y Stardust. Esta novella  dela que nos ocupamos hoy ha sido publicada en marzo de 2013 por TTA Press, -editora de Interzone y Black Static- y en abril de 2014 salió vencedora en la categoría de mejor ficción corta en los BSFA Awards.

Spin cuenta la historia de Layla, una joven que sale de su pueblo de origen, donde vivía con su padre, un rico comerciante de sedas para tapices, después de que su madre fuese ajusticiada y eliminada de la historia por predecir el futuro cuando nuestra protagonista era niña. Situada en una Grecia que mezcla el sabor mítico impregnado en el mismo paisaje con tecnologías actuales y futuras, la historia de Layla es lo que los angloparlantes llaman una coming of age story, en la que la protagonista tendrá que reafirmarse en su libertad y su arte.

El tema que trata Spin es la naturaleza del arte. Layla tendrá que decidir si acepta que su arte es una herencia de su madre, que poseía el don de predecir el futuro con sus poesías, o, simplemente una transmisión de emociones dominada por el artista. En sus propias palabras, Layla establece: “I’m not a savant, I’m a weaver. And the gods are dead.” Sin embargo, no podemos decidir, ya que la autora -tan poco proclive en sus obras a ofrecer una narrativa cerrada- no nos lo permite, si en Spin los dioses están muertos o no, si el arte de Layla participa del don adivinatorio de las sibilas, o  si, como ella proclama  alo largo de la obra en varias ocasiones, simplemente es “su” arte.

Nina Allan toma el mito de Aracne y, no hace una revisión mythpunk o posmoderna del mismo, sino que lo utiliza libremente como excusa para tratar los temas que a ella le interesan. Esta analogía de las arañas con las tejedoras tomada del mito de Aracne relatado por Ovidio en las Metamorfosis dará lugar a reflexiones sobre el proceso de tejido, extrapolables a cualquier otro arte, que, al final, constituyen el tema de Spin: la naturaleza de la obra artística: “She created such intellectual and emotional complexity that those who wieved them could be persuaded they were being granted a glimpse of the sacred. This was what all artists strove for but few achieved”.

Y la situación de la novela en Grecia nos deja disfrutar de las lujosas descripciones de lugar que son especialidad de la autora: “Also there were colours, colours everywhere. What she was used to was the aqua-sage-rust palette of Kardamyli and the Taygetus. But on the streets of Atoll City the sheer profusion of people and commodities meant these three base hues were overlaid with a thousand others: wasp-orange and devil-white, the sour blue of mould, the sweet chestnut of horse dung, the weeping pink of azalea blossom, the searing catamite yellow of the robes of choirboys on their way to the temple.”

Así que la forma se pone de acuerdo con el tema en esta obra corta y deliciosa a la que sólo pongo un pero, que es la resolución un tanto apresurada. Sin embargo, mis discrepancias con la forma de rematar la historia no restan ni un ápice al entusiasmo con que recomiendo su lectura.

Gustavo Doré

 

 

 

 

 

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