The disappeared

The-Disappeared-ebook-cover-web-200x300El comienzo de este libro fue tan parecido a un telefilme de los de Antena 3 en la sobremesa de los fines de semana que a punto estuve de dejarlo de lado. La ausencia de otra cosa que leer en ese momento hizo que siguiera con The disappeared, de la premiada  escritora Kristine Kathryn Rusch.

La premisa de The disappeared es muy curiosa. En un mundo futuro, las relaciones con otras razas alienígenas están a la orden del día, y existe una ley interestelar para dirimir los problemas que puedan surgir. Aunque para nosotros sea inconcebible, otros seres consideran un castigo justo para un acto criminal quitar la custodia del primogénito del culpable. Como quien hace la ley hace la trampa, también existen unos servicios especiales que permiten a los culpables “desaparecer”, en plan protección de testigos pero a mayor escala.

Sin embargo este escenario, que podría parecer prometedor, se desdibuja mucho cuando seguimos con el hilo de la historia. Una pareja de policías se encuentra de repente con tres casos aparentemente inconexos pero que parecen implicar a personas que han utilizado estos servicios. Las tres razas alienígenes presentadas tratan de distinta forma a los que quebrantan sus leyes, pero aparte de esto y de otros datos accesorios como su tratamiento de lo que es  la verdad, están poco desarrolladas. Casi parecen intercambiables.

Hay poca ciencia ficción en esta historia, solo el escenario (colonias en la Luna) y la necesaria presencia de los extraterrestres. Se trata más bien de un procedimental entre lo policial y la abogacía, y como tal, tampoco sobresale. Indudablemente está escrita con oficio y le valió a su autora un premio Endeavour, pero no tengo gran interés en seguir con la serie Retrieval Artist, que ya va por su décima entrega.

Larry Niven nombrado Damon Knight Memorial Grand Master

sfwaLa SFWA (Science Fiction Writers of America) ha hecho público que Larry Niven ha sido nombrado SFWA Damon Knight Memorial Grand Master y Jeffry Dwight el premio 2015 Kevin O’Donnell Jr. Service to SFWA.

Ambos galardones se entregarán en Chicago en la entrega anual de los premios Nebula.

Nuevo Bundle post-apocalíptico

Está disponible la nueva oferta de Humble Bundle, en esta ocasión de libros post-apocalípticos.

La oferta básica contiene:

A gift upon the shore de M.K. Wren

Wasteland Vol.1 (comic)

After the end :  Recent Apocalypses editado por Paula Guran

Gather, Darkness! de Fritz Lieber

Lightspeed Magazine, Julio 2010 y Marzo 2013

Defiance (videojuego)

Wool de Hugh Howey

Si se paga más de 15 dólares:

The end is nigh editado por Hugh Howey y John Joseph Adams

Parable of the sower de Octavia Butler

The strain Vol.1 (cómic)

Si se paga más de la media:

Futureland de Walter Mosley

After the fall, before the fall, during the fall de Nancy Kress

The massive Vol.1 (cómic)

DayBreak de Brian Ralph

The wild shore de Kim Stanley Robinson

Damnation Alley de Roger Zelazny

Truth and Fear

Higgins-Truth&Fear_thumb[2]Con lo que me gustó Wolfhound century y teniéndolo en mi casa desde agosto, no tiene perdón que haya tardado tanto en leer Truth and fear, el segundo libro de Peter Higgins situado en una Rusia que no es tal.

La acción continúa inmediatamente después del final del primer libro, que la verdad fue algo abrupto. Lom y Maroussia vuelven a Mirgorod para buscar el Pollandore y volver a enfrentarse a Chazia y Kantor.

El tono de la narración es incluso más oscuro que el anterior. Tiene algunas escenas realmente impactantes, aún más terribles por la verosimilitud con que están narradas.

El claro paralelismo entre los asedios a Mirgorod y a Stalingrado permite Higgins mostrar un compendio de los horrores de la guerra. La escena en la que una madre vuelve a casa para encontrar los restos calcinados de su vida es simplemente desgarradora, pero hay más. Muchas más. La política de pelear por cada palmo de terreno, empapándolo de la sangre de los civiles es llevada aquí a su máxima expresión. Imaginad cómo debía ser cavar trincheras CON LAS MANOS en pleno invierno.

Aún así, esta lucha es solo uno de los hilos que forman el tapiz de la historia. Las investigaciones secretas en una recóndita isla del Vlast se tornarán decisivas para el desarrollo de la guerra con el Archipelago, a semejanza de las llevadas a cabo en Los Álamos pero con un claro elemento diferenciador: el uso de los restos de ángeles caídos.

La intriga política subyacente en la narración se va desvelando poco a poco, cada personaje va luchando por su propia agenda secreta y solo nosotros, espectadores privilegiados, podemos ver hacia dónde dirigen sus pasos los protagonistas.

También aparece un nuevo personaje cuya presentación en las primeras páginas del libro ya da idea de cuán importante va a ser en el desarrollo de la historia. Antoninu Florian observa la ciudad que ha visto crecer en sus siglos de vida.

La prosa de Peter Higgins es hermosa, con palabras duras cuando son necesarias y suaves para describir los momentos de menor tensión. Utiliza bastantes adjetivos, algo que en vez de ralentizar el ritmo de lectura lo dota de una cadencia casi musical. Estoy francamente impresionada por el lenguaje y las estructuras utilizadas.

El fallo que le veo a la novela es, de nuevo, un final brusco (aunque no tanto como Wolfhound Century), inmisericorde con el lector, que ve cómo se agotan las páginas y no tiene claro que se vayan a resolver todas las tramas (algo que no sucede) y que deja con muchas, pero que muchas ganas de leer Radiant State, algo para lo que solo falta un mes.

Extracto de All that outer space allows

Para ir abriendo boca mientras esperamos la publicación de All that outer space allows, Ian Sales nos ha concedido permiso para publicar un pequeño extracto de la que será última entrega de su excelente Apollo Quartet. Aquí lo tenéis:

Walden says nothing about the physical at Brooks AFB or, months later, the interviews at the Rice Hotel in Houston; but for a week after his last trip to Texas he swaggers more than usual. Ginny knows this unshakeable confidence is as much a coping mechanism as will be, should he fail, his subsequent realisation he doesn’t really want it anyway. But she hopes he succeeds, she wishes she could go into space herself. But she knows that, at this time, it’s an occupation reserved for men— no, more than that: reserved for men of Walden’s particular stripe, jet fighter pilots and test pilots. She calls him “my spaceman” one night, it just slips out she is reading the latest issue of If, there’s a good novella in it by Miriam Allen deFord, and Ginny’s head is full of spaceships and spaceship captains; but Walden turns suddenly cold and gives her his thousand-yard stare. He starts to explain the competition is fierce, he won’t know how he’s done until he hears from NASA… but he breaks off, scrambles out of bed and stalks from the room.

Ginny puts the magazine on the bedside table, but her hand is shaking. She sits silently, her hands in her lap, and waits. He does not return. Fifteen minutes later and he’s still not back, so she rearranges her pillows, makes herself comfortable beneath the sheets, and reaches out and turns off the bedside lamp. She has no idea what time it is when he eventually slides into bed beside her, waking her, and whispers, Sorry, hon. She rolls over, closes her eyes and tries to re-enter the vale of sleep, where marriages are blissful, life itself is blissful, and she is as famous as Catherine Moore or Leigh Brackett.

They wake at 0430, the shrill ring of the alarm dragging them both from sleep. While Walden goes for a shower, she wraps herself in a housecoat and heads for the kitchen. There is breakfast to prepare—coffee to roast, bread to toast, eggs to fry, bacon, beans and hash browns. She does this every day, sees off her man with a full stomach and a steady heart. Here he is now, crisp and freshly-laundered in his tan uniform, hungry for the day ahead. He takes his seat, she pours him juice and coffee, slides his plate before him, and then sits across the table and watches him eat as she sips from a cup of coffee. She should be getting up before him, making herself ready, dressed and made up, to greet him when he awakes—but countless past arguments have won her the right to make his breakfast and see him off to work without having to do so. The housecoat is enough.

They kiss goodbye at the door, and he strides off to the Chevrolet Impala Coupe in the carport. Though she wants to go back to bed, there is too much to do, there is always too much to do.

After clearing up the breakfast things, she makes herself another coffee and settles down to catch up with her magazines, she is a couple of issues behind with Fantastic, and this issue, the last of 1965, features a novella by Zenna Henderson and stories by Doris Pitkin Buck, Kate Wilhelm and Josephine Saxton.

Later, she will get dressed—and she will dress for comfort, not for appearance’s sake—and she will get out the Hermes Baby and she will work on her latest story. She made the decision years before to incorporate elements of her own life—and, suitably disguised, Walden’s—into her science fiction, so she feels no need to visit libraries or book stores for research. She has a stack of issues of Fantastic Universe, If, Amazing Stories, Galaxy, World of Tomorrow in a closet—they are all the research material she needs. Galaxy, for example, runs a science column by astronomer Cecelia Payne-Gaposchkin; Amazing Stories has featured science columns by June Lurie and Faye Beslow since the 1940s. Walden, of course, has a library of aeronautics and engineering texts in the bedroom he uses as a den, and Ginny has on occasion paged through them—not that Walden knows: his den is for him alone and she allows him the illusion of its sanctity; naturally, it never occurs to him to wonder how the room remains clean.

Ginny is feeling lazy today. She likes to think she has an excellent work ethic when it comes to her writing, but some days she finds it hard to muster the enthusiasm to bang on the keys of her typewriter. Especially when she has just read something she thinks she can never approach in quality—and that, she sadly realises, is true of the Saxton story in the magazine she is holding. Josephine Saxton is a new writer, from England, and this is her debut in print. Ginny only wishes her first published story, just four years ago in Fantastic, had been as good.

The blow to her confidence decides her: she will leave her current work in progress until tomorrow; today she will catch up on her correspondence, she owes letters to Ursula, Judith and Doris, and she really ought to fire off a missive to Cele with her thoughts on the issue she has just read…

After she has showered and dressed in slacks and shirt, she finds herself outside on the patio, gazing east across the roofs of Wherry Housing toward the Air Force Base and Rogers Dry Lake, and beyond it the high desert stretching to the horizon, where the Calico Mountains dance in the pastel haze of distance. As she watches, a jet fighter powers up from one of the runways and though it is more than a mile and a half from her, she can tell from its delta wing it is a F-102 or F-106. Its throaty roar crowds the cloisonné sky, there’s a quick flash of mirror-bright aluminum as the aircraft banks, and then the fighter seems to fade from view as it flies away from her. She wonders if it is Walden in the cockpit, she has no idea what he does from day to day once he enters the base; officially, he is a research test pilot in the Fighter Test Group, but she does not know what he researches, which fighters he test pilots. Not the North American X-15, she knows that much, an aircraft which intrigues her because it is also a spaceship—it has flown more than fifty miles above the Earth, right at the edge of space, at over 4,000 miles per hour. And it even looks like a spaceship, like a rocket, as much at home in vacuum as it is in atmosphere. She would like to know more about the X-15 but it’s a sensitive subject in the house. Walden has tried to get on the program but has been refused, and he wears the refusal badly. Perhaps that’s why he was so keen to apply to become an astronaut.

Ginny is a California girl, a real one, born and bred in San Diego in Southern California, not one of those “dolls by a palm tree in the sand” from that song on the radio. She has history in this landscape of deserts and canyons and mesas, though she grew up beside the limitless plain of the Pacific. Here in the Mojave she is hemmed in by mountains, they encircle her world, her flat and arid world, where the small towns are so far apart they might as well belong to their own individual Earths. Standing here, gazing in the direction of Arizona, she finds it easy to believe Edwards is the only human place in the world, a lonely oasis of civilisation—and she knows her husband thinks of it as a technological haven in a world held back from the best science and engineering can offer by the short-sightedness of others. To some degree, she thinks he may be right. But she is also a housewife, and she lives in a world in which bed linen must be changed, clothes laundered, meals cooked and checkbooks balanced. She envies Walden his freedom to ignore all that—he can have his “life in the woods”, but only because she manages his world.

And now she really must get on with her letter-writing… although the lawn looks like it needs mowing and the end of the yard is beginning to look a little untidy…

La fecha prevista de publicación es en abril, así que… ¡ya queda menos!

The Fade Out Volumen 1

thefadeoutEd Brubaker. El nombre de este guionista por sí solo es capaz de llamar la atención mi atención sobre un tebeo, después de leer las excelentes entregas de Criminal. Así que cuando tuve la oportunidad de echar un vistazo a The fade out, no la dejé escapar.

El título en cuestión se trata de una colaboración muy ambiciosa entre el guionista y el dibujante Sean Phillips, el mismo equipo creativo de Fatale, por ejemplo. Este tándem se conoce tan bien que el dibujo y la historia se complementan perfectamente.

La narración se sitúa en Hollywood en el año 1948. La segunda guerra mundial ha terminado, pero indudablemente ha dejado huella en todos aquellos que se vieron envueltos en el mayor conflicto bélico de la historia. El glamour de las grandes producciones de la época no es si no una pantalla de humo, que esconde las miserias de una industria que juega con los sueños de las personas.

El protagonista es Charlie Parish, guionista de películas que amanece un día con el cadáver de una actriz a su lado. En lugar de denunciar el hecho y exponerse a la investigación criminal subsecuente, elimina todo rastro suyo en la escena del crimen y sale huyendo. Cuál no será su sorpresa al descubrir que la prensa habla de suicidio. Charlie no ha sido el único en destruir pruebas. Sus actos sirven a Brubaker como excusa para mostrar la vida en la posguerra en la meca del cine.

En el aspecto gráfico, Phillips utiliza los más variados recursos para ambientar la historia. Desde la reproducción increíblemente realista de personajes de la época como Clark Gable al uso de alegóricas figuras sin rostros para escenificar la amnesia, sin olvidar las volutas de humo que aparecen en prácticamente todas las escenas y que crean una atmósfera asfixiante, acorde a la trama.

Por ambientación y desarrollo The Fade Out se circunscribe inevitablemente en el género noir. Y explota inmisericorde los clichés propios de este estilo, con intención de revitalizarlos. Pero me temo que se queda a medio camino, porque la historia recuerda demasiado a otras, como el videojuego L.A. Noire o la película L.A. Confidential.

Portada de The whispering swarm

Gollancz ha desvelado cuál será la portada de la nueva novela de Michael Moorcock, The whispering swarm. El libro, definido como parte autobiografía y parte ficción, se pondrá a la venta en julio de este año.

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Remake de The last unicorn

Desde el 1 de marzo de 2015, ITV tiene los derechos para hacer el remake de The last unicorn, la famosa obra de Peter S. Beagle. ITV y Avicenna Development Corporation han acordado reunificar todos los derechos de la obra.

Éste es el primer paso de lo que pudiera ser una gran película, esperada desde hace tiempo por los seguidores de Beagle.

Entrevista a E.J. Swift

ejswift_author photo_colour smallEJ Swift es la autora de Osiris Project, una interesante trilogía de la que he comentado los dos primeros libros, Osiris y Cataveiro. EJ ha sido tan amable como para responder a unas pregutnas que hemos preparado en colaboración con Sense of Wonder. Podéis leer la entrevista en inglés aquí.

¿Cuándo supiste que querías ser escritora? ¿Qué otros autores te han influido? ¿Hay algún escritor actual al que admires?

He escrito historias desde que tengo memoria, así que no fue una decisión consciente convertirme en escritora. Solo era algo que siempre había hecho y espero seguir haciendo.

Hay muchos escritores que me han influido. Margaret Atwood es una grandísima inspiración. The Blind Assassin es una de mis novelas favoritas y unos de las lecturas que más me han afectado. También soy muy fan de Jennifer Egan, que es una de esos raros autores que pueden cambiar de tragedia a comedia en una sola frase.

Algunas novelas más recientes que me han gustado son The Kills de Richard House (2013), The Race de Nina Allan (2014) y The Girl in the Road de Monica Byrne (2014). Parece ser que me atraen las narrativas fragmentadas.

¿Cómo es tu proceso de escritura? ¿Tienes la trama en mente y te dejas llevar o planificas cada paso de tus personajes?

Es diferente para cada novela, pero el proceso es más orgánico que estructurado. No planifico mucho por adelantado. Escribo las escenas sin seguir una línea temporal, tal y como me vienen a la mente y cuando tengo suficiente material empiezo a ver cómo encaja todo.

Con Osiris, la historia creció desde el concepto del lugar, este entorno claramente hostil en mitad del océano, que se cree aislado del resto del mundo. Con Cataveiro, tenía una fuerte relación con los personajes Ramona y Taeo, y quería explorar la tensión entre ellos y cómo se reflejaba en los temas más amplios de la novela, aunque sus caminos se entrecruzan muy brevemente.Osiris_wraparound_Corrected03.indd

¿Cómo te afectó el cambio de editorial de Night Shade Books a Del Rey UK?

Ya tenía el contrato con Del Rey UK cuando Night Shade Books cambió de manos, así que saber que las secuelas se publicarían al menos en el Reino Unido fue muy tranquilizador durante ese periodo de incertidumbre. En EE.UU., Night Shade Books continúa publicando Osiris, y espero tener disponible la versión estadounidense de los ebooks de Cataveiro y Tamaruq muy pronto. He encargado nuevas ilustraciones para estos ebooks al maravilloso artista Ben Baldwin y estoy deseando compartirlas una vez que estén listas.

¿Qué puedes decirnos acerca de la corriente actual en la ciencia ficción sobre el cambio climático? ¿Crees que ha venido para quedarse?

Creo que es prácticamente imposible escribir algo situado en un futuro cercano sin hablar del cambio climático, aunque solo sea como detalle de fondo. Y en bastante ciencia ficción situada en un futuro más distante, hay referencias a algún tipo de “restauración ambiental”, antes de que el progreso pueda comenzar de nuevo, por ejemplo en The Quiet War de Paul McAuley. He mencionado anteriormente The Race; uno de los temas que explora son las devastadoras consecuencias medioambientales del fracking, que es una amenaza muy presente actualmente en el Reino Unido.

De tus libros, ¿cuál es tu personaje favorito?

Diría que the Alaskan que aparece por primera vez en Cataveiro. Es una marginada, exiliada de su propio país, ferozmente inteligente y aparece en primer lugar como una villana maquiavélica. Me encanta rellenar poco a poco su historia, y desarrollar la relación que mantiene con su empleado, el chico de la calle Mig. Sería muy divertido escribir algo sobre su vida anterior algún día.

sixdegreesLeyendo Osiris y Cataveiro me asombró el trasfondo de las historias, el mundo como un lugar desierto. ¿Crees que es un posible (y terrible) futuro? ¿Son tus libros un aviso?

La primera vez que leí en profundidad sobre la amenaza del cambio climático fue en Six Degrees: Our Future on a Hotter Planet de Mark Lynas. Y leerlo fue terrorífico. Desde entonces he tratado de mantenerme al día sobre este tema, y es obvio que ha ganado una creciente atención mediática.

Ciertamente, la destrucción de la Naturaleza es algo sobre lo que tengo sentimientos muy fuertes. Hace poco leí un artículo en el que se hablaba sobre la locura informativa que tendría lugar si en Marte se descubriera alguna forma de vida primitiva. El autor mostraba que, por el contrario, no nos importa si en la Tierra se extinguen cientos de especies al año, algunas de las cuales ni siquiera hemos llegado a descubrir. Así que supongo que mis libros son parte de mi reacción a lo que está ocurriendo aquí y ahora y lo que podríamos perder si no hacemos algo para detenerlo. En Cataveiro especialmente, sentí que tenía una gran oportunidad para explorar algunas de estas ideas, a través de la historia del último jaguar, por ejemplo.

swift¿Cómo te sientes con que “The Spiders of Stockholm” esté entre los nominados al premio Sunday Times EFG Short Story?

¡Fue maravilloso! Jared Shurin, que editó la historia, la mandó en julio y lo había olvidado por completo. Así que fue una gran sorpresa ver que había sido nominada. Espero que atraiga atención sobre Irregularity, que es una gran antología. Jurassic siempre publica grandes antologías.

En Osiris hay una tensión creciente porque a la gente del oeste no se le permite el acceso a la parte rica de la ciudad. ¿Qué piensas sobre los conflictos actuales causados por la inmigación ilegal en América y en Europa? ¿Cómo puede tratar la ciencia ficción ayudar a solucionar este tipo de problemas?

La ciencia ficción, y la literatura en general, puede dar cara y voz a lo que no nos es familiar, y recordarnos que debemos empatizar, que debemos ser compasivos. En particular, creo que la ciencia ficción tiene un poder único para explorar situaciones del mundo real a través de alegorías. Establecer una novela en una ciudad marina futurista me dio la libertad para examinar algunos de estos conflictos sin la ansiedad de estar representado mal a ninguna comunidad. Quería que Osiris fuera una utopía fallida; en un principio la ciudad estaba abierta a todo el mundo, pero cuando los recursos escasean a causan de una catástrofe medioambiental, se cierran las puertas. Es una reacción clásica.

tamaruqTambién en Osiris, la amenaza del terrorismo es utilizada como arma política para alcanzar ciertos objetivos. ¿Te inspiraste en algún suceso del mundo real?

Creo que la política del mundo real ha influenciado inevitablemente mi trabajo. Estaba muy interesada en explorar la retórica de la guerra, especialmente cuando escribí Tamaruq, el tercer libro, donde la ciudad de Osiris se transforma en un peón en las ambiciones del norte y el sur. Estoy fascinada por la forma en que el lenguaje encuadra, justifica o distorsiona nuestras perspectivas sobre quién es agresor y quién víctima, desde los medios a los políticos pasando por la manera en que se registra la Historia.

Dos autoras a las que admiro profundamente que escriben sobre estas tensiones son Kamila Shamsie (Burnt Shadows es un gran ejemplo) y Aminatta Forna, que en su trabajo ha explorado la guerra civil en Sierra Leona y Croacia.

¿Qué opinas de la situación de la mujer en la ciencia ficción?

Tenemos un largo camino que recorrer hacia la igualdad de género, y no solo en la ficción de género. Cuando estaba escribiendo Osiris, no pensaba sobre qué género era o cómo se etiquetaría en el mercado, estaba centrada en la historia. Solo después de publicarlo me di cuenta de las discusiones sobre género en la ciencia ficción.

Más o menos por aquel entonces empecé a catalogar mis lecturas y me quedé horrorizada al darme cuenta de que leía muchos más autores que autoras. Desde entonces he seguido una política estricta del 50-50 con algo de tendencia hacia las mujeres, y he descubierto algunas escritoras brillantes de las que nunca había oído hablar. Es preocupante cuando te identificas como feminista y te das cuenta de que inconscientemente has estado contribuyendo al problema. No hago reseñas habitualmente, pero hago un esfuerzo consciente de escribir sobre los libros que me han gustado en mi página web, especialmente los escritos por mujeres.

En Osiris, el suicidio es el tabú definitivo. ¿Crees que nuestra voluntad de sobrevivir es lo suficientemente fuerte como para guiarnos a través del peor futuro posible?

Sí, creo que sobreviviremos, la cuestión es cómo (y espero que no sea como en la sección del futuro lejano de El atlas de las nubes de David Mitchell, que es uno de los futuros más oscuros sobre los que he leído) y si podremos mantener una sociedad realmente humana. Porque siempre son las partes más vulnerables de la sociedad las que sufren. En Station Eleven de Emily St John Mandel, una de las escenas que más me impactaron es la de una chica en un aeropuerto preguntando desesperadamente si alguien tenía los antidepresivos que precisaba, porque se le había acabado la medicación. Nadie los tenía. Pero me encanta ese libro porque también remarcaba la capacidad del arte para sobrevivir. Así que, si llega el Apocalipsis, espero que sea más como Station Eleven que como El atlas de las nubes.

¿Se ha puesto en contacto contigo algún editor español para traducir tus libros?

Tristemente no, aunque me encantaría que tradujeran mis libros. También me gustaría ver más ficción no anglófona en inglés.

¿Son importantes las redes sociales para tus relaciones con otros autores y con tus lectores?

Sí, pero tengo una relación amor-odio con Twitter. Por supuesto es útil como red profesional y, aún más importante, es maravilloso conectar con otros lectores y escritores, para hablar de libros, para encontrar recomendaciones de libros de los que nunca habría oído hablar. Muchos de los libros que leo son por recomendaciones online. Por otra parte, también puede ser una pérdida de tiempo total, y muy a menudo cualquier argumento o matiz se pierden en el mar de gente chillando.

¿En qué estás trabajando ahora mismo? ¿Puedes darnos alguna pista sobre tus futuros proyectos?

Estoy trabajando en algo diferente a The Osiris Project, no tan oscuro. No puedo decir mucho sobre ello, pero será una novela autoconclusiva con un escenario contemporáneo con elementos especulativos.

¿Dónde pueden encontrar nuestros relatos más datos sobre ti y tu trabajo?

En mi página web : www.ejswift.co.uk

También en Twitter (@catamaroon) y en Facebook facebook.com/ejswiftauthor así que pasaos por allí para decir hola.

¿Alguna cosa que quieras añadir?

Gracias por tenerme en tu blog y gracias por estas preguntas tan interesantes.

Biografía de E.J. Swift

E. J. Swift is the author of The Osiris Project trilogy, a speculative fiction series set in a world radically altered by climate change, comprising Osiris, Cataveiro and Tamaruq. Her short fiction has appeared in anthologies from Salt Publishing, NewCon Press and Jurassic London, including The Best British Fantasy (Salt Publishing, 2013 and 2014). She was shortlisted for a 2013 BSFA Award in the Short Fiction category for her story “Saga’s Children” (The Lowest Heaven, Jurassic) and was longlisted for the 2015 Sunday Times EFG Short Story Award for “The Spiders of Stockholm” (Irregularity, Jurassic).
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