La mujer descampada

La prosa de Víctor Guisado tiene la maravillosa capacidad de maravillarme de principio a fin, así que cuando me llegó La mujer descampada, sabía que tenía que leerla cuanto antes. Por supuesto, no me decepcionó.

Con cada novela, relato o cuento, Guisado va ampliando el maravilloso futuro de la humanidad. Como fiel seguidora de su obra, no creo que leer La mujer descampada sin tener conocimiento de lo publicado anteriormente se pueda disfrutar tanto como se goza del reencuentro con un universo ya conocido, aunque creo que es una obra perfectamente válida por sí misma.

El autor ha conseguido tratar temas de actualidad con una perspectiva de ciencia ficción que le permite ser crítico sin herir susceptibilidades, reflejando las tensiones actuales en el mundo de la enseñanza y las vivencias post-Covid (si es que esta composición tiene sentido) en una imagen clara y desmitificada. Todo ello arropado por el sentido de la maravilla al que ya nos tiene acostumbrados, con eso científicos reconvertidos en poetas que sobrevivieron a la guerra pero que cambiaron para siempre o esa protagonista que se aleja del camino marcado en busca de nuevos horizontes, de nuevos descampados que observar.

La anáfora que utiliza Víctor Guisado en ningún momento resulta agotadora o cansina, quizá también debido a que la obra tiene la longitud justa para desarrollar la historia que quiere contar. Podemos concebirla como un relato de autoaceptación o un salto hacia un futuro desconocido, quedando en manos del lector la interpretación el final abierto de la historia.

Si has leído alguna obra de este autor, no puedo más que recomendarte que amplíes tu conocimiento de ella con La mujer descampada. Y si no es así, envidio todo lo que te queda por descubrir.

El Laberinto Invisible

Leer la obra de Víctor Guisado no me ha resultado fácil. La he leído al principio del confinamiento y eso ha pesado gravemente en mi capacidad de concentración. A pesar de esta dificultad, he disfrutado enormemente con la bellísima prosa a la que nos tiene acostumbrados el autor. Mirad la primera frase del libro, para que sirva como ejemplo:

Mi hermano lleva enredados en su cabello cinco asteroides silenciosos, varias luciérnagas capitán y quién sabe cuántas metáforas de eco nulo.

No es fácil describir El Laberinto Invisible, ya que la originalidad de la propia obra impide clasificarla. Se puede decir que si te gustó Me tragó el igualma de seguro te encantará esta nueva novela, pero eso sería injusto para un lector que todavía no haya podido acercarse a su obra.

La historia que nos narra Víctor es la historia de dos hermanos mellizos, indisolublemente unidos por las circunstancias de su nacimiento pero también por las de su crianza, en un mundo aparentemente abandonado pero plagado de peligros y maravillas. La imaginación que desborda en cada página es trepidante y el lenguaje que utiliza para expresar sus ideas es aún más increíble.

El universo en el que se desarrolla esta huida hacia delante que tanto nos asombra está unido con los otros relatos del mismo autor, en un cosmos sorprendente que no deja de ampliarse ante nuestros ojos. Ver el mundo a través de los ojos de una niña nos permite asombrarnos con nuevos descubrimientos que quizá para otros fueran sucecos comunes, pero que se despliegan ante nosotros con apasionante detalle.

Se trata de un libro para leer de forma pausada e ir degustándola poco a poco, porque también es cierto que en ocasiones la prosa puede llegar a resultar agobiante, dependiendo del gusto de cada uno. Es una novela episódica, así que es recomendable espaciar cada capítulo para poder seguir disfrutando de la obra del autor extremeño.

El jugador impasible

Las nuevas publicaciones de Víctor Guisado son una cita ineludible en mi calendario, así que cuando salió a la venta este libro sabía que pronto iba a leerlo.

El jugador impasible y otros gritos camuflados de relato contiene cinco historias de diferente longitud. Uno de ellos fue mi puerta de entrada al autor y ya lo comenté en su momento, así que me  lancé a por los otros cuatro.

El tono de los relatos es distinto a lo que ya conocía de Víctor. A diferencia de la historia de Me tragó el igualma, estos gritos camuflados de relato son menos intimistas y quizá más reinvindicativos. El primero es extremadamente corto y puede servir de introducción para los demás, que no poseen un hilo conductor común, a no ser que sea el espíritu de superación humano.

La prosa de Víctor continúa enamorándome. A pesar de la aparición de algunos párrafos realmente largos, el uso magistral de las comas nos permite continuar con la lectura que podría volverse farragosa en otro caso.

Su forma de escribir tiene una musicalidad quizá más propia de la poesía, algo que consigue con palabras comunes y otras que no lo son tanto, pero sobre todo con una descripciones que sin llegar a ser exhaustivas si forman imágenes claras, quizá por las comparaciones originales y arriesgadas que hace.

No estoy segura de haber entendido en su totalidad el mensaje de los relatos, especialmente “El supermercado errante”. Me parece un alegato contra la pérdida de tiempo, pero entra un poco en conflicto con el mensaje de apreciar la belleza que se alega en “Los sueños de Alena” (que he de reconocer me ha recordado mucho en su parte final a un relato de Domingo Santos premiado con el Ignotus).

Quizá el relato que más impresión me ha causado ha sido el último, por tratar temas que me interesan mucho como la realidad virtual, por el uso de un narrador no confiable (que le viene a la historia como anillo al dedo) y por el mensaje que manda. En una aproximación distinta a la de Santiago García Albás y con una estructura de matrioshka, el autor nos relata una historia compleja con varios niveles de lectura, desde la visión postapocalíptica a la relación romántica con piezas que se engarzan en un collage que solo al final se desvela por completo. Complejo y absorbente solo por este cuento ya merecería la pena el libro, pero es que los demás también son interesantes.

Recomiendo este libro y en general, la obra de Víctor Guisado. ¿Para cuándo la siguiente publicación?

Me tragó el igualma

A pesar de las muchas vicisitudes que pasé para hacerme con mi ejemplar de Me tragó el igualma, o quizá alentada por ellas, me puse a leerlo conforme cayó en mis manos. Es una obra de un autor al que me gustaría ver publicado más a menudo y encima con un texto de mi gran amigo Elías Combarro, así que tenía todas las papeletas para gustarme. ¡Cómo me alegra haber acertado!

Lo primero que salta a la vista, ya desde los primeros párrafos, es la musicalidad de la prosa. Creo que sería toda una experiencia escuchar el libro narrado porque creo que tiene una métrica casi poética. Esta sonoridad se mantiene a lo largo de todo el libro y consigue encandilar al lector. Pero esta no es su principal virtud.

Para mí esta virtud, es la imaginación que nos asalta en cada página. La narración está prácticamente centrada en un solo planeta, pero Víctor ha sido capaz de mostrarnos el universo. En este sentido me recuerda mucho a los tebeos de Valerian, de mis favoritos de todos los tiempos.

Con homenajes claros a Carl Sagan desde la orilla del océano cósmico y otros no tan obvios como el de Belisario, que el propio Víctor me tuvo que apuntar, o a Italo Calvino.

Es un canto de amor al universo desde la parte más infinitesimal a la más inmensa pero también un alegato pacifista y ecologista, entendiendo la ecología como la protección del mundo natural, pero sin entrar en conflicto con el progreso.

También me ha gustado el detalle de que el universo sea compartido con otras obras del mismo autor. Este dato lo sabemos por pequeñas referencias a los cromatófagos y los ingrávidos, otros seres nacidos de la imaginación del escritor.

Un pequeño detalle que no desluce para nada la lectura pero que creo que se podría haber corregido es la repetición excesiva de ciertos términos, como “soltar lastre” que supongo se podría haber evitado con algún sinónimo. A menos que esta repetición sea un efecto buscado, algo que es perfectamente posible.

Solo me queda recomendar la lectura de esta pequeña joya de la ciencia ficción española.

Libro gratis : La patera cósmica

De las muchas sorpresas que me reservaba la Eurocon en Barcelona, una de las más agradables ha sido conocer en persona a Víctor Guisado, el autor de ¿Dónde están las naves espaciales?

Para que disfrutéis de algo de su obra, aunque esto son ensayos, está disponible en amazon en descarga gratuita La patera cósmica. Os pongo la sinopsis:

La expedición que emprendió Shackleton a la Antártida en 1914 quedó atrapada en el hielo y todos los hombres que la componían tuvieron que luchar incansablemente para sobrevivir. ¿Consiguieron regresar a sus hogares? ¿Lograron superar todos los peligros que les acechaban? Los retos a los que tuvieron que enfrentarse aquellos náufragos son parecidos a los que tenemos que enfrentarnos hoy en día todos, la Humanidad entera. ¿Conseguiremos superarlos? ¿Conseguirá sobrevivir la Humanidad? La expedición de Shackleton no pudo permitirse el lujo de que ninguno de sus miembros holgazaneara, se rindiera, no contribuyera a la lucha por la supervivencia. ¿Puede permitirse la Humanidad la pérdida de la fuerza de trabajo y de la creatividad de miles de personas que intentan llegar cada año a la tierra prometida y mueren ahogados, o de hambre o desaparecen, o llegan a sus destinos y no encuentran acomodo y son rechazados y retornan hundidos?

Una versión reducida de esta obra se publicó en 2012 en la web Naukas.com. La que se presenta aquí ahora es una versión ampliada y revisada. Se añade, además, un texto inédito del mismo autor titulado “Bienvenido al optimismo”, sobre los ciclos biogeoquímicos, que comienza con las siguientes palabras: “La mayoría de personas creen que su cuerpo acaba donde acaba su piel. Qué equivocadas están. Deberían conocer el ciclo del nitrógeno, el del fósforo o el del agua, por poner sólo tres ejemplos. Quizá entonces comprenderían que su cuerpo es el planeta entero y que su supervivencia depende tanto de la salud de su hígado como de la salud de otros seres vivos.”

¿Dónde están las naves espaciales?

navesHay veces en que nos preguntan : ¿se puede escribir buena ciencia ficción en español? La respuesta es sí, por supuesto, la buena literatura no está limitada a un solo idioma. Para que nos sirva como ejemplo solo tenemos que hacernos con un ejemplar de ¿Dónde están las naves espaciales?

Este libro llegó por casualidad a mis manos, y como es realmente corto lo pude disfrutar en una mañana.

Me gusta en lenguaje dulce en el que está escrito, me gusta su forma de reflejar la infancia oprimida de un joven tímido pero ilusionado, la inocencia quebrada que da paso a la madurez… pero sin duda lo que más me gusta es ese sentimiento de anhelo, de necesidad de expandir los horizontes. Esa curiosidad innata al ser humano, ese ansia que nos ha impulsado y nos impulsa siempre hacia delante, ese espíritu inconformista que nos hace avanzar contra viento y marea, buscando romper las últimas barreras, enfrentarnos a lo desconocido sin dar un paso atrás.

En el mejor espíritu de divulgadores de sobra conocidos como Carl Sagan o Isaac Asimov, Victor Guisado aprovecha para introducir algunas nociones científicas para sustentar su historia, algo que también es digno de mención.

¿Dónde están las naves espaciales? un relato de inocencia y madurez unidos indisolublemente por la nostalgia del infinito.

ACTUALIZACIÓN :  Me informan desde la Tercera Fundación que hay una edición especial de este libro en papel de la que quedan ejemplares en Gigamesh. He actualizado la portada con la imagen de esta edición.