The Relentless Moon

Mary Robinette Kowal continúa de forma brillante con su serie Lady Astronaut, esta vez cambiando de protagonista y de tono, pero continuando con la interesante ucronía que planteó en The Calculating Stars.

The Relentless Moon se sitúa temporalmente después de los hechos acaecidos en la primera entrega de la serie y transcurre en paralelo con The Fated Sky, pero la autora sabe separar convenientemente ambas narraciones para que se puedan leer de forma independiente.

En esta ocasión la protagonista es Nicole Wargin, astronauta y esposa del gobernador de Texas, estado en el que se encuentra la capital de Estados Unidos tras la caída del meteorito. Me gusta que Kowal haya decidido centrar esta vez la atención en otro personaje, ya que la historia de Elma comenzaba a dar signos de cansancio. Aunque existen particularidades en común entre ambas (ambas son pilotos, se encuentran felizmente casadas…) también hay diferencias importantes. Mientras que York debía luchar con su trastorno de ansiedad Wargin sufre anorexia nerviosa y esto puede poner en peligro su desempeño en la base lunar. La autora trata estos trastornos de manera exquisita, exponiendo los hechos, las posibles motivaciones y las consecuencias, pero sin cargar demasiado las tintas en ello.

Desde el principio, la novela se torna en un juego de espías con envenenamientos y sabotajes, en un clima conspiranoico que recuerda a la Guerra Fría que no tiene lugar en esta línea temporal, pero de la que la trama es claramente deudora. No hay demasiadas personas en la Luna entre astronautas y colonos, por lo que las sospechas desde el principio están bastante centradas en unos cuantos personajes, pero aún así no es fácil descubrir y probar todos los subterfugios que utilizan los infiltrados, poniendo en peligro la misión lunar. La autora maneja de forma muy hábil la creciente tensión y la sensación de peligro, aunque en algunas ocasiones los descubrimientos que llevan a estrechar el cerco que rodea a los culpables se deben más a casualidades que a los méritos del personal.

La labor de documentación que ha llevado a cabo la autora me parece admirable, haciendo accesible la tecnología que se utilizó al principio de la carrera espacial. Me gusta también que haga referencias a los primeros astronautas de nuestra línea temporal y que aparecen en la suya, como Armstrong y Aldrin. En este sentido, la novela tiene esos detalles que convierten la lectura es una pequeña búsqueda de huevos de pascua.

Otro tema que también aparece en el libro y que me parece importante destacar es la valía de los veteranos. A la protagonista se refieren despectivamente como “old hat”, dando a entender que una mujer en la cincuentena ya tiene poco que ofrecer a la misión lunar y no hay nada más alejado de la realidad. Nadie se refiere en estos términos a los astronautas hombres, así que también tenemos presente la discriminación por sexos que ya aparecía en las anteriores novelas. También se tratan temas como el racismo, aunque quizá de una manera menos agresiva que en las novelas anteriores.

A todo esto, ni siquiera he mencionado el brote de polio que tiene lugar en la Luna y que será fundamental para el desarrollo de la novela. Leer términos como cuarentena, brote, tasa de mortalidad… en estos tiempos podría parecer premeditado y oportunista, pero la novela estaba acabada antes de que nos encontráramos en esta situación.

En definitiva, The Relentless Moon me parece una excelente incorporación a la saga y tengo interés por ver con qué nos sorprende la autora en la próxima ocasión.

Las aventuras del caballero Kosmas

En este año Perucho tenía que empezar a tapar algunos de los muchos huecos que tengo en el fantástico español. Quizá Las aventuras del caballero Kosmas no era la puerta de entrada más adecuada, pero era la que tenía más a mano y he de reconocer que la he acabado en un suspiro.

Se trata de una novela bizantina, con su viaje de autodescubrimiento, una “road movie” a lo antiguo. Los toques fantásticos son escasos, pero existen, con la presencia de autómatas y animales fantásticos. Me ha recordado un poco a Baudolino, de Umberto Eco, pero mucho más contenida y algo más accesible.

La lectura puede ser ágil o más pausada si nos ponemos a buscar todas las referencias de las que habla Perucho, cuya erudición es palpable casi en cada párrafo. En ocasiones esto puede resultar un impedimento para el avance de la trama, ya que tenemos textos en idiomas muy variados, a veces acompañados de traducción y en otras ocasiones, no.

También se puede considerar la obra como un canto al cristianismo, ya que sus páginas están plagadas de santos de la Edad Media que entablan conversaciones con el protagonista y también muchas referencias al Concilio de Toledo o la herejía arriana. Por momentos he sentido que volvía a las clases de sociales, pero de una forma más entretenida que la que tenían mis profesores de dar clase. Algunas discusiones teológicas me pasaban por encima, eso también he de reconocerlo.

Lo que resulta muy curioso en el libro es la presencia de anacronismos, como por ejemplo las libertades que se toma el autor para definir ciudades con textos que se escribirán en un futuro muy posterior al tiempo en que se sitúa la novela, en una suerte de flash forward sin mucha explicación, más que el capricho del propio autor.

Mi impresión es que este no era el libro más adecuado para conocer la obra de Joan Perucho, pero es no quiere decir que no vaya a seguir investigando. Esas lagunas de conocimiento no van a desaparecer solas.

Interlibrary Loan

Comentaba mi amigo Josep María Oriol que existen bastante prejuicios sobre novelas póstumas, ya que realmente no sabes si el “producto” está terminado o quedó incompleto. Después de leer Interlibrary Loan de Gene Wolfe, creo que es un caso para abogar a favor de estos prejuicios.

Esta novela es la continuación de A Borrowed Man, con su peculiarísimo entorno. La tecnología para clonar personas se utiliza para reproducir a los escritores y almacenarlos en las bibliotecas. Se pueden pedir prestados previo pago de una tarifa algo elevada, pero no tienen derechos como personas por sí mismos. Suena raro y lo es, aunque en otros aspectos el mundo ha avanzado bastante permanece fácilmente reconocible.

En Interlibrary Loan E. A. Smithe, el escritor de novelas de misterio que protagonizó la primera entrega, viaja a otra biblioteca merced a un préstamo interbibliotecario. Como es de esperar, lo sacan de la biblioteca para resolver un misterio, con la particularidad de que en esta biblioteca en particular ya existía una copia de él mismo y estuvo en préstamo en el mismo domicilio al que va ahora.

Y con este interesante principio, se comienza a desarrollar la historia. Pero, por desgracia, resulta bastante confusa y deslavazada. Es cierto que la forma de escribir de Wolfe exige al lector un esfuerzo constante para comprender la trama, pero en este caso me temo que le faltaban revisiones al resultado final. Hay un falso final muy brusco que luego enlaza con una nueva investigación con algunos personajes compartidos con la primera parte que ya digo, da la impresión de no estar pulido del todo.

No puedo recomendar este libro por ese aire de estar ante una obra incompleta, sobre todo proviniendo de un genio como Gene Wolfe. Mucho mejor volver a sus maravillosas obras anteriores.

The Philosopher’s War

La primera entrega de esta serie me sorprendió muy gratamente así que estaba bastante claro que no pasaría mucho tiempo hasta que me pusiera a leer este The Philosopher’s War de Tom Miller.

En esta novela el autor cambia totalmente de registro. Lo que nos ofrece son los diarios de guerra del joven Robert Weeks, alistado como Robert Canderelli en el cuerpo de Rescate y Evacuación, el único que deja actuar a los filósofos tras una convención humanitaria que los retiró de la guerra. En este sentido, el libro tiene poco que ver con el anterior, y en ocasiones llega a resultar un poco cansino, con la repetición de misiones y esa representación realista del tiempo de guerra, con largas jornadas de aburrimiento seguidas de intensos momentos de peligro y acción.

Miller también pierde la baza de worldbuilding, porque ya conocemos las premisas básicas del “mundo filosófico” y The Philosopher’s War parece más una obra de transición que un libro que se valga por sí mismo. No digo que no sea completo y lo cierto es que una vez que comienza la trama de conspiración dentro del cuerpo de Rescate y Evacuación para evitar catástrofes la trama gana interés, llegando a un cuarto final del libro realmente trepidante, pero quizá le hubiera faltado algo más de este ritmo al inicio.

Me gusta mucho que el escenario elegido para esta novela bélica sea la primera guerra mundial y no la segunda, ya que es un posicionamiento menos conocido y que se adapta perfectamente a las ideas que el autor aplica a la guerra. En aquel conflicto en el mundo real hubo muchas novedades que cambiaron el curso de los enfrentamientos bélicos desde entonces y Miller utiliza también sus “novedades filosóficas” para conseguir un final de la guerra mucho menos violento que el que hubiera tenido lugar por los métodos “tradicionales”.

También es interesante la forma de representar la hermandad que se crea entre los compañeros de armas. Y en este caso, como la inmensa mayoría de los miembros del grupo son mujeres, es un perfecto ejemplo de sororidad. Gran parte de los problemas que afronta el cuerpo es por esa “necesidad imperiosa” militar masculina de dominar todos los aspectos de la guerra, incluso aquellos para los que no tienen preparación alguna.

Que cada capítulo comience con un pequeño extracto de libros publicados con posterioridad a los hechos relatados nos sirve como un no muy velado adelanto de lo que va a suceder en próximas entregas de la serie. Recordemos que Robert solo tiene 19 años, así que aún le queda cuerda para rato. Yo al menos seguiré con interés sus aventuras, aunque espero que las siguientes entregas se centren un poco más en el desarrollo del mundo y las nuevas aplicaciones de la filosofía natural, algo que parece un campo sembrado para contar grandes historias.

The Book of Dragons

Tenía mucho interés en esta antología, como en casi todo lo que selecciona Jonathan Strahan. La verdad, lo que no me esperaba es la parte de poesía, que no sé si estoy preparada para juzgar ya que es algo que no acostumbro a leer, mucho menos en inglés y ya en audiolibro ni os cuento. También es cierto que al haber escuchado el audiolibro, me he perdido las ilustraciones interiores que creo que merecen la pena.

What Heroism Tells Us de Jane Yolen

No sabía que esta recopilación iba a contener poesía así que, como se suele decir, la primera en la frente. Las dos contribuciones de Jane Yolen son tan cortas como enigmáticas.

Matriculation de Elle Katharine White

Aunque tiene un final un tanto abrupto, me ha gustado mucho el desarrollo de la historia que pide a gritos algo más de longitud para seguir conociendo este mundo mágico donde los vampiros tienen tiendas de empeño en las que cobran en mililitros de sangre.

Hikayat Sri Bujang, or, The Tale of the Naga Sage de Zen Cho

Desde nuestro punto de vista occidental no estamos muy acostumbrados a los dragones de otro tipo que existen en otras culturas, como la asiática. Mi primer encuentro con los naga creo que fue en las novelas cortas de JY Yang y esta siguiente aproximación de Zen Cho me ha entretenido mucho también, tocando temas como la dedicación a la mejoría personal en contraposición con los deberes tradicionales de la familia. Es una historia modernizada y atractiva.

Yuli de Daniel Abraham

Me temo que en este caso, el tema de los dragones está un poco forzado en una de las dos líneas de narración que sigue el cuento, sin llegar a convencerme ninguna.

A Whisper of Blue de Ken Liu

Ken Liu vuelve a sorprendernos con otro relato maravilloso, aunque quizá ya deberíamos estar acostumbrados. Un mundo alternativo en el que los medios de producción están alimentados por dragones que cambian de localización y por lo tanto llevan la abundancia a donde anidan. El giro final es sorprendente y un magnífico colofón a un cuento muy original.

Nidhog de Jo Walton

Este es uno de los poemas que no soy capaz de juzgar debido a mi escaso conocimiento.

Where the River turns to Concrete de Brooke Bolander

Muy curioso este relato de un amnésico que entra al servicio de un mafioso pero a la vez empieza una relación con la madre de un niño al que salva la vida. Me gusta la doble línea temporal en la que relata la historia y creo que el final da para una continuación.

Habitat de K. J. Parker

Después de dedicarle un especial al autor, está claro que me gusta cómo escribe. En esta ocasión el relato es sobre un encargo de capturar vivo a un dragón. El “agraciado” con esta misión utilizará todo su ingenio y su conocimiento para poder llevarlo a cabo, pero resulta más atractiva la intrahistoria y sus contactos que el desarrollo. Y el final es puro K.J. Parker.

Pox de Ellen Klages

Resulta casi más interesante el carnaval culinario al que asistimos en estas páginas que la historia en sí, que es bastante convencional.

The Nine Curves River de R. F. Kuang

No es fácil escribir un relato en segunda persona del singular y tampoco relatar las rivalidades entre hermanas, pero Kuang lo consigue de una forma intensa.

Lucky’s Dragon de Kelly Barnhill

Un curioso relato que mezcla investigadores alienígenas con experimentos realizados con humanos. Promete más de lo que da.

I Make Myself a Dragon de Beth Cato

Otro poema más comprensible sobre la transformación de una persona para ayudar a los demás.

The Exile de JY Neon Yang

Un relato sobre el colonialismo humano de otros lugares sin que nos importen los habitantes previos. Bastante melancólico.

Except on Saturdays de Peter S. Beagle

Una historia de ¿amor? con la última representante de los dragones en Canadá, que no deja poso.

La Vitesse de Kelly Robson

La versión en autobús de Pesadilla a 20000 pies con persecución draconiana.

A Final Knight to her Love and Foe de Amal El-Mohtar

Quizá por recordarme un poco a Rachel Swirsky y su “If you were a dinosaur, my love” este poema de Amal El-Mohtar me ha llenado más que los anteriores.

The Long Walk de Kate Elliott

Me ha encantado este cuento sobre las viudas de la sociedad, que al morir sus maridos deben emprender una larga marcha hacia el olvido ya que no tienen valor para la sociedad, a menos que sus familiares paguen una desorbitada cuota a los monjes. Tras una vida supeditada a los caprichos y veleidades de sus parejas, no hay esperanza para quienes se encuentran en esta situación. ¿O tal vez sí?

Cut Me Another Quill, Mister Fitz de Garth Nix

Con un tono divertido y desenfadado, este relato de corte más tradicional que las mayoría de los reunidos en esta antología habla sobre los planes para conseguir atrapar a un dragón y hacerse con su tesoro. Que uno de los principales protagonistas sea una marioneta encantada le añade el punto justo de picardía.

Hoard de Seanan McGuire

Maravilloso el relato de McGuire, apostando por una de las características más conocidas de los dragones occidentales pero dándole un toque de modernidad con crítica sobre el sistema de casas de acogida. Estupendo.

The Wyrm of Lirr de C. S. E. Cooney

Otro poema para pedir la libertad de los dragones que no estoy segura de haber comprendido totalmente.

The Last Hunt de Aliette de Bodard

En esta precuela de In the Vanisher’s Palace, de Bodard aprovecha para abordar el pasado de uno de los protagonistas de la novela corta. Me gusta la idea de que la experimentación “eleve” a las criaturas implicadas, pero entiendo que el relato se disfrutará más conociendo la historia posterior.

We Continue de Ann Leckie y Rachel Swirsky

La idea de la renovación de un nido de dragones que funciona de una forma similar a un enjambre sirve a las autoras para hacer un paralelismo con la necesidad de cambio en las vidas. La intervención humana sirve como comparación pero tampoco es fundamental.

Small Bird’s Plea de Todd McCaffrey

Es uno de los cuentos más alocados de la recopilación, con humanos supervivientes en zonas nucleares y avatares de astronautas tornados en animales. Demasiado inconexa para mi gusto.

The Dragons de Theodora Goss

Precioso relato sobre acoger con cariño a pequeños perdidos y ajustar tu vida a sus necesidades, no a las tuyas.

Dragon Slayer de Michael Swanwick

Aunque en un principio parecía que se trataba de una historia fantástica de corte clásico, la aparición de viajes en el tiempo hace que se transforme en algo muy divertido y ocurrente.

Camouflage de Patricia A. McKillip

No me convence este relato de una examen final en la escuela de magia con viajes en el tiempo de por medio.

We Don’t Talk About the Dragon de Sarah Gailey

Gailey utiliza la metáfora del dragón en el granero para contar una durísima historia de maltrato infantil, como método de denuncia y superación.

Maybe Just Go Up There and Talk to It de Scott Lynch

Crítica muy ácida sobre la situación política de los Estados Unidos y su abandono de las pequeñas poblaciones a favor de las grandes. Scott Lynch da todo un repaso a la cultura de la violencia y el enfrentamiento, aunque en esta ocasión los enemigos sean dragones.

A Nice Cuppa de Jane Yolen

Un corto final para una antología que he de decir me ha sorprendido.

Como me pasa con casi todas las antologías hay relatos que me han gustado más y relatos que menos, la calidad en general es buena, pero he de admitir que los poemas se me han atragantado un poco.

The Unspoken Name

Soy capaz de perdonarle bastantes cosas a un libro si las compensa con otras, pero me costará mucho aburrirme con otro libro tanto como me ha aburrido The Unspoken Name.

El ritmo de la novela empieza bastante parsimonioso y lento, lo que yo pensaba que podía ser una introducción cautelosa en exceso resultó ser el tono de toda la narración. Vemos como Csorwe es la elegida para un sacrificio ritual al Unspoken One y lleva una tranquila vida novicia hasta que llegue su hora. Es algo tan aceptado que no le supone ningún problema, es su destino manifiesto. Sin embargo, cuando un poderoso mago llega la monasterio y la “rescata” de la muerte, tampoco es que abrace la vida con la que se ha encontrado con fruición, se dedica a ser la chica de los recados del mago.

Hete aquí que el mago, llamado Belthandros Sethennai, lleva buscando un objeto mágico durante mucho tiempo. Y Csorwe es la encargada de ir por distintos mundos en busca del relicario, porque claro, ¿para qué se va a entretener el mago súperpoderoso en buscar un instrumento de increíble antigüedad pudiendo mandar a una adolescente a la que has acogido? ¿Y si le ponemos como compañero a otro adoptado al que desprecia? Un plan sin fisuras.

A todo esto, no sé si os he dicho que Csorwe es una orca. Porque tampoco es que la autora haya hecho mucho hincapié en eso, es algo que he deducido por que la protagonista tiene colmillos inferiores que le sobresalen de la boca, pero aparte de eso, es irrelevante. A otros reseñadores les ha pasado que se han enterado “después” de leer el libro, así que imaginad lo importante que puede resultar para la trama.

No podía faltar la presencia de otra maga poderosa con otro destino manifiesto bastante chungo a la que Csorwe acaba rescatando, completando el circulo de salvada a salvadora. La presencia de algunos muertos vivientes que se enfrentan a ellas para darle “vidilla” al libro no deja de ser anecdótica y bastante rocambolesca.

Podría haber habido alguna reflexión sobre la posibilidad de huir del destino al que nos vemos abocados por las presiones familiares, por la tradición o simplemente por estar ahí en el momento adecuado, pero no es el caso, la autora pasa un poco de puntillas por este tema y decide centrarse más en una trama amorosa que se ve venir desde Sebastopol, aunque ninguna de las afectadas es capaz de percatarse hasta que el tema les da directamente en la frente. Esto puede tener algo de excusa por la inexperiencia de las involucradas, pero tampoco es que Larkwood lo maneje con demasiada soltura.

En definitiva, un libro con el que os recomiendo que mantengáis la distancia de seguridad, sobre todo si le tenéis aprecio a vuestro tiempo y vuestras neuronas.

The House of Styx

The House of Styx es la primera entrega de una nueva serie de Derek Künsken, precuela de las novelas The Quantum Magician y The Quantum Garden, aunque es de lectura totalmente independiente.

En esta novela nos encontramos con una mezcla que en un principio puede parecer bastante dificil de cohesionar. Por una parte tenemos ciencia ficción dura, con las condiciones de vida extremas de Venus y explicaciones sobre la supervivencia en un medio ácido mediante neutralizadores, la importancia de las atmósferas de presión y la temperatura sobre los hábitats de los humanos. Pero por otra parte tenemos la historia de una familia que sobrevive a este durísimo entorno con pocas circunstancias a favor, con un miembro con síndrome de Down y otro que está en un proceso de autoaceptación muy complicado. Pudiera parecer que estos dos aspectos tan alejados tendrían que chocar en algún momento pero Künsken consigue manejarlos de una manera muy correcta.

La colonización del inhóspito Venus ha sido llevada a cabo mayoritariamente por exiliados de Québec, lo que le da un toque especialmente florido a sus insultos, quizá lo primero que llama la atención del libro. Este elemento sorprendente tiene la función de situarnos en una escena bastante conocida en la ciencia ficción: la colonización de un mundo hostil, solo que en este caso al hallarnos en el sistema solar además debemos añadir las presiones políticas y económicas de los poderes fácticos que han financiado la colonización. Los habitantes de Venus están fuertemente endeudados con los bancos y por ello gran parte de las maniobras políticas de la Asamblea están destinadas a gestionar esta deuda, ya que minimizarla parece imposible. En contraste con esta zona de Venus están los habitantes de las partes más profundas y peligrosas, que se consideran más libres aunque su vida esté supeditada a los caprichos veleidosos del planeta.

Esta situación política da al autor la posibilidad de crear conflictos por los escasos recursos que se han de repartir entre los miembros de la colonia, manteniendo un equilibrio casi imposible y creando un escenario donde la reutilización de cada fragmento de metal puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. En este sentido, la novela tiene algo de épica.

No me gustaría explayarme más en el argumento, ya que creo que es mejor ir descubriendo sobre la marcha qué les sucede a los habitantes tanto de las partes más elevadas como de las profundidades. The House of Styx es un canto a la adaptabilidad de nuestra especie y la búsqueda de esa última frontera, pero sin olvidar en ningún momento que es lo que nos hace ser humanos. Espero que pronto podramos disfrutar de la siguiente entrega de la serie.

Mongrels

Hace tiempo que mi amigo Elías Combarro me había recomendado Mongrels de Stephen Graham Jones pero mi reticencia habitual hacia la lectura de terror en general me hacía tener reservas. Lo cierto es que nos encontramos ante una novela de hombres lobo a la que no le falta su toque de truculencia y sangre, pero ese no es el objetivo de la historia.

El autor narra la historia de un muchacho en el borde de la adolescencia con una vida difícil, ya que es un huérfano cuidado por sus tíos y su abuelo. Su principal obsesión es saber si va a ser capaz de “cambiar”, ya que su familia son hombres lobo pero él aún no ha manifestado esa capacidad. Sin embargo, como bien señala Elías, el libro es una metáfora de la marginalidad y de cómo crecer en un ambiente de estas características condiciona la vida futura. Resulta muy interesante ver cómo las distintas personas que ejercen influencia en su vida, pertenezcan o no a su familia, anteponen las cualidades que se asocian a los hombre lobos a otras que podrían darle más estabilidad. Los constantes cambios de domicilio, los robos y la caza furtiva, son elementos que modificarán profundamente su personalidad y la cambiarán hasta la persona en la que se acaba convirtiendo.

El libro alterna capítulos en primera persona y en tercera persona, pero siempre tomando como referencia las vivencias del protagonista. Que el conocimiento se transmita a base de historias y relatos es algo común en una vida nómada como la que se ve obligada a llevar la familia, pero hacia el final del libro vemos que de esta forma hay muchas partes que se van perdiendo, creando lagunas de conocimiento que en ocasiones podrían significar la diferencia entre la vida y la muerte. Es una road movie supeditadaa los estados del sur de Estados Unidos.

Al principio del libro cobra mucha importancia la figura del abuelo de la familia, que es el patriarca y quien rige los destinos de los demás miembros del clan. No obstante, cuando esta mano férrea pierde su poder, vemos como las interconexiones familiares también se van diluyendo, en parte por la pérdida de la referencia y en parte por la propia dinámica de esas relaciones interpersonales. Esta desintegración está muy bien descrita por el autor en algunos de los capítulos en los que algunos de los miembros desaparece temporalmente.

Se trata de un libro duro, pero que nos da pie para reflexionar a través de la dualidad monstruo-hombre.

Mongrels está publicada en español como Mestizos con traducción de Manuel de los Reyes.

Godblind

De nuevo tenemos la suerte de contar con @mertonio en la lectura conjunta de Godblind y, por ende, en esta reseña. Esperamos que os guste.

Godblind es el debut de Anna Stephens y, a la vez, la primera entrega de una nueva trilogía de fantasía grimdark. En la novela, los antiguos y exiliados dioses de la sangre tratan de volver al mundo mientras los diferentes personajes facilitan o impiden este regreso.
Es un perfecto ejemplo de lo que se suele entender como grimdark, porque no escatima ni crudeza ni oscuridad, en esta ocasión tanto por parte de los protagonistas como los secundarios.


La novela hace gala un par de escenas bastante explícitas aunque el desarrollo general no es particularmente truculento en ese sentido. Los diversos puntos de vista de personajes pertenecientes al bando “Dioses de sangre SÍ” dotan de esa oscuridad antes mentada.


La historia no es excesivamente original, ya que hay conspiraciones para hacerse con el poder, invasiones y espionaje, el día a día de cualquier reino de fantasía fronterizo. Sin embargo la idea central del retorno de los dioses tiene más enjundia de la que podría imaginarse en un principio. Los dioses no son entidades sin forma ni figuras de la entelequia si no que tienen una presencia real y sus propias ambiciones e intenciones.
Alejándose un poco de esta manera de la fantasía con un panteón alejado e inalcanzable. Aquí los dioses manipulan a los humanos y se entrometen en sus asuntos. En especial en una de las figuras más destacadas de la narración, el calestar.

Esto se contrapone a la fantasía de los ochenta y noventa, donde las deidades no suelen intervenir directamente en los asuntos de los mortales ni están definidos usando rasgos humanos (codicia, amor, etc). Recordando lecturas recientes, en Fate of the Fallen ocurre algo parecido.


Una de las características más destacables de Godblind son los capítulos cortos, cortísimos, teniendo una o dos páginas de longitud. Esto, unido a la gran cantidad de puntos de vista crean una narración como un tapiz, donde los eventos son contados desde múltiples ángulos. Se crea así un ritmo trepidante de capítulos y cambios que hace que el lector en ningún momento se amodorre, ya que siempre están pasando cosas.


Un punto más flojo en Godblind sería la ambientación, que resulta ser bastante genérica de tipo medieval sin demasiado detalle ni esfuerzo por parte de la autora en crear características únicas o definitorias. Es posible que cambie en el futuro, ya que la acción del libro se concentra en un único país, pero como entran en liza varias identidades nacionales distintas estos añadidos hubieran dotado a la novela de un punto de color y distinción del que carece.

Como contraste, sorprende el exquisito cuidado con el que trata el consentimiento en las relaciones sexuales, una rara avis en la fantasía (solo recuerdo otro ejemplo así en Magic for Liars). Por desgracia, también recurre a la violacion como recurso narrativo, una “solución” demasiado fácil.

A pesar de algunos fallos es quizá una de las mejores lecturas dentro de las primeras novelas de las damas del grimdark (os dejamos como ejercicio para subir nota en los comentarios decir quiénes son las otras escritoras más conocidas del momento). Es bastante probable que sigamos leyendo la historia con el resto de la trilogía.

Unconquerable Sun

He de decir que me ha encantado esta space opera de Kate Elliott, que me ha tenido entretenida e intrigada a la par, aunque el comienzo haya sido un poco lioso.

La frase en la que se ha centrado toda promoción de Unconquerable Sun la definía como un retelling de Alejandro Magno con género cambiado en el espacio (un gran triunfo de marketing, poque es una frase demoledora). Y es una muy buena definición, porque aunque solo conozco ligeramente la historia del conquistador, es cierto que se nota ese aire de inspiración griega en la ambientación y esa famosa “camaradería” de los miembros de su séquito. La trasunto de Alejandro es Sun, que lleva toda la vida preparándose para asumir el mando de la república de Chaonia cuando su legendaria madre no esté.

Al principio de la novela nos podemos encontrar un poco perdidos con muchos personajes nuevos y sobre todo con los diversos puntos de vista de la narración, que llevan aparejados cambios de la primera a la tercera persona e incluso en el tiempo verbal. Este recurso requiere un pequeño periodo de adaptación, pero luego se antoja algo natural y fluido. Para conocer a los personajes, no obstante, hace falta un poco más de tiempo y esfuerzo, pero merece la pena. Son distintos y complementarios entre ellos y se convertirán en el alma del libro.

Las intrigas políticas y traiciones están a la orden del día, incluso dentro de la misma familia, porque ¿quién te puede poner mejor la zancadilla que aquel que te conoce desde siempre? Todo esto con una guerra de fondo, con un imperio que ha tenido que retroceder un poco en sus posiciones por el empuje de Chaonia, pero que no está dispuesto a dar su brazo a torcer en una guerra a varias bandas.

El ritmo de la novela, aunque empieza un poco indeciso, toma una velocidad de crucero muy elevada una vez que están desplegadas todas las piezas en el tablero. Y se vuelve definitivamente frenético al final del libro, cuando las apuestas están más altas y empiezan las revelaciones que cimentarán la continuación, porque por desgracia (o por suerte si la autora sigue con este nivel), el libro no es autoconclusivo.

Por si le faltaba algo, la novela está trufada de guiños al lector y huevos de pascua para ir descubriéndolos. Desde tuckerizaciones de otros escritores pasando por referencias futboleras, el libro tiene muchos pequeños detalles que denotan el trabajo y el cariño volcado en su creación. Tener un diminuto dinosaurio como mascota, los personajes con cuatro brazos o la creación de nuevas palabras que quedan como pequeños retos de comprensión para el público del libro son añadidos que aumentan la inmersión en la aventura.

Por favor, leed esta novela. Necesito comentarla con alguien urgentemente.