The Unkillable Princess

Tras las buenas sensaciones que me dejó The Immortality Thief, no es de extrañar que no dejara pasar mucho tiempo para leer The Unkillable Princess, la segunda entrega de la saga The Kystrom Chronicles de Taran Hunt. 

Seguiremos acompañando a Sean en sus desventuras, aunque en esta ocasión estará muy bien acompañado con personajes que conocimos en la primera entrega. El escenario se amplía, con visitas a distintos mundos y la autora utiliza numerosísimos flashbacks para ir conociendo más en profundidad el pasado de Sean y su familia y su relación con los hechos que van aconteciendo. Este ir y venir traqueteante a veces resulta un poco confuso, como si el motor FTL de una nave espacial no estuviera al 100% y necesitara algún empujoncito. Pero cuando Hunt prescinde de este recurso, la acción que se desencadena es apabullante. Persecuciones, timos, planes dentro de planes y mucho movimiento, en una clara señal de que la autora prima el entretenimiento en su obra. Y nosotros no podemos más que estar agradecidos, ya que virar la historia hacia un thriller de espionaje no ha debido resultar nada fácil.

Es importante también destacar ese aire optimista y de buen rollo que desprende toda la obra. Sin duda, conocemos muchos libros de fantasía cozy, sobre familia encontrada en contraposición a la familia “natural”. Sin embargo, creo que esto en el terreno de la ciencia ficción está menos explotado (no digo que no exista, solo que se me vienen menos ejemplos a la cabeza al pensarlo). Es interesante cómo Taran Hunt equilibra esta parte más cargada emocionalmente con otros capítulos llenos de adrenalina. Se nota que ha ido evolucionando como autora, siendo The Unkillable Princess un libro mucho más redondo que el anterior, con unos personajes perfectamente definidos que despiertan la empatía del lector con gran facilidad y que encima vemos madurar ante nuestros ojos cuando se van enfrentando a vicisitudes en cada página del libro. Las relaciones entre Indigo, Tamara y Sean son de lo más atractivo de una novela que no carece de puntos interesantes.

Me alegra mucho también ver que se dejan abiertas puertas a nuevas entregas de la saga, aunque por supuesto todo dependerá de las ventas. Creo que sería una buena adquisición para el mercado español, por lo dinámico y divertido de su propuesta, que creo que sin llegar a ser una space opera sí que utiliza muchos de los recursos que asociamos generalmente a este subgénero.

The Immortality Thief

Leí este libro por recomendación de Alex Páez, que conoce mis gustos y pensó que me iba a gustar, y la verdad, como suele suceder, acertó de pleno.

The Immortality Thief es la primera obra de Taran Hunt, una autora que ha conseguido conjugar la emoción de las persecuciones y de la space opera en general con la reflexión sobre el verdadero significado de ser humano, aderezado con unas cuantas gotas de optimismo. Todo un logro, porque además la prosa es elegante y efectiva.

En esta novela conoceremos la historia de Sean Wren, un joven criminal superviviente de una zona de guerra. Sean se encuentra ante una difícil decisión: entrar en prisión indefinidamente o jugarse la vida en una “operación de rescate” en una nave espacial perdida desde tiempos inmemoriales situada en las cercanías de una supernova a punto de estallar.

Sean es un personaje que desde el principio nos cae bien, intrínsecamente bueno, a pesar de la historia tan triste que arrastra desde sus orígenes, Es gracias a sus capacidades como lingüista (para que luego digan que no es importante estudiar carreras de letras) que dispone de las herramientas necesarias para llevar a cabo la misión casi suicida en la que acaba enrolado.

Desarrollar la mayoría de la historia en una nave espacial le permite a la autora crear una atmósfera de reclusión agobiante, aderezada con persecuciones de las distintas criaturas que han evolucionado a lo largo de mil años en la propia nave. A pesar de esta sensación de claustrofobia y de peligro constante, no es una novela que dé mucho miedo (y eso que yo soy bastante aprensiva). Y esto es por el carisma de los personajes, sobre todo Sean, pero también sus inesperados compañeros de viaje, aunque cada uno vaya guiado por sus propios intereses.

Hay que reconocer que a veces algunas escenas se alargan en demasía, algo que juega un poco en contra del ritmo de la novela, aunque en general está muy bien llevado y hay tramos en los que es sencillamente trepidante. Me gusta también especialmente la importancia que se le da a la colaboración entre distintas facciones enfrentadas, pero que aúnan sus fuerzas contra un mal mayor. Es estupenda la sensación de esperanza que te queda conforme van avanzando las páginas del libro.

No quisiera extenderme más para dejar que seáis vosotros mismos quienes descubráis la obra. Os recomiendo que no la dejéis escapar.