Isabella Nagg and the Pot of Basil

Si seguís el blog con cierta asiduidad, veréis que aunque tengo mis autores fetiche intento también salir de mi zona de confort para descubrir autores nuevos. Esto es lo que intenté con Oliver Darkshire y su Isabella Nagg and the Pot of Basil, pero esta vez el tiro me ha salido por la culata. Os explico las razones.

Aunque Isabella aparece incluso en el título del libro y debería ser la protagonista, lo cierto es que el principio de la historia no se centra en ella, si no en un mago que entierra un cuerpo decapitado para que no reviva y olvida actuar sobre él después, dejando al destino qué pasará con ese ser. Años después, la acción sí que cambia al pueblo donde vive Isabella, pero Darkshire prefiere que conozcamos primero a su odioso marido, que malvive recogiendo y vendiendo las hojas de mandrágora de su huerto a los magos. Lo único que Isabella tiene de su vida anterior al matrimonio es la maceta de albahaca que la acompañará en sus desventuras, aunque esconde secretos inesperados que no tardarán en salir a luz. Los distintos puntos de vista sirven al autor para ofrecernos un collage de la vida en el pueblo de East Grasby, un sitio al que recomiendo encarecidamente NO IR.

Los elementos más destacables del libro son el gato que no es un gato, que le servirá de ayudante con una actitud pasivo-agresiva bastante bien narrada y la existencia del Grimorio Mágico, un compendio de volúmenes que reúne todo el saber mágico para convertirse en mago… o perecer en el intento.

La producción del audiolibro me ha parecido destacable, sobre todo en los interludios entre capítulos cuando se leen capítulos del Grimorio mágico, acompañado del sonido de una pluma en pleno proceso de escritura para crear ambiente. El autor y lector del audiolibro, que obviamente conoce al dedillo su obra lleva a cabo una labor encomiable, pero el tono impostado de la voz de algunos personajes es insufrible, con mención especial para la maceta de albahaca.

El libro pretende ser divertido, pero a mí al menos me resulta cargante. Las referencias al mercado goblin prerafaelita son constantes, pero imbuido con un aire de modernidad y un esquema piramidal Ponzi que podría resultar divertido, pero que estira demasiado el chicle como para aguantar la broma. El del autor es un humor muy particular que me temo que o te encanta o lo aborreces y yo estoy entre los del segundo grupo.

The Price of Everything

Tenía muchas ganas de ver cómo podía funcionar una novela de inspiración claramente cyberpunk, pero sin que exista internet en el mundo futuro que nos muestra Jon McGoran. La respuesta simple es “funciona, pero no demasiado bien”, pero para no ser injustos con el autor, mejor si me explayo un poco más en la explicación.

El protagonista de la novela es Armand Pierce, un mensajero del Gremio, que como todos los que llevan a cabo este trabajo, lleva una cadena de titanio fusionada a los huesos de su muñeca. El sistema financiero se tambaleaba tras la caída de internet en las ciberguerras y la vuelta al papel moneda como único medio de intercambio, pero la confianza en los mensajeros nunca ha decaído, ya que se sabe que arriesgarían su propia vida si no llevaran a cabo la entrega. Normalmente lo que se mueve son grandes cantidades de dinero, pero al comienzo de The Price of Everything Pierce descubre que lo que eran fajos y fajos de billetes ahora solo es polvo, y el receptor del paquete decide tomarse la justicia por su mano.

El mundo que nos muestra Jon McGoran parece más una vuelta al pasado donde los gangster campan a sus anchas que una predicción del futuro tras la destrucción de internet, así que funciona más como relato de enfrentamiento entre bandas que como novela especulativa. En ese sentido, sí que se respira ese ambiente noir de peligro constante en cada desplazamiento de Pierce e incluso esa especie de código de honor de la mafia del siglo pasado. No obstante, en la parcela especulativa, la novela se queda bastante corta y los supuestos giros de guion son tremendamente previsibles. La recreación del desastre climático solo aparece cuando le conviene al autor, con zonas inundadas en los momentos adecuados y también como justificación de la cruzada personal del protagonista contra el sistema.

Los personajes carecen de carisma en general y son bastante arquetípicos. Esto tampoco ayuda a la suspensión de la incredulidad para sumergirnos en el relato. Por contra, las escenas de acción sí que están bastante bien narradas y son atractivas. The Price of Everything es una novela normalita que necesita de la ciencia ficción para contarse, pero que opta más por el thriller que por la especulación. Su principal problema es que deja bastante indiferente al lector.

The Memory Collectors

No engaño a nadie si digo que lo primero que pensé cuando vi información sobre The Memory Collectors fue que si Dete Meserve era del mismo pueblo que Yennefer de Vengerberg, porque mi mente es así de simple. Si nos fijamos en la sinopsis, pues la verdad es que parecía escrita para mí, con viajes en el tiempo y vidas entrelazadas.

Lo cierto es que aunque la parte de ciencia ficción es inextricable a la novela, se trata más de un misterio que resolver y una serie de lecciones de vida que una novela especulativa. Esto puede decepcionar a los fans más hardcore del género, pero la lectura merece la pena, está escrita con oficio y puede llegar a emocionar, aunque a veces abuse del sentimentalismo. La ciencia en esta novela de ciencia ficción brilla por su ausencia.

Leeremos cuatro puntos de vista distintos de viajeros en el tiempo, inicialmente desconocidos entre ellos, pero destinados irremediablemente a mezclarse. Algo no va del todo bien cuando todos los viajeros sobrepasan el estricto límite de tiempo que pueden permanecer en el pasado, pero este es una necesidad imprescindible para el desarrollo de la historia que ha planeado Dete Meserve. La autora habla de redención, de superación de los propios límites y de aceptación de los hechos que no podemos cambiar, pero sin pontificar, dejando al lector la interpretación de unos hechos profundamente humanos.

Los cuatro personajes (Elizabeth, Logan, Andy y Brooke) están rotos en el presente por los hechos que acontecieron en el mismo día de 2025. Se supone que no se puede elegir a qué momento del pasado vuelves, pero casualmente todos ellos van al mismo día y a la misma región geográfica, volviéndose a enfrentar a aquello que fracturó sus vidas. Todos han sido informados de que cuando sean extraídos del bucle temporal todo se reseteará y volverán a sus vidas actuales, pero ninguno pierde la esperanza de que esto no sea así.

Meserve guarda muy bien sus cartas mientras va poniendo las piezas sobre el tablero de juego y aunque alguna de las relaciones podamos intuirlas más o menos desde el principio de la novela, el misterio de qué sucedió aquella noche no se desvelará tan fácilmente.

Mención especial merecen los narradores del audiolibro (Andrew Eiden, Erin Bennett, Hillary Huber, Michael Crouch), uno por cada personaje. Me gustan los audiolibros que tienen una representación variada en sus actores, hace que el libro se disfrute de una forma coral.

Es una novela que no me extrañaría que se viera publicada en español, de la mano de una editorial generalista como Anagrama.

The Incandescent

El año pasado Emily Tesh apareció de manera fulgurante en el panorama de la ciencia ficción, con premio Hugo incluido. Aunque a mí Some Desperate Glory no me pareció tan redondo, no niego que había cierto interés en The Incandescent, englobado en la fantasía y con la etiqueta de moda, dark academy.

The Incandescent nos habla de la vida de la doctora Walden, directora de un internado inglés, con la peculiaridad de que los alumnos que allí estudian tienen facilidad para las artes mágicas, así que su formación incluye asignaturas de este tipo. Y claro, también las amenazas típicas de un lugar plagado de magia desde hace siglos, con demonios pululando en la sombra para tomar apetitosos bocados de adolescente macerado en su propio jugo.

La elección de la protagonista no es casual. Tesh se desmarca un poco del típico adolescente influido por sus hormonas para dar voz a una profesora joven, que ha antepuesto su carrera a su vida personal pero que no se arrepiente de sus actos. No es la primera en hacerlo, claro, ahí tenemos Magic for Liars de Sarah Gailey sin irnos muy lejos. Esta elección le sirve a la autora para cambiar un poco el foco del género, para ver desde una perspectiva más madura el mundo siempre cambiante de los adolescentes, que al tratarse de un internado ves crecer desde pequeños hasta mayores, siempre rodeado de la misma energía vital. Es una aproximación muy atractiva, que sin duda llamará la atención de los lectores dedicados a la enseñanza, que puede que vean reflejadas sus experiencias en estos capítulos. La bisexualidad de Walden también se trata con naturalidad, sin darle apenas importancia, aportando al libro variedad.

También el hecho de que en el internado se mezclen los alumnos de las familias más pudientes del Reino Unido y algunos casos de caridad nos hace ver el fuerte contraste de una sociedad clasista hasta la médula, donde solo los alumnos extremadamente brillantes pueden subir en el ascensor social mientras que los acomodados no tienen problema alguno. Y, ¡ay del que se le ocurra salirse del camino marcado!

En cuanto al ritmo, hay que reconocer que Tesh sabe cómo comenzar los libros de manera vertiginosa y, afortunadamente, en esta ocasión logra mantener el pulso a lo largo de casi toda la obra. El sistema mágico es el habitual de los tratos con las entidades mágicas, si bien la inclusión de la tecnología moderno ha variado un poco el sistema tradicional. Tesh también decide despachar la AMENAZA SUPREMA, bastante rápido, lo que nos da un idea de que el libro irá por otros derroteros.

Mi problema es que se trata de una novela bastante previsible, que está escrita con gran sentido del humor y que sin duda será muy bien recibida entre el público, pero a la que le falta algo más de enjundia para conseguir las cinco estrellas. No obstante, Tesh sigue en su camino para convertirse en una autora imprescindible.

Bee Speaker

Este es el primer libro de Adrian Tchaikovsky que he leído este año, seguramente no será el último, pero nunca dejará de sorprenderme la extraordinaria capacidad de este autor para publicar de forma constante y con un nivel medio de calidad bastante elevado. Bee Speaker es la tercera parte de la serie Dogs of War, de la que ya comentamos la homónima Dogs of War y Bear Head.

El autor decide volver a poner el foco en la Tierra, ofreciéndonos una mezcla entre Cántico por Leibowitz y Fallout, exponiendo el ocaso de la civilización, donde solo en pequeños reductos se guarda todavía algo de la tecnología de antaño. Es un libro eminentemente pesimista, que juega con distintos puntos de vista y que puede llegar a resultar confuso en ocasiones, pero creo que esto es un efecto buscado por el escritor para exponer de forma cruda el funcionamiento de una inteligencia distribuida en ciernes, un poco como Elly Bangs en Unity.

En un tono más serio que en las entregas anteriores, veremos cómo las bioformas se han de adaptar a un mundo decadente, donde la supervivencia no está para nada garantizada. Me gusta muchísimo cómo habla de los bunkers de los preparacionistas multimillonarios, cuya principal preocupación no era solo sobrevivir, si no conseguir que la subyugación de los guardaespaldas a los que contrataron como protección sea indiscutible, de forma que no quepa el menor atisbo de rebelión. La “solución” que ofrece Adrian es algo previsible, pero no por ello deja de tener consecuencias desastrosas. Recuerda, ligeramente, a la idea de Derek Kunsken y sus homo puppets. Tampoco se queda corto con su crítica al machismo recalcitrante que parece el inevitable destino de la humanidad, controlada por la testosterona.

La nueva bioforma basada en los animales de sangre fría me parece todo un descubrimiento, con su capacidad para regular la temperatura que la hace tan versátil como imprevisible, y sus diálogos interiores tan volubles como variable es su carácter. Es un elemento desequilibrante en la narrativa que aporta los mejores momentos de la novela.

Definitivamente, la serie va mejorando conforme vamos teniendo nuevas entregas. No sé si Tchaikovsky tiene intención de continuarla, pero desde luego que estaré la primera de la fila para leerlo si decide hacerlo.

The Malevolent Seven

Creo que a The Malevolent Seven le vino bastante mal que su título sea muy similar a The Maleficient Seven, se puede confundir fácilmente. Y no es menos cierto que la obra de Sebastien de Castell tiene referentes similares a la de Cameron Johnston y recurre al mismo prototipo de villano que te tiene que convencer de lo malo que es regando todas sus intervenciones con humor y mala leche, no necesariamente en ese orden.

Me gusta muchísimo la idea de partida del libro, la necesidad de reunir a siete magos para una misión que no tenemos muy claro cómo afrontarán, pero que sabemos sin duda que será peligrosa. de Castell decide presentarnos una plétora de personajes, para luego deshacerse de ellos como quien tira de la cadena y sacarse de la manga otros aún más atractivos. Dice mucho a favor del saber hacer del escritor la consistencia del mundo mágico que crea, donde cada categoría de mago puede ser más objeto de mofa que la anterior. Al final, todos tienen algo valioso que aportar, pero lo que nos hemos reído de ellos por el camino, eso no nos lo quita nadie.

El libro también está plagado de referencias sexuales, sobre todo sobre el nada despreciable retorno de inversión de un burdel acuático, aunque a veces algunos de los comentarios se pasen de zafios. Ahí creo que el autor podría haber medido más sus palabras y menos los órganos sexuales de los implicados.

En algún sitio se ha hablado de la tendencia actual a basar los libros en un grupo de tipos malvados, a priori, que acaban salvando el mundo, como Los Diablos de Abercrombie. Pues aquí tenemos la demostración de que ya existía esa corriente hace dos años, que es la fecha de publicación de The Malevolent Seven pero seguro que nos podemos remontar más, por ejemplo The Maleficient Seven es de 2021. Y seguro que si rascamos algo más, encontraremos referentes más antiguos.

Que la fuente del conflicto que vemos en el libro sea la eterna lucha entre el bien y el mal… pues no sorprenderá a nadie, pero no es menos cierto que el autor hace tabula rasa con lo que todos podríamos esperar y dejar el camino expedito a unas continuaciones que espero no tarden en llegar. Y mi consideración de Sebastien de Castell ha mejorado respecto a Play of Shadows, así que no descarto leer más cosas suyas.

Hammajang Luck

¿Un libro sobre un timo en un ambiente de ciencia ficción? ¡Póngame dos! Al menos esta fue mi reacción al leer la sinopsis de Hammajang Luck, la primera novela de Makana Yamamoto. Y la novela responde perfectamente a estos parámetros, en una mezcla muy original con la cultura hawaiana, pero en el espacio.

Edie sale en libertad tras pasar 8 años en la cárcel y a la salida le está esperando la persona que provocó su ingreso en prisión. Angel le ofrece un último trabajo, un último timo para ganar tanto dinero que serán incapaces de gastárselo en varias vidas. Edie, aunque con mucha inseguridad, decide volver a arriesgarse para ayudar a su familia. Y ese es el resumen de la historia, que pivota alrededor de la importancia de la familia real y la encontrada, de cómo volver a recuperar la confianza perdida en otra persona, todo ello aderezado con la planificación y ejecución del robo del siglo al típico millonario insoportable pagado de sí mismo.

Resulta llamativa la inmersión forzosa en lenguaje hawaiano (san Google siempre acude en nuestra ayuda) en dos vertientes, con la inclusión de muchas palabras que desconocía y una especie de slang hablado que al volcarlo al lenguaje escrito dificulta un poco la comprensión. También es destacable la representación de las lesbianas butch, tema sobre el que reconozco mi desconocimiento, integrándolo en la trama de una forma natural (hablando sobre binders u operaciones de pecho ). Me gustaría saber la opinión del alguien con más conocimiento sobre el tema, pero yo creo que está representado de una manera respetuosa.

En cuanto al timo en sí, pues tiene un poquito de todo, como en botica. Asistiremos al reclutamiento de los especialistas, ya que se necesitará tanto músculo como cerebro, hackers y revienta cajas fuertes de toda la vida. La ambientación espacial, pues tampoco es que influya mucho en el resultado, es más atrezo que otra cosa, para darle un regusto a ciencia ficción, pero sería perfectamente extrapolable a otro escenario. La resolución final parece un tanto previsible, pero el trayecto resulta entretenido y amigable, así que es un libro que no te arrepentirás de haber leído.

The Teller of Small Fortunes

A veces hace falta desengrasar un poco el motor lector y dedicar algo de tiempo a un libro agradable que no te haga pensar mucho. Ese era mi objetivo con The Teller of Small Fortunes y de decir que en ese aspecto ha conseguido su objetivo, porque es tan cozy y almibarado que a veces se pasa, pero ciertamente no exige ningún esfuerzo al lector que simplemente puede disfrutar con las pocas vicisitudes que se encuentra en su vida la protagonista, Tao.

Tao vive errante en su carromato, ofreciendo pequeñas visiones del futuro de los aldeanos que se va encontrando, a cambio de un paga también pequeña. Su condición de inmigrante la señala en varios de los pueblos que conforman su ruta, mientras que en otros es acogida entre sonrisas por sus visitas pasadas. En esta vida aparentemente simple y relajada, el conflicto viene de su pasado algo tumultuoso (un poco de marejadilla) y de los compañeros que se va encontrando por el camino, con los que formará un equipo variopinto y entretenido.

The Teller of Small Fortunes tiene un carácter marcadamente episódico, si bien hay dos historias que son las que dan cohesión a todo el relato, el pasado de Tao y la búsqueda de una persona determinada, el resto de los capítulos son perfectamente autoconclusivos. El libro está escrito de forma pausada, como si quisiera pasar por el mundo sin dejar mucha huella. Es difícil sumergirse en la historia porque siempre hay otras cosas en la vida que requieren más nuestra atención. Creo que Julie Leong trata con tanto respeto a sus personajes y al mundo que ha creado que ha conseguido hacerlo prácticamente invisible hacia el lector, algo que no es un acierto. Leong habla del Estudio Ghibli como gran inspiración de su obra, pero, qué queréis que os diga, ese referente es demasiado ambicioso para lo que nos acabamos encontrando. Es verdad que se nota ese aire optimista y colorido, pero solo es atrezo, sin visos de profundidad. Hay temas como el racismo y la xenofobia, pero está todo tan licuado que la verdad, el mensaje queda totalmente difuminado.

Con esto no quiero decir que sea un libro malo, como he dicho anteriormente cumple su función de elevar el ánimo del lector, solo que deja poco poso.

The Fourth Consort

Aunque difícilmente alcanzará la misma repercusión que su Mickey7, sobre todo por la adaptación cinematográfica, Edward Ashton sigue publicando novelas de ciencia ficción, con desigual resultado. En The Fourth Consort abandona el universo de Mickey y el cambio le sienta muy bien a la narración.

El protagonista de la historia es Dalton Greaves, un humano escogido por el movimiento extraterrestre Unity tanto por su carrera militar como por su ingeniería, para expandir esta unidad de culturas allende el espacio. La misión de Dalton es conseguir que los habitantes del mundo al que le han destinado se alíen con la Unity. Pero resulta que hay otro movimiento panestelar, la Assembly, que busca lo mismo y les ha tomado la delantera.

Lo que en principio podría parecer una historia de confrontación, se transforma en un primer contacto divertido a veces y frustrante en otras ocasiones. Me parece todo un acierto reflejar en el relato los problemas de comunicación de las especies, a pesar de la existencia de traductores universales en un claro homenaje a Douglas Adams. Y es que un intérprete necesita contexto, necesita interpretar la cultura así como las palabras, algo muy pero que muy complicado. Es un recurso maravilloso que da lugar a escenas bastante cómicas, pero también que sirve para exponernos la dificultad intrínseca de cualquier comunicación. Ashton explora esta idea de una forma muy atractiva.

La novela tiene un ritmo bastante constante, unos personajes muy bien definidos con interacciones entre socarronas y honorables y recuerda por momentos a uno de mis tebeos favoritos, Los héroes del equinoccio. Quizá le sobran algunos de los pasajes de flashback que nos ayudan a situar al protagonista en referencia a su pasado, pero en general es una lectura muy agradable. No sé si hay alguna posibilidad de verlo publicado en español, pero creo que sería un acierto.

Brighter than Scale, Swifter than Flame

Otra cosa no tendrá Neon Yang, pero desde luego tiene un ojo para poner títulos llamativos a sus obras. Con Brighter than Scale, Swifter than Flame, le autore nos entrega en esta ocasión una fantasía sobre caza dragones bastante típica, sin muchos sobresaltos que se lee (o se escucha como hice yo) con gusto pero sin mucho apego.

La protagonista es Yeva, que en su juventud descubrió su poder para acabar con los dragones, herencia de su padre. Ha tenido una vida recluida, ya que a muy temprana edad la separaron de su familia para formarla como caza dragones. En el transcurso de esta formación y como forma de autodefensa decidió no volver a mostrar su rostro en público (un poquito mandaloriano esto). Sin embargo, ahora la mandan como embajadora a un reino extranjero para investigar sobre la posible presencia de dragones allí, un movimiento un tanto extraño ya que mandar a una guerrera a desplegar una labor diplomática no parece muy lógico. Sin embargo, Yeva dedicará todo su empeño a desvelar los misterios de la reina del lugar, Lady Sookhee.

Brighter than Scale, Swifter than Flame es una novela corta bastante previsible, que no destaca por nada en especial. Neon Yang acostumbra a ofrecer una prosa más elaborada que la que podemos ver en esta Nancy Wu es correcta, pero le falta algo de vida, aunque no os puedo asegurar que sea por la labor de la narradora o por el propio texto de origen, que me ha parecido bastante plano. Entiendo el mensaje que pretende hacernos llegar le autore sobre colonización y pérdida de identidad de los colonizados, así como también un poquito de disforia corporal acrecentada por la excesiva rigidez de sus años formativos, pero creo que el manto en que lo envuelve resulta ser menos atractivo de lo esperado, por la trayectoria de Neon Yang.

La parte romántica también deja cosas que desear, ya que es bastante previsible, como el libro en su conjunto. Espero que la siguiente publicación de Neon Yang vuelva a otros cauces más embaucadores, porque esta historia en particular se borrará pronto de mi mente.