Regarding Ducks and Universes

Una novela que comienza siendo original desde su título y que homenajea de forma clara a las novelas de detectives de principios del siglo pasado con un barniz de ciencia ficción tenía que llamar forzosamente mi atención.

La premisa de la que parte la historia es curiosa. En 1986 se creó un universo alternativo, no sé sabe muy bien por qué y desde entonces es posible viajar entre ambos. Aunque hay bastantes diferencias entre los escenarios también hay similitudes y la autora juega sobre todo con los personajes que tienen un doble en el otro universo para dar lugar a situaciones divertidas o chocantes.

La fórmula no da mucho más de sí y me hubiera gustado que se exploraran otras diferencias entre mundos que no fuera por ejemplo la existencia del libro electrónico y el libro de papel convencional, que parece un elemento fundamental en la diferencia del desarrollo de los dos universos. La narración es amena y es cierto que el misterio no deja de tener su interés, pero la broma se hace un poco larga para el escaso contenido que se ofrece. Tampoco se hace mucho hincapié entre la diferencia que puede haber entre las personas que nacieron antes de la bifurcación, que sí tienen un igual en el otro universo, y las que nacieron después, que no tienen por qué tenerlo necesariamente. Este aspecto también podría haber dado algo más de juego.

En una especie de pirueta metaliteraria la principal preocupación de protagonista es saber si su alter ego se está dedicando a crear una novela de detectives como es su sueño secreto. Esto también dará lugar a confusiones y envidias, que darán vidilla a la narración.

Se trata de una lectura ágil y amena, el típico libro que se lee para una sobremesa sin tener que pensar mucho y que te tiene entretenido un rato. En esta ocasión, yo lo escuché como audiolibro, con la narración de Alexander Cendese, que he de decir que realizar una labor encomiable. Las distintas caracterizaciones de la voz de los personajes hace que sea muy fácil seguir la historia, aún habiendo doppelgangers que forzosamente deberían tener la voz muy similar.

En definitiva es un libro que no pasará a la historia, pero es que tampoco lo pretendía.

The Last Watch

Le tenía el ojo echado a esta novela de ciencia ficción sobre todo por la portada, ¡qué le vamos a hacer!, a mí es que me pones una nave espacial y ya me tienes contenta.

La premisa científica en la que se basa toda la historia es muy interesante, ya que da por hecho que en algún momento en el pasado la expansión de universo se detuvo y se quedó “congelada”. Lo que hay más allá de este límite, llamado The Divide, ha permanecido inmóvil durante mucho tiempo bajo la vigilancia, tal vez inútil, de la Legión, un cuerpo militar con los castigados y exiliados del resto de los ejércitos. Este retiro forzoso, es una manera estupenda de quitar de en medio a los elementos subversivos o simplemente de solucionar problemas disciplinarios de manera drástica. Pero la situación cambiará de repente, como era de esperar y quizá ya no sea un destino tan tranquilo.

La novela tiene dos puntos de vista, el de Cavalon Mercer y el de Adequin Rake. El primero es el heredero díscolo de una de las monarquías más importantes del universo humano y la segunda es una heroína de guerra condecorada. Ambos, por distintas causas, acaban en la Legión. Me gusta el contraste entre la veteranía de Rake y el idealismo de Mercer, es uno de los motores de la novela. Las causas que llevaron a cada uno a la Legión son muy diferentes y no las iremos descubriendo en su totalidad hasta que vamos avanzando en la lectura, pero este no es el principal misterio del libro.

The Last Watch tiene una mezcla bastante descompensada entre la especulación científica y la tecnología que se van encontrando. Aplicando la Ley de Clarke, es tan avanzada que es indistinguible de la magia y eso hace que chirríe un poco en la narración, aunque forme parte inseparable del núcleo de la novela y de su justificación. Esta es el principal escollo con el que me he encontrado a la hora de valorar la lectura.

Los personajes, aunque creíbles, son algunas veces exagerados en su propia idiosincrasia. Vale que uno de ellos tenga memoria fotográfica, pero de ahí a sacarse tres doctorados por no dejar de ir a la Universidad y que sean justo los que hacen falta en cada momento del libro hay un trecho. El sentido del honor en ocasiones es tan rígido que enorgullecería al samurai más estricto. No por ello deja de ser interesante el desarrollo de la historia, pero a veces parece demasiado encorsetada por estas características. Me gustaría que se hubiese hablado algo más sobre la situación política en el resto de mundos y colonias, ya que las referencias a las condiciones de vida de los humanos y la manipulación genética dejan entrever una trama que puede ser interesantísima en las entregas posteriores.

El audiolibro tiene dos narradores: Andrew Eiden y Nicol Zanzarella. Ambos realizan un buen trabajo, pero no encuentro ninguna cualidad especialmente llamativa que destacar.

Aunque esta novela tiene algunos fallos de ritmo, creo que podré hacerme una idea más completa de lo que quiere enseñarnos la autora cuando lea el siguiente libro. Os emplazo a esa próxima lectura para ver si la serie merece la pena.

The Coward

The Coward de Stephen Aryan es una fantasía muy correcta que no reinventa la rueda pero ni falta que le hace para tenernos entretenidos durante algunas horas.

El protagonista de la historia es Kell Kressia único superviviente de una expedición llevada a cabo por un grupo de héroes para acabar con la amenaza del norte que estaba provocando la pérdida de cultivos y la hambruna en los Cinco Reinos. Se unió al grupo por cabezonería, siendo un joven descerebrado y cansino. Ahora, diez años después, los signos del mal vuelven a estar presentes, pero Kell, más maduro y responsable, no desea realizar de nuevo un viaje del que cree que salió con vida de pura chiripa.

Aryan nos relata una historia que cumple punto por punto el viaje del héroe, como hemos visto muchas veces en la fantasía más convencional. No obstante, nos ofrece una vuelta de tuerca gracias al hecho de que sea la segunda vez que realiza la peregrinación, por lo tanto se suma el factor experiencia. De cara al lector sigue siendo novedoso porque no conocemos el viaje anterior salvo por los extractos del cantar que cierto bardo creó a raíz de la primera aventura, que es maniqueo y está manipulado de forma flagrante.

El viaje y la composición del conjunto de héroes también es convencional, aunque los personajes se hacen de querer con sus peculiaridades y características. Quizá la parte que da más empaque a la historia es la intriga política de la que seremos testigos entre bambalinas, entre los reyes y principalmente la cabeza de la iglesia, que es un ejemplo estupendo de los delirios de grandeza de la estructura eclesiástica.

Aunque la historia es bastante lineal, ya que hay que desplazarse desde el punto A al punto B para acabar con la amenaza C, se agradecen las historias añadidas de los miembros de la expedición, que dan un poco más de variedad a la misión. Y una vez alcanzadas las llanuras heladas, se nota cierta épica inspirada en la exploración del capitán Scott que le sienta muy bien a la aventura, que en caso contrario habría sido demasiado tradicional.

The Coward es una novela correcta, quizá no demasiado original, pero que cumple con su papel de entretenernos de forma más que pasable. Deja abierto el camino para una continuación que lógicamente habrá de centrarse más en los tejemanejes políticos que en una nueva amenaza, pero tampoco tengo la certeza absoluta de qué va a hacer el autor a continuación.

Clockwork Boys

Sé que llego tarde a la fiesta de la autora T. Kingfisher, pero también dice que nunca es tarde si la dicha es buena, así que me alegro de haberle dado una oportunidad. Tras disfrutar de la más que correcta The Seventh Bride, vi que más obras había disponibles de la autora en la plataforma de audiolibros a la que estoy suscrita y escogí Clockwork Boys, aunque no os podría decir muy bien las razones por la que escuché esta y no otra.

A veces el azar nos favorece y así ha sido el caso. Clockwork Boys es la primera entrega de una duología fantástica con toques steampunk. Utiliza una fórmula bastante manida, la creación de un grupo de variopintas cualidades para llevar a cabo una misión suicida. Es así como un paladín, un asesino, una falsificadora y un erudito entran en un bar se embarcan en una aventura destinada a investigar a los propios clockwork boys, una ominosa amenaza que cada vez se acerca más a la ciudad para destruirla. La recompensa para los tres primeros será la libertad, ya que por sus “hazañas” se encontraban en prisión.

El principal punto fuerte del libros son unos diálogos chispeantes con cierta carga de humor negro, que nos harán avanzar por la aventura con una sonrisa en los labios. Y es que los personajes desplegado por Kingfisher están tan bien descritos que parece que estás andando a su lado a lo largo de la campaña. Y no es que no haya causas para el conflicto entre ellos, es que hay para elegir. Desde la misoginia del jovencísimo erudito que cree que la cercanía de una mujer puede ser la causa de su perdición (algo relacionado con la disolución de sus órganos internos por los efluvios femeninos), a los celos pasando por las dudas que genera la posesión demoníaca sufrida por uno de los miembros del grupo, los malentendidos y los choques están a la orden del día. Y sin embargo estos roces irán forjando una amistad entrañable.

Todo esto se desarrolla en un entorno mágico, narrado con toques de road movie porque casi todo el libro sucede en el trayecto en busca de los clockwork boys, que a pesar de dar título a la novela tienen un presencia testimonial aunque terrorífica. El libro tiene ese toque de fantasía antigua, de retelling de otras historias del que ya tuvimos una muestra en The Seventh Bride, pero en esta ocasión no es la base de la narración, tan solo un añadido más.

El audiolibro está narrado por Khristine Hvam, que hace una labor encomiable. Me encanta cuando un narrador es capaz de modificar su voz y su acento para distinguir a cada personaje y sin duda Khristine lo consigue en esta ocasión. Estoy deseando leer la conclusión de la historia y sin duda lo haré por el mismo medio.

Shards of Earth

Con esta novela Adrian Tchaikovsky da comienzo a una saga de ciencia ficción que se aleja del camino marcada por Children of Time y su secuela Children of Ruin. En esta ocasión nos encontramos con una space opera algo más convencional, con su adecuada ración de razas alienígenas, su consabida intriga política y algún toque de horror cósmico que recuerda a The Outside.

La humanidad tiene algunas colonias repartidas por el espacio que sobreviven con dificultad tras la pérdida de la Tierra y otros planetas a manos de los Arquitectos, unas entidades alienígenas casi incomprensibles que transforman en esculturas planetas habitados, acabando de paso con su población. La guerra se acabó en su momento con la intervención de los Int, humanos desarrollados exprofeso en un duro procedimiento con muy pocas posibilidades de éxito que son capaces de entablar una conversación con los Arquitectos.

En la novela se comparten dos puntos de vista: el de uno de estos Int, llamado Idris, que asqueado tras la guerra pertenece a una variopinta tripulación que va haciendo encargos por la galaxia y Solace, miembro de una sociedad matriarcal exclusivamente femenina, el Parthenon, creada por una investigadora en el pasado para mejorar la humanidad y que se convirtió en el principal ejército humano en la lucha contra los Arquitectos.

Como es natural, existe un elemento desencadenante que romperá con la situación de status quo que se había conseguido hasta el momento. Resulta muy interesante cómo el autor utiliza a los compañeros de tripulación de Idris (humanos y alienígenas) para darnos ejemplos de las distintas posibilidades que pueden dar lugar a un ser “sentiente” ya sea de origen natural o artificial. La tripulación es maravillosa, con una sentimiento de camaradería que infunde esperanza sobre la capacidad de colaboración entre especies. Están caracterizados de una forma estupenda y consiguen despertar nuestra empatía desde el primer momento, así que sufriremos mucho con lo que el destino les depara.

La entrada en la novela no es fácil, con muchos términos y cierta historia previa que no se desvela desde un principio, pero una vez superado este obstáculo, la lectura fluye mucho mejor. También es innegable que es el comienzo de una historia más larga, por lo que hay mucha exposición y en ocasiones acontecen pocas cosas, pero para compensar Tchaikovsky se saca de la manga un híbrido alienígena que reparte cera como Michael “ídem” en Scott Pilgrim y que tiene una resistencia al dolor, la desmembración y en general a cualquier ataque físico con sus poderes de regeneración que deja a Lobezno camino del asilo.

Me gustaría saber cómo se va a seguir desarrollando la historia para poder tener una opinión más completa, pero como primera novela de una narración más larga Shards of Earth me parece recomendable, aunque no exenta de fallos.

To Hold Up the Sky

To Hold Up the Sky es una recopilación de relatos del afamado autor chino Cixin Liu, pero no son obras recientes si no más antiguas que las publicadas en The Wandering Earth. Esto no desmerece la selección de cuentos, con algunos realmente rebosantes de sentido de la maravilla, pero tampoco es menos cierto que si se ha leído antes la otra recopilación esta parezca algo inferior.

The Village Teacher

Una relato con clarísima inspiración asimoviana, con dos partes diferenciadas que juega con el contraste de las civilizaciones más avanzadas y la labor de un profesor rural en China. Es todo un homenaje a la abnegada labor de los maestros y marca una tendencia en la propia antología.

The Time Migration

Otra historia con cierto regusto clásico, esta vez con raíces aún más antiguas bebiendo de H.G. Wells y su máquina del tiempo, Cixin Liu nos habla de emigrantes temporales que viajan hacia el futuro buscando un sitio donde encajar.


2018-04-01

La idea de base del relato, la extensión de la vida humana mediante la terapia genética ya ha sido bastante tratada en la ciencia ficción y la aproximación del autor se queda un poco corta tanto en las consecuencias como en el impacto sociológico.


Fire In The Earth

En esta ocasión más que un cuento de ciencia ficción nos encontramos ante un alegato ecológico a favor del uso de la tecnología más avanzada para evitar la contaminación que conlleva la explotación de los combustibles fósiles, pero me parece fallido. La parte tecnológica es poco especulativa y no resulta fácil conectar con la parte emocional que nos ofrece el autor.


Contraction

Con una simple cambio en las constantes de las ecuaciones que hemos inventado para comprender mejor el universo, el autor es capaz de crear un cuento sobre la futilidad de la obra humana. Sigue fallando un poco en el aspecto humano de la narración, pero no deja de ser interesante.


Mirror

Quizá el mejor relato de la recopilación, el autor utiliza el poder de la simulación (haciendo algo de trampa) para especular cómo sería la sociedad si todas las acciones fueran perfectamente observables. Esquiva de manera bastante ajustada el determinismo y deja algo de margen al libre albedrío.


Ode To Joy

Puro sentido de la maravilla, con un concierto espacial del que la humanidad es asombrado espectador.


Full Spectrum Barrage Jamming

Este relato es eminentemente militarista, y también es un pequeño homenaje del autor a la nación rusa. En una guerra tecnológica , quizá la única manera de que el bando menos avanzado tenga alguna oportunidad sea destruir las capacidades de comunicación de ambos contendientes. El autor especula sobre la posibilidad de utilizar un pulso electromagnético de grandes dimensiones, pero también hay que tener en cuenta las consecuencias.


Sea of Dreams

De nuevo aparece lo que es un elemento recurrente en esta recopilación de Cixin Liu, el concepto de arte a nivel astronómico. Aunque en esta ocasión haya que lidiar con las consecuencias que deja en la Tierra la utilización intensiva de material para la creación artística del artista de baja temperatura, también tiene un cierto aire optimista sobre la capacidad de superación de la humanidad.


Cloud of Poems

Hay varias formas de resolver problemas mediante algoritmos, pero no es menos cierto que a veces se puede recurrir a la fuerza bruta si la capacidad computacional es suficiente. En este interesantísimo relato hacen acto de presencia la civilización de dinosaurios que ya conocimos en otro cuento del autor, pero son meros intermediarios entre la relación entre unos seres semejantes a dioses y un humano (un mero regalo de los dinosaurios al dios). Se muestran distintas medidas para valorar la valía de una civilización, pero el autor vuelve a hacer hincapié en el arte como algo tan valioso como difícil de mesurar.


The Thinker

Un descubrimiento casual sobre las estrellas permite al autor lanzar una idea de implicaciones tan vastas que resulta difícil hacerse una idea de la escala en la que se desarrolla el cuento, aunque pase una vida humana casi completa entre el inicio y el final del relato, apenas es apreciable.

To Hold Up the Sky es un gran libro que sin embargo palidece en comparación con la otra recopilación de relatos del mismo autor que ya conocíamos.

Victories Greater than Dead

Dicen que en la literatura juvenil se pueden hacer más experimentos que en la literatura dirigida a adultos, quizá por que los jóvenes son más moldeables y no son tan rígidos como otras personas a la hora de aceptar argumentos o ideas. En esta ocasión Charlie Jane Anders hace uso de esta presunción en una novela que en ocasiones llega a resultar machacona y algo repetitiva, pero que también presenta temas de representación y autoaceptación dignos de consideración.

La protagonista es Tina, una adolescente que lleva toda su vida esperando la visita de los alienígenas. Y es que Tina sabe que no es enteramente humana, desde el principio su madre le hizo saber que era especial, la clon de una brillante estratega extraterrestre fallecida. En su interior, una baliza espera el momento adecuado para lanzar su mensaje al universo para su rescate.

La autora utiliza esta historia bastante típica sobre el elegido predestinado a grandes tareas para explorar las crisis de identidad de cualquier adolescente, corregido y aumentado por la situación excepcional que atraviesa la galaxia. Anders nos muestra este camino al autoconocimiento no solo a través de Tina, ya que también hará uso de otros personajes en circunstancias similares a la suya pero con orígenes diversos, que complementan de una manera bastante correcta aquellas decisiones a las que Tina no se tiene que enfrentar, por las razones que sean.

Victories Greater than Dead está muy centrado en reflejar esta representación, haciendo hincapié de forma especial en el uso de los pronombres adecuados, algunas veces de forma sorprendente, como cuando se presenta a una de las antagonistas y antes de decir que va a matar a Tina le dice que su pronombre es she. En este sentido a veces resulta demasiado exagerado y poco sutil el mensaje que nos quiere hacer llegar.

Es innegable la influencia de series de televisión como Star Trek o Steven Universe en la autora a la hora de escribir la novela, así que se podía esperar ese aura de buen rollo en la narración. Me gusta también la imaginación de la que la autora hace gala para describir las especies extraterrestres con las que se va topando, la mayoría humanoides debido a uno de los misterios que se desvelan a lo largo de la lectura.

La versión en audiolibro está narrada por Hynden Walch, que hace un impecable trabajo en crear todas esas voces juveniles o no, otorgando características diferenciales a cada personaje, algo que no debe haber resultado fácil debido a la gran cantidad de diálogo que hay en el libro. De hecho, al final de la grabación hay una conversación entre Charlie Jane y ella para aclarar algunos aspectos del audiolibro que me parece un buen extra para esta versión.

Tengo claro que no soy el público objetivo de esta novela y en ocasiones la lectura se me ha hecho algo cuesta arriba por la reiteración innecesaria de ciertas ideas y la previsibilidad de algunos acontecimientos, pero es bastante probable que a otras personas les encante el desarrollo.

Savage Legion

Hace poco me preguntaron por este libro y como no lo había leído, pensé que en su momento me había llamado la atención pero se había quedado a un lado por razones que no recuerdo. Como estaba disponible en la plataforma de audiolibros a la que estoy suscrita, me coloqué los auriculares y me dispuse a dedicarle unas horas de mi tiempo. Una decisión fortuita, pero que acabó siendo sabia.

El mundo que construye Matt Wallace para esta saga es bastante innovador, o al menos a mí me lo parece, porque crea una distopía en un entorno fantástico que nos recuerda a nuestro pasado en vez de situarlo en un futuro indeterminado. Un término que está irremediablemente ligado a la ciencia ficción, pero con un cambio de contexto que permite al autor jugar con viejas ideas en un escenario distinto. No me venía otro ejemplo de distopía fantástica así que pregunté a mis contactos y Elías Combarro me indicó Las Edades de la Luz de Ian R. MacLeod, pero tampoco supimos sacar más.

El punto de partida del libro es la existencia de Crache, una nación gobernada por comités y gremios de funcionamiento supuestamente impecable en el que todos aportan y todos reciben. Siempre hay guerras que se luchan en las fronteras pero no parecen afectar a la idílica vida de los ciudadanos. Obviamente, esto es solo la punta del iceberg. Hay muchos estratos sociales y la pobreza extrema existe en los arrabales de la ciudad, oculta de las buenas gentes. Pero esto no es lo peor, mucho de los miembros menos apreciados de la sociedad han comenzado a desaparecer.

Partiendo de esta base, Wallace nos llevará en un relato con muy buen ritmo y diversos puntos de vista desde la ignorancia de los verdaderos entresijos del poder a las revelaciones más duras. Me gusta mucho la forma en que Wallace trata el anonimato de los poderosos, cómo se ocultan tras comités y subcomités de forma que no hay un liderato claro, y por lo tanto no hay un objetivo al que atacar para provocar la revolución. Además, no se corta en tratar temas como la eugenesia y la supervivencia del más apto, haciendo hincapié en el poco valor de la vida humana si no cumple unas determinadas características. El hecho de que los desechos de la sociedad sean usado como carne de cañón no es ninguna novedad aunque el método utilizado para obligarles a luchar sea de lo poco mágico que aparece en la obra.

También se puede interpretar Savage Legion en clave ecológica, si pensamos cómo para mantener la calidad de vida de unos pocos es necesaria una guerra de conquista para esquilmar los recursos de los pueblos colindantes. Una comparación nada sutil con el capitalismo que requiere del crecimiento infinito para seguir funcionando.

No he hablado de los personajes que me parece que están excelentemente construidos. Aunque en uno de ellos Wallace comete el “error” de utilizar en demasía su desconocimiento del mundo para ponernos a nosotros al día, por lo general son muy creíbles y hacen que desarrollemos nuestra empatía hacia ellos.

El audiolibro está narrado por Lameece Issaq que hace un muy destacable labor, consiguiendo dotar de una voz y personalidad propias a cada personaje, llamándome especialmente la atención cómo consigue que distingamos a un personaje que habla a través de una traqueotomía muy sui géneris.

El autor adereza esta novela con unos pequeños toques de intriga y mucha lucha intestina política para dar lugar a una obra bastante recomendable. No la dejéis pasar.

The Big Score

En esta casa siempre es una buena noticia una nueva publicación de K.J. Parker, pero si encima es de Saloninus, uno de sus personajes más conocidos, la alegría es doble.

The Big Score nos ofrece todo aquello que esperamos encontrar en la obra de este autor, humor, conspiraciones, estafas, huidas… En la página de Goodreads se define como la tercer entrega de la saga Saloninus y aunque son de lectura totalmente independiente, es cierto que este libro se disfrutará más si ya conocíamos las andanzas del protagonista con anterioridad, ya que hay algunos guiños velados (y no tan velados) a estos acontecimientos pasados.

El hecho de que recalque esta familiaridad con el núcleo de la obra es quizá también su mayor fallo, porque ya no nos sorprende tanto. De alguna manera, esperamos los planes alocados de Saloninus, sus eruditas referencias y su absoluta facilidad para crear genialidades casi en todos los campos del saber, siempre y cuando el hambre o el miedo le aprieten, haciendo de la necesidad virtud.

En esta ocasión tendrá una compañera de desventuras (o una extorsionadora, como se prefiera definirla) pero en ningún momento llegamos a saber ni siquiera su nombre, porque el protagonista absoluto de la historia es él. Esto queda patente tanto en esa primera persona que es la quintaesencia del narrador no confiable como en las loas y alabanzas a su persona, aunque también recibe palos, Y eso que a pesar de sus prácticamente inabarcables capacidades, el final nunca es el deseado. Por eso el ansia de conseguir ese big score, ese gran golpe que le permitiría retirarse sin necesidad de seguir recorriendo a la fuga todo Parkerland, como se ha dado en llamar el mundo donde el autor sitúa gran parte de su producción.

La obra es muy corta, algo que también se agradece para no agotar la fórmula. Apenas supera las cien páginas que ya os digo que se pueden leer prácticamente de una sentada si se dispone del tiempo suficiente, porque el ritmo es endiablado y el entretenimiento está asegurado.

Remote Control

Me da la impresión de que la última publicación de Nnedi Okorafor ha pasado bastante desapercibida, al menos no he visto ninguna reseña en mis sitios de referencia habituales. Nos encontramos ante una novela corta que puede ser una muy buena aproximación a la obra de la autora, ya que se enmarca en el propio “futurismo africano” que la propia Nnedi define, como un relato de comienzo de un mito con toques de ciencia ficción pero sobre todo con profundas raíces en el continente africano.

La acción transcurre en Ghana, en un futuro cercano, protagonizada por una niña que ama las estrellas. En una de sus frecuentes excursiones para escalar árboles, encuentra un extraño objeto que desencadenará la desgracia y también la madurez en su vida.

La elección del nombre de la protagonista, Sankofa, no es para nada casual. Este es un relato sobre la aceptación del pasado para poder construir el futuro y la imagen de Sankofa, ese pájaro que mira hacia atrás es simplemente perfecta.

Okorafor nos acompañará por la creación del mito, desde la primera aparición de Sankofa casi como ángel destructor hasta la aceptación de sus poderes y su “inclusión” en la sociedad. El hecho de ser emisaria de la muerte no impide que la acepten y la ayuden en casi todos los sitios a los que la lleva su peregrinaje en busca de lo que perdió. Casi siempre hay una mano amiga para darle alimento o vestido cuando lo necesita.

Tampoco es baladí que su cambio de niña a mujer acontezca casi al final de la historia, es otra forma de marcar el paso del tiempo y de remarcar el cambio que vive la protagonista. Se trata de una historia introspectiva y quizá narrada de forma demasiado episódica, con un hilo conductor de viaje y búsqueda que sirve a la autora como excusa para ir exponiendo a Sankofa a distintas situaciones, pero que quizá falla en el propósito de mantener el interés en el propio viaje. Es cierto que la novela es lo suficientemente corta como para dejar pasar por alto este detalle.

También es muy atractiva la mezcla entre tecnología y mitología de la que hace gala Okorafor. Estamos hablando de una emisaria de la muerte, pero también aparecen robots que controlan la seguridad en las distintas poblaciones mediante sus drones y sus algoritmos de reconocimiento, pero que son incapaces de procesar a la propia Sankofa, que no tiene ninguna marca distintiva bajo su burka y no utiliza tecnología. Para ellos es un agujero negro en el que vuelcan sus recursos sin esperanza de recuperarlos. También es importante la relación entre la religión y el desarrollo personal de la protagonista, influida por las creencias de sus padres.

La autora aprovecha también para hacer mención a otros temas como la Diáspora y la vuelta a las raíces de algunas de estas personas y la falta de privacidad en la actualidad, pero creo que su mayor fuerte es el propio desarrollo de la leyenda de Sankofa, cómo su historia se va difundiendo y modificando hasta el punto de resultar casi irreconocible para sí misma. Y es que eso son las leyendas en la tradición oral, relatos a los que cada narrador va añadiendo y modificando detalles según su parecer dando lugar a nuevas historias.

En esta ocasión he disfrutado de la versión en audiolibro narrada por Adjoa Andoh. He de reconocer que al principio no me ha resultado fácil adaptarme al acento, pero creo que hace una labor memorable para dar vida a los personajes creados por Okorafor y es una opción recomendable para la lectura.