Que Aliette de Bodard es una de mis escritoras favoritas no es ningún secreto. Hasta ahora sólo había leído su ficción corta (reseñas aquí y aquí) y su novella On a red station, drifting. Confiaba en que su “Servant of the Underworld” no me decepcionara y mis expectativas se han visto incluso superadas.
Aunque mis principales pasiones literarias sean la ciencia ficción y la fantasía, también me gusta el noir y algo de novela histórica, y en este libro se mezclan todos estos géneros de manera muy efectiva.
La historia se centra en Acatl, High Priest of the Dead (cabeza visible del culto al Dios de los Muertos) que es el encargado de investigar en la ciudad de Tenochtitlan los delitos que tengan que ver con la magia. Acatl no deseaba este puesto, preferiría vivir como prelado en algún otro recóndito lugar porque las luchas políticas no le interesan, pero tal vez por esto se le escogió para el cargo.
Se le encomienda la investigación de la desaparación de Eleuia, sacerdotisa de la diosa de la fertilidad Xochiquetzal. En el lugar de la desaparación, se ha encontrado bañado en sangre y ha sido acusado del crimen el guerrero jaguar Neutemoc, hermano de Acatl. La relación con Neutemoc nunca ha sido fácil pero ello no es óbice para que Acatl se dedique en cuerpo y alma a la resolución del caso. Pero la madeja se irá complicando conforme avance la trama, hasta descubrir un complot que puede cambiar el mundo.
Este planteamiento que podría parecer poco original (las rencillas familiares que se interponen en una investigación, la desaparación que no se sabe si ha sido secuestro o asesinato porque no se encuentra el cadáver) no lo es en absoluto por el maravilloso entorno en el que se desenvuelven los personajes. La historia y mitología azteca, una gran desconocida para mí, constituyen un escenario atrayente que hace que se despierten mis ganas por conocer más del tema. Los dioses de nombre impronunciables (se me ocurren pocas cosas más difíciles que leer en voz alta un Dramatis Personae del libro sin que se trabe la lengua) compiten por la adoración de los mortales, la magia está inextricablemente ligada a los sacrificios de sangre viva que si es humana mejor que mejor, las intrigas políticas y las luchas de poder están a la orden del día, extrañas criaturas atacan a los humanos para alimentarse de sus ojos y sus uñas…
La trama está plagada de detalles que hacen que te metas en el libro, como las maldiciones que lanza Acatl cuando las cosas no salen bien (¡Que la Dualidad te ciegue!), la magia del jaguar de los nacidos en unos determinados días que permiten invocar a esta criatura, la descripción de los frescos de las paredes y muchas cosas más.
Si con todo esto no he conseguido convencerte para que empieces a leer “Servant of the Underworld” no sé cómo podría hacerlo, pero si te pica la curiosidad, aquí Aliette nos deja unos apuntes sobre el mundo azteca escenario de estos libros. Para ir abriendo boca para cuando lo publique RBA.