Africa Risen

Me he dado cuenta de que hace bastante tiempo que no publico reseñas de antologías, principalmente porque ahora leo menos recopilaciones. Es una laguna en mis lecturas, porque muchas veces la ficción corta te da la intensidad que los relatos más largos no consiguen mantener, así que pensé en leer este Africa Risen, que además tiene unas premisas muy atractivas, ya que todos los autores son africanos o pertenecen a la Diáspora africana, lo cual les da un punto de vista distinto al que estamos acostumbrados. La labor de edición corre a cargo de Sheree Renée Thomas, Oghenechovwe Donald Ekpeki y Zelda Knight.

“The Blue House” de Dilman Dila

Es toda una declaración de intenciones comenzar una antología con un relato que mezcla ciencia ficción y fantasmas. En un mundo postapocalíptico, una robot sobrevive rebuscando en las antiguas construcciones humanas. Resulta muy curiosa cómo se muestra la toma de decisiones del ente como una lucha entre sus distintas subrutinas.

“March Magic” de WC Dunlap

Un relato bastante corto con un marcado tono político, en el que se entremezclan los hechos históricos con la influencia mágica.

“IRL” de Steven Barnes

No me apasionan mucho las historias que juegan con la realidad virtual como zonas de escapismo, pero creo que Steven Barnes ha conseguido equilibrar su cuento con la crítica a los volátiles mercados financieros y, sobre todo, a un sistema judicial totalmente manipulable por la riqueza.

“The Deification of Igodo” de Joshua Omenga

Omenga rompe un poco con la tendencia que tenía hasta ahora la antología con un estilo muy clásico, desgranando la leyenda de un rey que pretendió ascender a la divinidad.

“Mami Wataworks” de Russell Nichols

Mensaje ecologista sobre la necesidad de proteger los escasos bienes del planeta, en especial el agua pura. Situado en un futuro no muy lejano, donde la escasez y el valor del agua recuerdan a Dune.

“Rear Mirror” de Nuzo Onoh

Muy curiosa esta historia sobre zombis, o más bien sobre muertos andantes, pero sin violencia ni comer cerebros. Nuzo Onoh muestra el enfrentamiento entre las viejas creencias y el nuevo cristianismo, con un buen toque final.

“Door Crashers” de Franka Zeph

Un relato sobre viajes en el tiempo y el espacio por unos agentes entrenados específicamente para ello que también utilizan su cultura ancestral como protección. La idea de partida resulta más interesante que el desarrollo, que me ha parecido bastante truncado.

“Lady Rainbow” de Yvette Lisa Ndlovu

Con una de las frases más bellas que he leído en la recopilación: “el alma no podría tener arco iris si los ojos no tuvieran lágrimas”, un bello cuento sobre lo que significa ser humano cuando es una elección y no una imposición del azar.

“A Dream of Electric Mothers” de Wole Talabi

Buscar el consejo de una inteligencia artificial basada en los recuerdos de los antepasados puede no dar el resultado esperado.

“Simbi” de Sandra Jackson-Opoku

No he terminado de conectar con este relato sobre la esclavitud.

“Housewarming for a Lion Goddess” de Aline-Mwezi Niyonsenga

No es la primera vez que se usan las recetas de comida y las descripciones sobre lo que se hace en la cocina como hilo conductor de una historia, pero hay que reconocer que Aline-Mwezi Niyonsenga lo borda con los recuerdos de la protagonistas.

“A Knight in Tunisia” de Alex Jennings

Muy curiosa esta historia de superhéroes con estrés posttraumático, con regresados de las colonias espaciales que no se acaban de adaptar a la sociedad. Por si faltaba algo en esta excéntrica mezcla, también hay telepatía.

“The Devil Is Us” de Mirette Bahgat

Este cuento está muy centrado en mostrar cómo la ambición humana es la principal puerta de entrada para las fuerzas del mal, criticando de paso el expolio arqueológico.

“Cloud Mine” de Timi Odueso

La escasez de agua es un tema recurrente en Africa Risen, pero en esta ocasión Timi Odueso utiliza una aproximación diferente al mismo problema.

“Ruler of the Rear Guard” de Maurice Broaddus

Con un gran mensaje político como en gran parte de la obra del autor, en este relato se hace referencia a la llamada de “vuelta a casa” de los herederos de la diáspora y también a la idea de África como un continente unido para afrontar el futuro. Tiene bastante material para reflexionar.

“Peeling Time (Deluxe Edition)” de Tlotlo Tsamaase

Lamento mucho que el tono monótono y repetitivo del lector de este relato me haya impedido disfrutar de una de las autoras que más me llama la atención últimamente.

“The Sugar Mill” de Tobias S. Buckell

Es curioso como el autor deja sin nombrar al protagonista de la historia cuando claramente tiene muchas referencias a su propia persona, como el hecho de pertenecer a una familia de color pero no tener el tono de piel “adecuado”. Las desventuras de un agente inmobiliario tratando de vender una propiedad se mezclan con los hechos terribles que ocurrieron en la plantación durante la esclavitud.

“The Carving of War” de Somto Ihezue Onyedikachi

Terrorífico relato sobre la ausencia de una madre y sus consecuencias.

“Ghost Ship” de Tananarive Due

Un relato con un ambientación muy atractiva, un viaje en barco tratando de llevar contrabando a los Estados Unidos, pero con un final truncado que para mí desvirtúa las cualidades que le habian hecho destacar en un principio.

“Liquid Twilight” de Ytasha L. Womack

Un historia sobre pertenencia a un lugar mágico y cómo los espíritus afines se acaban encontrando tarde o temprano.

“Once Upon a Time in 1967” de Oyedotun Damilola

Fantasía de lo más clásica con hombres-zorro y el auténtico significado de pertenencia a una familia.

“A Girl Crawls in a Dark Corner” de Alexis Brooks de Vita

Durísimo relato sobre la mutilación genital femenina, debería llevar varias advertencias porque ha sido desagradabilísimo de leer. Es cruel, específico, descriptivo y lo peor de todo, muy realista.

“The Lady of the Yellow-Painted Library” de Tobi Ogundiran

Este relato de terror es uno de los más destacados de la antología, por lo cotidiano de su desencadenante y por cómo se va cocinando la maldición a fuego lento, sin obviar detalles escabrosos.

“When the Mami Wata Met a Demon” de Moustapha Mbacké Diop

Un cuento sobre el amor filial y la persistencia de las antiguas creencias.

“The Papermakers” de Akua Lezli Hope

Este relato gira entorno a la fabricación artesanal de papel para imbuirlo de magia pero también habla sobre sororidad. Bastante recomendable.

“A Soul of Small Places” de Mame Bougouma Diene y Woppa Diallo

Un cuento tremendamente poderoso sobre cómo proteger a las niñas de las violaciones, cómo la sociedad deja de ver lo que no le interesa y no las protege, así que de todo ese dolor surge un espíritu vengativo que saldará cuentas. De los mejores, si no el mejor, de Africa Risen.

“Air to Shape Lungs” de Shingai Njeri Kagunda

Un relato poético que no consigue hacer llegar su mensaje.

“Hanfo Driver” de Ada Nnadi

Este es un relato que no se toma demasiado en serio a sí mismo y que se lee con una sonrisa en los labios. Tiene algo de crítica al sistema de sobornos que parece estar implantado en Nigeria, pero al final solo habla de las locas ideas empresariales del amigo del protagonista.

“Exiles of Witchery” de Ivana Akotowaa Ofori

Hay una línea sutil entre la comedia y el drama, entre tomarse demasiado en serio y reirse de uno mismo. Esa línea es en la que hace equilibrio Ivana Akotowaa Ofori, en un relato que mezcla magia y ciencia, fantasía y ciencia ficción.

“The Taloned Beast” de Chinelo Onwualu

Descubrir una historia de maltrato aderezada con voces de los dioses no deja de ser duro.

“Star Watchers” de Danian Darrell Jerry

La labor de estudiar las estrellas exige sacrificios de por vida a todos los gemelos que nacen en una determinada cultura, aunque algunos de ellos no estén de acuerdo.

“Biscuit & Milk” de Dare Segun Falowo

Un épico relato de colonización espacial que supone un gran colofón a una antología algo irregular.

Creo que es importante conocer las nuevas voces así como las más contrastadas en el mundo de los géneros no realistas y Africa Risen es una muy buena oportunidad para ello. Hay relatos muy variados, aunque me gustaría que se hubiera realizado una selección que no incluyera tantos relatos relacionados con violaciones, un tema que me crispa mucho. O al menos que se hubiera avisado sobre ello (es posible que esto aparezca en la versión impresa, yo lo he escuchado en audiolibro).

Del audiolibro en sí, me parece una buena decisión tener un casting muy variado de voces, aunque algunas no hayan sido especialmente de mi agrado.

Will Do Magic for Small Change

Dentro de las lecturas para #LeoAutorasOct tenía pensado escuchar algo de fantasía menos convencional, así que pensé que Will Do Magic for Small Change me vendría como anillo al dedo, con una sinopsis bastante atractiva, que incluye aliens de otras dimensiones que vienen a la nuestra. Ahí he de reconocer que me equivoqué por que el sentido de alien en inglés no es el mismo que el que yo le daba en español, pero es que aparte de esto, la historia está muy deslavazada y me resultaba difícil de seguir, sin llegar a atraparme en ninguna de las dos líneas temporales que utiliza la autora Andrea Hairston.

La novela está protagonizada por la nieta de Redwood y Wildfire, cuya historia también ha contado ya Hairston en otra novela y que quizá debería haber leído antes, pero no he encontrado un orden de lectura sugerido y no fui consciente de este hecho hasta bien avanzada la lectura.

Cinnamon recibe como “herencia” tras el fallecimiento de su hermano The Chronicles of the Wanderer, un libro del que iremos leyendo capítulos en otro momento temporal que pueden llegar a enlazar o no con la propia historia de Cinnamon. The Chronicles relata los azares de ese misterioso alien a final del siglo XIX y resulta muy atractivo el uso que la autora hace de la mitología yoruba y de la cultura africana en general, por ejemplo con las referencias a las mascaradas, de las que también hablaba Nnedi Okorafor en su saga Binti. Pero a pesar del interés del escenario, la ejecución me parece bastante pobre. Es una pena porque me hubiera interesado mucho ver cómo se desarrollaba la historia de una protagonista con tanta fuerza como Cinnamon, pero resulta muy difícil mantener el interés en la historia cuando la propia prosa te va sacando fuera de la lectura. Y eso que yo he escuchado la versión en audio de la obra, interpretada por Tamika Katon-Donegal y Andre Santana, pero aún así resultaba difícil mantener el hilo.

Otros temas que se tocan y que podrían resultar del interés del lector son la sexualidad fluida y el poliamor, pero como digo son buenos mimbres que dan lugar a una obra incompleta.

Me temo que dejaré la obra de Andrea Hairston en barbecho de momento.

Last of the Talons

Ha sido una tendencia desde siempre, pero o ahora me estoy fijando más o hay muchos más libros que giran alrededor de la idea de “enemies to lovers” (lo que viene siendo “los que se pelean se desean”). Last of the Talons es uno más de esta lista creciente, que destaca un poco entre todos por el uso de la mitología coreana en su construcción de mundo, pero que tampoco deja una huella demasiado profunda en el lector.

El libro está narrado por Shin Lina, una joven asesina que trabaja contra su voluntad para el señor del crimen más temido del reino. El precio de la vida de su hermana pequeña es su total sumisión. Lina formaba parte de la banda de los Talons, pero a través de flashbacks insertados en la narración sabremos la razón del título del libro.

El comienzo de la novela nos hace pensar en el típico libro de ladrones y asesinos a los que les encargan misiones que tienen que ir cumpliendo, pero el desarrollo no va por ese camino, porque la primera misión que nos cuenta Lina desencadenará el resto de los acontecimientos. Tiene que robar un tapiz de un templo y esta acción tendrá más consecuencias de las esperadas.

El resto del libro transcurre como una apuesta entre Lina y el inmortal Dokkaebi propietario del tapiz, con un peligroso juego. Lina podrá ganar su libertad si en catorce días es capaz de asesinar a Haneul Rui, algo que no será tan fácil como pudiera parecer, ya que sus sentimientos comienzan a cambiar conforme lo va conociendo.

Me ha interesado bastante más el trasfondo de los reinos y su mitología que la relación amor-odio de los dos personajes, la verdad. Me parece que Sophie Kim abusa de la innegable atracción entre ambos. Catorce días es muy poco tiempo para cambiar tanto de opinión sobre una persona que tiene el poder de decidir sobre tu vida o muerte, y tampoco es que la personalidad de Rui sea arrebatadora, si sabéis a lo que me refiero. Se define como una novela juvenil y estoy de acuerdo, aunque cada vez me resulta más difícil saber qué se considera destinado para adultos o para jóvenes. Reconozco que para ser la primera novela de la autora, está bastante bien llevado tanto el ritmo como la prosa, aunque en ningún momento me he sentido absorbida por la lectura. Es un pasatiempo, pero no algo destinado a perdurar.

El audiolibro lo narra Jaine Ye, que hace una labor muy correcta aunque la impostación de las voces masculinas acaba siendo cansina, pero esto es una apreciación personal mía.

El libro forma parte de una serie, pero está perfectamente contenido, así que si no te acaba de convencer no hay una necesidad real de seguir con el siguiente de la serie para ver cómo acaba la cosa.

Stealing Infinity

Siento especial debilidad por los libros que hacen uso de los viajes en el tiempo para contar su historia, pero que me gusten tanto estas novelas implica también que he leído bastante ejemplos de ellas y que me vuelva un poco exigente a la hora de disfrutarlas. Y, por desgracia, en Stealing Infinity el viaje en el tiempo es un elemento accesorio, inexplicado y decepcionante.

No es ni la primera ni la última novela que utiliza como entorno una exclusiva escuela que aísla a sus alumnos de la sociedad buscando explotar todo su potencial, aunque en este caso no se trata de magia como en la reciente The Atlas Six, libro con el que tiene algunas semejanzas. Los alumnos de la escuela en Stealing Infinity son más jóvenes, y durante el proceso de reclutamiento tampoco tienen muy claro que se espera de ellos.

El ritmo de la novela es bastante rápido, eso es algo que hay que concederle a Alyson Noël, que consigue presentarnos más de 100 capítulos en esta primera parte de una serie. Por desgracia, ese es uno de los escasos puntos favorables de la publicación.

La explicación de cómo se llevan a cabo los viajes en el tiempo es sencillamente inexistente, pero el por qué se realizan quizá sea que se lo esté guardando para los siguientes volúmenes, porque tras más de cuatrocientas páginas que sea por el capricho de tener objetos valiosos de un multimillonario se queda bastante coja. Deja entrever que hay otras razones, pero como deja entrever tantas otras cosas en una primera entrega que apenas tiene cohesión como obra independiente, dejando una gran cantidad de tramas abiertas con un final que te deja una sensación de incompletitud, como si la autora hubiera cortado en esa página porque la máquina de escribir se le quedó sin tinta, no porque fuera el final que había planeado.

Los personajes son bastante planos, entiendo que estamos ante una novela juvenil pero es que parecen arquetipos de instituto americano, la animadora con mal fondo, el amigo comprensivo secretamente enamorado de la protagonista… Como digo, todo demasiado previsible.

La recreación de las escenas históricas en las que interviene la protagonista es más plana que Castellón, y que cada vez que la protagonista se encuentre en una encrucijada le vengan recuerdos de su padre desaparecido que casualmente le explicaba lo que le hacía falta, es un insulto a la inteligencia del lector.

La interpretación en el audiolibro por parte de Suzy Jackson, Pete Bradbury y Julian Elfer es muy correcta, pero es que el material de partida ya era deficiente. No puedo recomendar esta lectura.

The Immortal King Rao

Decidí escuchar este audiolibro por la promesa de una especulación sobre el futuro de la Tierra con un cambio en las formas del gobierno, pero me he encontrado una historia que racanea en la especulación y que prefiere centrarse en las vivencias de una sola persona que cambiará el mundo, un trasunto de Steve Jobs al que conoceremos a través de los ojos de su hija.

The Immortal King Rao nos plantea dos líneas temporales, que nos permitirán conocer a fondo la vida del propio King Rao, desde sus orígenes en la India perteneciente a la casta de los intocables hasta su fulgurante ascenso como figura primordial en la creación de un nuevo orden mundial, basado en el crédito social y los designios de un todopoderoso algoritmo.

La mayor decepción que me he llevado es que la parte especulativa es bastante pobre, el cambio social ocurre prácticamente por que sí, no hay conflicto con ningún país cuando el poder pasa a los accionistas, que son todos los humanos de la Tierra. Es sencillamente inconcebible que un cambio de esas dimensiones apenas cause problemas y que solo una pequeñísima parte de los afectados decida salirse del sistema, aunque siguen viviendo a su sombra como una especie de colonia offshore que permite dar rienda suelta a los instintos más bajos y las necesidades no cubiertas por el algortimo.

No es que el libro esté mal escrito, es que en ningún momento consigue captar mi interés. Además, la historia de origen de Rao comienza con una violación marital que podría haberse avisado en algún lugar al principio de la novela, y la resignación de todos los implicados es totalmente deprimente, aunque reconozco que pueda ser realista.

Soneela Nankani hace una labor muy correcta como narradora del libro, pero no consigue compensar esta mezcla descompensada entre historia alternativa y distopía irrelevante.