Portada de Spidertouch

Ya sabemos cómo será la portada de Spidertouch, la nueva novela de Alex Thomson que publicará Angry Robot, de quien ya comentamos su primera novela, Death of a Clone.

Esta es la sinopsis:

Enslaved by a mute-race of cruel dictators, Razvan learns their touch-language and works as a translator in order to survive. But war is on the horizon and his quiet life is about to get noisy.

When he was a boy, Razvan trained as a translator for the hated Keda, the mute enslavers of his city, Val Kedi?. They are a cruel race who are quick to anger. They keep a tight hold on the citizens of Val Kedi? by forcing their children to be sent to work in the dangerous mines of the city from the age of eleven until eighteen.

By learning fingerspeak—the Keda’s touch language—Razvan was able to avoid such a punishment for himself and live a life outside the harsh climate of the slums. But the same could not be said for his son.

Now a man, Razvan has etched out a quiet life for himself as an interpreter for the Keda court. He does not enjoy his work, but keeps his head down to protect his son, held hostage in the Keda’s mines. The Keda reward any parental misdemeanors with extra lashings for their children.

Now the city is under siege by a new army who are perhaps even more cruel than their current enslavers. At the same time, a mysterious rebellion force has reached out to Razvan with a plan to utilize the incoming attack to defeat the Keda once and for all. Razvan must decide which side to fight on, who can be trusted, and what truly deserves to be saved.

Mi traducción:

Esclavizado por una raza muda de crueles dictadores, Razvan aprende su lengua mediante el tacto y trabaja como intérprete para sobrevivir. Pero la guerra se aproxima y su tranquila vida se va a volver complicada.

Cuando era un niño, Razvan aprendió a traducir a los odiados Keda, los esclavizadores mudos de su ciudad, Val Kedi. Son un raza cruel predispuesta al enfado. Mantienen a los habitantes de Val Kedi bajo una vigilancia estrecha obligando a sus hijos a trabajar en las peligrosas minas de la ciudad desde los once a los dieciocho años.

Tras aprender la lengua de toque (el lenguaje mediante el tacto de los Keda) Razvan pudo esquivar esta condena y vivir fuera de los arrabales. Pero a su hijo no le pasó lo mismo.

Ahora un hombre, Razvan ha conseguido una vida tranquila como intérprete en la corte de los Keda. No disfruta de su trabajo, pero mantiene su cabeza gacha pensando en su hijo, rehén en las minas. Los Keda recompensan cada mal comportamiento parental con latigazos extra para los hijos.

Ahora la ciudad está bajo sitio por parte de una fuerza que quizá son aún más crueles que los Keda. Simultáneamente, una extraña rebelión se ha puesto en contacto con él para utilizar el ataque contra los Keda y poder derrotarlos. Razvan deberá decidir por qué bando tomar parte, en quién puede confiar y quién merece ser salvado.

Esta es la portada:

Death of a Clone

Hubo una edad de oro de la literatura detectivesca a principios del siglo pasado, liderada por la dama del crimen Agatha Christie. Y como otros muchos, yo tuve mi época de devorar este tipo de novelas. En las décadas posteriores la irrupción de la tecnología quitó parte de la gracia a los libros, que fueron tendiendo cada vez más a la parte menos reflexiva de la investigación.

Para volver a disfrutar de libros de este corte, son necesarias unas circunstancias especiales. Y, sorprendentemente, la ciencia ficción nos puede dar unos escenarios estupendos para crímenes de resolución incierta. Esto es porque una de las virtudes del género es la posibilidad de cambiar las reglas del juego. Por ejemplo, en Six Wakes de Mur Lafferty las víctimas del crimen son unos clones en una nave espacial, convirtiéndose en una vuelta de tuerca al típico caso de la habitación cerrada.

Death of a Clone toma una idea similar. En un remoto asteroide se sitúa una colonia minera explotada por clones bajo la supervisión de tres humanos “normales”. El trabajo debería estar repartido entre los cuatro grupos de seis clones idénticos según sus características particulares, pero al comienzo de la novela ya nos encontramos en una situación desequilibrada, porque solo quedan dos miembros de uno de los grupos. Y cuando aparece muerta una de ellas, la gemela restante decide investigar, basándonse en los libros de Poirot y Marple que ha devorado en su tiempo libre.

El punto de partida, resulta muy atractivo. Si los personajes son clones, ¿serán sus motivaciones iguales o habrá diferencias entre cada uno de ellos? ¿Qué papel representan los supervisores en el control del trabajo? Si han matado a un clon, ¿seguirán con el siguiente hasta acabar con la estirpe? Y ¿por qué no había veinticuatro clones desde un principio?

Estas son solo algunas de las preguntas que nos podemos hacer con el planteamiento inicial del libro, pero claro, no todo es lo que parece (¿dónde estaría el misterio si no?).

La idea, como digo, es buena, aunque la ejecución no tanto. La prosa del autor es en ocasiones demasiado plana para expresar los sentimientos que sin duda poseen los personajes. También tiene algunos problemas de ritmo mientras se está llevando a cabo la investigación, quizá achacables a la propia estructura de la novela, demasiado centrada en la estrecha visión de la protagonista. Se desaprovechan algunas oportunidades de exponer debates éticos que podrían ser muy interesantes, pero es posible que el autor no estuviera interesado tanto en este aspecto como en el propio desarrollo del misterio.

Los secretos del pasado que van surgiendo cumplen escrupulosamente su papel sorprendente y a la vez homenajean a sus referentes. Death of a Clone es una lectura corta y disfrutable. Siento interés por la siguiente obra de Alex Thomson, la verdad.