The Only Purple House in Town

Reconozco que de vez en cuando me gusta leer algo de fantasía romántica, lejos de las naves espaciales y futuros distópicos que suelen poblar mis lecturas. The Only Purple House in Town cumple perfectamente este requisito, incluso diría que tiene más hacia el romance más que hacia la fantasía, aunque estos toques de un mundo donde la magia es real influyen de manera definitiva en el devenir de los personajes.

Iris Collins es la oveja negra de su familia, ya que todas sus hermanas tienen carreras exitosas mientras que ella apenas llega a fin de mes con su negocio de joyería online. El destino se pondrá de su parte cuando recibe en herencia de su tía abuela una casa victoriana que necesita más de una reparación, pero que es habitable. Ni corta ni perezosa se mudará a la casa y alquilará las habitaciones para ganarse la vida.

Cada habitante de su nuevo hogar le dará una nueva perspectiva sobre su propia vida, ayudándola a tener más confianza en sí misma. Especialmente, ese joven atractivo que es el primero en responder al anuncio, aunque esto no sea para nada una casualidad.

The Only Purple House in Town es un ejemplo perfecto de la familia encontrada en oposición a la familia tradicional, con unos personajes achuchables y maravillosos, sin apenas conflicto a no ser que tengamos en cuenta a la indispensable vecina cotilla que intentará hacerles la vida imposible.

Los toques de fantasía, que como digo son bastante escasos, se basan en la presencia de brujas, cambiaformas y otros seres fantásticos que están integrándose en la sociedad civil, aunque todavía existen reticencias por parte de los humanos “normales”. Esta presencia es prácticamente testimonial, aunque sí que tendrá importancia sobre todo al final del relato, con algún que otro deus ex machina que resolverá situaciones peliagudas.

La narración de Carly Robins es estupenda, ajustándose muy bien al tono almibarado del relato de Ann Aguirre.

The Only Purple House in Town no es un libro que te vaya a cambiar la vida ni lo pretende, pero es un entretenimiento ligero que se disfruta en un suspiro. No tiene complicaciones y pasará pronto al olvido, dejando una agradable sensación.

Wings Once Cursed and Bound

En su momento me llamó la atención la cubierta de Wings Once Cursed and Bound y la mención a la mitología tailandesa también le hizo ganar puntos, así que cuando tuve la oportunidad de escuchar el audiolibro de la obra de Piper J. Drake decidí priorizarlo.

Por desgracia, el libro es una acumulación de clichés sobre criaturas sobrenaturales muy occidentales, con la incorporación casual de la kinnaree para darle un poco de exotismo a la historia, que por otra parte es muy convencional.

La protagonista del libro es Peeraphan Rahttana, que en el transcurso de una representación de ballet cae víctima de influjo de unos zapatos mágicos que la harán bailar hasta la muerte, o lo harían, si ella fuera solo humana. Su naturaleza desconocida la protegerá en primer lugar, pero la hará convertirse en el objetivo de varias asociaciones sobrenaturales que buscan hacerse con todos los objetos mágicos del mundo para su protección o para su venta.

La novela gira entorno a la relación romántica que Peeraphan desarrollará con uno de sus perseguidores, casualmente un vampiro atractivo que ha renunciado a alimentarse de la sangre de inocentes. Como digo, el romance, la trama, el desarrollo… son una concatenación de escenas conocidas y bastante simples que no sorprenden para nada. Esperaba algo más de innovación o al menos referencias a algunas criaturas mitológicas más desconocidas, pero el elenco lo componen vampiros, hombres lobos, hadas… nada nuevo bajo el sol.

Los capítulos transcurren en un intervalo bastante corto, pero los personajes principales tienen tiempo de sobra para enamorarse, aunque cualquiera pensaría que un ser inmortal se lo tomaría con un poco más de calma, no sé, algo más de un día para descubrir quién va a ser tu amada por los siglos de los siglos. Eso sí que son capacidades sobrenaturales y lo demás son tonterías.

La labor como narradora de Cindy Kay es muy correcta, pero es que el material de partida tampoco daba para mucho más. Hacedme caso y ahorraros unas horas de vuestra vida no leyendo este libro.

Feed Them Silence

La premisa de esta novela corta de Lee Mandelo me parecía muy atractiva, el uso de una interfaz neuronal para que la investigadora protagonista de la novela pudiera compartir las experiencias de uno de los últimos lobos salvajes, en un entorno de cambio climático y desaparición de las especies. Un contexto similar al que ya vimos por ejemplo en No hay lobos en Tesakowa, pero en un futuro mucho más cercano y con bastante menos espacio para el desarrollo.

La novela tiene dos partes diferenciadas, teniendo cierta relevancia el espacio de estudio y las consecuencias de esta unión neuronal unilateral en la investigadora, que influye en la otra parte de la historia, en la que vemos reflejada su vida doméstica. Es muy llamativo que Sean busque ese sentimiento de pertenencia al grupo en su trabajo y en los lobos, cuando no es capaz de encontrarlo en su vida diaria. Las tensiones constantes con su pareja son un reflejo muy cotidiano de algo que puede suceder con demasiada facilidad cuando dos personas buscan progresar en sus carreras profesionales sin estar dispuestos a hacer concesiones para conciliar su día a día.

La novela es bastante corta y no llega a explorar en profundidad todos estos temas que me parecerían tan interesantes, además de que llega a una conclusión un tanto precipitada a mi entender. Hubiera preferido que Mandelo se explayara más sobre la investigación neuronal pero en las escasas cuatro horas que dura la narración del audiolibro resultaba muy difícil concentrar más información de la que ya se da sin caer en la sobrecarga de datos.

La narración del audiolibro de Natalie Naudus es perfectamente disfrutable, ya que la lectora es capaz de insuflar la frustración de la vida diaria en los diálogos de la pareja.

También me ha interesado mucho la crítica hacia el financiamiento de los estudios científicos, que al depender de capital externo y privado, queda a la merced de los caprichos del capitalismo o del mecenas de turno. No parecen importantes las consecuencias del estudio mientras se puedan obtener réditos económicos.

Creo que buscaré más obras de Lee Mandelo para ver qué tiene que ofrecer.