The Shadow Speaker

DAW acierta de lleno con la reedición de The Shadow Speaker, una novela de tinte juvenil que Okorafor ya publicó en 2007 pero que ahora veremos en una versión extendida con prólogo de la propia autora. Aunque hace ya 16 años de su primera publicación, ya se veían las semillas de lo que será el africanfuturism, en un libro que mezcla ciencia ficción y fantasía, con un marcado mensaje ecologista y muy completo.

Hay veces en que ves los ingredientes de una receta y no te explicas cómo es posible que tantas cosas tan distintas mariden bien, pero al final el resultado es muy agradable al paladar. Pues algo así pasa con The Shadow Speaker, una novela en la que Nnedi Okorafor mezcla un escenario postnuclear, humanos transformados con poderes, viajes entre mundos y cultura y tradiciones ancestrales.

Ejii es una joven que habla con las sombras (de ahí el nombre del libro) que asiste a la decapitación de su padre por los abusos que este llevaba a cabo desde su posición de privilegio como mandatario de su ciudad. A partir de este momento partirá en un viaje con una compañía bastante variopinta, en un rito de madurez que puede servir para salvar al mundo de sus propios fantasmas.

El personaje de Ejii es cautivador, porque es creíble. A pesar de los grandes poderes con los que está investida, lo cierto es que no los conoce y desde el principio no es capaz de controlarlos, por lo que asistiremos a su lucha interior hasta que consigue conocerse a sí misma. Pero lo realmente atractivo del mundo son los personajes con los que se irá encontrando, desde creadores de lluvia a animales parlantes, desde traficantes de esclavos no demasiado disimulados a seres de otros planetas. Resulta bastante complicado resumir una experiencia tan variada como es la lectura de The Shadow Speaker, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera parte de una duología, pero se podría definir como la quintaesencia de Okoraforismo. Aquí vemos la semilla de lo que luego expandirá en Binti, con una protagonista femenina joven que viaja para alcanzar la madurez, el misticismo de Remote Control con una ciencia ficción de profundas raíces culturales africanas o el aire postapocalíptico de algunos relatos de Kabu Kabu.

He podido disfrutar de la versión en audiolibro en este lanzamiento, narrada por Délé Ogundiran. Al principio me ha costado cogerle el acento, pero tras los primeros capítulos no ha habido ningún inconveniente más, de forma que la narración me ha parecido más que correcta.

Shigidi and the Brass Head of Obalufon

Tengo entendido que es muy importante a la hora de vender una novela que el primer párrafo enganche a la persona que lo está leyendo de forma que capte su interés para seguir leyendo. Desde luego, Wole Talabi se ha tomado esta sugerencia al pie de la letra porque el impacto que causa en el lector una persecución en taxi por las calles de Londres de un semidios con un brazo recién arrancado de cuajo por varios seres mitológicos es de los que no se olvidan fácilmente. El problema puede venir luego si el resto del libro no cumple con las expectativas creadas, como me pasó con Some Desperate Glory, por ejemplo. Afortunadamente, Shigidi and the Brass Head of Obalufon es una novela compensada, que aunque no mantenga el altísimo ritmo con el que empieza siempre mantiene el interés del lector.

No es la primera vez que leo sobre la modernización de los dioses en nuestra época y la comercialización del poder que obtienen de la adoración de sus seguidores, sin ir más lejos, toda la saga Craft Sequence de mi querido Max Gladstone se basa en esta premisa. En esta novela, el protagonista comienza siendo un subalterno de baja categoría en una gran corporación de orishas. Shigidi es un dios de las pesadillas, pero entre el poco poder que tiene y su aspecto repulsivo tiene pocas perspectivas en su inmortalidad. Su relación con la súcubo Nneoma cambiará radicalmente su forma de desenvolverse, pero no será algo fácil escapar de las garras de sus empleadores.

La forma de narrar que escoge Talabi, con muchos flashbacks tanto de la historia de Shigidi como de la de Nneoma para ir completando lo que no sabemos de ellos es convencional, pero muy efectiva. Se manejan distintas líneas del tiempo, pero mientras que el momento “actual” (por llamarlo de alguna manera) avanza muy pausadamente, los relatos del pasado a veces ocupan capítulos enteros, un poco como en Salvation de Hamilton. El autor consigue que los distintos puntos de vista y momentos temporales estén bastante bien compensados, tarea que no debe haber resultado banal.

También seremos testigos de diversas conspiraciones, ya que el hilo conductor del libro es la “recuperación” de una poderosa máscara tribal africana que mira tú por dónde, está en el Museo Británico (como si en este museo hubiera algún elemento que perteneciera a otras culturas, ¡qué imaginación le echan algunos autores a sus obras!).

He podido disfrutar de la versión en audiolibro de esta obra gracias a la encomiable labor de Ben Arogundade, que personifica de manera muy creíble a los poderosos dioses envueltos en esta historia. Cuesta un poco acostumbrarse al acento de Ben, pero esto es sin duda un problema de mi dureza de oído, no de su labor como narrador.

Mi recomendación es ignorar la poco afortunada elección de la cubierta y dejarse llevar por una novela fantástica de magnífico ritmo que se disfruta de principio a fin.

Braking Day

Braking Day es una novela que ha pasado prácticamente desapercibida entre los lectores a los que sigo, no sé si por que su autor Adam Oyebanji es bastante desconocido o porque las historias sobre naves generacionales están pasadas de moda. Y es una lástima, porque tiene su parte de ciencia ficción dura (pero sin atragantarnos), su misterio, sus personajes entrañables y su crítica social. Y todo bien conjuntado para dar lugar a una lectura muy entretenida.

Podríamos decir que para la supervivencia de una nave generacional es bastante normal que la estructura social sea bastante rígida, prácticamente militar, con los oficiales tomando decisiones y los tripulantes siguiendo órdenes sin salirse del plan previamente establecido, so pena de dar al traste con una misión que llevará décadas en el mejor de los casos. Esto lo refleja muy bien Oyebanji y es el principal motor de la historia, ya que el narrador es un joven que aspira a ser ingeniero como ascenso social desde su humilde cuna. Y en ningún momento dejan de recordarle que él no pertenece a la élite.

La acción tiene lugar en la Arquímedes, una nave generacional que en compañía de otras dos dejó atrás la Tierra en manos de las inteligencias artificiales y los pusilánimes humanos que cedieron todas las decisiones a estas IAs. Se acerca el día del frenado, porque el viaje está casi terminando, pero las tensiones entre distintas facciones dentro de la propia flota no dejan de emerger, cada vez más enconadas.

El tropo de las naves generacionales está bastante trillado y es difícil ser original al respecto. Oyebanji soslaya esto mezclando el mensaje político con un poco de bildungsroman aliñado con algunas escenas de acción y una tensión creciente, así que no es que haya venido a revolucionar el género, pero sí a revitalizarlo un poquito.

El uso del lenguaje específico de cada nave es un detalle especialmente inteligente, ya que nos muestra que a pesar de compartir el viaje la deriva y el aislamiento de cada sociedad, aunque no sea estanca, puede provocar estos cambios.

No quisiera entrar más en el detalle del libro, que guarda sorpresas y alegrías para quien le de una oportunidad. Ojalá os haya convencido y podamos hablar de él con más profundidad.

To Each This World

Me parece que va a haber que añadir a Julie E. Czerneda a mis creciente lista de biólogos canadienses que escriben ciencia ficción tirando a hard. No había leído nada suyo, pero las ideas en las que se basa To Each This World me han parecido interesantísimas.

Nos encontramos ante una novela que no es en sí de primer contacto, porque los humanos de Nueva Tierra ya tienen entablada una relación con los alienígenas, pero las dificultades de comunicación entre dos especies muy dispares no son tan fáciles de soslayar. Me encanta la figura del Árbitro, Henry. Henry es un humano que representa ante los Kmet a toda la población de Nueva Tierra y se vuelve fundamental en estos intercambios, ya que por la particular idiosincrasia de los Kmet, solo pueden dirigirse a un interlocutor específico.

La figura de Henry es omnipresente en todo el relato, con su búsqueda de acuerdos, su forma de mediar en los conflictos y con un espíritu de sacrificio realmente envidiable. Me encanta también que pueda recurrir a su “consejo de sabios” particular de una forma muy ocurrente.

Pero To Each This World no es solo una novela de primer contacto, porque también tenemos naves generacionales, portales para viajes espaciales, inteligencias artificiales que moldean su cuerpo como si se tratara de materia viva, traspaso de mentes entre cuerpos humanos y muchas más. Desde luego, por ideas no se queda corta la novela.

Sin embargo, el ritmo es demasiado lento. Desde muy al principio sabemos que la exploración de Henry le llevará a seis mundos y tampoco es que se entretenga demasiado en cada uno, pero se vuelve un poco pesado. Posiblemente sea porque el misterio que de verdad quería desentrañar avanza demasiado lento, en paralelo con la exploración espacial pero con mucha menos velocidad. Y eso que existen tres puntos de vista en el libro para agilizar un poco la narración, pero sigue sin acabar de convencerme.

Se agradece muchísimo encontrar una novela de ciencia ficción que sea autoconclusiva. Aunque tiene sus fallos, sobre todo en el ritmo, creo que merece la pena echarle un ojo.

Ashes of Man

No me cabe duda de que la saga de The Sun Eater de Christopher Ruocchio es una de las mejores spaces operas del siglo, pero por la razón que sea está pasando bastante desapercibida en España. Con Ashes of Man todavía no llega a su final, con un protagonista ya mayor que sigue sirviendo a su emperador pero que ya no cuenta ni con la fuerza y el entusiasmo de la juventud ni con el apoyo de sus compañeros que han ido cayendo por el camino. El enemigo sigue insaciable en su proyecto de acabar con la Humanidad, de devorarla, aunque eso ni siquiera es lo más terrible que desean hacer.

Hablar de la quinta entrega de una saga sin entrar en el cenagoso terreno del destripe es una misión muy complicada, así que me temo que mi reseña sobre Ashes of Man estará más orientada a mis sensaciones durante la lectura que al análisis de la propia obra. Nos encontramos ante una novela profundamente pesimista, con un protagonista destrozado por las pérdidas y el dolor acumulado a través de décadas y décadas de deambular por el espacio. Ruocchio sigue utilizando su conocimiento de la cultura clásica para apuntillar muchas de las reflexiones que trufan el libro, lo que nos hace pensar que la historia siempre está condenada a repetirse y que los Imperios acaban cayendo, ya sea a manos de los bárbaros venidos del norte o de los codiciosos alienígenas que nos consideran alimento.

¿Quedan cosas sin explicar? Sí, pero por esa misma razón tiene mucho mérito el colofón que nos ofrece el autor, centrado más en las reflexiones de un héroe destrozado, en increíble contraste con el joven inocente que conocimos en la primera entrega, al que las mareas del tiempo han ido agostando, que nos transmite su herencia aún a sabiendas de la inutilidad del gesto. Un joven que aún recuerda las lecciones de Gibson, el tutor que guio sus pasos desde el comienzo cual Aristóteles con Alejandro Magno, pero que se ve aún más marcado por su relación con Valka, su verdadero amor.

Es cierto que originalmente Ashes of Man y la entrega anterior, Kingdoms of Death, se iban a publicar como un solo volumen pero hubo que partirlos por su tamaño, como las últimas entregas de la saga de Ken Liu. Lo cierto es que no he notado problemas con el ritmo y el autor se ha cuidado de dar relevancia a los personajes secundarios para que no nos cansemos de una historia que podía estar centrada única y exclusivamente en Hadrian Marlowe. La presentación de un nuevo personaje nos da una idea de hacia dónde pueden ir encaminados los tiros en las siguientes entregas, pero la imaginación desbordante de Ruocchio hace que ni siquiera me atreva a intuir qué es lo que puede pasar a continuación.

Ojalá algún día podamos disfrutar de la saga en español.

Hodder & Stoughton publicará una nueva trilogía de fantasía épica de Laura Lam

En mayo del año que viene verá la luz la primera entrega de Dragonfall, una nueva trilogía de fantasía épica de la autora Laura Lam. Hodder & Stoughton lo publicará en Reino Unido y DAW en EE.UU.

Esta es la sinopsis:

Long ago, humans betrayed dragons, stealing their magic and banishing them to a dying world. Centuries later, their descendants worship dragons as gods. But the “gods” remember, and they do not forgive. Thief Arcady scrapes a living on the streets of Vatra. Desperate, Arcady steals a powerful artifact from the bones of the Plaguebringer, the most hated person in Lumet history. Only Arcady knows the artifact’s magic holds the key to a new life among the nobles at court and a chance for revenge. 

The spell connects to Everen, the last male dragon foretold to save his kind, dragging him through the Veil. Disguised as a human, Everen soon learns that to regain his true power and form and fulfil his destiny, he only needs to convince one little thief to trust him enough to bond completely – body, mind, and soul – and then kill them. Yet the closer the two become, the greater the risk both their worlds will shatter.

Mi traducción:

Hace tiempo, los humanos traicionaron a los dragones, robando su magia y exiliándolos a un mundo moribundo. Siglos después, sus descendientes adoran a los dragones como dioses. Pero los “dioses” recuerdan y no perdonan. La ladrona Arcady se busca la vida en las calles de Vatra. En su desesperación. Arcady roba un poderoso artefacto de los huesos del Portador de la Plaga, la persona más odiada en la historia de Lumet. Solo Arcady sabe que la magia del artefacto tiene la llave para una vida entre los nobles de la corte y una oportunidad para la venganza.

El hechizo conecta con Everen, el último dragón macho del que se profetizó que salvaría a su especie, volviendo a traerlos a través del Velo. Disfrazado de humano, Everen pronto comprenderá que para recuperar su antiguo poder y forma y completar su destino, solo tiene que convencer a una pequeña ladrona para que se unan completamente (cuerpo, mente y alma) y después acabar con ella. Pero conforme se van acercando, mayor será el peligro para ambos mundos.