These Fragile Graces, This Fugitive Heart

Esta novela corta de Izzy Wasserstein nos retrotrae a los inicios del cyberpunk, con una ambientación distópica y opresiva que de una forma provocativa nos pone ante nuestra propia imagen en un espejo.

Me temo que la escasa longitud de These Fragile Graces, This Fugitive Heart juega en contra de la propia obra, porque la ambientación apenas está definida por unos cuantos párrafos que piden a gritos algo más de extensión. Dora es una mujer trans que volverá a una comuna de la que se fue de mala manera cuando su ex novia aparece asesinada.

El mundo en que Wasserstein ha situado su novela es descorazonador, pero no inverosímil. Las insalvables diferencias entre los muy ricos y el resto de la humanidad, la balcanización de los territorios, la práctica inexistencia de los servicios públicos dan como resultado un panorama tan desolador como creíble. La omnipresencia de las grandes corporaciones y su falta de escrúpulos a la hora de conseguir resultados es otro de los temas presentes a lo largo de toda la lectura.

La resolución de la “investigación” es bastante apresurada, pero resulta especialmente perturbadora para los habitantes de la comuna y también para el lector. La presencia de clones implica la existencia de una tecnología muy avanzada a la que no se han puesto cortapisas éticas, lo que también nos da más material para reflexionar.

Me gusta la defensa del anarquismo como medio de vida y supervivencia frente a la barbarie, pero creo que el propio desarrollo de la historia nos deja entrever que está abocado al fracaso.

No es fácil recomendar la lectura de These Fragile Graces, This Fugitive Heart porque considero que hace falta un bagaje amplio en la ciencia ficción para entrar en la historia y aún así, creo que podría haber dado más de sí.

Descendant Machine

Siempre digo que mi género favorito es la ciencia ficción, pero si echo la vista atrás de mis últimas lecturas, he de reconocer que la fantasía se lleva la parte del león, probablemente porque se publica más, pero también porque soy menos exigente con lo que le pido a una novela fantástica que con lo que le pido a una de ciencia ficción. Decidida a subsanar este error, cogí Descendant Machine con muchas ganas, porque una space opera es el mejor desengrasante de retinas que conozco.

Gareth Powell es una apuesta segura en este sentido y siendo Descendant Machine la continuación de Stars and Bones, esperaba encontrarme aventura y entretenimiento. He de reconocer que la novela ha cumplido perfectamente esta función pero también me ha dado algo más, me ha retrotraído a ese momento en el que el sentido de la maravilla te inunda cuando empiezas a leer género y vislumbras todo el universo fascinante que puedes llegar a conocer. Quizá no viene a romper las barreras del género, pero sí que te permite reconciliarte con él si lo habías abandonado un poco. Creo que esto es importante también.

Nada más empezar el primer capítulo asistiremos a unos hechos traumáticos que afectarán de manera vital a una de las narradoras principales, Nicola Mafalda. El recuerdo de lo que le pasa forjará sus relaciones posteriores de una forma nada envidiable, pero que le sirve al autor para introducir un arco de redención muy en la línea de Alastair Reynolds, otro de los grandes del género.

Me parece muy acertada la elección del narrador del libro, la nave espacial en la que transcurren gran parte de las escenas, en una especie de juego metaliterario. Pero también nos ofrece diferentes puntos de vista, bien diferenciados y del que destacaría especialmente quizá el que menos importante parece, el engreído y joven experto enviado a estudiar un objeto inquietante. Está muy bien conseguido ese tonillo de superioridad que los años y las malas experiencias se encargan de rebajar en otras personas, pero que aquí todavía está totalmente vigente. Resulta muy divertido y es un excelente contrapunto con otras escenas más trascendentes y filosóficas que también pueblan el libro, que como digo está muy equilibrado.

Además, la novela tiene un ritmo alegre que no decae en ningún momento y que hace que la lectura sea ágil y gratificante, repleta de tropos de la ciencia ficción más clásica como la exploración de grandes artefactos desconocidos, numerosas razas alienígenas, naves sintientes y algo de tecnología y ciencia para completar la mezcla.

A todo esto, ni siquiera he mencionado que la humanidad ya no reside en la Tierra y que se desplaza de manera constante en arcas gigantescas sin poder establecer colonias en ningún planeta por la intervención de una raza alienígena tiempo atrás. Nada, nada, menundencias.

Descendant Machine es un libro muy recomendable, que no viene a revolucionar el género pero que cumple perfectamente con las expectativas.

Cubierta y sinopsis de Time’s Agent

Ya sabemos cuál será la cubierta de la nueva novela de Brenda Peynado, titulada Time’s Agent así como su sinopsis. La novela verá la luz en agosto publicada por Tordotcom Publishing.

Esta es la sinopsis:

Pocket World—a geographically small, hidden offshoot of our own reality, sped up or slowed down by time.

Following humanity’s discovery of pocket worlds, teams of academics embarked on groundbreaking exploratory missions, eager to study this new technology and harness the potential of a seemingly limitless horizon.

“What would you do, given another universe, a do-over?”

Archeologist Raquel and her wife Marlena once dreamed the pocket worlds held the key to solving the universe’s mysteries. But forty years later, pocket worlds are now controlled by corporations squeezing every penny out of all colonizable space and time, Raquel herself is in disgrace, and Marlena lives in her own pocket universe (that Raquel wears around her neck) and refuses to speak to her.

Standing in the ruins of her dream and her failed ideals, Raquel seizes one last chance to redeem herself and confront what it means to save something—or someone—from time.

Mi traducción:

Un Mundo de Bolsillo es un espacio geográficamente pequeño escondido en nuestra propia realidad con tiempo acelerado o ralentizado.

Tras el descubrimiento de los mundos de bolsillo, un equipo de académicos se embarca en misiones de exploración, ansiosos de estudiar esta nueva tecnología y dominar el potencial de lo que parece un horizonte sin límites.

“¿Qué harías si te dieran otro universo, rehacerlo todo?”

La arqueóloga Raquel y su mujer Marlena soñaron una vez que los universos de bolsillo tienen la clave para resolver los misterios del universo. Pero cuarenta años después, los universos de bolsillos están en las manos de las grandes corporaciones que exprimen hasta el último céntimo de todo el tiempo y el espacio colonizable, la propia Raquel ha caído en desgracia y Marlena vive en su propio universo de bolsillo (que Raquel lleva alrededor del cuello) y se niega a hablar con ella.

Entre las ruinas de sus sueños y sus fallidos ideales, Raquel usará la última oportunidad para redimirse y enfrentarse a lo que significa salva algo o alguien del propio tiempo.

Esta es la cubierta:

Womb City

Tlotlo Tsamaase, además de tener un nombre impronunciable para mí, tiene una grandiosa capacidad para mezclar ciencia ficción, fantasía, terror y denuncia social, algo que demuestra sobradamente en su novela Womb City.

El futurista mundo en que se desarrolla la novela, una Botswana donde los cambios de cuerpo están a la orden del día, le sirve a la autora para mostrarnos como las lacras de la sociedad se perpetúan en el tiempo a pesar de los avances tecnológicos.

La protagonista de la novela, Nelah, aparentemente lleva una vida envidiable. Dinero, fama como arquitecta, un marido con buena posición, un cuerpo joven en el que se ha reencarnado… Pero todo esto es solo el barniz que disimula una vida coartada por el microchip que lleva su cuerpo, constantemente supervisada por su marido y sin posibilidad de escapatoria. La demanda de cuerpos es cada vez mayor y esta es una de las incongruencias que le encuentro a la novela, que habla de reencarnaciones y de longitudes de vida determinadas, pero a mí al menos no me cuadra la cantidad de almas pendientes de reencarnar y la disponibilidad de cuerpos con los años de vida que se conceden a cada reencarnación. Es una de las pocas pegas que le he encontrado al libro, partiendo de la base de que a pesar de ser un escenario de ciencia ficción tiene trazas de folklore y mitología inextricables del propio desarrollo de la narración.

Sin querer entrar más en la trama de la novela por dejar que sea el futuro lector el que se encuentre lo que le presenta la autora, me gustaría hacer hincapié en las influencias, con una fortísima conexión con Ursula K. Leguin y su celebérrimo relato de Omelas. También me recuerda en algunos aspectos a Dientes rojos de Jesús Cañadas aunque no creo que sea un influencia directa, pero el uso de los mitos como modelo de reafirmación femenino e incluso de venganza conecta estas dos obras poderosamente.

La opresión de las mujeres simplemente por serlo es algo que empapa cada página del libro. Se las presupone culpables, son las que tienen en su gran mayoría los chips de control, son las víctimas propiciatorias que permiten la mejora de la sociedad… Tsamaase hace un relato tan descarnado como creíble de una sociedad tecnológicamente avanzada, pero lastrada por siglos de patriarcado y corrupción. Y, como pasa en algunas ocasiones, son casi peores las mujeres que han conseguido salir de esta situación que los propios opresores. El mensaje no necesita ser sutil, es contundente y directo al estómago.

La narración del audiolibro por parte de Christel Mutombo está muy bien pero hay un detalle que me enerva y son los chasquidos que hace con la boca, que no sé si son representaciones de las onomatopeyas del propio libro o una adición personal.

Recomiendo encarecidamente la lectura de Womb City, por el mensaje que lleva implícito, por la prosa que utiliza la autora y por ser una obra tan acongojante como recomendable.

Cubierta y sinopsis de Lady Eve’s Last Con

Solaris ha hecho pública la que será cubierta de Lady Eve’s Last Con, de Rebecca Fraimow. La fecha de lanzamiento es el 4 de junio.

Esta es la sinopsis:

Ruth Johnson and her sister Jules have been small-time hustlers on the interstellar cruise lines for years. But then Jules fell in love with one of their targets, Esteban Mendez-Yuki, sole heir to the family insurance fortune. Esteban seemed to love her too, until she told him who she really was, at which point he fled without a word.

Now Ruth is set on revenge: disguised as provincial debutante Evelyn Ojukwu and set for the swanky satellite New Monte, she’s going to make Esteban fall in love with her, then break his heart and take half his fortune. At least, that’s the plan. But Ruth hadn’t accounted for his younger sister, Sol, a brilliant mind in a dashing suit… and much harder to fool.

Sol is hot on Ruth’s tail, and as the two women learn each other’s tricks, Ruth must decide between going after the money and going after her heart.

Mi traducción:

Ruth Johnson y su hermana Jules son timadoras de poca monta en los cruceros interestelares desde hace años. Pero entonces Jules se enamora de uno de sus objetivos, Esteban Méndez-Yuki, único heredero de la fortuna de su familia. Parece que Esteban también la ama, hasta que le desveló quién era y la dejó sin volver a dirigirle la palabra.

Ahora Ruth quiere vengarse: haciéndose pasar como la debutante provincial Evelyn Ojukwu y viajando al satélite New Monte, su objetivo es enamorar a Esteban, romperle el corazón y quedarse con la mitad de su fortuna. Al menos ese es el plan. Pero Ruth no ha tenido en cuenta a su hermana pequeña, Sol, una mente brillante en un vestido no menos brillante y mucho más difícil de engañar.

Sol sigue la pista de Ruth y mientras van aprendiendo los trucos de la otra, Ruth deberá decidir si ir detrás del dinero o del amor.

Esta es la cubierta con diseño de Martin Stiff:

In Ascension

In Ascension es una novela escrita de una manera impecable, impregnada de esa ciencia ficción de futuro cercano que tanto nos gusta, pero que no acaba de cuajar. Tenía los mimbres para ser una estupenda historia de primer contacto, o para ser un canto a la exploración espacial y a la superación humana, pero se queda en el camino.

La historia se centra en la bióloga marina Leigh, nacida en una Rotterdam prácticamente subterránea por el cambio climático, víctima de un padre violento. El título de la novela nos da una pista del camino ascendente que tendrá su vida, tanto literal como metafóricamente.

La novela es de ritmo pausado y se entretiene en las particularidades de las algas en las que Leigh se especializa así como en el desarrollo de una tecnología de propulsión que revolucionará los viajes espaciales. Y no tengo problema con esto, pero al desarrollo de los personajes, excepto la protagonista, sí que le falta profundidad. Para tratarse de una novela de más de 500 páginas, apenas llegamos a conocer los compañeros de viaje de Leigh, que se entiende deberían jugar un papel más importante, al menos durante la misión en la que se ven envueltos. Pero Martin MacInnes no se detiene en estas menudencias.

La adenda final de la novela es la que nos hace cambiar de opinión sobre todo lo que ha sucedido anteriormente, con la reunión de dos personajes que han tenido un papel bastante secundario en gran parte de la novela, pero que le sirven al autor para cerrar de forma satisfactoria algunos de los enigmas que quedaban en el aire. Algunos, pero no todos, porque se cuida de seguir tejiendo alrededor de la historia detalles ambivalentes que quedan para la interpretación del lector.

Quizá lo que más me ha gustado, a pesar de ser terrible, es cómo MacInnes aúna la plaga de las enfermedades mentales degenerativas de los ancianos con los problemas de desarrollo de las nuevas generaciones, algo que se trata de manera tangencial en la novela pero que me resulta tan intrigante como premonitorio. Pero es una alusión casual y no el verdadero objetivo de la novela.

No he conseguido conectar con una obra de la que esperaba mucho más.

Past Crimes

Past Crimes es un thriller con toque de ciencia ficción de futuro cercano sobre los peligros de la inmersión total en la realidad virtual, que cumple una labor admonitoria para con la sociedad actual sin dejar de ser trepidante, aunque algo previsible.

La protagonista de la novela es Cassie West y su trabajo consiste en asegurar los derechos sobre los crímenes más terribles que se convertirán en simulaciones para el consumo de masas. La acción transcurre en el año 2037, una fecha muy cercana en el tiempo a la actualidad para alertarnos sobre la verosimilitud de su relato.

El negocio del entretenimiento no conoce barreras y la reconstrucción de crímenes reales mueve billones. Cuanto más truculento y maligno, mejor. Lo que no imagina Cassie es que pronto se convertirá en protagonista de uno de estos crímenes.

Jason Pinter basa su relato en la lucha contra el sistema, contra la automatización y el aislamiento al que nos someten los sistemas cada vez más perfeccionados de realidad virtual. Es quizá un tanto exagerado al mostrarnos las consecuencias de la pérdida de libertad, como cuando explica el sistema de acogimiento de huérfanos que más nos recuerda a un sistema carcelario futurista que a otra cosa, pero aunque la forma utilizada sea poco sutil, el mensaje subyacente sí va calando.

Tampoco es sutil con sus personajes, que son bastante maniqueos sobre todo el MAL representado por la todopoderosa corporación que no tiene escrúpulos para manipular los escenarios en busca del mayor retorno de inversión posible. No cabe duda de que contiene algunos deus ex machina para salvar las peores situaciones y creo que tiene material para un conversión cinematográfica que sería muy entretenida. El mensaje cala, aunque solo sea por la insistencia con la que nos golpea con un objeto contundente en forma de capitalismo desaforado.

También contribuye al ritmo la narración de Ellen Quay, muy adecuada para este thriller entretenido y trepidante.

Afterworld

Al escribir esta reseña me debato entre lo poco que me ha gustado el libro y las sensaciones de angustia y repulsión que ha conseguido provocarme, ya que entiendo que hay que reconocerle esa capacidad de generar desasosiego y aprensión.

Afterworld es una novela apocalíptica en la que para preservar la vida en la Tierra y acabar con el cambio climático una IA decide acabar con la causa del problema: los humanos. Su solución es liberar un virus que esteriliza a toda la población humana y dejar que siga su curso. Lo peor no es eso, lo peor es que aplicando una lógica retorcida y malsana decide ser testigo de la existencia de los últimos seres humanos para dejar constancia de su existencia en la realidad virtual a la que supuestamente volcará las consciencias humanas.

En este libro no veremos héroes que se enfrenten contra su destino, si no que seremos testigos de suicidios en masa, hartazgo de vivir y desesperación por cada esquina. Le reconozco a Debbie Urbanski su capacidad para remover tus entrañas y hacértelo pasar mal.

No obstante, el resto del libro me parece un despropósito. Desde la elección del narrador, una IA encargada de novelar la vida de la última superviviente a la propia forma de contar la historia, con repeticiones y listas insoportables, con una especie de lógica fría que se aplica a cada párrafo pero que luego se rompe cuando quiere, con una obsesión enfermiza por el objeto de estudio… hasta el uso de recursos poco amigables como las definiciones de diccionarios, la reiteración insufrible de las descripciones de las acciones, la manipulación de la realidad, el abuso de los entornos de realidad virtual.

Y llegas al final del libro y te encuentras una relación “amorosa” enfermiza y tóxica que ya termina de rematar el mal cuerpo que te había dejado el libro.

Como detalle curioso, la autora menciona en los agradecimientos a Chat GPT.

Beautyland

A menudo me resulta más fácil darle una oportunidad a una obra de la que no tengo referencias si el formato en que lo leo es audiolibro, quizá porque lo puedo compatibilizar con otros temas de mi vida diaria o quizá porque la labor de los lectores profesionales es casi siempre bastante destacable. El caso es que he escuchado Beautyland sin demasiadas expectativas y aunque reconozco que es una novela bien escrita y entretenida, el barniz que tiene de ciencia ficción me parece una excusa para que Marie-Helene Bertino haga un repaso por los últimos cuarenta años de historia norteamericana y cómo los cambios van afectando a la vida de las personas, pero no esperéis encontrar especulación.

La premisa de la que parte es que, coincidiendo con el lanzamiento de la sonda Voyager 1, nace en Filadelfia una bebé que en realidad es un alien enviado para conocer la vida en la Tierra y comunicar sus investigaciones mediante faxes (sí, habéis leído bien, faxes) a sus superiores.

El libro sigue las aventuras y desventuras de Adina a una vida tan anodina como plausible, mientras intenta descifrar el sentido de la vida humana y cumplir su misión, aunque nadie le ha dado un manual de instrucciones sobre cómo hacerlo. Beautyland se transforma por tanto en una novela de rito de madurez, una exposición sobre lo bello y lo grotesco de la vida humana y sobre todo, una exquisita muestra de la alienación y de la otredad que siente un ser que se considera ajeno a todo esto.

La labor de la lectora Andi Arndt es muy buena, porque consigue imprimir al libro una pátina de frialdad, por definirlo de alguna manera, que se ajusta perfectamente a la forma de ser de la protagonista.

La novela tiene una estructura fragmentada, con idas y venidas temporales que nos permite ver el collage que forma la vida de Adina, pero también la de los compañeros de su viaje por el planeta Tierra. Los secundarios que la acompañan, desde su madre hasta Carl Sagan (por la obsesión de la protagonista con su figura no porque aparezca como personaje), están trazados de forma elocuente y resolutiva, para ayudarnos a situar en el espacio y el tiempo las aspiraciones de Adina.

Beautyland es un canto a la individualidad y al ser diferente.