Roses and Rot

Roses and Rot es un título que en su momento pasó bastante desapercibido, pero del que en alguna ocasión había hablado con mi amigo Elías, que me animó a leerlo. Se trata de una historia ambientada en la actualidad, pero que mezcla el mundo real con el mundo mágico de las hadas, entendidas como esos seres que poseen glamour y que pueden conceder deseos a quienes consideren sus elegidos.

Lo que llama especialmente la atención en esta novela no es esta aparición de las hadas y del acuerdo que tienen con los humanos becados en una famosa escuela de arte, si no cómo la autora utiliza este entorno para hablarnos de una relación entre hermanas que trasciende el arte. Las constantes injerencias de su madre, que actúa de una forma tan malvada y torticera que consigue separar a ambas durante años, están estupendamente reflejadas por la autora, sobre todo utilizando un medio poco habitual. Como la protagonista es escritora y su proyecto en la escuela de arte trata sobre los cuentos de hadas, va introduciendo pequeños relatos del estilo donde se van desgranando estos episodios vitales. Como si se tratara de una muñeca rusa, se van descubriendo nuevas y nuevas capas en estos relatos imaginarios pero referentes a la realidad.

Roses and Rot es también una estupenda muestra sobre la relación entre los artistas y sus musas o su inspiración. Lo hace con todo tipo de disciplinas artísticas, desde la poesía a la danza, pasando por la escultura o la música. El objetivo último de la escuela de arte es conseguir que las obras de los allí formados transciendan el tiempo, que sean recordadas para la posteridad. El precio a pagar ya lo descubriréis si leéis la novela, pero se da por descontado que cualquier artista que se precie está dispuesto a pagarlo. No sé si es por pura vanidad o por la necesidad inherente de sentirse valorado por sus creaciones, pero pocos de los personajes que aparecen en la novela son capaces de evitar este influjo.

La prosa de Kat Howard se adapta de una manera precisa y elocuente a un relato con influencia mágica, tanto a la hora de describir la relación con las hadas como en los momentos más “mundanos” de la narración, aunque en algún momento puede llegar a resultar excesivamente metaliteraria. Las relaciones interpersonales, tanto las de las dos hermanas como las del resto del personajes que aparecen en la novela son tratadas con mucho respeto y cariño, incluso cuando los actos que se llevan a cabo parecen ser causados por un egoísmo y una falta de humanidad que se podrían achacar a las hadas, pero que son llevados a cabo por personas. Si te gusta el mundo de las hadas y la relación de los humanos con ellas, este libro no se te puede escapar.

Of Dragons, Feasts and Murders

Que Aliette de Bodard es una escritora muy admirada en este blog creo que no sorprenderá a nadie, así que tampoco os sorprenderá saber que me leí Of Dragons, Feasts and Murders prácticamente en un solo día.

La obra es una relato concentrado con todo lo bueno de la saga Dominion of the Fallen envolviendo un misterioso asesinato que habrá que investigar para ayudar a la estabilidad del reino dragón bajo el Sena. Con esta apuesta, la autora vuelve en cierto modo a sus inicios con Servant of the Underworld y demás instancias de la saga Obsidian and Blood.

La autora quería que la obra se sostuviera por sí misma de forma individual, sin necesidad de haber leído las novelas anteriores. Al comienzo de la lectura presenta a los personajes y sus relaciones de una manera tan resumida como brillante, algo que permite poder disfrutar de la lectura sin todo el conocimiento de lo anterior. No obstante, no se hace lo mismo con el mundo o al menos no consigue condensar todas las explicaciones sobre la magia de los ángeles caídos, el París devastado… en estas pocas páginas. Creo que hay otras obras que servirían mejor al propósito de iniciarnos en la saga, así que aunque la lectura de Of Dragons, Feasts and Murders no requiere las obras anteriores, sí que la agradece.

Una parte muy importante de la narración son las intrigas políticas, algo a lo que Aliette ya nos tiene acostumbrados en casi todas sus publicaciones, desde el ciclo de Xuya a la anteriormente mencionada Obsidian and Blood.

Me ha gustado especialmente la resolución “científica” del misterio, aunando de una forma muy atractiva las tradiciones con la modernidad. Pero sin duda lo más llamativo es la relación entre Asmodeus y Thuan, un matrimonio bien avenido a pesar de las muchas diferencias entre ellos. Y es que a la autora se le nota el cariño especial que siente por Asmodeus, a pesar de la complejidad del personaje consigue enfocarlo con una visión positiva.

No sé a qué esperáis para leer Of Dragons, Feasts and Murders y en general, todo lo que escribe Aliette de Bodard.

The Angel of the Crows

En su momento leí The Goblin Emperor y me pareció una fantasía muy sólida y disfrutable, así que cuando vi que Katherine Addison iba a sacar un nuevo libro y que encima era una reinterpretación de Sherlock Holmes, me faltó tiempo para ponerme a leerlo.

Lo de reinterpretación es una forma de definir lo que ha hecho la autora que no me acaba de convencer. Cuando la propia Katherine lo describe como un wingfic (un fanfic donde alguno de los personajes tiene alas), ¿quiénes somos nosotros para intentar llamarlo de otra manera?

Addison cambia los nombres de Watson y de Holmes y transforma al famoso detective consultor en un ángel de la ciudad de Londres, mientras que las heridas de guerra de Afganistán del trasunto de Watson (llamado Doyle) tendrán más consecuencias de las esperadas. La ciudad donde transcurren las aventuras de ambos es un Londres mucho más oscuro que el que conocemos, poblado de criaturas mágicas, con vampiros, licántropos, ángeles… Es una ambientación tremendamente inmersiva, ya que no sabes lo que te puedes encontrar a la vuelta de la esquina y aún así, coherente en sus reglas internas.

El problema que surge desde el principio de la lectura es que la autora ha seguido demasiado fielmente las historias de Arthur Conan Doyle y no debe haber mucha gente que no sepa el final de Estudio en escarlata o El signo de los cuatro. En esta narración por supuesto hay cambios, sobre todo cuando se va alcanzando el final del libro cuando la historia diverge definitivamente de lo que conocemos, pero quizá este cambio llega demasiado tarde. Me resulta difícil entender por qué la escritora ha decidido ser tan extremadamente fiel al canon en unas cosas y tan original en otras, dando lugar a un mezcla heterogénea que no acaba de funcionar. La inclusión de los asesinatos de Jack el Destripador como hilo conductor de las desventuras de los dos residentes de Baker Street 221b tampoco resulta tan atractivo como podría parecer en un principio, pues es algo que ya se ha hecho en multitud de medios, escritos y audiovisuales, y no es que aporte demasiado al libro.

Me gustaría también comentar que la identidad de género también está presente en la novela, con algunas revelaciones inesperadas que reconozco me sorprendieron en su momento.

The Angel of the Crows resulta más interesante por el mundo que ha desarrollado la autora para arropar la historia que por la propia historia en sí, por lo que ha acabado por resultar un poco decepcionante.

Sharps

Es todo un placer tener de nuevo por estos lares a Antonio Díaz, que como experto conocedor de la obra de Parker no podía faltar en esta semana dedicada al autor. En esta ocasión reseña una obra menos conocida de Parker, pero no por ello menos interesante.

K. J. Parker nos presenta una novela de fantasía autoconclusiva en Sharps, en la que dos naciones que han firmado una endeble tregua después de años de guerra se encuentran de nuevo al borde del enfretamiento. Un esfuerzo diplomático se materializa tomando como punto clave el pasatiempo común de ambos países: la esgrima.

Desde uno de los países se recluta a un equipo “olímpico” de esgrimistas para hacer un tour por el país vecino, enfrentándose en una especie de campeonato amistoso en un intento de rebajar tensiones y aunar ambos pueblos.

Uno no puede leer Sharps sin sentir que toda la novela hay una comparación entre la esgrima y el fútbol en nuestro mundo. La pasión con la que hablan los personajes que pueblan sus páginas es real. Parker hace gala de un conocimiento enciclopédico entre los diferentes estilos de lucha, tipos de espadas, ataques, fintas, etc. Se repiten discusiones sobre grandes combates del pasado, se trata a los espadachines como auténticas estrellas de rock (o jugadores de fútbol), hay coleccionistas que gastan fortunas en merchandising y los aficionados no dudan en agolparse para ver un buen combate y, si no están satisfechos, organizar una revuelta si es necesario.

La novela se desarrolla intercalando los puntos de vista de los miembros del equipo de espadachines visitante. Es una aproximación interesante que destaca las diferentes motivaciones que les han llevado a unirse al equipo y permite narrar los combates desde diversas perspectivas. Llama la atención que Parker no escriba en ningún momento desde un punto de vista de la nación visitada, entiendo que obra así para sorprender por las diferencias culturales de la nación.

El ritmo de Sharps es dinámico por el tema que trata y el ágil cambio de punto de vista. Esto unido a que no es una novela excesivamente larga (449 páginas en la edición de bolsillo de Orbit que yo tengo) hace que se lea con rapidez.

Está la novela ambientada en Parkerland, como la mayoría de sus obras, esa suerte de alternativa histórica y difusa que le permite citar pintores, religiones, filósofos, naciones vecinas e imperios del pasado todos ficticios. Ya en la primera página tenemos una mención a Saloninus, un filósofo y un truhán y uno de sus personajes más divertidos.

Sharps es una gran muestra de la capacidad de Parker de moverse en el formato largo, desarrollar ideas más complejas y profundizar en sus personajes a la vez que realiza comparaciones entre la novela y el mundo real (no sólo la evidente crítica a los deportes mayoritarios) si no también un alegato contra la guerra y un suspiro resignado ante la naturaleza humana (y su tendencia a la belicosidad).

Mañana daremos por finalizado esta serie de artículos dedicados al autor K. J. Parker con una sorpresa que solo reconocerán los lectores de Supersonic. Ahí lo dejo para que penséis un poco.

My Beatiful Life

My Beatiful Life es una novela corta publicada en 2019 por Subterranean Press, así que es una muestra muy reciente de la obra del autor. En muy pocas páginas seremos testigos de muchas de las características de la escritura K.J. Parker, a través del relato de un pobre que por azares de la vida va subiendo por la escala social de la forma más meteórica.

Utilizando una primera persona que resulta divertidísima a pesar de narrar en su gran mayoría desgracias, veremos cómo trata la vida a tres hermanos de humildes orígenes. Se podria hacer un estudio sobre cómo se describe el trabajo de la madre, supuestamente el más antiguo del mundo, pero sobre todo cómo conforme van avanzando los años se dejan de lado los paños calientes y los eufemismos para acabar llamando a las cosas por su nombre. Resulta muy curiosa e incluso formativa esta variación de los términos utilizados, siendo una forma más de marcar el paso del tiempo sin necesidad de recurrir a calendarios ni otros adminículos. También asistimos al diferente tratamiento que recibe una joven heredera conforme va pasando el tiempo, así que se podría decir que uno de los ejes sobre los que pivota la historia es el paso del tiempo y cómo afecta a nuestras percepciones y creencias.

Es hilarante la descripción que el escritor nos brinda sobre la burocracia imperial, perfectamente asimilable a la que conocemos en la actualidad. Títulos rimbombantes que ocultan puestos vacíos mientras que los más humildes son los que en realidad manejan el cotarro. ¿Cómo sobrevivir a esa jungla de papeleo digna de una de las pruebas de Astérix? Todo resultará más fácil cuando no se tienen otras distracciones en la cabeza, aunque en ocasiones haya que cortar de cuajo el origen de los problemas, de forma muy literal y sangrienta.

La longitud de My Beatiful Life se adapta de forma perfecta a la historia que se quiere narrar. No sobran páginas ni tampoco se echa en falta una profundidad mayor en los temas tratados. Es una novela corta que se lee en un suspiro y que puede ser una más que adecuada puerta de entrada a la obra del autor.

My Beatiful Life se puede definir como un ejemplo perfecto de novela Parkeriana (y si queréis conocer las características definitorias de este término que me acabo de inventar os recomiendo visitar el blog el viernes).

Mañana podréis disfrutar de una reseña de una obra algo más antigua del autor a cargo de uno de los lectores más duchos en su obra que conozco.

The Lesser Devil

Me topé con The Lesser Devil de casualidad, mientras buscaba por enésima vez la siguiente entrega de la saga de Christopher Ruocchio en Scribd. Pero hete aquí que había una obra intermedia de la que desconocía su existencia y que podría calmar el gusanillo durante un rato, así que me puse de inmediato con ella.

The Lesser Devil está pensado para ser una lectura independiente, para acercar la obra de Ruocchio a un lector que no se atreva de primeras con los mastodónticos libros de The Sun Eater. En este sentido, lo cierto es que se queda bastante corto, porque quizá uno de los mayores alicientes de Empire of Silence es precisamente el enorme despliegue de escenografía que el autor hace desfilar ante nuestros ojos. Así que, a pesar de estar concebido como una lectura independiente, algo que cumple sobradamente, su otra idea de enganchar con el resto de la serie no consigue su objetivo por ser una muestra demasiado exigua.

Tampoco ayuda que el principal protagonista sea Crispin, el hermano de Hadrian, que es un personaje mucho menos carismático y atractivo. En muchas ocasiones Crispin cree que no le llega a la suela del zapato a su desaparecido hermano y casi llega a autoconvencerse de su ausencia de valía. Quizá The Lesser Devil estuviera dirigido a convertirse en una alabanza a la autosuperación, pero se queda corta en este aspecto.

Lo que sí que tiene es mucha acción. El ritmo es trepidante desde un principio, ya que asistiremos a una persecución, una caza al hombre por uno de los lugares más recónditos del planeta. Los enfrentamientos no escatiman los miembros cercenados (gracias a las espadas de antimateria) y esa curiosa mezcla entre feudalismo y alta tecnología que sirve de base para el universo está muy bien representado.

Pero el detalle que más me gusta es el protagonismo de una secta religiosa, que vive en un pueblo-museo como una recreación de los cultos de la antigua Tierra. Ver cómo la fe cristiana ha perdurado casi impasible al paso del tiempo y cómo sus valores afectan a la vida de los lugareños es el eje central de la historia. Hay muchos libros de ciencia ficción con un fuerte componente religioso, como Pavana o la saga de Hyperion, pero en este relato tiene un efecto curioso sobre Crispin.

No puedo recomendar la lectura de The Lesser Devil como introducción a la obra de Ruocchio, pero si como un entremés curioso para completar una historia ya de por sí amplia. Y ahora perdonadme, que voy a refrescar Scribd a ver si les ha dado por subir la segunda entrega de la saga.

The Philosopher’s Flight

Empecé a escuchar The Philosopher’s Flight de casualidad, sin tener referencias ni del autor ni de la obra en sí. Me sorprende mucho que esta historia alternativa situada en la Primera Guerra Mundial no haya tenido más predicamento entre mis contactos, aunque seguramente haya pasado desapercibido por razones de marketing.

La novela cuenta los años de juventud de Robert Weekes, un practicante de filosofía empírica, que aunque en el libro se afirma que no es magia si no ciencia, ante nuestros ojos es prácticamente indistinguible de la magia. Las mujeres tienen más afinidad con esta filosofía, por lo que los practicantes masculinos son escasos y menos dotados.

Existen ramas de esta filosofía, especializadas en distintas posibilidades. El vuelo, la teletransportación o la escultura de humo son de las más mencionadas a lo largo de la novela, pero hay muchas más. Y la aplicación de esta ciencia ha cambiado algo la historia del mundo, pero la Primera Guerra Mundial sigue ocurriendo y por los tratados firmados con anterioridad la filosofía empírica solo se puede utilizar para el rescate de los heridos, no en las propias batallas.

Es en este mundo tan interesante donde asistiremos a las andanzas de Robert, hijo de una heroina de cuatro guerras que ahora trabaja como filósofa de condado, volando de forma urgente hasta donde es necesaria su intervención. Estamos ante un novela de paso a la madurez, donde Robert deberá conocerse a sí mismo y a decidir a qué se dedicará en su futuro, con todas las trabas que su condición masculina le impone.

La novela tiene la dosis justa de culebrón para que sigamos interesados en las andanzas de Robert en su primer año universitario, donde conoce a los que serán sus mejores amigos en la vida, su primer amor y también el odio y las rencillas que la envidia puede provocar. Como telón de fondo, un interesantísimo escenario en el que los fanáticos religiosos atacan de forma indiscriminada a las filósofas empíricas, haciendo alarde de discursos que no nos sonarán muy extraños, como que “el orden natural de las cosas es que la mujer se quede en casa cuidando de los hijos” y la utilización de la violencia justificada para deshacer la tiranía feminista. Recuerda en cierto modo a algunas lecturas recientes, como The Heart of the Circle, aunque en esta ocasión el autor aboga por un punto de encuentro y una búsqueda de la igualdad que no parece un objetivo muy realista en un enfrentamiento con violentos fanáticos religiosos. Aunque en ciertos momentos se responde a la violencia con más violencia, queda claro que ese no es el camino a seguir si lo que se quiere es extirpar el problema de raíz.

La prosa de Tom Miller es bastante funcional, aunque algunas explicaciones de la filosofía natural quedan en un terreno bastante abstracto, no resulta impedimento para creer a pies juntillas lo que cuenta. Al final del libro hay unos anexos explicando algunos de los glifos utilizados para cada “encantamiento”. Me temo que la explicación narrada no resulta tan clara como quizá fuera ver dibujado el glifo, pero es solo un pequeño inconveniente a la hora de disfrutar del audiolibro.

La narración de Gibson Frazier es perfecta en cuanto a tono e intensidad. Consigue meterse en la piel del joven Robert, que al fin y al cabo solo tiene 18 años cuando se desarrollan estos acontecimientos. Sobre todo, es capaz de inculcar en la narración la pasión desmedida que siente el protagonista por su ilusión de infancia y cómo lucha contra viento y marea para conseguir su aparentemente imposible sueño.

Stormsong

Witchmark fue una agradable sorpresa el año pasado y se ganó por mérito propio algunas nominaciones a premios internacionales. No es de extrañar que la autora decidiera seguir con la historia, aunque en esta ocasión el foco se centrar en un personaje distinto, concretamente en la hermana del protagonista de Witchmark.

Algunas de las características que estaban presentes en la primera entrega de The Kinston Cycle, como la amenaza de las terribles condiciones meteorológicas y las relaciones no heteronormativas siguen presentes aquí, pero es cierto que Stormsong toma un giro decididamente político en su desarrollo. Aunque haya que investigar un misterio, gran parte del desarrollo de la novela se basa en las maniobras que Grace debe llevar a cabo para lograr equilibrar un poco la balanza de la justicia social. E intentar cambiar el sistema desde dentro, pretendiendo que los propios privilegiados que dominan la sociedad recorten sus prebendas es misión harto complicada.

He de decir que lo que más me ha interesado ha sido esta especie de simulación de la lucha de clases, aunque esté diluida en cantidades homeopáticas, porque los otros componentes de la novela flojean bastante. La trama amorosa resulta bastante obvia e incluso algo forzada y los “misterios” que hay que “desentrañar” para llegar a la “gran revelación” son demasiado obvios para mi gusto. Polk lo escribe con oficio, pero parece que la mayor parte de las ideas que tenía las volcó en la primera novela y aquí estira un poco la historia aprovechando el tirón. Puede que estemos ante una víctima más del síndrome del segundo libro, pero con los elementos que tenía a su disponsición la autora, creo que podría haber sacado más rendimiento a la visita de los Amaranthines, que vienen a pedir explicaciones por los sucesos que acontecen en el primer libro y se quedan en poco menos que un precioso adorno.

La narradora del audiolibro es Moira Quirk, que hace un buen trabajo imitando la voz y compostura que se presuponen a la clase alta de un mundo distinto al nuestro pero que es un calco de la alta sociedad británica de principios del siglo pasado.

Desconozco si habrá más entregas de la serie, aunque es lógico pensar que sí las habrá al haberla denominado Cycle. Espero que la autora me ofrezca algo distinto porque con Stormsong me ha dejado bastante fría.

The Strange Case of the Alchemist’s Daughter

Me lo he pasado estupendamente bien con The Strange Case of the Alchemist’s Daughter, una novela ligera a pesar de querer meter a muchísimos personajes de novelas decimonónicas. Y es que Theodora Goss ha sido capaz de crear los cimientos para una serie que puede dar mucho juego partiendo de unos elementos de sobra conocidos, pero aportando un nuevo giro. En vez de hablar de los protagonistas de novelas como Dr. Jeckyll y Mr. Hyde o Frankenstein, esta novela estará protagonizada por sus hijas. Esta inclusión de un toque femenino, sirve para aportar un punto de vista totalmente diferente lo que aunado con una trama detectivesca en la que de manera casi inevitable aparece Sherlock Holmes, da lugar a un pastiche de agradable lectura para pasar el tiempo.

La autora ha acertado tanto con el tono de la novela, tirando a juvenil, como con los incisos e interrupciones que pululan por todo el libro como aportaciones para conocer más en profundidad a los personajes y como contrapunto cómico. No faltarán los típicos capítulos de flashback para que sepamos la intrahistoria de las muchas mujeres que conformarán el club Atenea.

Resulta también muy curiosa la obsesión de los científicos y de la sociedad alquímica en general por experimentar con sujetos aparentemente más maleables, lo que implica que sean mujeres. No me cabe duda de que en las siguientes entregas se ahondará en esta interesante dicotomía, donde las propias víctimas / creaciones de los experimentos se enfrentan a sus figuras paternas. Ya hay un adelanto en estas mismas páginas, pero intuyo que ese será el camino que seguirá la serie. Existen también menciones a temas feministas, pero por supuesto adaptados a la época en que se desarrolla el libro (las sufragistas, las convenciones sociales sobre las herencias, los atuendos incómodos…)

No todo son puntos positivos en la novela. Las apariciones puntuales de Sherlock Holmes eclipsan en cierta manera a las mujeres que llevan el peso de la historia, quizá por querencia de la propia autora o por el inevitable bagaje que un personaje de esa categoría lleva consigo. Desconozco si en las siguientes entregas seguirá apareciendo o quedará atrás, pero lo que si tengo claro es que voy a seguir con la serie ya que me ha parecido extremadamente entretenida, algo que hace mucha falta en estos tiempos.

El audiolibro está narrado por Kate Reading que tiene una forma de actuar estupenda. Ya la conocía de la narración de otros libros como algunos de Victoria Schwab, pero aquí hace un labor encomiable, impostando la voz para hacer reconocible a cada uno de los personajes.

Shorefall

Cuando leí Foundryside me encantó. Se trataba de una fantasía basada en un sistema de magia muy bien pensado y con unos personajes con los que se puede empatizar, lo tenía todo para triunfar. Y sin duda lo hizo, porque aquí tenemos ya la segunda parte, titulada Shorefall.

Robert Jackson Bennett apuesta desde el principio por un ritmo endiablado, una velocidad en la narración y en el desarrollo de los acontecimientos que hace que en un muy corto espacio de tiempo pasen muchas cosas. No estoy para nada en contra de esto, pero es cierto también que si se empieza pisando el acelerador es difícil mantener esa velocidad de crucero en una novela de 500 páginas. El autor sale airoso de este desafío, pero a lo mejor un poco de pausa al principio le hubiera favorecido a la hora de llegar al desenlace final y hacer un último sprint.

La acción se desarrolla en la misma ciudad, Trevane y con prácticamente los mismos personajes, pero la situación ha cambiado mucho. Los hechos acaecidos en la primera entrega de la saga han provocado pequeños cambios en la monolítica estructura social de la urbe y vemos cómo esa rígida composición se va resquebrajando poco a poco, en una búsqueda de cambio pausado en la sociedad. Es interesante cómo el autor plantea esta posibilidad para seguidamente descartarla, ya que gran parte del libro habla sobre las implicaciones filosóficas de lo que es la civilización y si sería posible una organización eminentemente buena, sin caer en la explotación, la esclavitud, la desigualdad…

Shorefall pierde algunos de los puntos que más interés me causaron en la novela inicial, ya que el sistema mágico no puede volver a sorprendernos de la misma manera y el plan para la “estafa” en esta ocasión que da como algo anecdótico. No es menos cierto que el alcance del conflicto en esta ocasión es mucho más grande, ya que no afecta solo a una parte de la ciudad.

Hay algunos momentos dramáticos muy bien narrados, como la culminación de la relación entre Gregor y su madre, y también se van desvelando algunos misterios que quedaron en suspenso con anterioridad. Algunas de las revelaciones no resultan ser tan sorprendentes como podríamos haber esperado, bien porque el autor ya se ha encargado de ir dando pistas o bien porque el lector está acostumbrado a andar ojo avizor en este tipo de novelas.

El final, como no podría ser de otro modo, nos deja en una situación límite para conocer cómo acabará la historia. A mí al menos me ha convencido para esperar ansiosamente la siguiente entrega.