Slow Gods

Claire North es la Curro Romero del fantástico, lo mismo te hace una faena memorable que un fiasco infumable. Así que comencé a leer Slow Gods con la precaución que ya me han enseñado los años, sin saber si me iba a encontrar un The Pursuit of William Abbey u otra cosa, pero con la esperanza de que volviera a la ciencia ficción y se dejara de mitos griegos.

Aunque el libro en general me ha gustado, Slow Gods está lleno de contradicciones, comenzando por un título que le da mucha importancia a unos personajes que no pasan de ser secundarios en el desarrollo de la novela pero que viene que ni pintado para recalcar uno de los defectos de los que adolece la novela, cierta lentitud en según qué tramos.

Estos dioses lentos aparecen un día para informar de la venidera implosión de una supernova, que en un tiempo determinado destruirá muchos mundos habitados. North vuelve a recurrir a algunos de sus métodos favoritos, como la inserción de listas en mitad de la lectura para dar rienda suelta a su imaginación en la creación de mundos. Los distintos métodos de gobierno, desde un capitalismo desaforado a la unión de mentes son quizá lo mejor de la novela, junto con un protagonista que no llegaríamos a definir como poco confiable, pero cuyas peculiares características así como su forma de afrontar la vida son de lo más original. Es tremendamente curioso como cada autor que utiliza los viajes espaciales imagina una forma distinta de llevarlos a cabo cuando no quieren una aproximación estrictamente científica, siempre hablando de la oscuridad del espacio, como Tchaikovsky en su saga de los arquitectos u O’Keefe en The Two Lies of Faven Sythe, por poner unos ejemplos recientes. North propone una dualidad biológica-mecánica siempre destinada a fallar por la propia naturaleza del reto, que destroza a la parte biológica como quien quema cerillas para iluminar su camino en el eternamente oscuro piélago estelar.

Creo que hay muchísimas lecturas posibles en este libro, desde una recreación de hechos históricos de nuestro mundo, como esa paz tensa y obligada por la amenaza nuclear que en esta ocasión viene dada por unas naves estelares colocadas estratégicamente a lo largo de la galaxia para poder destruir todos los mundos habitados, a una simulación de los trastornos del espectro autista a través de las dificultades de relación del personaje protagonista con el resto de elenco del libro, por su propia naturaleza. La obra no está exenta de crítica hacia el sistema de gobierno actual, pero a veces está tan pasada de rosca que pasa de la ironía al sarcasmo y a la bufa.

He de reconocer que la amalgama de pronombres también ha ralentizado un poco la lectura, cuando ya me había aprendido los que usa Benjanun Sriduangkaew llega ahora Catherine Webb con otra retahíla bajo el brazo. No sé cómo lo llevarán los lectores nativos pero a mí me cuesta hacerme con ellos.

Slow Gods es una space opera no exenta de defectos, pero muy recomendable.

Orbit publicará una space opera de Claire North

El 16 de septiembre es la fecha prevista para que Orbit publique Slow Gods, la nueva novela de Claire North que promete ser un auténtico bombazo. Esta es la sinopsis:

My name is Mawukana na-Vdnaze, and I am a very poor copy of myself.

In telling my story, there are certain things I should perhaps lie about. I should make myself a hero. Pretend I was not used by strangers and gods, did not leave people behind.
 
Here is one truth: out there in deep space, in the pilot’s chair, I died. And then, I was reborn. I became something not quite human, something that could speak to the infinite dark. And I vowed to become the scourge of the world that wronged me. 

This is the story of the supernova event that burned planets and felled civilizations. This is also the story of the many lives I’ve lived since I died for the first time.  
 
Are you listening? 

Mi traducción:

Mi nombre es Mawukana na-Vdnaze y soy una pobre copia de mí mismo.

Contando mi historia hay algunas cosas sobre las que quizá debiera mentir. Debería hacerme el héroe. Disimular como si no hubiese sido usado por extraños y dioses, y no hubiera dejado a nadie atrás.

Una verdad: en el espacio profundo, en la silla del piloto, morí. Y después, renací. Me convertí en algo no necesariamente humano, algo que puede hablar con la oscuridad infinita. Y juré convertirme en el azote del mundo que me hizo daño.

Esta es la historia de un evento supernova que quemó planetas e hizo caer civilizaciones. También es la historia de las muchas vidas que he vivido tras mi muerte.

¿Estás escuchando?

Esta es la cubierta, con diseño de Nico Taylor:

House of Odysseus

House of Odysseus es la segunda entrega de la serie The Songs of Penelope y no sé si será debido a que ya conocemos el juego que propone la autora o al cambio de voz narrativa por la sensual Afrodita, pero me ha gustado bastante más que Ithaca. Además, la versión en audiolibro que yo he escuchado narrada por Catrin Walker-Booth me ha cautivado especialmente por su forma de sugerir y engalanar cada párrafo con tonos casi eróticos.

No deja de ser un juego malvado por parte de North titular el libro House of Odysseus cuando Ulises es precisamente el gran ausente de toda la serie, el héroe griego al que todos esperan pero contra el que todos conspiran. La autora nos cuenta en esta ocasión los acontecimientos tras el asesinato de Clitemnestra, y las maniobras poco sutiles de Menelao para convertirse en rey de reyes aprovechando la locura de Orestes.

En el libro disfrutaremos de una intriga y un misterio bien planteados, de unos personajes atractivamente definidos y, sobre todo, del mensaje feminista del que la autora ya hizo gala en su momento, pero con una Penélope más segura de sí misma capaz de enfrentarse de tú a tú con los héroes de la época, siempre con una gran preparación por su parte y haciendo gala de una inteligencia que pocos le hubieran reconocido.

También me parece muy interesante la representación de Elena, que parece una mosquita muerta, un guiñapo del que resulta difícil creer que fue la causa de la guerra de Troya, por más que su belleza siga siendo legendaria. Pero North, lejos de quedarse en la bidimensionalidad del mito, dota a la bella Elena de profundidad y redaños, como a todas las mujeres de la saga, mientras que a algunos de los personajes masculinos los retrata como simples peleles llevados y traídos por sus bajos instintos. Se insiste mucho en la violación como herramienta de humillación de la mujer, transformado a las personas en simples objetos sin valía, pero no es solo esta espada de Damocles la que pende sobre todas las mujeres, si no la consideración de que son menos valiosas per se, simplemente por haber nacido mujer.

No sé si la autora tiene intención de seguir con la serie, pero desde luego tiene mi interés.

Ithaca

Tenía mucho interés en el nuevo libro de Claire North, porque la mitología clásica siempre es un acierto en esta casa y North es una autora que no te deja indiferente. Además, la idea de que Ithaca tenía como narradora a la diosa Hera me llamaba poderosamente la atención, así como el enfoque feminista de la novela.

Ithaca se sitúa en es la isla homónima, 18 años después de la partida de Ulises y en pleno apogeo de los aspirantes al matrimonio con Penélope y por supuesto a su trono. La guerra de Troya se llevó a la flor y nata de los hombres de las naciones griegas, dejando atrás las mujeres para hacerse cargo de todo mientras ellos buscaban la gloria en el campo de batalla.

Penélope se encuentra por lo tanto en la incómoda situación de tener que caminar haciendo un difícil equilibrio entre defender su posición sin irritar a ninguno de los pretendientes, que buscan cualquier excusa para forzar su elección y acabar con el status quo. Además, los continuos festines que son necesarios para honrar a los visitantes suponen una pesada carga para los limitados recursos de la isla y el escenario es cada día más inestable.

Me gusta cómo la autora ha decidido cargar las tintas en esta dualidad, en la capacidad de las mujeres para gestionar cualquier proyecto de forma eficiente pero cómo la hipocresía de la sociedad contemporánea las obliga a ocultar sus méritos so pena de ser acusadas de brujería o cualquier otra patraña. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la época griega clásica? Y, sin embargo, vemos algunas situaciones que podrían ser reflejo perfecto de la actualidad.

También me gusta mucho la elección de la narradora, porque Hera a pesar de ser una de las diosas más poderosas es quizá también una de las más desconocidas, famosa más bien por la cornamenta que le hace lucir su marido y sus arrebatos de ira frente a los vástagos del Amo del Olimpo. Debería ser el narrador omnisciente por antonomasia,

El libro tiene un ritmo pausado, con especial hincapié en las desigualdades hombre-mujer más que en la epicidad típica de los mitos griegos. Y es un cambio interesante, pero también he de reconocer que a veces peca de morosa en determinados capítulos. Por otra parte, a la mayoría de los personajes masculinos dan ganas de estrellarlos contra la pared, especialmente Telémaco, que es un quiero y no puedo de manual.

Existe una versión en audiolibro, narrada por Catrin Walker-Booth, que es la que yo he leído. Su labor es correcta, pero no encuentro ningún detalle especial que destacar sobre su trabajo.

El problema que le veo a la novela es que Claire North ha renunciado a su estilo más característico y reconocible de prosa para adaptarse a la narración de los mitos griegos, pero esta misma renuncia es la que hace que Ithaca no destaque sobremanera entre los muchísimos retellings de mitología clásica que ya existen.

Orbit publicará una nueva trilogía de Claire North

Orbit ha anunciado la adquisición de los derechos de una trilogía de Claire North en clave mitológica.

El primer libro verá la luz en septiembre de este mismo año y las siguientes entregas en 2023 y 2024 respectivamente.

El título del primer libro será Ithaca, narrado por la diosa Hera. Asistiremos a la historia de Penélope y del resto de mujeres que quedaron en Ítaca cuando los hombres partieron a la guerra.

Notes from the Burning Age

Claire North es una escritora muy irregular, capaz de lo mejor y lo peor, así que nunca sabes qué te puedes encontrar cuando abres un libro suyo. Es cierto que mi última experiencia fue muy buena, lo que quizá debería haberme preparado para llevarme una decepción con Notes from the Burning Age, pero lo que no me esperaba era aburrirme con una historia de espías, uno de los temas que más me entretiene.

Notes from the Burning Age está situada en un futuro donde la humanidad ha sobrevivido a duras penas a los desastres del cambio climático, volviendo a basar su existencia en un trato más respetuoso con el medio ambiente, buscando el equilibrio entre lo que se consume y lo que se devuelve a la naturaleza. En parte este forma de vida se sustenta en el miedo a los kakuy, unas “criaturas míticas” que fueron las que destruyeron la civilización, como representaciones físicas de los espíritus de la naturaleza y su ira contra quienes la sobreutilizaron.

Es innegable la influencia de Cántico por Leibowitz tanto en la visión postapocalíptica como el tratamiento del saber antiguo, que se busca y se guarda para evitar que la herejía se vuelva a propagar. No obstante, se nota la diferencia que años de acumulación de material sin sentido en internet provoca en estos almacenes de conocimiento, siendo necesaria una labor de purga ingente para separar la paja del grano en los discos duros que todavía sobreviven.

Toda la novela está narrada desde el punto de vista de Ven, a quien acompañaremos en su labor como espía infiltrado en la Hermandad, una sociedad que busca volver a las antiguas costumbres para incrementar el bienestar de las personas, aún a costa de la supervivencia de los demás. Y es que se ve que la especie humana no consigue aprender de sus propios errores.

La forma de escribir de North en esta ocasión es muy alegórica, dejando al lector la interpretación de la mayoría de los hechos que acontecen a lo largo de las páginas. Por desgracia, esta labor no da el fruto deseado, sobre todo porque la historia de espionaje resulta repetitiva y aburrida. Es cierto que en la vida real la labor de un “topo” dista mucho de la imagen adulterada que las películas nos han hecho asociar a los espías, con James Bond a la cabeza, pero no es menos cierto que en esta novela la trama no es que avance lentamente, es que repta sobre un limo escurridizo que parece echar hacia atrás los acontecimientos en vez de conseguir que avancen.

Hay momentos de tensión cuando parece que se está a punto de descubrir a alguno de los agentes encubiertos, pero es que ni siquiera en las escenas de persecución se puede decir que haya mucha tensión en la narración, quedando en la mente del lector una sensación de incompletitud, de oportunidad perdida. Una pena, porque es una historia que podría haber funcionado de haber escogido la autora otros derroteros para su devenir.

Sweet Harmony

Había tenido una muy buena experiencia con mi última lectura de Claire North, así que esto, unido a la escasa longitud de Sweet Harmony hizo que me pusiera con ella de inmediato.

Nos encontramos ante una historia de ciencia ficción de futuro cercano, tan tan cercano, que podría estar a la vuelta de la esquina. Los nanobots han llegado a nuestras vidas para quedarse, con todo su paquete de funcionalidades que por un no muy módico precio pondrán a nuestra disposición todo lo que siempre hemos soñado. Comer sin engordar, músculos perfectamente tonificados, relaciones sexuales elevadas a la máxima potencia… todo maravilloso. Por un precio.

Asistiremos de la mano de North a la espiral descendente en la que se ve sumida la protagonista Harmony por su endeudamiento constante para poder pagar esos caros servicios que los nanobots le ofrecen. En este sentido, los saltos entre las dos líneas temporales de la historia están muy bien escogidos, para llevarnos desde el pináculo de su éxito social a las más profundas fosas de su desesperación. Resultan especialmente hipnóticas las imágenes de fiestas absurdas con desperdicio constante en busca de una emoción que los propios bots impiden alcanzar. ¿De qué sirve comer hasta reventar cuando nada será digerido? ¿Y drogarse o emborracharse cuando tus robots guardianes impiden cualquier desequilibrio corporal?

Lo que hace que la ciencia ficción de North sea tan relevante es su paralelismo con la situación real de muchísimas familias e individuos en el mundo actual, asfixiados por deudas que no son capaces de pagar y viviendo al día para mantener una apariencia de normalidad absurda, pura fachada.

Quizá por esa similitud con muchas situaciones conocidas, la novela corta tiene algo de moralina facilona que desmerece el conjunto de la lectura. No nos encontramos ante un relato de superación, pero el lector se encuentra en una posición de superioridad moral bastante artificial, en una especie de alejamiento de la realidad que hace que el libro no acabe de resultar eficaz. No sé si con otro desarrollo de los acontecimientos el resultado hubiera sido distinto y no por ello voy a dejar de leer la obra de North. Es solo que creo que la historia pudiera haber tenido más relevancia si hubiera decidido ir por otro camino.

The Pursuit of William Abbey

Una de las mayores alegrías lectoras que me he llevado este año es ver que Claire North vuelve a las andadas, ya que tras la decepcionante The End of the Day y 84K (que reconozco no haber leído por las críticas recibidas) la autora se marca una novela con toques de terror que consigue atraer al lector desde el primer momento.

No se puede negar que The Pursuit of William Abbey sigue punto por punto las características habituales de la obra de North, como los constantes viajes por el mundo o las repeticiones y listas que usan los personajes. En este caso llama especialmente la atención cómo usa una maldición que al principio consideraremos única pero que luego evolucionará para hacer una crítica demoledora del imperialismo británico, en auge en el tiempo en que está situado el libro, finales del siglo XIX y principios del XX.

¿Es una novela de terror? Sin ser ninguna experta en la materia, diría que sí, que los elementos presentes en la maldición Abbey y el tratamiento de la “persecución” de la que es víctima así como ciertos episodios bastante truculentos de experimentación encajan perfectamente en el género. Pero mi bagaje como lectora en este sentido es demasiado pobre como para hacer una afirmación categórica.

También sería importante resaltar la labor de documentación que sin duda ha llevado a cabo la escritora, ya que refleja muchos lugares del mundo de forma bastante acertada. Me encanta también como mezcla “el Gran Juego”, el espionaje entre grandes potencias, con otros elementos de lucha de clases. Este elemento me resulta especialmente atractivo, ya que sin alcanzar los niveles de Declara, es cierto que le viene como anillo al dedo a la historia para proveer a Abbey de los medios que necesita en su infinita huida hacia delante. Pero también será víctima de este juego cuando se disputen sus servicios, no siempre ofertados de manera voluntaria.

Algunos puntos negativos de la novela son la falta de empatía que despierta el protagonista y, sobre todo, un final bastante precipitado que no me acaba de convencer.

También es delicioso el párrafo en que se dedica a desgranar uno por uno los elementos diferenciadores de cada una de sus novelas anteriores (gente que no es capaz de que la recuerden, gente que vuelve a vivir su vida una y otra vez…) en un juego metaliterario para fans, siempre intentando dar una explicación científica para hechos aparentemente irresolubles.

Podemos afirmar sin temor a dudas que con The Pursuit of William Abbey Claire North vuelve a altas cotas. A ver con qué nos sorprende la próxima vez.