The Extractionist

No sé qué pasa este año que casi ninguno de los libros que estoy leyendo consigue atraparme. Por cambiar un poco de palo le di una oportunidad a The Extractionist de Kimberly Unger, un thriller cyberpunk correcto pero que tampoco es rupturista.

En The Extractionist, Unger nos cuenta la historia de Eliza McKay, una hacker freelance especializada en recuperaciones de personas cuya mente ha quedado atrapada en algún tipo de realidad virtual. El concepto resulta muy interesante, la posibilidad de proyectar tu consciencia en lo virtual y luego volver a tu cuerpo real con las experiencias adquiridas allí. Pero, según relata la autora, si en las experiencias virtuales la persona sufre algún cambio de paradigma ahí es dónde tiene que entrar en juego un profesional de la extracción. El trabajo de McKay, muy especializado, está un poco a salto de caballo entre borrar detalles escandalosos de famosos atrapados en situaciones comprometidas y la recuperación de personas dentro de la cultura corporativa.

Para poder tener esta tecnología de inmersión, es necesario un cableado interno y la presencia de nanobots que restauran las conexiones neuronales, así como la ingestión de precursores de serotonina y otras sustancias que se consumen en gran cantidad cuando la capacidad de procesamiento del cerebro también aumenta. Esta es la parte que más me ha interesado de la novela, aunque por desgracia la autora no se detiene demasiado en ella. También resulta muy realista la representación de la cultura empresarial, esa carrera desesperada hacia adelante para conseguir mantener el puesto, bien reflejada en la necesidad de ir adaptando el hardware del cuerpo a la última tecnología, sin reparar en las consecuencias que esto pueda conllevar.

Sin embargo, el desarrollo propio de la novela es demasiado acelerado y puede llegar a ser confuso. Unger no destaca precisamente por su prosa, y la representación de la Realidad Virtual, la creación de código al vuelo, la representación de los ataques software como algo perceptible con la visión gracias a la tecnología no me convence. Tampoco me ha resultado verosímil el tratamiento de las inteligencias artificiales porque no es consistente a lo largo del relato.

Quizá sea una novela de futuro demasiado cercano pero para mí no es suficiente, lo que la deja como un thriller entretenido con el que pasar el rato.

Bluebird

Cuando tuve conocimiento de la existencia de Bluebird, lo primero que me llamó la atención fue la portada, aunque la sinopsis tampoco se quedaba corta. Me animé a leerla y me he encontrado con una aventura espacial que requiere un poco de suspensión de la incredulidad pero que te mantiene entretenida durante sus 400 páginas sobre todo por lo majos que son sus personajes, con sus idas y venidas que realmente llegan a importarte.

El universo en el que se sitúa la obra vive en el enfrentamiento constante de tres facciones desde hace 10000 años (aquí es donde ya tienes que empezar a dejarte llevar) cada una con sus propias particularidades, pero que en general son dirigidas por Malvados Poderes en las Sombras TM que solo buscan mejorar su posición en esta guerra casi eterna. En los pocos intersticios que quedan sobreviven aquellos que no desean pertenecer a ninguna de las facciones y que incluso se enfrentan a ellas para liberar a los subyugados, aunque consigan ser poco más que molestias temporales para las gigantescas corporaciones. También hay distintos tipos de ser humano con características especiales, como cuatro brazos o capacidades telepáticas, aunque no se explora en demasía esto.

Conoceremos a Rig, la protagonista de esta historia, en plena huida de la facción a la que pertenece con un desarrollo armamentístico que podría cambiar la situación de status quo que existe ahora mismo. Y a partir de ahí, seguiremos sus andanzas.

El libro necesita demasiado de las casualidades y, en general, de la buena voluntad y la suerte de los protagonistas para avanzar, pero salvando este obstáculo (que puede ser excesivo para algunos lectores) la narración fluye de una forma muy agradable. Veremos cómo Rig se ve envuelta primero en una persecución, cómo encuentra una aliada inesperada y cómo se precipitan los acontecimientos desde entonces. Un poco alocado, pero muy divertido.

Me gustaría hacer especial hincapié en las relaciones entre los personajes, desde el amor profundo que tiene Rig por su pareja (que pertenece a una de esas odiadas facciones) a la amistad que surge con Ginka casi de casualidad pero que será pivotal para el desarrollo del libro. El libro tiene algunos interludios que van informándonos del pasado para ofrecernos una visión más completa de la historia y también nos va dando atisbos de la avanzada tecnología que permite el control que algunas de las facciones ejercen sobre sus súbditos, aunque las estrategias de “lavado mental” que se utilizan son más viejas que el campo.

Bluebird es un libro profundamente optimista, y se nota en la sensación de bienestar que deja cuando lo estás leyendo. Quizá no sea la cumbre de la originalidad, pero es más que entretenido y cumple perfectamente su función.

La vía del futuro

Fue un auténtico placer escuchar las intervenciones de Edmundo Paz Soldán en el festival 42 del año pasado, así que no iba a pasar mucho tiempo sin que me leyera La vía del futuro, su última recopilación de cuentos. Son relatos de un futuro tan, pero tan cercano, que casi podría decirse que los estamos viviendo en la actualidad.

Como toda recopilación de relatos hay cierta variedad pero se puede decir que la calidad de todos ellos es cuando menos notable. Especialmente llamativo es el primero, por el uso del sincretismo del que ya hizo gala en Iris y que ahora se transforma en el centro del relato que da título al recopilatorio, escrito a base de recortes periodísticos que dibujan un collage de creencias relacionadas con las inteligencias artificiales.

Mencionaba anteriormente la inmediatez del futuro planteado por Edmundo y podemos tomar como ejemplo el uso de las criptomonedas en “El Señor de la Palma”, cómo se burla de la falsa meritocracia que hace pensar al trabajador que si se esfuerza lo suficiente logrará prosperar, cuando lo cierto es que la ascensión a la cima ya está viciada de antemano.

Un tema que está menos de moda en la actualidad, o al menos así me lo parece es la ufología, pero el autor lo utiliza también en “Mi querido resplandor” tal vez más como una mirada al pasado que nos ha traído hasta aquí que como una extrapolación de lo que puede pasar en los años venideros. Quizá el tema ovni está más superado en la actualidad por las teorías de “bosque oscuro” o quizá sólo está esperando al revival de turno.

En “La muñeca japonesa” Edmundo nos expone a la deshumanización que los maltratadores vuelcan sobre sus parejas haciendo el paralelismo con el interés que despierta en el protagonista tener siempre el último modelo (pirata o no) de autómata, no necesariamente sexual pero siempre con esa connotación inherente.

Cambiando totalmente de palo, con “El astronauta Michael García” Paz Soldán aprovecha para hacer reivindicaciones de clase, pero el mensaje tal vez se pierda un poco por el final lisérgico y contundente del cuento.

“Las calaveras” me ha recordado en cierta forma el mensaje de Mónica Byrne en The Actual Star y la trascendencia que pueden tener las acciones más cotidianas y las menos habituales también.

La droga ya estaba muy presente en otros trabajos de Edmundo, pero en “En la hora de nuestra muerte” y en el siguiente relato “Bienvenidos al nuevo mundo”, que finalizan la antología, son el punto central. Y en ambos relatos son el detonante de la búsqueda de algo más allá, bien como huida de la situación actual bien como siguiente paso en la evolución.

Recomiendo mucho la lectura pausada de los relatos recogidos en La vía del futuro.

Ogres

A estas alturas de la película no creo que sorprenda a nadie afirmando que Adrian Tchaikovsky es un autor extremadamente prolífico y que es difícil seguir su ritmo de publicación, así que si encima pretendemos ponernos al día también con las obras que por alguna razón se han ido quedando atrás, la lectura se convierte en una tarea titánica.

Afortunadamente, también se prodiga escribiendo obras más cortas, como esta Ogres, que ayudan a compensar un poco el atracón de páginas.

Ogres es una novela corta que utiliza la segunda persona para que nos metamos directamente en la piel del protagonista, lo cual tiene un efecto inmediato de inmersión en la historia muy acertado. Además, debido a la longitud de la obra, no pierde su magia a lo largo de todo el volumen. Muy acertada esta elección por parte del autor, que demuestra mucho oficio.

También se puede considerar que la novela corta mezcla géneros, empezando en un entorno fantástico-feudal, con referencia incluso a la leyenda de Robin Hood, pero que luego evoluciona hacia otro tipo de historia, con ciertos toques de miedo, o al menos de truculencia, que se añaden a la mezcla.

Estamos ante una versión muy simplificada de la eterna lucha de clases, esta vez propiciada por una diferencia aún más marcada entre pobres y ricos que la simple economía, pero aunque es ciertamente exagerada no deja de ser una referencia al sistema actual. ¿No es cierto acaso que los hijos de los más pudientes, por el simple hecho de serlo, tienen de partida muchas más oportunidades que los que no lo son? Pues Tchaikovsky parte de esa idea y la lleva hasta el extremo.

Tampoco falta un poco de crítica al belicismo en el libro, con una representación bastante acertada de las batallas en las que los generales enviaban a los soldados a morir casi como en una partida de ajedrez para su regocijo.

Ogres es un libro bastante accesible y recomendable, no es de las mejores obras del autor pero no porque sea mala, si no porque Tchaikovsky alguna vez raya la perfección.

Blindspace

La verdad, he quedado decepcionada con Blindspace, la segunda entrega de la saga The Common de Jeremy Szal. Quería que me gustara, pero no he llegado a conectar en ningún momento con la lectura, me parece que el autor se ha esforzado tanto en hacer la obra más grande, más agresiva, más dura que la anterior que se ha pasado de rosca y ha conseguido que me sea indiferente, que es casi lo peor que le puede pasar a un libro. La longitud de la novela tampoco acompaña y es posible que a otro tipo de lector que busque más la acción desenfrenada el libro le encaje mucho más que a mí.

Recordemos que en la primera entrega de la saga, Stormblood, donde conocimos al protagonista Vakov Fukasawa, el autor se centraba bastante en los problemas de la drogadicción a la tecnología alienígena que infestaba el cuerpo de algunos guerreros de élite y que también se utilizaba para traficar con ella. En esta segunda entrega, sin embargo, decide centrarse en la transformación que está sufriendo Vakov a causa de este ataque parasitario y cómo oculta los cambios a todos sus conocidos para intentar protegerlos (pista, sale mal).

Szal parece que sigue empeñado en hacernos ver la parte humana de los luchadores, algo que comprendo, pero lo hace de una forma tan poco sutil que es como un ladrillazo en el colodrillo. Es un buen principio intentar hacer la contraposición entre la familia de cada uno (esa te la encuentras ya formada) y la familia escogida de cada uno, por intentar poner en situación lo que cuenta el autor, pero estoy segura de que habría formar más sutiles de hacerlo. No hace falta hablar de “my fireteam, my family” cada dos párrafos, mi capacidad de memoria es mayor que eso.

Los personajes son histriónicos, exagerados en sus reacciones y en su forma de actuar. Conoceremos a algunos alienígenas más pero todos están cortados por el mismo patrón, el de la violencia y la chulería como forma de defensa ante la maldad de los enemigos. Los planes de las distintas facciones son cristalinos y las “revelaciones” pues tampoco es que descorran un velo que había ante nuestros ojos, si ya sabemos que los malos son muy malos y les gusta torturar a la gente, os recuerdo que están experimentando con ADN alienígena parasitario para ver si consiguen mejorar a la humanidad, hermanitas de la caridad no van a ser.

No obstante, he visto muchas reacciones que ponen la novela muy bien, así que es posible que yo no sea su público objetivo o que no haya conseguido conectar con ella. Si buscas acción a raudales, enfrentamientos de todo tipo (espaciales, de combate cercano, francotiradores…) y no requieres mucha verosimilitud, este puede ser tu libro.

Now Will Machines Devour the Stars

Me da la impresión de que está pasando bastante desapercibida esta estupenda saga de ciencia ficción, que aúna de forma totalmente armoniosa humanos aumentados, inteligencias artificiales y una prosa exigente pero muy bella.

En esta quinta entrega de la serie, Benjanun se centra en la pareja formada por Anoushka y Numadesi, como máxima autoridad de la Armada Alabastro. Ya conocíamos su relación de otras entregas anteriores, pero la autora se permite ahora profundizar en sus raíces y en las consecuencias de la ayuda que recibió en su ascenso vertiginoso desde el más completo anonimato.

La presencia de las inteligencias artificiales que comienza siendo testimonial en la novela va tomando más protagonismo conforme se desenreda el complejo entramado de traiciones y suplantaciones del que Anoushka parece ser el principal objetivo.

Las primeras entregas del Machine Mandate se podían leer de forma más o menos independiente, pero ahora es una necesidad imperiosa conocer todo lo que ha ocurrido con anterioridad para poder seguir el hilo de la narración y captar todas las referencias, desde el vientre del leviatán a lo que pasó con la otra esposa de Anoushka, pasando por las necesidades de los haruspex (híbridos entre humano e IA).

El detonante de todo el conflicto es la necesidad de las Inteligencias Artificiales de evolucionar y el impedimento que su propia arquitectura les supone a la hora de incrementar su poder computacional. La necesidad de cambio, algo intrínseco en el ser humano pero que los algoritmos no pueden emular.

En el aspecto formal, Sriduangkaew continúa con una elección exquisita de las palabras y de las frases que visten la historia de una belleza apabullante. Las referencias a la mitología asiática tampoco se dejan de lado en la nomenclatura de las Inteligencias Artificiales, casi como un guiño a los nombres de las mentes de Iain M. Banks.

Además, si estáis interesados en la tendencia actual que se podría denominar “Lesbianas en el espacio”, que quizá surgió a raíz de The Stars are Legion de Kameron Hurley, lo cierto es que Benjanun se puede considerar casi una precursora de este nicho de mercado.

Si no he conseguido convenceros con mis argumentos, también me gustaría mencioar que la primera entrega de la saga And Shall Machines Surrender, de hecho está recomendada por Mariano Villarreal en su recopilación de libros en busca de traducción.

Termination Shock

El cambio climático es una gran fuente de inspiración para escritores, incluso se ha llegado a denominar un nuevo subgénero que lo trata como clifi. No es de extrañar pues que Neal Stephenson lo haya escogido como el tema principal del que trata su nueva novela, Termination Shock, de más de 700 páginas.

Termination Shock posee las virtudes que gustarán a los seguidores habituales del autor, pero por desgracia, también los defectos que están haciendo más inaccesibles sus últimas obras. No llega a los niveles de Fall, or Dodge in Hell, pero ciertamente tiene muchas más páginas de la que necesita. Es una novela de futuro tan pero tan cercano que casi es pasado mañana. El autor ha conseguido incluso meter referencias al COVID y sus efectos a largo plazo.

El comienzo del libro juega al despiste, ya que veremos a uno de los protagonistas en una persecución vengativa tras un cerdo salvaje que mató a su hija. Y solo con eso ya sabemos que el libro va a tener muchas divagaciones, pero es que eso es marca de la casa del autor.

Desde un punto de vista completamente científico e ingenieril, un millonario tejano pone en marcha un plan para revertir parte del calentamiento global y evitar la subida de los océanos. Pero claro, esta intervención prácticamente unilateral provocará reacciones de todo tipo, ya que algunos países se verán perjudicados por ella y otros beneficiados. En paralelo se va desarrollando otra línea de la historia centrada en otro personaje, que tendrá su protagonismo después. Aquí también vemos varias de la obsesiones del autor, como son las artes marciales y las personas de ascendencia variopinta, aunque esto último está presente en casi todo el “casting” del libro. Las personas cuyos padres y abuelos son del mismo pueblo o ciudad somos demasiado aburridas para el autor.

Que un solo actor, forrado de billetes pero al fin y al cabo solo una persona, sea capaz de actuar de forma “efectiva” contra el cambio climático da que pensar. Se nos llena la boca con la responsabilidad individual, sobre si podemos cambiar o no algo con nuestros actos, y llega Stephenson a poner negro sobre blanco que se pueden hacer cosas que afectan a nivel planetario, tanto para bien como para mal.

Resulta también curiosa la visión del autor sobre la monarquía parlamentaria, en este caso sobre los Países Bajos, pero supongo que extrapolable a los demás países que todavía tenemos ese ordenamiento.

No es un libro que se pueda recomendar alegremente porque como digo, parece destinado a los fans ya habituados a la obra del escritor. Reconozco también que la versión en audiolibro, que supera las 20 horas, es quizá más llevadera por la buena labor llevada a cabo por Edoardo Ballerini. Stephenson tiene un don para explicar los conceptos de una forma que resulta bastante asequible para los demás y es cierto que se puede aprender un poco sobre la lucha contra el cambio climático en estas páginas, aunque en este sentido no le hace sombra al The Ministry for the Future de Kim Stanley Robinson.

Libro gratis: The Best of L. Sprague de Camp

El libro gratis de este mes de Phoenix Pick es todo un clásico, un recopilatorio titulado de The Best of L. Sprague de Camp.

Esta es la sinopsis:

A science fiction collection by one of the all-time greats of science fiction, L. Sprague de Camp. These stories and poems exemplify de Camp’s unique outlook on life and mankind and are told with a quiet but sharp irony that became his trademark. Bold, inventive and humorous, this collection is a must for fans of the writer.

Mi traducción:

Una recopilación de relatos de ciencia ficción de uno de los más grandes escritores de todos los tiempos, L Sprague de Camp. Estas historias y poemas son ejemplos de la mirada única del autor sobre la vida y la humanidad, narrados con una ironía callada y a la vez afilada, algo que se convirtió en su marca personal. Atrevida, inventiva y humorística esta recopilación es perfecta para los fans del escritor.

Beyond the Hallowed Sky

Empecé la lectura de la nueva obra de Ken MacLeod con mucho interés, porque me apasiona la idea de recibir mensajes de tu yo futuro como base de una novela. Esto implica muchas cosas, como que el viaje en el tiempo sea posible y claro, mientras no hayas mandado esa información tienes la inmortalidad “asegurada” (ya sé que estas afirmaciones son totalmente discutibles, pero son una consecuencia “lógica” del escenario que plantea el autor). Uno de los personajes que conforman el nutrido elenco de Beyond the Hallowed Sky, recibe este mensaje con una demostración de que el viaje más rápido que la luz es posible, con todo lo que ello implica.

MacLeod no se conforma con este comienzo, si no que también nos plantea un futuro con tres grandes potencias que se reparten el poder en la Tierra, robots indistinguibles de los seres humanos (ni ellos mismos saben que lo son), inteligencias artificiales, aliens de tecnología indescifrable… Vamos, unas premisas de gran novela. Pero, por desgracia, el desarrollo de los acontecimientos y del libro en sí no alcanzan las expectativas que yo misma me había creado.

Las tres potencias de las que hablaba antes juegan en un tablero claramente desigual, ya que dos de ellas cuentan con una ventaja tan claramente desequilibrante que es casi una broma pensar que la otra pueda hacerles frente. Estamos más bien ante un teatrillo para que puedan seguir con su “agenda oculta”. La trama de espionaje es bastante floja o al menos así me lo parece, porque el principal operativo que realiza las misiones “secretas” es menos discreto que James Bond mezclado con la vieja del visillo, algo imperdonable.

Quizá es más interesante la trama de primer contacto, pero es precisamente la menos desarrollada de toda la novela, dejando mucho para la segunda entrega de la serie. El autor escocés prefiere presentar una inteligencia alienígena cognoscible, aunque tan eminentemente superior que la humanidad es menos amenazante que un bebé que alza sus manos hacia las estrellas.

Espero que el siguiente libro, con los personajes ya establecidos y el escenario ya presentado consiga atraparme un poco más, porque con esta primera entrega MacLeod no ha conseguido engancharme.

One Day All This Will Be Yours

Sabéis que normalmente siempre ando leyendo novedades, pero me resulta imposible estar al día, es tal la cantidad de libros que se publican que aunque tengas interés siempre se te escaparán más de los que lees. Si a eso añadimos que Adrian Tchaikovsky es un autor especialmente prolífico, apaga y vámonos, alguno se te tiene que escapar. Así que, aunque One Day All This Will Be Yours salió en marzo del año pasado e incluso ya hay disponible una versión en catalán de la mano de Chronos Editorial, yo no le había echado el guante, hasta ahora.

Y eso que One Day All This Will Be Yours tiene viajes en el tiempo, uno de los tropos que más me gustan de la ciencia ficción cuando están bien hechos claro (te estoy mirando a ti como mal ejemplo, A Coin for the Ferryman y a ti como bueno, This is How You Lose the Time War).

La historia que relata Adrian es corta pero completa, lo cual favorece mucho la lectura de la obra. La posibilidad de viajar en el tiempo, en manos de distintos gobiernos provoca una guerra que deja el continuo espacio temporal hecho unos zorros. Solo queda un superviviente de esta masacre, el narrador del relato, que utilizar su capacidad de seguir viajando para situarse en el fin del tiempo y vigilar la presencia de nuevos viajeros que puedan llegar a destrozar las pocas esquirlas de tiempo que continúan vigentes.

La voz del protagonista es profundamente cínica, como correspondería a un veterano de guerra que perdió la poca fe que pudiera tener en las razones para su lucha. También es un sibarita que hace uso de su capacidad para ir a cualquier lugar y momento de la historia para disfrutar de lo mejor en cada momento pero quizá su principal característica es ser un egoísta recalcitrante que solo busca lo mejor para sí mismo, en ese paraíso hecho a medida que se ha montado en el fin del tiempo. Sin embargo, es imposible mantener el status quo para siempre.

El autor utiliza de manera magistral los recursos que tiene al alcance (virtualmente, toda la historia de la humanidad) para dibujar un cuadro bastante pesimista sobre el futuro de la humanidad. Lo salpica de humor y chanzas, pero el libro no deja de ser bastante cruel. Trata de una forma bastante correcta las paradojas temporales y la causalidad, aunque se hace un poco trampas al solitario sobre todo en el tramo final del libro.

Si conseguimos ignorar la horrible portada y nos acercamos a él, nos encontraremos con una novela corta muy entretenida y recomendable, con el sello propio del autor.