Tabla de contenidos de The Year’s Best African Speculative Fiction Volume 3

Aquí os traigo los relatos seleccionados por Oghenechovwe Donald Ekpeki y Chinaza Eziaghighala para conformar The Year’s Best African Speculative Fiction Volume 3:

Nalo Hopkinson – The Most Strongest Obeah Woman of The World.

Tananarive Due – Suppertime.

P Djeli Clark – How To Raise A Kraken In Your Bathtub

Tobias Buckell – By Throat & Void

Tendai Huchu – The Hollowed People

Wole Talabi – Saturday’s Song

Kemi Ashing-Giwa – Thin Ice

Makena Onjerika – The Forest of Talking Animals

Cheryl Ntumy – The Way of Baa’gh

Adelehin Ijasan – The Rafting of Jorge Santa Cruz

Amanda Ilozumba – The Haunting of Kambili

Michelle Iruobe – Parody of the Sower

Gabrielle Emem Harry – A Name Is A Plea and A Prophecy

Chisom Umeh – Ncheta

Dennis Mugaa – Nairuko

Vuyokazi Ngemntu – Blood & Ballots

Chukwu Nwaka – The Rainbow Bank

Moustapha Mbacké Diop – Sirabiri of The Restless

Oyedotun Damilola – A Journal of Strange Creatures and Beasts from Africa

Xan van Rooyen – Lost In The Echoes

Rakesfall

Vajra Chandrasekera es un autor natural de Sri Lanka que tiene ideas muy interesantes y una prosa muy cuidada, pero que me abruma con la complejidad de las estructuras que utilizar para sus narraciones y al final me parece que no llega a ninguna parte. Algo así me pasó con la novela ganadora del Nebula, The Saint of Bright Doors. Pero es que con Rakesfall la sensación se ha acentuado. Me parece una mejor novela que su debut, pero aún así me frustra ver que lo que podría ser un libro cautivador se queda a medio camino.

Rakesfall es una novela épica, en el sentido de narrar una epopeya que se extiende a través de la historia de la humanidad, siguiendo los pasos de Annelid y Leveret, dos almas destinadas a reencarnarse y encontrarse a lo largo del tiempo. Esta es la premisa principal del libro, que cambia de estilo, de escenario y de personajes en cada una de estas reencarnaciones, a modo de collage que debería servirnos para comprender una imagen completa, aunque me temo que en mi caso no lo he conseguido del todo.

Además de esta estructura de vidas enhebradas pero que se separan y se vuelven a unir, quizá la apuesta más arriesgada de Chandrasekera es variar tanto el estilo en cada una de las iteraciones, aunque hay que admitir que dominio de la prosa no le falta. Me refiero a frases como “Any non-obvious computer problem is magic, quantum bogo-dynamics in effect” o “a burning microscopic quantum of will at the heart of a fossilized leaf in the centre of a great igneous smear buried deep in the crust”, por poner solo dos ejemplos. Nos encontramos ante un libro que requiere una lectura muy pausada, alejada del acelerado ritmo de vida actual. El autor incluso se atreve a rizar el rizo introduciendo relatos cortos dentro de algunas de las partes que componen la novela, en una búsqueda fractal de la belleza literaria.

La narración del audiolibro por parte de Shiromi Arserio es quizá demasiado aséptica para el mensaje transcendental que Chandrasekera aspira a hacernos llegar. Entiendo que es un libro muy complejo tanto en la forma como en el uso de algunas palabras pero también creo que se le podría haber insuflado algo más de vida al texto. Por supuesto, los intérpretes de los audiolibros varían entre obras, pero hay algunos que realmente parece que “viven” lo que están contando, como Joe Jameson en Play of Shadows, lo que dota a las novelas de otro nivel de disfrute.

Acabé la lectura de Rakesfall con sentimientos encontrados, pero estoy segura de que hará las delicias de los lectores que disfruten más de la estupenda forma de escribir del autor que yo, que busco no solo forma si no también fondo.

Cubierta y sinopsis de Darkome, la nueva novela de Hannu Rajaniemi

Llevábamos tiempo sin tener noticias sobre nuevos libros de Hannu Rajaniemi, un poco desaparecido tras Summerland, así que es una muy buena noticia la que os traigo. El 5 de septiembre se pondrá a la venta Darkome, la vuelta del finlandés a la ciencia ficción mas especulativa.

Esta es la sinopsis:

During the Decade of Plagues, pandemics brought civilization to a standstill. The only way out was the Aspis chip: a wearable mRNA vaccine factory, able to immunize you against new viruses on the fly. But not everyone wanted it. They created an open alternative: Darkome, an underground community of biohackers modifying their own genes and bodies.

Inara came of age in a Darkome village – but only an Aspis could keep her rare cancer in check, updating her immune system at a pace with her cancer’s evolution. Accepting it went against everything Darkome stood for. She had to choose between her community and her life.

Now Inara’s Aspis appears to have malfunctioned. She can edit her own DNA to be stronger, faster, smarter. It could be the genetic breakthrough of the millennium, but only if she can figure out how it works . . . and to stay ahead of those who will stop at nothing to possess her secret. Pursued by Aspis, Darkome radicals and the government, her new abilities may be the only way for Inara to survive. But they may cost her everything, including her humanity.


Mi traducción:

Durante la Década de las Plagas, las pandemias llevaron a la civilización a un parón. La única salida fue el chip Aspis: una fábrica portátil de vacunas mRNA, capaz de inmunizarte sobre la marcha contra nuevos virus. Pero no todo el mundo lo quería. Crearon una alternativa abierta: Darkome, una comunidad subterránea de biohackers modificando sus propios genes y cuerpos.

Inara alcanzó la madurez en el pueblo Darkome pero solo un Aspis podría haber tenido bajo control su extraño cáncer, actualizando su sistema inmunitario al mismo ritmo que su cáncer evoluciona. Aceptarlo iba encontra de todo aquello que Darkome defiende. Tuvo que elegir entre su comunidad y su vida.

Pero ahora el Aspis de Inara parece que no funciona correctamente. Puede editar su propio ADN para ser más fuerte, más veloz, más inteligente. Podría ser el logro genético del milenio, pero solo si sabe cómo funciona… para mantenerse por delante de aquellos que no se detendrán ante nada para poseer su secreto. Perseguido por Aspis, los radicales de Darkome y el gobierno, sus nuevas habilidades puedes ser la única forma de que Inara sobreviva. Pero puede costarle todo, incluso su humanidad.



Esta es la cubierta:

Moonstorm

Me ha decepcionada bastante la última novela de Yoon Ha Lee, no porque esté destinada a un público juvenil, porque por ejemplo Phoenix Extravagant me hizo más gracia, si no porque me parece simplona y previsible. Incluso el comienzo suena a algo que ya hemos leído del autor, ya que la premisa de que las oraciones y creencias de las personas alteran la gravedad en determinados lugares nos remite y mucho al sostén principal de la trilogía The Machineries of Empire, versión reducida y simplificada.

La novela sigue las peripecias de Hwa Young, criada hasta los diez años por los rebeldes, pero que acaba entre los imperiales tras un ataque devastador a la luna donde habitaba en el que pierde a todos sus conocidos. O eso creía ella.

A pesar de su orfandad y quizá como reacción a la pérdida de todos los que conformaban su familia, decide dedicarse en cuerpo y alma al imperio para alcanzar su sueño de pilotar un mecha (en vez de Soñando, soñando triunfé patinando… Peleando, peleando triunfé pilotando). Pero es que todo el libro es tremendamente previsible, desde la marca que le dejará su mecha para que se distinga bien de los demás personajes, no vayamos a confundirnos a su atracción / odio por su mayor competidora.

Me cansa mucho que se reduzca siempre el papel del hackeo y la infiltración en sistemas informáticos a un “don natural” que hace que con cuatro pulsaciones y dos clicks superes cualquier barrera. Es un recurso muy manido y muy poco convincente que por desgracia parece ser que ha venido para quedarse.

Las escenas de acción, son pasables como mucho, y las habilidades de pilotaje necesarias para controlar los mechas más avanzados del universo, prácticamente seres sintientes, son risibles. ¿Para qué necesita un piloto si lo hace todo solo?

Lo que si está bien representado es el alienamiento que sufre un representante de una cultura minoritaria cuando se ve absorbida por otra cultura, por más que intente adaptarse siempre habrá una dualidad en su interior que le hará sentirse extraño en cualquier parte. Eso creo que Yoon lo ha reflejado estupendamente, pero el resto del libro no merece para nada la pena. Una lástima.

Prison of Sleep

Me alegra mucho anunciar hoy que volvemos a tener como colaborador a Antonio Díaz, con una reseña sobre una obra de un autor del que es gran conocedor, Tim Pratt. Sin más dilación os dejo con sus palabras.

Ya ha llovido desde que leí Doors of Sleep, la primera parte de la duología Journals of Zaxony Delatree de Tim Pratt. Pero desgraciadamente también tengo que admitir que ha pasado bastante tiempo desde que leí su conclusión, Prison of Sleep, de la que vengo a hablaros hoy.

Doors of Sleep acaba en un tremendo cliffhanger donde el protagonista tiene un encuentro totalmente inesperado, en un lugar que en teoría no podría haber nadie,buscando epatar al lector con mayor o menor éxito. Revisando mi reseña anterior ya he visto que no me terminó de convencer ese final tan apresurado, cosa que resume mi opinión sobre esta segunda parte.

En Prison of Sleep, este encuentro tan inesperado da respuesta a algunas de las grandes preguntas de la saga, como el origen de los saltos dimensionales y las razones de la existencia de Zax y de otros como él. Esas otras personas con las mismas capacidades que Zax están organizados y de sus intenciones baste decir que no son buenas y que deben ser detenidos.

El estilo de esta segunda parte cambia de “novela de aventuras de corte buenrollero a “novela de espionaje y planificación militar”. Es un cambio que no le sienta bien. Lo refrescante y ligero de Doors of Sleep se pierde entre diálogos farragosos con los diferentes personajes planeando y preparándose para el inminente conflicto. Las descripciones de los nuevos universos se difuminan con escenas de espionaje más bien descafeinado y la progresiva y banal explicación del núcleo de los misterios de las novelas. No deja de ser una pena porque la imaginación desbordada de Pratt para imaginar diferentes universos (ríete tú de las puertas de Wayward Children) queda en un segundo plano.

Para más inri, uno de los principales atractivos de la novela original, que era el propio Zax (amable, bienintencionado) desaparece durante buena parte de esta segunda entrega, siendo sustituido por los secundarios, que no resultan tan atractivos como narradores como lo eran como acompañantes.

Ya no hay nuevos secundarios ingeniosamente diseñados y los que hay resultan demasiado poderosos. Me he dado cuenta de que este es uno de los grandes defectos de Pratt como escritor. Recientemente tiene la tendencia de incluir personajes cuyas capacidades son demasiado avanzadas o elevadas como para que un conflicto normal suponga un desafío. Los enfrentamientos se resuelven prácticamente en un par de páginas donde derrotan o son derrotados en pocas líneas. Me falta la tensión de un conflicto más ajustado donde la planificación, la suerte o la determinación sea lo que determine un resultado u otro.

Como parte positiva si que cabe señalar que el estilo de Pratt es ligero, las páginas se pasan solas y sigue siendo lo suficientemente entretenido como para no dejarlo apartado aunque no te esté fascinando lo que estás leyendo. Me leí la novela en tan solo dos o tres días y casi “sin querer”.

Ayuda, por supuesto, que la novela sea muy breve, menos de 300 páginas, y deja un poso igual de breve. Se convierte en una lectura de verano, sin complicaciones y sin aspiraciones particulares.

Supongo que una de las razones por las que no me he enfrentado antes a esta reseña es porque no tenía nada demasiado positivo que añadir. Creo que la obra en general habría quedado mejor parada si se hubiera dejado más misterios sin revelar y hubiera quedado la vida de Zax inconclusa, vagando de universo en universo como si el protagonista de Quantum Leap se tratase. Quizá dejarlo en la primera parte, cambiando algo el final para dejarlo como novela autoconclusiva habría sido un desenlace mucho mejor.

Tabla de contenidos de The Year’s Top Hard Science Fiction Stories 8

Se han dado a conocer los relatos que conformarán The Year’s Top Hard Science Fiction Stories 8, editado por Allan Kaster. El libro saldrá a la venta el 4 de junio.

Son los siguientes:

  • “The Last Cathedral of Earth, In Flight” de Tobias S. Buckell 
  • “The Unpastured Sea” de Gregory Feeley
  • “The Tinker and the Timestream” de Carolyn Ives Gilman
  • “Six Incidents of Evolution Using Time Travel” de Derek Künsken
  • “Cloudskimmer” de Geoffrey A. Landis 
  • “Even if Such Ways Are Bad” de Rich Larson
  • “The Enthnomusicology of the Last Dreadnaught” de Yoon Ha Lee 
  • “Exiled to Gravity” de Marissa Lingen 
  • “Clockwork Melting” de James Maxey 
  • “The Elephant Maker” de Alec Nevala-Lee 
  • “The Ghosts of Mars” de Dominica Phetteplace 
  • “The Many Different Kinds of Love” de Geoff Ryman con David Jeffrey
  • Lemuria 7 Is Missing” de Allen M. Steele 
  • “Defective” de Peter Watts 
  • OCASTA” de Daniel H. Wilson 

Esta es la cubierta, obra de Maurizio Manzieri:

Disquiet Gods

Mucho me temo que la serie The Sun Eater está mostrando signos de agotamiento o quizá sea simplemente que yo tras leer seis novelas de considerable extensión necesito que llegue ya el final. El caso es que el sentido de la maravilla y la grandiosidad de la obra sigue estando presente, pero no es menos cierto que el mesianismo del protagonista empieza a cansar. El autor ha intentado compensarlo introduciendo nuevos personajes, pero o no están los suficientemente desarrollados o estar a la sombra del personaje principal indiscutible de la serie les resta profundidad. Espero que esto lo resuelva en la siguiente y creo que última entrega.

Habíamos dejado a Hadrian Marlowe exiliado en Jadd y en el transcurso de estos doscientos años ha habido cambios sustanciales en su vida, especialmente la aparición de un nuevo personaje que cambiará por completo su brújula moral. Pero no hay descanso para los malditos y Hadrian volverá a verse envuelto en las intrigas universales de la guerra de los humanos con los Cielcin, alienígenas que al menos en este volumen desempeñan una función secundaria. Y es que hay poderes muy superiores en el juego de sombras que Christopher Ruocchio nos muestra de manera excelente, aunque no faltará una nueva muestra de la falta de “humanidad” de los Cielcin cuando clasifican a los humanos capturados como carne, esclavos o juego de una forma tan desapasionada como temible.

Mi principal queja sobre este libro no es que me parezca que está algo inflado, que puede ser una sensación muy personal al leer, si no que utiliza quizá demasiado el giro de guion epatante que desmonta todo lo que sabíamos hasta ahora. Puede resultar raro que me queje de que me sorprenda, pero lo que no me ha gustado es que busque la sorpresa por la sorpresa, no para seguir construyendo un universo que por otra parte continúa siendo tan vasto como intrigante. Esta serie es ciencia ficción épica con mayúsculas y no me arrepiento para nada de estar leyéndola, pero no resulta cómodo que te cambien las normas del juego a mitad de la partida.

Además, se nota mucha diferencia debido a la ausencia de un contrapeso de valor contra Hadrian, que se está volviendo bastante más insoportable de lo que era. La reaparición de un personaje que creíamos muerto salva un poco la terrible pérdida del libro anterior, pero no es suficiente. Me parece apasionante el enfrentamiento intelectual y físico contra Kharn Sagara pero no es menos cierto que todo esto palidece frente al Deus ex Machina que salva a Hadrian en este libro (por segunda vez en la serie) y que parece una forma muy tramposa de que Ruocchio nos de un poco de moralina con tintes cristianos. Tengo sentimientos encontrados con la novela que me resultan difíciles de explicar en una reseña que no quiere caer en el spoiler. Pero no negaré que leeré el siguiente libro de la saga en cuanto pueda.

Escape Velocity

La primera novela que leí de Victor Manibo, The Sleepless, me pareció una especulación muy sólida sobre una sociedad en la que cambiaba un parámetro determinado, en este caso la necesidad de dormir, para ver qué consecuencias traería consigo. Así que cuando se puso a tiro Escape Velocity tampoco lo pensé mucho y lo leí enseguida, aunque por desgracia no me he encontrado lo mismo en esta novela, que también tiene puntos fuertes pero muchos más débiles.

La acción tiene lugar en una hotel espacial de súper lujo, donde se celebrará una reunión por el aniversario de la graduación de uno de los institutos más selectos y elitistas del mundo. Los que pasaron por las aulas de Rochford son ahora los dueños de inmensas fortunas y gestionan las empresas más importantes del mundo. Todos ellos se reúnen, entre orgía y orgía (no es muy sutil el autor en esto), para conseguir su máxima aspiración en este momento, un billete para colonizar Marte. Pero un asesinato del pasado que no quedó suficientemente esclarecido y las maniobras políticas entre los candidatos no dejarán disfrutar de los lujos del cosmos a los asistentes.

Manibo ha escrito un libro que utiliza el misterio en habitación cerrada (o en estación espacial cerrada que para el caso es lo mismo) mezclado con la reivindicación social, pero no consigue equilibrar el interés entre ambas tramas. El misterio del pasado, cuyas consecuencias penden aún hoy sobre los protagonistas es bastante banal y con un conclusión para nada sorprendente. Y los tejemanejes del presente son previsibles y manidos.

No sé si ahora es temporada alta de meterse con los ultramillonarios o es que da la casualidad de que de eso van varios de los libros que he leído últimamente, pero es muy fácil hacer personajes abominables por sus acciones cuando son de una extracción tan diferente al “humano medio” que consideran al 99% de la población infrahumanos. No se salva ni uno. Me gusta que reciban su merecido, pero como me importaba tan poco sus problemas y rencillas, no se puede decir que la lectura me haya entusiasmado.

Curioso, cuando menos, que la escala para medir la idoneidad para colonizar Marte se llame MERIT, como el sistemas de familias de The Blighted Stars. Que ya sabemos que la meritocracia es un cuento chino cuando en una carrera de fondo hay quien empieza con kilómetros de ventaja, pero tampoco pasa nada si se es un poquito más sutil en la crítica.

Escape Velocity es una novela entretenida y reivindicativa, pero poco más.

Alien Clay

Aunque hay varios libros de ciencia ficción que giran en torno al tropo de la gestalt, desde en fundacional Más que humano a los más recientes como Unity de Elly Bangs, creo que Adrian Tchaikovsky labra su propio camino al utilizar la gestalt como motor de evolución de todo un planeta. Es un planteamiento biológicamente rompedor que el autor utiliza como vehículo para servirnos en bandeja un drama carcelario que puede recordar por momentos a su estupenda Cage of Souls pero que deja de lado el tinte ecologista que tenía esta obra para lanzar un mensaje mucho más reivindicativo y social.

Arton Daghdev es un académico y activista político que acaba con sus huesos en una penitenciaría extrasolar con billete solo de ida. Su delito, conspirar contra el Mandato, el hegemónico poder que rige con mano de hierro el destino de la Tierra y las colonias. Arton es el narrador de la historia, en una primera persona de la que no nos podemos fiar desde un principio y que a veces chirría un poco en el disfrute de la novela.

El planeta del exilio de Arton es Kiln, un caldo de cultivo exuberante de flora y fauna que haría las delicias de cualquier estudioso exobiólogo. Pero hete aquí que lo que se va descubriendo sobre el planeta no cuadra con la estricta doctrina del Mandato, dando lugar una pantomima de investigación que resulta exasperante para cualquier científico que se precie de serlo.

El planeta es tremendamente inhóspito, pero no lo son menos los militares destinados al control de los convictos y la aplicación estricta de un tardocapitalismo que ha convertido a la fuerza de trabajo en meros elementos intercambiables que se desecharán antes el más mínimo problema o inconveniente que pueda descuadrar los asientos contables.

Tchaikovsky no da puntada sin hilo, y aprovecha también la flexibilidad de la vida en el planeta para introducir algún que otro ejemplo de body horror a la mezcla, porque se ve que le parecía poco todo lo que incluía la novela.

Leer a Adrian Tchaikovsky suele ser una apuesta segura, pero creo que con Alien Clay ha vuelto a subir un peldaño en el escalón de la ciencia ficción, más que recomendable.

Cubierta y sinopsis de Interstellar MegaChef

Otra cosa no, pero la nueva novela de Lavanya Lakshminarayan tiene pinta de que nos va a hacer reír. La publicará Rebellion el 7 de noviembre.

Esta es la sinopsis:

Stepping off a long-haul star freighter from Earth, Saras Kaveri has one bag of clothes, her little flying robot Kili… and an invitation to compete in the galaxy’s most watched, most prestigious cooking show. Interstellar MegaChef is the showcase of the planet Primus’s austere, carefully synthesised cuisine. Until now, no-one from Earth―where they’re so incredibly primitive they still cook with fire―has ever graced its flowmetal cookstations before, or smiled awkwardly for its buzzing drone-cams.

Corporate prodigy Serenity Ko, inventor of the smash-hit sim SoundSpace, has just got messily drunk at a floating bar, narrowly escaped an angry mob and been put on two weeks’ mandatory leave to rest and get her work-life balance back. Perfect time to start a new project! And she’s got just the idea: a sim for food. Now she just needs someone to teach her how to cook.

A chance meeting in the back of a flying cab has Saras and Serenity Ko working together on a new technology that could change the future of food―and both their lives―forever…

Mi traducción:

Al salir de su largo viaje en un carguero de la Tierra, Saras Kaveri tiene una bolsa de ropa, su pequeño robot volador Kili y una invitación para competir en el show de cocina con más audiencia y más prestigioso de la galaxia. Interstellar MegaChef es la muestra de la cocina austera y sintetizada del planeta Primus. Hasta ahora ningún terráqueo, donde son tan primitivos que todavía cocinan con fuego, ha podido rozar sus cocinas de metal fluido o ha podido sonreír incómodo a sus cámaras dron.

La prodigio corporativo Serenity Ko, inventora del exitoso simulador SoundSpace, se ha emborrachado en un bar flotante, ha escapado por los pelos de una masa enfurecida y tendrá dos semanas de libranza forzosa para conseguir equilibrar su vida y su trabajo. ¡El momento perfecto para empezar un nuevo proyecto! Y tiene una idea estupenda: un simulador de comida. Ahora solo necesita que alguien le enseñe a cocinar.

Un encuentro casual en la parte de atrás de un taxi hará que Saras y Serenity Ko trabajen juntos en una nueva tecnología que puede cambiar el futuro de la comida y de sus vidas para siempre.


Esta es la cubierta: