Wearing the Lion

Reconozco que es muy difícil hacer un retelling de la mitología griega que suene original, llevamos siglos revisitando estas historias y es complicado no contar algo que ya hayamos visto. John Wiswell encima se decide por los mitos más conocidos, las doce pruebas de Hércules, que hemos visto narradas hasta la saciedad.

Si bien es cierto que su aproximación añade el toque moderno de la familia encontrada versus la familia biológica y cierto tono chistoso al principio con la relación entre Heracles y Hera, idolatrando a su mayor enemiga, la novela en general aporta poco al lector.

Los distintos puntos de vista intentan alterar un poco el ritmo para el lector, pero retorcer cada mito con animales para que Heracles vaya acompañado de su zoo particular es repetir en demasía un patrón que acaba resultando cansino. Y ese problema, la repetición, es el principal escollo para disfrutar de la lectura. Es que siempre estamos dándole vueltas a lo mismo, la culpabilidad de Heracles por el ataque de las furias, la culpabilidad de Hera por dejarse llevar por sus impulsos, la culpabilidad de las Furias por hacer caso a su propia naturaleza… Es todo lo mismo una y otra vez.

Además, la prosa tampoco es que esté muy refinada. Vale que Hera tiene una cornamenta que llega desde aquí hasta Lima, pero repetir tantísimas veces “my dipshit husband” no es que vaya a aportar mucho a la novela, más bien inciden en lo repetitiva que es, incidiendo aún más en su principal problema.

John Wiswell intenta humanizar al dios más humano, pero no lo consigue de una manera que sea atractiva para el lector. Esperaba algo más del ganador del premio Nebula, la verdad.

The Silverblood Promise

Ya lo dije en su momento, hay cubiertas que captan tu atención de una manera inmediata y The Silverblood Promise tiene una de esas, obra de Jeff Brown.

La primera novela de James Logan es una fantasía bastante convencional en cuanto a su premisa, con un antihéroe que en contra de lo que le aconsejan sus instintos de supervivencia indaga en la misteriosa herencia que le legó su padre. Lukan Gardova es una personaje muy atractivo, con un pasado oscuro, un presente comprometido y un futuro desolador, con una personalidad arrolladora y muy bien arropado por los personajes secundarios que Logan pone a su servicio. Además la premisa de investigación en torno a la que gira toda la narración consigue mantener el suspense y la intriga durante todas las páginas del libros, que no son pocas. Si además a todo esto añadimos la llamativa narración del audiolibro a cargo de Brenock O’Connor, aunque un tanto cortante, nos encontramos sin duda ante uno de los debuts del año.

La pareja o trío protagonista tiene una química envidiable, con una relación que comienza de la nada pero que a base de pullas y diálogos se va cimentando de una forma muy creíble e incluso entrañable. Por supuesto, el trabajo de construcción de mundo es bastante completo como el cualquier fantasía que se precie, pero cabe destacar que Logan muestra tan solo una parte de lo que ha creado, porque está clarísimo que se ha dejado muchas cosas para la siguientes entregas, que leeré (o me leerán, ¡vivan los audiolibros!) en cuanto me sea posible.

¿He dicho que hay pruebas de fe sobre objetos arqueológicos mágicos? Ese toque a lo Indiana Jones tampoco te creas que le sienta mal a la novela.

The Silverblood Promise tiene recorridos por los bajos fondos y tiene magia, tiene lucha de clases y contrabando, tiene extraños seres con poderes incomprensibles y objetivos incognoscibles, tiene humor y ternura… todo mezclado de una manera que resulta muy agradable disfrutar de su lectura. Yo no dejaría pasar la oportunidad.