Homeland

homeland-US-cover-largeCory Doctorow tiene un estilo de escritura directo y divulgativo que le va muy bien a la novela adolescente, género en el que se puede enmarcar Homeland. Este libro es la secuela de Little Brother (con película en el horizonte) y sigue con las peripecias de los protagonistas de la entrega anterior, con más edad pero igualmente idealistas.

Tras las experiencias de la primera entrega Marcus Yallow se encuentra en una posición difícil. Sus padres han perdido sus trabajos y él ha tenido que dejar de estudiar so pena de seguir aumentando una deuda por estudios ya casi inasumible. No encuentra trabajo y no ve el futuro claro. Las primeras escenas de la historia transcurren en el festival Burning Man, epítome de todo lo guay que le puede suceder a un joven hacker o con aspiraciones artísticas. Pero también un lugar donde realizar contactos y encontrarse con viejos conocidos, a los que quizá no querría ver más.

Indudablemente el pasado y presente del autor como activista de derechos fundamentales contra la opresión está presente en cada una de las páginas de la novela. Tanto es así, que a veces el ritmo de la historia se ha de plegar a ese componente aleccionador y en ocasiones evangelizador. Como ensayo divulgativo de la cultura hacker y de la protección de datos creo que no tiene precio, como novela sí que la veo lastrada por ese mismo objetivo de aprendizaje.

Leído desde la perspectiva de un adulto, es indudable que nos puede servir para abrir los ojos ante la realidad actual de vigilancia constante y de crisis y emergencia permanente. Aunque solo sea por este toque de atención, creo que merece la pena leer Homeland.

Infomocracy

infomocracyLeer Infomocracy durante la campaña electoral española ha sido una casualidad que me ha permitido enfocar la lectura con matices añadidos, que sin duda habrán influenciado mi valoración de la novela.

Infomocracy tiene muchos contrastes. La idea subyacente, es un conjunto de “microdemocracias” en la que los electores son agrupados en grupos de cien mil personas que decidirán que gobierno tendrán. Estos elecciones luego darán lugar a la Supermayoría que gobernará el mundo. ¿No te gusta el resultado electoral de tu grupo? Puede que dos calles más allá puedas vivir en otro grupo electoral con tendencias distintas. La migración entre grupos es un hecho aceptado e incluso promovido, para que cada grupo sea lo más homogéneo posible.

Esta idea, que puede parecer idílica, en realidad tiene unas necesidades masivas de información y conectividad. Para esto existe Information, un ente neutral que gestiona todos los datos de este mundo permanentemente conectado, ofreciendo en cada momento todo lo necesario para tomar desde las decisiones más nimias (¿te apetece cambiar de peinado? Instaura una subasta a ver qué peluquería cercana te ofrece el mejor servicio al mejor precio) hasta las de mayor calado.

Este es uno de los contrastes tan acusados a los que hago referencia. La ingente cantidad de información, de datos, de bits que Information tendría que manejar hipotéticamente es realmente desmesurada. La infraestructura subyacente que puedo llegar a imaginar para este servicio no corresponde en absoluto con la idea de nodos que utiliza Older. Podría obviar esta contradicción si no fuera porque es parte fundamental de la trama que se desarrolla.

También resulta impactante que se siga “respetando” la jornada de reflexión antes de las elecciones (¿no se debería poder tener acceso a la información hasta el último minuto para poder decidir el voto?) pero que se pueda proclamar el ganador por medios oficiales cuando no ha finalizado no ya el escrutinio, ni siquiera el voto por los cambios de horario. Esto roza el esperpento. ¿Acaso esta proclama no influría en los últimos votantes que podrían apostar a caballo ganador?

Estos dos aspectos muy negativos de la trama hacen que baje mi valoración de una novela que sin duda resulta interesante por otros aspectos. Conozco a más de uno y más de dos que matarían por disponer del software de análisis del que se hace uso aquí a diestro y siniestro. El tratamiento de las estadísticas es correcto y aplicable a las situaciones que se presentan. Los personajes son un tanto extremos, pero se agradece la variedad étnica y de género. También me gusta el toque solidario que hay presente, aunque se trate de soslayo. Es innegable la labor de investigación llevada a cabo por la autora, que sitúa muchas escenas en distintos lugares para dar más variedad al libro.

Con thriller político que es, Infomocracy merece la pena. A pesar de sus defectos, que los tiene, es una lectura ágil y divertida.

Finalistas del premio John W. Campbell Memorial

Ya conocemos los finalistas del premio John W. Campbell Memorial a la mejor novela de ciencia ficción del año. Me da mucha alegría ver Luna entre los elegidos, creo que se ha reconocido poco esta excelente novela.

The Water Knife, Paolo Bacigalupi (Orbit/Knopf)
Europe at Midnight, Dave Hutchinson (Rebellion)
Radiomen, Eleanor Lerman (The Permanent)
Luna: New Moon, Ian McDonald (Gollancz/Tor)
Galapagos Regained, James Morrow (St. Martin’s)
Going Dark, Linda Nagata (Mythic Island/Saga)
The Book of Phoenix, Nnedi Okorafor (DAW)
Where, Kit Reed (Tor)
The Thing Itself, Adam Roberts (Gollancz)
Aurora, Kim Stanley Robinson (Orbit)
Seveneves, Neal Stephenson (William Morrow/Harper Collins)

¡Enhorabuena a los nominados!

Contenidos de Funny Fantasy

Ya sabemos cuáles son los contenidos de Funny Fantasy la nueva recopilación de Alex Shvartsman con los siguientes relatos:

“Dave the Mighty Steel-Thewed Avenger” de Laura Resnick (Urban Fantasy, 2015)

“Crumbs” de Esther Friesner (Fantasy Gone Wrong anthology, 2006)

“Fellow Traveler” de Donald J. Bingle (Fantasy Gone Wrong anthology, 2006)

“A Fish Story” de Sarah Totton (Realms of Fantasy, 2006)

“Another End of the Empire” de Tim Pratt (Strange Horizons, 2009)

“Giantkiller” de G. Scott Huggins (Heroes in Training anthology, 2007)

“A Mild Case of Death”de David Gerrold (Galaxy’s Edge, 2015)

“Fairy Debt” de Gail Carriger (Sword & Sorceress 22, 2007)

“A Very Special Girl” de Mike Resnick (Blood Lite anthology, 2008)

“The Blue Corpse Corps” de Jim C. Hines (When the Hero Comes Home anthology, 2011)

“Librarians in the Branch Library of Babel” de Shaenon K. Garrity (Strange Horizons, 2011)

“The Queens Reason” de Richard Parks (Lady Churchill’s Rosebud Wristlet, 2010)

“The Best Little Cleaning Robot in All of Faerie” de Susan Jane Bigelow (Apex, 2015)

“Suede This Time” de Jean Rabe (Magic Tails anthology, 2005)

También os traigo la portada:

funnyfantasy

Ganadores Locus 2016

Ya tenemos aquí los ganadores de los premios Locus de este año.

NOVELA DE CIENCIA FICCIÓN

Ancillary Mercy, Ann Leckie (Orbit US; Orbit UK)

NOVELA DE FANTASÍA

Uprooted, Naomi Novik (Del Rey)

LIBRO JUVENIL

The Shepherd’s Crown, Terry Pratchett (Harper; Doubleday UK)

NOVELA DE DEBUT

The Grace of Kings, Ken Liu (Saga)

NOVELA CORTA

Slow Bullets, Alastair Reynolds (Tachyon)

RELATO

‘‘Black Dog’’, Neil Gaiman (Trigger Warning)

RELATO CORTO

‘‘Cat Pictures Please’’, Naomi Kritzer (Clarkesworld 1/15)

ANTOLOGÍA

Old Venus, George R.R. Martin & Gardner Dozois, eds. (Bantam)

COLECCIÓN DE RELATOS

Trigger Warning: Short Fictions and Disturbances, Neil Gaiman (Morrow)

REVISTA

Asimov’s

EDITORIAL

Tor

EDITOR

David G. Hartwell

ILUSTRADOR

Michael Whelan

ENSAYO

Letters to Tiptree, Alisa Krasnostein & Alexandra Pierce, eds. (Twelfth Planet)

LIBRO DE ILUSTRACIONES

Julie Dillon, Julie Dillon’s Imagined Realms, Book 2: Earth and Sky (autopublicado)

¡Enhorabuena a los ganadores!

The temporal void

temporalvoidSigo con la lectura de la Trilogía del Vacío de Peter F. Hamilton. Tras The dreaming void, el interesante aunque algo irregular comienzo de la historia, nos encontramos con The temporal void, que sufre del síndrome del segundo libro y que repite algunos de los errores del anterior, como ahora veremos.

El libro comienza justo donde quedó el anterior, lo que no hace si no reafirmarme en mi intención de leerlos todos seguidos para tener una idea más clara del conjunto. La estructura vuelve a estar dividida en varios puntos de vista, el de Edeard que se desarrolla en Makkathran y el momento “actual” en la Commonwealth. Además, se une a estas dos líneas temporales la de Justine, en un viaje personal que nos permite empezar a sospechar algo de la verdadera naturaleza del Vacío.

Hamilton juega con las cartas marcadas. Hasta casi el final de este libro no entendemos el por qué del fanatismo religioso que da lugar a la peregrinación al Vacío. Estaremos de acuerdo en que la vida en Makkathran, con sus poderes telepáticos, su longevidad y su relativa tranquilidad puede resultar atractiva, pero comparado con la existencia en la Commonwealth, en la que la inmortalidad está prácticamente asegurada mediante los volcados de memoria y con un nivel de tecnología muchísimo más avanzado, no parece lógico. El fervor religioso que despiertan los sueños de Íñigo carecía de base para mí, hasta que se lleva a cabo una revelación que lo cambia todo. ¡Pero el autor ha esperado casi 1500 páginas para hacerlo! Me parece un poco tramposo.

Salvando este detalle, la narración vuelve a estar desequilibrada entre los puntos de vista. Dejando aparte del de Justine, que es prácticamente testimonial, la parte del león se la vuelve a llevar Edeard. Y eso que para mí es la más floja, con intrigas palaciegas muy pero que muy previsibles. La lucha de las facciones de la Commonwealth, la búsqueda del segundo soñador, Paula Myo y sus investigaciones… me resultan mucho más apasionantes que la otra parte de la historia. Así que me encontraba deseando terminar las secciones de los sueños de Íñigo para volver a la “chicha”. Y cuando volvemos a ver a personajes ya conocidos, a viejos enemigos y quién sabe si futuras alianzas… nos quedamos con el corazón en vilo.

Lo que no se le puede negar al autor es que es un maestro de cliffhanging. El final del libro, más que resolver las dudas, deja totalmente abiertas tantas y tantas posibilidades que no nos queda más opción que dejarnos caer en el vacío, una vez más.