Entrar en esta obra de ciencia ficción de Cassandra Khaw es muy complicado porque la prosa con la que está escrita es apabullante y tampoco deja mucho margen de introducción al lector, que ha de aferrarse al modelo de narración elegido (el reclutamiento de los antiguos miembros de una banda criminal) para encontrar algo conocido que le ayude a seguir adelante con la obra.
Con esto no quiero decir que no se trate de una novela inmersiva, pero sí que es tremendamente exigente. Aunque tengo cierto manejo con la lectura en inglés, hay ocasiones en las que me cuesta trabajo avanzar y tengo que echar mano de diccionarios con más frecuencia y esta es una de ellas. No es solo porque Khaw utilice palabras que no conozco (que también) si no que la forma de expresar sus ideas tiene tal riqueza y profundidad que supone un desafío para el lector. Por poner un ejemplo en un ataque de misiles inteligentes habla sobre cómo se teselan para cubrir la nave atacada en forma de pólipos. También os digo que si no os gusta la palabra fuck, este no es vuestro libro, ya que aparece en un ratio muy pero que muy elevado.
El hilo conductor como he mencionado antes es la búsqueda de las supervivientes de un grupo de forajidas espaciales para una última misión en la que pretenden “rescatar” a una de ellas, dada por muerta hace décadas. Si a esto añadimos que las mujeres pertenecientes a este grupo pueden clonarse cuando fallecen pero que en cada iteración van perdiendo información sobre sí mismas porque la tecnología ha fallado, tenemos una novela interesante. Pero claro, se me había olvidado mencionar la presencia de inteligencias artificiales poderosísimas que pretenden destruirlas. ¿Os he dicho que una de las forajidas es una estrella musical que forma su propio coro porque está modificada para tener varias bocas y gargantas para cantar de forma sincronizada? Y esto es solo la punta del iceberg, Cassandra Khaw va lanzando ideas como una máquina de entrenamiento de tenis lanza pelotas, de forma constante y metódica.
Por si esto no fuera suficiente como para llamar vuestra atención, es importante resaltar que en el libro están representadas muchas orientaciones sexuales de forma muy natural, y que hace una exposición descarnada de las relaciones de “amor” basadas en la explotación del otro, aunque también nos muestra otros ejemplos en los que se deja a la pareja la posibilidad de elección sobre su propia vida y muerte.
Se podría decir que es una novela en la que prima más la prosa que la trama y hay que seguirle el juego a le autore. A mí, a pesar de la dificultad, me ha convencido pero puedo entender perfectamente que haya otros lectores que no consigan conectar.
Los caminos de las sugerencias de los sistemas de suscripción a audiolibros son inescrutables, así que cuando entre las recomendaciones salió Meet Me in Another Life de la para mí desconocida Catriona Silvey, pensé que tampoco pasaba nada por darle una oportunidad.
Se trata de una obra que utiliza los tropos de ciencia ficción desde una perspectiva supuestamente “más literaria” de la que estamos acostumbrados, mostrándonos en detalle las distintas vidas que los dos protagonistas van viviendo, con elementos comunes y otros muy distintos. Desde el principio no hay ninguna explicación sobre lo que está ocurriendo, pero el lector que haya tenido cierta experiencia con la ciencia ficción podrá tener una idea aproximada de lo que está pasando. No de toda la explicación, pero sí de la base sobre la que gira toda la novela.
Es una novela que hace mucho hincapié en los aspectos psicológicos de los protagonistas, a los que acabaremos conociendo del derecho y del revés conforme se van desarrollando sus diferentes vidas, aunque advierto que resulta complicado empatizar con ellos. A pesar de los cambios en cada episodio hay ciertos elementos constantes que pueden llegar a resultar irritantes, como la insatisfacción permanente de Thora o la laxitud moral cuando le conviene de Santi. Sin embargo hay otras partes que sí me convencen más. Un libro que veo perfectamente adaptable a un dramón taquillero, con su semilla de ciencia ficción pero su envoltura realista.
La narración del audiolibro por parte de Kristin Atherton es correcta, aunque las partes en español me chirrían un poco es un comentario un tanto injusto por mi parte, son pocas y se entienden.
En definitiva nos encontramos ante un libro que no está dirigido al público habitual de género, y que puede resultar por tanto corto en este aspecto para nosotros.
Me llevé una gran alegría cuando vi que se iba a publicar una nueva novela en el universo de Espacio Revelación, una de las sagas de ciencia ficción de las que guardo mejor recuerdo por su originalidad y el buen hacer de su autor. Así que he de reconocer que no puedo ser del todo imparcial en esta reseña, porque además Reynolds juega mucho con la nostalgia de unos personajes a los que le hemos acabado cogiendo cariño tras tantas y tantas páginas acompañándoles en sus peripecias.
El comienzo del libro es desolador. Quedan muy pocos humanos repartidos por la galaxia en colonias ocultas que sobreviven como pueden con la amenaza de los inhibidores siempre presente. Estas máquinas adaptativas y auto-replicantes creadas con el único propósito de destruir las civilizaciones avanzadas en todo el universo acechan cualquier señal de inteligencia lo suficientemente destacada para caer sobre ellos y destruirlos. Parece que no hay esperanza y que lo único que el porvenir les reserva es una lenta caída en el olvido, pero nunca hay que olvidar la tenacidad del ser humano para continuar luchando.
La estructura del libro es bastante típica ya que se puede dividir en los pasos típicos para completar una misión: reunir al equipo, hacerse con los medios necesarios para llevar a cabo la misión y finalmente realizarla. Pero claro, esto para Reynolds sería demasiado fácil, así que decide elevar las apuestas para que seamos conscientes de la extrema dificultad de la tarea. Si hay que reunir al equipo, la pieza fundamental tiene que tener una amnesia autoimpuesta que le impida recordar su pasado. Si hay que reunir medios, hará falta una tecnología que nos hará pensar en la tercera Ley de Clarke después de un enfrentamiento digno de la Cúpula del Trueno. Y para realizar la misión ni os digo lo que hay que hacer, sirva como muestra el hecho de que “por el camino” tienen que atravesar una estrella.
Además, aquí están presentes todos esos elementos que caracterizan su obra: una imaginación desbordante, verosimilitud científica y algo de terror, rozando el gore en este caso. Pero es que además ahora cobra mucha importancia el elemento emocional, pues aunque Reynolds haya planeado el libro como un nuevo punto de entrada para este universo, en realidad está plagado de homenajes y menciones más o menos veladas a otros personajes que tuvieron su relevancia en el pasado. Hace mucho tiempo de mis lecturas de Espacio Revelación cuando salió en España, pero no por ello he olvidado a los Demarquistas, los Combinados y los Ultras. Así que el fan de toda la vida de Reynolds no podrá dejar escapar esta oportunidad de volver a reencontrarse con alguno de estos personajes.
Os recomiendo encarecidamente que leáis este libro, como prácticamente todo lo que sale de la pluma de este autor.
Cuando leí el verano pasado The First Sister ya me pareció que partía de buenos mimbres y ahora ha llegado la segunda entrega de la saga para confirmarlo.
Aunque se mantienen los puntos de vista de la primera parte y se añade uno más, también es bastante claro que le autore ha decidido reequilibrar el peso de la narración, dando más empaque a unos protagonistas que a otros, lo cual no deja de resultar una decisión arriesgada, aunque creo que ha sido acertada.
Me gusta especialmente la evolución de Luce, que parte desde una reivindicación urbana que parece postureo más que otra cosa a una implicación más que seria en la búsqueda de la igualdad entre las distintas facciones enfrentadas en el Sistema Solar. Que la “recompensa” que recibe por su sacrificio sea tan cruel como esperada sirve para hacernos reflexionar sobre nuestros actos y lo que conllevan.
Los otros puntos de vista siguen siendo interesantes, aunque como digo Astrid pierde gran parte del protagonismo que tuvo en The First Sister, para relatarnos su ascenso y caída de una forma un tanto más impersonal. No obstante, resulta muy interesante ser testigos de las luchas intestinas por el poder y de las corruptelas que están al orden del día en toda institución de cierto tamaño.
Linden A. Lewis aprovecha esta segunda entrega de la trilogía para ampliar un poco el escenario, con la aparición en serio de los Sintéticos, algo que antes solo se atisbaba y su extraordinarias capacidades tecnológicas, capaces de desequilibrar la balanza de poderes en cualquier momento.
Además, de una manera muy inteligente, va dejando caer pistas de lo que luego se desvelará como un maquiavélico plan de actuación que a mí, al menos, me ha pillado totalmente desprevenida. Me gusta cuando los autores dejan plantadas pistas y detalles que luego van adquiriendo vida propia y pueden acabar siendo fundamentales en el devenir del relato. Lewis también se entretiene en hacernos una pequeña recopilación de lo que sucedió en la entrega anterior en los primeros capítulos de libro, mezclado con el propio flujo de la historia, algo que se agradece si no teníamos demasiado fresca en la memoria la lectura del tomo anterior.
La novela tiene algunos problemas de ritmo, sobre todo porque como he mencionado anteriormente el interés y la relevancia de alguna de los puntos de vista es menor comparado con otros, pero me da la impresión de que le autore, previendo este problema, ha sabido dosificar también las escenas de acción que tanto me gustan (los enfrentamientos de los equipos sincronizados mentalmente son dignos de estudio) para compensar en cierta medida los vaivenes del ritmo.
Estamos ante un libro que huye de los problemas típicos de la segunda parte de una trilogía y que consigue dejarnos con mucho interés para la finalización de la historia. Definitivamente recomendable.
The Fallen es la continuación de The Outside, la sorprendente novela de Ada Hoffman que mezclaba horrores lovecraftianos del espacio exterior con personajes neuroatípicos. En esta ocasión, Hoffman deja un poco de lado la space opera para centrar la narración en un solo planeta, que se vio transformado en gran parte por los sucesos acontecidos en la entrega anterior.
The Fallen es una novela de personajes y de sus relaciones. Lo que más me maravilla es el amplio espectro de condiciones neuroatípicas que aparecen durante la lectura, algunas consecuencia de lo que pasa en The Outside pero otras preexistentes. Me parece especialmente encomiable cómo la autora hace hincapié en la adaptación al entorno de estos personajes con características tan particulares y cómo la red de interconexiones creada entre ellos ayuda a cada uno a encontrar su lugar.
La forma escogida para narrar la historia, con relación a los acontecimientos en un pasado reciente y en un pasado remoto me parece también muy acertada, porque así podemos conocer más a fondo a los antagonistas, sus motivaciones y su desarrollo. Lo que quizá era uno de los puntos débiles de The Outside se vuelve uno de los pilares de The Fallen y eso no debe haber sido para nada fácil.
Dentro de mi desconocimiento, me ha dado que pensar el hecho de relacionar los trastornos de personalidad múltiple como precursor de las mentes colmena, algo que tendrá un impacto importante en el desarrollo de la historia.
Una cosa que me resulta difícil de creer es que los dioses permitan una suerte de resistencia pasiva que puede ser el germen que derive en una auténtica revolución, como si les interesara mucho la opinión pública del resto de sectores, mientras que por otro lado sabemos sin lugar a duda que son seres crueles, veleidosos y que conceden una importancia casi nula a los intereses humanos.
The Fallen no es una lectura especialmente fácil, aunque es bastante más asequible que The Outside precisamente porque el mayor esfuerzo de presentación del mundo ya se hizo en la primera novela. No sería justo clasificar este libro como una novela de transición, pero es verdad que deja muchos cabos sueltos destinados (espero) a ser atados en la siguiente entrega.
Angry Robot ha anunciado la adquisición de dos nuevos título de R.W.W. Greene de quien ya ha publicado The Light Years y Twenty Five Years to Life.
Se trata de una duología cuyo primer volumen se llamará Mercury Rising y verá la luz en mayo de 2022. El siguiente libro no tiene título todavía pero su publicación está prevista para el 2023.
Se han dado a conocer cuáles serán los relatos incluidos en la recopilación de 2021 de The Best American Science Fiction and Fantasy, de la mano de John Joseph Adams con Veronica Roth como editora invitada.
Fantasía
Glass Bottle Dancer de Celeste Rita Baker en Lightspeed
Solaris ha anunciado la publicación deUnder Fortunate Stars, una space opera definida como una mezcla entre Firefly y la saga Vorkosigan. Se trata de la primera novela de Ren Hutchings, que verá la luz en mayo de 2022.
Esta es la sinopsis:
In the final throes of the generations-long war with the alien Felen, smuggler Jereth Keeven’s junk freighter breaks down in a strange rift in deep space, with little chance of rescue – until they encounter a science vessel that claims to be from 152 years in the future.
Engineer Uma Ozakka has always been fascinated with the past, especially the desperate peace mission that ended the war with the Felen and ushered in a new age of collaboration – a mission Keeven’s first mate Leesongronski is supposed to be leading right now.
If Ozakka is right, more than the fates of two ships hangs in the balance…
Mi traducción:
En los últimos estertores de la larga guerra con los Felen, la nave del contrabandista Jereth Keeven se estropeó en un extraño lugar en el espacio profundo, con poca posibilidad de rescate, hasta que se encuentran con una nave científica que dice venir de 152 años en el futuro.
La ingeniera Uma Ozakka siempre ha estado fascinada con el pasado, especialmente la desesperada misión de paz que acabó la guerra con los Felen y dio paso a una nueva era de colaboración, una misión que Leesongronski, un miembro de la tripulación de Keeven, se supone que está llevando a cabo ahor amismo.
Si Ozakka tiene razón, hay algo más que el destino de dos naves en juego…
No me considero una experta en tebeos, aunque me gusta mucho leerlos y disfruto incluso más de las relecturas, algo que no suelo hacer por ejemplo con los libros. Partiendo de esta base y principalmente por que mi amigo Elías me instó a hacerlo, me salgo un poco de la temática habitual del blog y del campo en el que mejor creo que me defiendo para hacer esta pequeña incursión, que espero sea de vuestro agrado.
Giganta, con guión de Jean-Christophe Deveney y dibujo de Núria Tamarit
Giganta es un tebeo que tiene muchas lecturas. Es indudable que entra primero por el ojo, con ese dibujo un tanto naif, pero lo que más me gusta de su encomiable labor es el color, cómo lo aplica para acompañar la historia, creando una paleta propia, tomando como base esos ojos totalmente azules y esa melena pelirroja y expandiéndolo por todo el mundo. Es un tebeo con ligeros toques fantásticos, siendo lógicamente el primero la propia existencia de Celeste, una gigante abandonada a la que adopta una familia de granjeros. La obra recuerda los cuentos populares (en este sentido también se ha publicado recientemente El Enebro, obra en solitario de Tamarit), pero le añade un tono feminista y reivindicativo, con la curiosidad por bandera, que consigue que la obra nos ofrezca mucho en las relecturas.
Semillas, con guión de Ann Nocenti y dibujo de David Aja
La ciencia ficción es un género que se adapta especialmente bien al cómic, donde no existen más cortapisas que la imaginación del autor. Con Semillas, nos introduciremos directamente en una narración de futuro cercano, una terrible distopía con cambio climático y primer encuentro con los alienígenas, pero también con teorías conspiranoicas, desigualdad social y una serie de contrastes duales que remueven las entrañas. La narración visual de Aja que podría parecer en un principio estar constreñida por la rigidez de la elección de las viñetas y una paleta verde apagada que no atrae nuestra visión en un primer vistazo, se pone a la disposición de un guion muy crítico y algo denso, que usa un recurso bastante común (el primer contacto) para enfatizar la destrucción de la sociedad actual. Semillas es una historia amarga para hacernos reflexionar.
La Mazmorra, de Joann Sfar, Lewis Trondheim, Boulet y varios autores más
Seguramente sea un poco trampa incluir aquí la primera entrega de un recopilatorio de una obra extensísima, que a pesar de todo no cumplió la ambiciosa previsión de cientos de números que sus autores planificaron. Todo un clásico del género fantástico, en sus páginas nos encontraremos un desfile de animales antropomórficos que representan casi todas los tropos de la fantasía épica más tradicional. Quizá la característica que mejor define La Mazmorra es el humor a raudales que impregna cada una de sus páginas, aunque hay que reconocer que la historia tiene una profundidad quizá inesperada en una lectura casual. El color de Boulet sirve como elemento unificador en toda la saga, que entrelaza aventuras y desventuras que encantarán al lector.
Nimona, de Noelle Stevenson
Nimona es una obra que se publicó originariamente en formato webcomic, pero hay que reconocer que su transición al papel es estupenda, no hay ningún problema de lectura en este formato. Se trata de una obra fantástica que da una nueva vuelta de tuerca a la idea del villano que en el fondo no lo es tanto, pero esta vez dando todo el protagonismo al secundario de lujo, la cambiaformas Nimona. El dibujo es bastante estilizado, pero lo que más me gusta es el uso del color y en especial de las sombras, sobre todo en el último tercio del tebeo, donde Stevenson juega con la luz y la oscuridad de una forma visual del mismo modo que lo hace desde el principio de una forma narrativa. La obra está impregnada de humor y aunque se podría recomendar perfectamente a un lector juvenil, tiene cierta profundidad en la historia que hace la lectura muy satisfactoria. Y para rematar, unos toques de ciencia para hacerla más atemporal. Aunque ya tiene sus años, ha sido reeditada recientemente por Astiberri. Y la autora es una de las invitadas del año que viene para el festival Celsius, así que los afortunados que vayan podrán conocerla en carne y hueso.
Ether, de Matt Kindt y David Rubín
Ether es una obra publicada en España en tres volúmenes, pero aunque esté dividida en varios arcos argumentales me gustaría tratarla como un solo elemento. Bebiendo de elementos pulp y mezclando fantasía y ciencia ficción con una imaginación desmesurada seguiremos las andanzas de Boone Dias, un científico detective que explora el Ether, una especie de dimensión mágica a la que se puede acceder desde la Tierra en ciertas condiciones muy especiales. Sin entrar más en el argumento para que el propio lector vaya descubriéndolo todo, hay que quitarse el sombrero ante la colaboración de estos dos colegas, ya que la compenetración entre dibujo y guion es palpable en cada esquina. Rubín ya nos tiene acostumbrados a unas disposiciones de viñetas que son una lección sobre el noveno arte en sí mismas, pero en esta obra da el do de pecho creando todo un universo desde cero, con un diseño de personajes maravilloso y fascinante. Es una obra para disfrutar y recrearse en cada viñeta, y para volver a visitar cada cierto tiempo siempre que tengamos ganas de descubrir nuevos detalles.
Espero que os haya gustado esta pequeña incursión en los cómics y si queréis que haga algún artículo más de este tipo, hacédmelo saber en los comentarios o vía Twitter (@MLeticiaLara). Espero que le haya gustado especialmente al culpable de todo esto.
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